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PENSAMIENTO CRÍTICO UNA NECESIDAD EN LA
ACADEMIA
Desde cada sociedad nacional
manifiesta Rosa María Torres “la
política educativa tiende a
presentarse y a experimentarse
como una propuesta autóctona,
propia, original, desprovista de
condicionamientos y de presiones.
(...) Pero la mayoría desconoce las iniciativas y proyectos de
carácter regional, hemisférico y mundial en la que están insertas,
y a cuya lógica responden, las políticas nacionales. Evidentemente,
gobiernos y agencias internacionales requieren revisar los
esquemas tradicionales de hacer política educativa y de cooperar
en este terreno. Evidentemente, también, la ciudadanía requiere
estar mejor informada para poder opinar y participar activa,
crítica y constructivamente en el desarrollo y el cambio
educativos. Calificar la demanda y propiciar formas más
significativas de participación ciudadana en educación, ejercer y
reclamar a otros el ejercicio de la transparencia y la rendición de
cuentas, repensar los parámetros y mecanismos desde los cuales
se viene ensayando la transformación educativa así como la
cooperación de las agencias internacionales en este terreno: todos
estos son temas claves de la agenda educativa de la época, temas
que están presentes en el propio moderno discurso de la reforma
a nivel nacional, regional y mundial.”
Esta visión macro de la educación y de las variables que
necesariamente condicionan su funcionamiento, exige otro tipo
de actores en el sistema educativo, en contraposición con la
funcionalidad exigida por el sistema general. Sin desconocer las
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variables intervinientes, ni menospreciar los múltiples factores
determinantes, se trata de lograr la formación de otro tipo de
docente en un contexto que desplace la funcionalidad basada en
la ignorancia, en la inconsciencia, en la subordinación obsecuente
a todo tipo de directivas e imposiciones, y que instale un nuevo
tipo de ciudadanía, de liderazgo y de racionalidad crítica. A su
vez, es necesario recuperar un docente centrado en lo específico
y privativo de la institución y de su función: enseñar, generar
aprendizajes, centrarse sobre la cultura y el conocimiento, hacer
aquello que solamente puede hacer la carrera y desplazar los
mandatos que pueden hacer satisfactoriamente otros actores
sociales. No se trata de imaginar nuevas políticas de
escolarización, sino de instalar innovadoras políticas del
conocimiento. Solamente así, la academia y los docentes
asumen un papel liberador:
1. El docente debería construir – desde su formación—una
identidad profesional y un perfil laboral caracterizados por:
2. Un ejercicio profesional de la tarea docente en el que se
combinen el rigor y la especificidad de la función con la defensa
de los propios derechos, respaldados por el consenso de una
sociedad que valora la persona y el oficio experto del docente.
3. El desarrollo de la propia vocación educativa y de compromiso
con la promoción integral del otro, asociada con una especial
sensibilidad por la dignidad y el valor social de la educación.
4. Un liderazgo social responsable de nuevos modelos y formatos
participativos y democráticos, especialmente en resguardo de
los desposeídos y de los excluidos.
5. Un compromiso efectivo con las nuevas formas de ciudadanía,
una participación activa y militante en el campo de estructura
sociales innovadoras (asociadas con las tareas desarrolladas en
el ámbito de las estructuras escolares). Un intelectual
portador de una racionalidad crítica que sabe sumar a la
denuncia el anuncio de nuevas realidades, a las palabras los
hechos, a la mera descripción de situaciones injustas la
reflexiva construcción de alternativas inclusoras y
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superadoras. Un intelectual transformativo que asocia la
preocupación por lo técnico y estratégico a la preocupación por
lo educativo y lo político.
6. Un miembro del sistema educativo que interpreta su
pertenencia al mismo como una militancia crítica, como una
construcción permanente de innovaciones, como una
responsabilidad directa en la construcción del proyecto global,
y no un mero y servil ejecutor de órdenes.
7. Un insobornable defensor de la educación y de la circulación
del conocimiento y del saber cómo cuestión pública,
compartida, común, y no como patrimonio exclusivo y
excluyente de quienes desde el poder pueden convertirlos en
objeto de intercambio, mercancía, compraventa o intercambio
redituable. El desafío fundamental es proveer las condiciones
a los estudiantes para saber cómo el conocimiento está
relacionado con el poder de auto-definición y de manejo social.
(GIROUX, 2002: 54)
8. Constructor de otro tipo de racionalidad – contrahegemónica –
que sin desconocer los recursos del sistema lucha por construir
otra funcionalidad para la educación, superando la mera
instrumentalidad que transforma la educación universal y
obligatoria en un entrenamiento laboral y en un recurso contra
los desbordes sociales.
9. Un militante activo en el campo del pensamiento, de la palabra,
del propio perfeccionamiento y de la propia educación, y del
perfeccionamiento de todo semejante.
10. Un diligente constructor de una nueva escuela y, a través
de ella, de una nueva sociedad.
¿No constituye acaso de un verdadero programa para los
Formadores de Formadores? Se trata en suma de superar en el
campo del ejercicio de la docencia, el dominio del sentido común,
de renunciar al ilusorio paraíso de las certidumbres
adormecedoras, totalizantes, reaccionarias, para crear el
hombre nuevo y la sociedad nueva: (BENASAYAG, 1993: 199) tal
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vez sea la única posibilidad de erigir esa necesaria certidumbre
de lo nuevo que asoma en el horizonte de quienes saben delinear
utopías, al mismo tiempo que construyen caminos para
alcanzarlas.
¿QUÉ ES EL PENSAMIENTO CRITICO?
Antes de entrar en materia es necesario un discernimiento claro
de lo que se entiende por pensamiento crítico. Sin embargo, no es
nada fácil proponer un concepto único sobre esta función
cognitiva, pues son múltiples las acepciones del término y
diferentes las maneras como puede ser enfocado su estudio,
desde los ámbitos psicológico, lógico, sociológico, didáctico,
político-ideológico. Por ejemplo, el portal Eduteka que exponen
algunos trabajos conocidos sobre el pensamiento crítico está más
interesado en una visión didactista, para conseguir que los
maestros puedan fomentar esta capacidad en niños y jóvenes.
Otros autores, están orientados al análisis psicologista de la
capacidad crítica.
Entre las conceptualizaciones más significativas pueden citarse:
Michael Scriven (1996) afirma que “es el proceso creativo, hábil y
disciplinado de conceptualización, síntesis y/o evaluación de
información recogida de, o generada por, la experiencia reflexión,
razonamiento, o comunicación como guía para a la comprensión y la
acción. De esta manera se tiene razones para decidir qué creer
acerca de un asunto determinado, como defender las propias
proposiciones y como evaluar los argumentos de otros”.
Peter Facione (1990), sostiene que” es el juicio deliberado y
autorregulado que se usa para interpretar, analizar, evaluar e
inferir; así como para explicar las consideraciones conceptuales,
metodológicas, de criterio, de evidencias y contextuales en las
cuales se basa el juicio dado”.
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Robert H. Ennis (1993), autor que ha trabajado mucho el tema,
dice que “es una manera sistemática y formal de moldear nuestro
pensamiento. Funciona deliberada y exigentemente. Es un
pensamiento disciplinado, comprensivo, bien razonado y esta
basado en estándares intelectuales”.
Para Chafee (1990), el pensamiento crítico es “un proceso
cognitivo, activo, deliberado y organizado que usamos para
examinar cuidadosamente nuestro pensamiento y el de otros, para
clarificar y mejorar nuestra comprensión”.
Tener pensamiento crítico significa que alguien tiene la capacidad
para juzgar una situación, adecuadamente, no solo en función de
una mente estructurada y lógica, sino también con base a unos
valores y principios éticos, y un manejo adecuado de las emociones
(Espíndola, 2005).
Richard Pul (2005), expone una definición más completa:
a. El proceso intelectualmente disciplinado de
conceptualizar, aplicar, analizar, sintetizar y/o evaluar
información recopilada o generada por observación,
experiencia, reflexión, razonamiento o comunicación, de manera
activa y hábil, como una guía hacia la creencia y la acción.
b. El arte del escepticismo constructivo, es decir la
desconfianza o duda de la verdad que nos presentan como tal.
(El escéptico es aquel que no cree a ciegas en determinadas cosas y,
portanto,tieneque seguir indagando, encontrando otros caminos,
investigando, verificando, etc.)
c. El arte de identificar y quitar prejuicios, así como la
unilateralidad del pensamiento
RASGOS DEL PENSAMIENTO CRÍTICO
Paúl cita como rasgos o características del pensamiento crítico a
los siguientes:
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Agudeza perceptiva. Es la potencialidad que permite observar los
mínimos detalles de un objeto o tema y que posibilita una postura
adecuada frente a los demás. Es encontrar dónde están las ideas
claves que refuerzan nuestros argumentos, es leer el mensaje
denotativo y connotativo, es decir, leer entre líneas el mensaje
subliminal y encontrar el ejemplo o el dato que otorgue
consistencia a nuestros planteamientos.
Cuestionamiento permanente. Es la disposición para enjuiciar
las diversas situaciones que se presentan. También es la búsqueda
permanente del porqué de las cosas, consiguiendo explicaciones,
indagando y poniendo en tela de enjuicio nuestro comportamiento
o el de los demás. Es dejar de lado el conformismo para empezar a
actuar.
Construcción y reconstrucción del saber Es la capacidad de
estar en alerta permanente frente a los descubrimientos para
construir y reconstruir nuestros saberes, poniendo en juego
todas las habilidades y relacionando dialécticamente la teoría y
la práctica. No sólo es poseer conocimientos sólidos basados en
sus fundamentos técnicos y científicos, sino saber aplicarlos a
la realidad en acciones concretas que posibiliten la
transformación del entorno familiar y social.
Mente abierta Es el talento o disposición para aceptar las ideas
y concepciones delos demás, aunque estén equivocadas o sean
contrarias a las nuestras. Es reconocer que los demás pueden
tener la razón y que, en cambio, nosotros podemos estar
equivocados, y que, por lo tanto, necesitamos cambiar nuestra
forma de pensar y actuar. Es también reconocer el valor de los
aportes de los demás.
Coraje intelectual. Es la destreza para afrontar con entereza y
decisión las situaciones difíciles y exponer con altura nuestros
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planteamientos. Es mantenerse firme ante las críticas de los
demás por más antojadizas que estas sean. Es no doblegarse ante
la injuria ni caer en la tentación de reaccionar en forma negativa.
Es decir, las cosas “por su nombre”, con objetividad y altura, sin
amedrentarse por los prejuicios.
Autorregulación. Es la capacidad para controlar nuestra forma de
pensar y actuar; es tomar conciencia de nuestras fortalezas y
limitaciones, es reconocer la debilidad de nuestros planteamientos
para mejorarlos. Es reflexionar sobre nuestras acciones y tornar
en positivo lo negativo. Es volver sobre lo andado para retomar el
camino correcto.
Control emotivo. Es una forma de autorregulación que consiste en
saber mantener la calma ante las ideas o pensamientos contrarios
a los nuestros. Es no ceder ante la tentación de reaccionar
abruptamente ante la primera impresión. Es decir, las cosas con
suma naturalidad sin ofender a los demás; es recordar que, lo que
se cuestiona son las ideas y no las personas. Es recordar que “hay
que ser críticos ante propuestas, pero nunca ante los que los
plantean”.
Facione (2001) propone los siguientes rasgos de un pensador
crítico. Se trata de una persona que es habitualmente inquisitiva,
bien informada, que confía en la razón, de mente abierta, flexible,
justa cuando se trata de evaluar; honesta cuando confronta sus
sesgos personales, prudente al emitir juicios; dispuesta a
reconsiderar y si es necesario a retractarse; clara con respecto a
los problemas o las situaciones que requieren la emisión de un
juicio; predispuesta a buscar información relevante, razonable en
la selección de criterios; enfocado en preguntar, indagar,
investigar; persistente en la búsqueda de resultados tan precisos
como las circunstancias y el problema o la situación lo permitan.
Junto a ello, cabría mencionar la posición contestataria frente a
las venialidades del sistema, el cual ha provocado grandes
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sufrimientos a los habitantes del planeta, a la naturaleza y a los
países dependientes.
OPERACIONES MENTALES DEL PENSAMIENTO CRÍTICO.
Un segundo tema que debe ser tratado se refiere a las
operaciones mentales implicadas en el razonamiento crítico,
cuestión que nos permitirá comprender los posteriores temas del
presente trabajo.
Según los especialistas, el pensamiento crítico no es una función
intelectual única o independiente de otros procesos cognitivos,
bien puede decirse que es la combinación compleja, dialéctica, de
varias operaciones o habilidades intelectuales. Diversos autores
han presentado algunas clasificaciones sobre las habilidades
características del pensamiento crítico, a nuestro parecer la
propuesta por Piette (cit. por Campos, 2007), explica
didácticamente sus componentes:
Capacidad de clarificar la información.
Habilidad para:
- Formular preguntas apropiadas.
- Concebir y juzgar definiciones.
- Distinguir los diferentes elementos de una argumentación,
de un problema, de una situación o de una tarea.
- Identificar y aclarar los problemas importantes.
Capacidad de elaborar un juicio sobre la fiabilidad de la
información.
Habilidad para:
- Juzgar la fiabilidad de una fuente de información y de una
información.
- Identificar los supuestos implícitos.
- Juzgar la validez lógica de una argumentación.
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Capacidad para evaluar la información.
Habilidad para:
- Obtener conclusiones apropiadas.
- Realizar generalizaciones.
- Inferir.
- Formular hipótesis.
- Generar y reformular de manera personal una argumentación,
un problema, una situación, una tarea.
Junto a estas habilidades de naturaleza cognitiva, los expertos
citan otras de corte afectivo y actitudinal como:
Mente abierta.
Analítico.
Sistemático.
Seguridad en sí mismo.
Inquisitivo.
Perseverancia.
Honestidad.
Justicia.
Visto desde esta óptica, el pensamiento crítico pasa a ser la
acción primaria para transformar el mundo y construir la nueva
sociedad que dignifique al ser humano y preserve la heredad
planetaria donde vivimos. Queda así demostrada, aunque no con
la amplitud que hubiéramos querido, la necesidad del pensamiento
crítico y de sus cultores los pensadores críticos que se
convierten en conciencia del mundo, en entes contestatarios,
rebeldes y propositivos.