1. LATTENTENOSOLOTUESTASUS
PROPIOSGRANOS,PARAELLOS,
PARABIRKINYPARAOTRASCAFE-
TERÍAS;ADEMÁSENTRENABARIS-
TAS,ASESORAENLACREACIÓNDE
CARTASYADQUISICIÓNDEEQUI-
POSPARACAFÉSYCONTROLA
CALIDAD.TANTOSUSDUEÑOS–UN
COLOMBIANOYUNAINDONESIA-
COMOELPERSONALQUELOSASIS-
TESONBARISTASPREMIADOS.
MásDeco27
todo el mundo tiene derecho a tomar buen café
a un precio justo. “Al principio, los sándwiches,
los jugos y todo se hacía en el quiosco. Al año
nos ampliamos dentro del mismo mercado.
Pusimos el tostador a la vista, ampliamos la
barra y abrimos una cocinita. Pronto abriremos
otra sucursal en Santa Cruz de la Sierra”.
“Sí, los coffee house especializados y los
baristas están ganando terreno a la hora de
hablar de un buen café. Lo más importante es el
cambio en los paradigmas del empresario
gastronómico, que comienza a entender que no
alcanza con poner a cualquiera a hacer café,
sino que tiene que invertir en sueldos más altos
contratando verdaderos baristas”, dice Alexis
Zagdañski, barista y fundador de LAB Tostado-
res de café. Este local partió a principios de 2012
como tostaduría de cafés especiales para un
nicho gastronómico que no se conformaba con
cualquiera. Después de tres años de crecimien-
to decidieron abrir un training center con un
coffee shop, donde la gente –amateurs y
profesionales– no solo puede tomar clases, sino
también degustar sus creaciones. “El ambiente
tiene influencias del estilo coffee house que
encuentras en Nueva York, Brooklyn, Seattle o
Melbourne. Además queremos transmitir la
idea de factory moderna, sin cargar mucho la
decoración. Quizás lo más difícil fue tomar la
decisión de privilegiar una gran barra y
espacios amplios en lugar de llenar el salón con
mesas”, explica Alexis. El barrio que escogieron
para él fue otro acierto: en Palermo Hollywood,
donde se ubican las productoras de televisión y
radio, muchas oficinas y turismo, encuentran a
ese cliente abierto de mente que buscaban.
Como si fuera un mito, Victoria Angarita
escuchó que hacía varios años Juan Valdez
había querido instalarse, pero la operación
nunca se concretó. Buscando buen café por
todo Buenos Aires sin encontrarlo, animada por
lo que había aprendido de su padre –conocedor
y cafeinómano– decidió intentar traer granos
desde Colombia y tostarlos en Argentina. “No
fue fácil y nos costó mucho vender el primer
bulto porque la gente no quería cambiar.
Participamos en muchas ferias y de a poco lo
dimos a conocer”, recuerda ella. Eventualmen-
te, Victoria y su esposo decidieron que la mejor
forma de presentar este café de calidad al
público era abrir un local, que llamaron Full
City, el nombre con el que se conoce en el
lenguaje de los cafeteros al tostión media alta