El trabajo forzado y la militarización de los campesinos en la industria del café en Guatemala
1. GUATEMALA,22 DE MARZO DE 2017
CAPITULO VI
EL CAFÉ Y LOS SERVICIOS PERSONALES
Se cuenta el problema de la tendencia de la tierra y loa intentos de redistribución
de la propiedad agraria de las comunidades al problema de conseguir la fuerza de
trabajo necesaria para efectuar las tareas de desmonte, siembra y trasplante de
los almácigos de café. Desde la primera mitad del siglo XVI los colonialistas
españoles se distribuyeron tierras y hombres para cultivarlas.
Al iniciarse la caficultura, las autoridades estatales ordenaron a los corregidos
indígenas a disposición de los caficultores más cercanos la cantidad de hombres
que solicitaran para llevar a cabo sus plantaciones, sus buenos oficios para la
adquisición de trabajadores, podían ser de las comunidades de compulsación ya
tradicionales.
Entonces si hemos de mencionar una motivación económica, diremos que los
campesinos no estaban dispuestos a retirarse de
sus propios cultivos, ante esta situación el soborno a
las autoridades rurales para que forzaran al trabajo
en las fincas del café al campesino indígena llego a
ser una práctica común.
Agricultura capitalista neocolonial con trabajo
forzado
En este caso este café aquí en Guatemala, casi
desde sus orígenes, fue controlado por capitalistas
extranjeros. Los guatemaltecos que se convirtieron
en caficultores y finqueros, siguieron los ejemplos
de los empresarios guatemaltecos. Los primeros
finqueros guatemaltecos surgieron de Alta Verapaz,
utilizaron ellos las antiguas prácticas de
reclutamiento de hombres, conocida como
mandamientos.
Es así como los campesinos se les pagaba salarios miserables, para obtener
mayores ganancias de sus inversiones monetarias. Así en 1,861 decía el
empresario Charles Meany, que el desarrollo de la caficultura en Alta Verapaz
tropezaba con serios obstáculos por autoridades de la región, porque no
cooperaban en atender demandas de los trabajadores.
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La concentración de la mano de obra rural
Según en los primeros años del cultivo comercial del café, las haciendas que
fueron sembradas con el grano de oro, los empresarios que adquirieron esas
tierras por compra directa a altos funcionarios del Gobierno, por ejemplo, se
adquirió la tierra en Santa Lucia Cotzumalguapa por compra hecha a carrera .
Los finqueros de Costa Sur, siguiendo la tradición de los antiguos hacendados,
procuran atraer a campesinos pobres, ofreciéndoles un jornal diario un poco
superior al que se pagaba en la misma época de Alta Verapaz. Quedaron en
acuerdo que se les entregaría un lote de terreno para que hicieran sus cultivos de
maíz, frijol, y de otros productos alimenticios.
Entonces se consideraban a los campesinos, hombres libres, pero a no ser que no
estuviera endeudado. Como ya hemos mencionado, además de los especuladores
de tierra y los empresarios agrarios, también hombres carentes de tierra y
campesinos indígenas pobres, ordinarios de pequeñas comunidades del atiplado,
no tenía su creciente población.
El reclutamiento forzado de trabajadores
Por medio de los corregidores supieron aprovechar en beneficio personal y en el
de sus amigos y protegidos las instrucciones que recibían del poder central, en
1,984 el corregidor de Suchitepéquez nombro en su distrito un juez de campo
para que se ocupara específicamente de proveer los mozos a todas las haciendas.
Además de los corregidores, también algunas autoridades menores procuraron,
aprovechar el sistema de mandamientos para su propio beneficio, utilizando la
fuerza laboral indígena. Los campesinos no solo se negaban para los propietarios
ladinos si no que cuando este trabajo tenían que hacerlo lejos de sus
comunidades.
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Esa actitud del campesinado reforzó la opinión racista de la clase dominante, de
que el indígena por naturaleza era haragán y enemigo del trabajo. La renuencia de
los campesinos al trabajo fuera de sus comunidades disminuyo en algunas
ocasiones por causas que escavan a su control.
De 1,968 a 1,860 se incremento grandemente el valor de las exportaciones de
café. De tal manera, que si en 19860 se exporto café por valor a 15.350 pesos,
siete años después el producto de las exportaciones fue de 415.878 pesos. Como
resultado de las concesiones otorgadas a los empresarios, las comunidades
fueron obligadas a ceder en arrendamiento perpetuo una buena parte de sus
tierras aptas para la caficultura.
La necesidad de la reglamentación laboral
Un reglamentación de las relaciones laborales que favoreciera al sector de los
empresarios, fue puesta a la orden del día por los finqueros, llegando a esto a
convertirse en el mayor problema que confrontaban los conservadores en su
relación con los caficultores.
En este caso el corregidor recomendaba que en el libro tuviera cada trabajador
una página con su nombre y tiempo de compromiso, asimismo las municipalidades
debían enviarle al corregidor la lista de personas anotadas en el libro. Obviamente
por medio de la corrupción se procuraba interesar a una autoridad menor para que
se encargara del envió de los campesinos.
De hecho lo que se pretendía era darle una base legal a las arbitrariedades de los
propietarios contra los trabajadores rurales, tales que ya para 1,870 se había
extendido a toda la República. La jornada laboral duraba todo el día obligándoles a
trabajar en días festivos hasta las ocho de la noche.
La leyes conservadoras, consideraban a los campesinos ciudadanos libres y con
derecho a aceptar o a rechazar el trabajo de las fincas. Sin embargo, reconocía la
conveniencia de proporcionarle a los finqueros los hombres que solicitaran para
los trabajos en sus plantaciones.
CAPITULO VII
LOS FINQUEROS AL PODER
La alianza entre los comerciantes y los caficultores de los Altos de Guatemala
encabezados por varias personas, a la luz de una nueva documentación, hemos
comprobado que esta interpretación necesita ser revisada, para comprender el
papel que desempeñaba la economía y en la política de Guatemala.
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El capital comercial, en la segunda mitad del siglo XIX, así como la relación que
existía entre este y el capital agrario. Los mercaderes más ricos del periodo de
dominación de española en Guatemala, en Santiago se dedicaban también al
cultivo en gran escala del indignó.
Al abrir las puertas al capital y a la colonización extranjera, permitió la llegada al
país de empresarios ingleses, alemanes y otros. Este nuevo grupo de
comerciantes se diferencio de los mercaderes de la época colonial por su espíritu
emprendedor. Antes de 1,871 llego a surgir una fuerte contradicción entre
mercaderes guatemaltecos de origen colonial, que trataban de perseverar.
La mayor contradicción que existía dentro de la clase dominante, sin embargo era
un lugar conservador en preservar la estructura de poder de origen colonial. La
punta de lanza de la dominación neocolonial deseaba convertir a Guatemala en
una gran plantación, expandiendo el cultivo capitalista del café.
Las necesidades de los finqueros
Dado que Miguel García Granados solicitó que los propietarios de plantaciones,
manifiesten por escrito, sus necesidades más urgentes, indudablemente la
economía capitalista de plantación necesitaba, eliminar la base económica, y la
propiedad comunal en la tierra y el trabajo comunitario.
La exportación de los trabajadores, rurales en las fincas de café, ha sido el secreto
del origen de las riquezas de la burguesía agraria guatemalteca. Cuando había
trabajadores en esos lugares, trasladaban miles de campesinos como cuadrilleros.
En un país donde se proviene únicamente en la agricultura las medidas de que
hablamos son de la mayor consecuencia y no era el motivo más infundado de
descontento con el gobierno pasado. Primeramente, aunque no sea muy
necesario, pintar en pocas palabras, el estado pasado y el actual de las cosas de
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este departamento. Se ve que estas habilitaciones representa un capital muerto de
bastante valor. No hablamos de la muerte de un mozo.
Es el caso para los mozos haraganes y borrachos que de ultimo se les pone unas
multas, de unos 6 o 2 pesos. En fin las cosas han llegado al extremo, que para
contar con un cierto número de trabajadores, un hacendado se ve obligado a dar
habilitación a casi el doble del número de los que necesitaba.
También el mozo que debe a su patrón y no sale al trabajo en días comunes, será
castigado con trabajo público, a menos que esté enfermo o tenga licencia expresa
del amo. Se comenta que los indios.
El único punto que no se puede dejar pasar a otros igualmente graves para el
progreso del país, porque hay circunstancias en que un propietario de finca está
obligado a ocupar de improviso, de días o semanas.
La militarización de los trabajadores
Muchos campesinos Vivian tradicionalmente aislados en ranchos escondidos, en
las montañas y en comunidades que no tenían vías de comunicación con el resto
del país. La presentación de la autoridad política del Gobierno central fue una de
las principales tareas que se asignaron a los finqueros a quienes se les invistió no
solo de autoridad, si no que de autoridad militar también.
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Hubo milicias urbanas, poniéndose a la
cabeza de ellas, financiaros del gobierno,
abogados, médicos y aquellos que se hallen
al frente de empresas mercantiles. La
malicias activas estarían formadas por los
pobres de la ciudad y del campo. Estas
malicias estarían comandadas por los
funcionarios del gobierno en el medio rural,
especialmente por los finqueros y sus
hombres de confianza.
La importancia económica de estas disposiciones era que se le daba a la
agricultura, un medio eficaz para poder evitar la insolencia y el fraude de los
mozos de finca. Se le ha dado el nombre de cuerpo de reserva, escribía el político
rural. Lo que más lleno de satisfacción a los finqueros fue el artículo noveno del
mencionado bando.
Brevemente, la nueva ley militar decretada recientemente, parece haber sido
hecha con el fin de favorecer a los de la agricultura y a establecimiento de
plantaciones. El fiscal consideraba que lo más provechoso para el desarrollo de la
agricultura era que las autoridades locales y el poder central, vigilaran a los
agricultores para que dieran mejor trato a los trabajadores.
Las condiciones del trabajo productivo
En un 19 de septiembre de 1,871, el ministro de Gobernación liberal solicitaba
información sobre las poblaciones que se encontraban bajo la autoridad de
municipalidades, jueces preventivos y comisiones políticos. El ministro tenía
interés en conocer el número exacto de las poblaciones indígenas y ladinas. El
jefe político no consideraba conveniente la supresión de las municipalidades.
En caso a que los jefes ponían muchas horas a sus trabajadores, se encargaban a
señalarles muchísimo más de las tareas de lo que normalmente hacían. En 1,871
en el occidente del país el salario oscilaba entre un real y medio y dos reales,
aunque esta costumbre venía desde el inicio de la caficultura. Todos parece
indicar, que del siglo XIX el salario de los trabajadores temporales en las
haciendas y fincas raras a veces fue más de 2 reales diarios, es decir 25 centavos
de dólar.
En época de cosecha, un trabajador recolectaba no menos de 25 libras de café en
pergamino mundial sino, especialmente debido a que en Guatemala el costo de
producción era bajísimo.
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Todos querían ser propietarios del café, solo los más ricos empresarios
extranjeros lograban conservar s plantaciones ya que
era los únicos capaces de administrar sus propiedades
de manera racional y económica durante y después de
las épocas de crisis.
Para los que eran propietarios de café en el año 1,889
puede decirse que se ha obtenido grande dividendos por
sus inversiones, subido una gran medida de sus
plantaciones.
La caficultura en el Oriente de Guatemala
En general las explotaciones, agrícolas pertenecían al elemento más conservador
del país. Vicente cerna, el sucesor de Rafael Carrera, era un rico hacendado de
Chiquimula, antes de convertirse presidente de la República, muchos hacendados
de la región heredaron de sus antepasados latifundios.
El interés por el cultivo del café llevo a cientos de
campesino pobres a descobrar las montañas y zonas
del departamento de Chiquimula y a solicitar en
propiedad por ser terrenos baldíos. El salario que
pagaban los propietarios a los jornaleros era de 1 ½
reales diarios.
Asi un finquero y vicecónsul alemán en Retauleu ,
opinando su calidad de propietario de plantación.
Esta Escasez, así mismo a que la raza india es por
naturaleza indolente y haragana.
Los comerciantes y la caficultura
El conocimiento del comercio de importación y los cambios en la cúpula del poder
en Guatemala en la segunda mitad del siglo XIX fuero una de las características
de la economía de plantación.
Las líneas de Barrudia reflejaban el pensamiento de comerciantes de la Capital
que se encontraban insatisfechos por no poder aumentar sus transacciones al no
poder pegarse un mayor salario a los campesinos.
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La repiña por la mano de obra
En 1,873 se denuncio que los finqueros de Chimaltenango, perjudicaron
grandemente la agricultura de esta villa, pues les pagan a los mozos medio real y
cuartillo de real al día. Tratando de evitar el acaparamiento de trabajadores, una
autoridad rural recibió de sus superiores instrucciones para que le pidiera a los
finqueros de su región una cierta cantidad de dinero.
Acerca de los abusos que puedan cometerse, queda la acción de la autoridad por
determinadas reglas, desconfiando siempre de la opinión que sujetara la censura
discusiva.
Proyectos de reglamentos de trabajadores
Los finqueros consideraban que la agricultura, además de ser la fuente de su
riqueza y bienestar era el fundamento del progreso de Guatemala.
CAPITULO VII
EL SERVICIO DE MANDAMIENTOS
El reglamento reflejaba la creciente dificultad que enfrentaban los finqueros para
conseguir la fuerza de trabajo que necesitaban en sus plantaciones cafeleteras,
ante la negatica de los campesinos a trabajar en ellas. Esto se estipula que ningun
trabajador estaba obligado a recibir habilitaciones, era permitido que los finqueros
otorgaran adelantos en dinero.
La resistencia a los mandamientos
Los colonialistas españoles sometieron a la poblacion campesina a la explotacion
en nombre de la civilizacion.El jefe politico de chimaltenango expuso en 1,893, que
lo que mas molestaba a los campesinos de los servicios de mandamientoss era
tener que abandonar sus propios cultivos y demas tareas de campo en sus
comunidades, para atender necesidades de los finqueros.
También la mujer campesina fue víctima temprana del trabajo forzado, habiendo
sufrido de diversas maneras las arbitrariedades cometidas contra clase por los
finqueros y sus representantes.