Este documento describe una técnica taoísta para centrarse que involucra sentarse solo sobre las nalgas sin apoyo para los pies o las manos. Explica que primero se debe hacer las nalgas sensibles durante varias semanas para luego intentar sentarse equilibradamente sobre ellas sin apoyo, lo que llevará al centramiento interior. Recomienda practicar la sensibilización de las nalgas a través de varias actividades como sentir la cama o la pared con ellas antes de intentar la postura.
1. 19 SIÉNTATE SÓLO SOBRE LAS NALGAS.
Séptima técnica para centrarse: Sin apoyo para los pies o las manos, siéntate sólo sobre las nalgas. De
pronto, el centramiento.
Esta técnica ha sido empleada por los taoístas en China durante siglos; y es una técnica estupenda, una de las
más fáciles. Prueba esto: Sin apoyo para los pies o las manos, siéntate sólo sobre las nalgas. De pronto,
el centramiento.
¿Qué hay que hacer? Necesitarás dos cosas. Primero, un cuerpo muy sensible, que no tienes. Tienes un
cuerpo muerto; es tan sólo un fardo con el que hay que cargar: no es sensible.
Primero tendrás que hacer tu cuerpo sensible; de lo contrario esta técnica no funcionará. Así que primero
te diré algo sobre cómo hacer tu cuerpo sensible, y especialmente las nalgas, porque normalmente las
nalgas son la parte más insensible de tu cuerpo. Tienen que serlo. Tienen que serlo porque estás todo el día
sentado sobre tus nalgas. Si son demasiado sensibles, será difícil.
Así es que tus nalgas son insensibles: necesitan serlo. Igual que las plantas de los pies, son insensibles.
Sentado continuamente sobre ellas, nunca notas que estás sentado sobre tus nalgas. ¿Lo has notado antes
alguna vez? Ahora puedes sentir que estás sentado sobre tus nalgas, pero nunca antes lo has sentido; y has
estado sentado sobre tus nalgas toda tu vida, nunca conscientemente. Su función es tal que no pueden ser
muy sensibles.
Así que primero tienes que hacerlas sensibles. Prueba un método muy fácil... Y este método se puede
hacer con cualquier parte del cuerpo; entonces el cuerpo se volverá sensible. Simplemente siéntate en una
silla, relajado, y cierra los ojos. Siente tu mano izquierda o tu mano derecha; cualquiera de las dos.
Siente tu mano izquierda. Olvídate de todo el cuerpo y siente tan sólo la mano izquierda. Cuanto más la
sientas, más pesada se volverá la mano izquierda.
Continúa sintiendo la mano izquierda. Olvídate de todo el cuerpo; sigue sintiendo la mano izquierda tomo si
fueras sólo la mano izquierda. La mano seguirá volviéndose más y más y más pesada. Según se vaya
volviendo pesada, sigue sintiéndola volviéndose más pesada. Entonces trata de sentir lo que está
sucediendo en la mano. Cualquiera que sea la sensación, toma nota de ella: cualquier sensación,
cualquier sacudida, cualquier ligero movimiento: toma nota en la mente de que esto está sucediendo. Y
sigue haciéndolo todos los días durante al menos dos semanas. En cualquier momento del día, hazlo durante
diez, quince minutos. Simplemente siente la mano izquierda y olvídate de todo el cuerpo.
En un plazo de tres semanas sentirás que tienes una mano izquierda nueva, o una mano derecha nueva. Será
muy sensible. Y te harás consciente de cada tenue y delicada sensación de la mano.
Cuando tengas éxito con la mano, inténtalo con las nalgas. Intenta esto: cierra los ojos y siente que sólo
existen las dos nalgas; tú ya no existes. Deja que toda tu consciencia vaya a las nalgas. No es difícil. Si lo
intentas, es estupendo. Y la sensación de vitalidad que llega al cuerpo es en sí misma muy dichosa. Entonces,
cuando puedas sentir tus nalgas y se puedan volver muy sensibles, cuando puedas sentir todo lo que
esté sucediendo dentro -un ligero movimiento, un ligero dolor o cualquier cosa-, entonces podrás
observar y saber. Entonces tu consciencia está unida a las nalgas.
Primero pruébalo con la mano. Como la mano es muy sensible, es fácil. Una vez que adquieras la confianza
en que puedes sensibilizar tu mano, esta confianza te ayudará a sensibilizar tus nalgas. Entonces haz
esta técnica. De modo que necesitarás al menos seis semanas antes de poder acceder a esta técnica: tres
semanas con tu mano y luego tres semanas con tus nalgas, haciéndolas más y más sensibles.
Tumbado en la cama, olvídate de todo el cuerpo. Recuerda que sólo sientes las dos nalgas. Siente el
contacto: las sábanas, el frío o la calidez que llega lentamente. Siéntelo. Tumbado en la bañera, olvídate
del cuerpo. Recuerda sólo las nalgas: siente. Ponte contra una pared con tus nalgas tocando la pared: siente el
frío de la pared. De pie junto a tu amado, junto a tu esposa o tu marido, las nalgas de uno junto a las nalgas del
otro: siente al otro a través de las nalgas. Esto es sólo para «crear» tus nalgas, para llevarlas a una
situación en la que puedan empezar a sentir.
Luego haz esta técnica: Sin apoyo para los pies o las manos... Siéntate en el suelo. Sin apoyo para los
2. pies o las manos, siéntate sólo sobre las nalgas. La postura de Buda servirá, padmasana servirá. O
siddhasana servirá, o cualquier asana normal, pero es bueno no usar las manos. Permanece sobre las
nalgas, siéntate sólo sobre las nalgas.
Entonces ¿qué hay que hacer? Simplemente cierra los ojos. Siente las nalgas tocando el suelo. Y como las
nalgas se han vuelto sensibles, sentirás que una nalga está tocando más. Te estás apoyando sobre una
nalga, y la otra está tocando menos. Entonces mueve el apoyo a la otra. Inmediatamente vete a la otra; luego
vete a la primera. Sigue moviéndote de una a la otra, y luego, poco a poco, equilíbrate.
Equilibrarse significa que tus dos nalgas están sintiendo lo mismo. Tu peso en ambas nalgas es
exactamente el mismo. Y cuando tus nalgas estén sensibles, esto no será difícil, lo sentirás. Una vez que tus
nalgas estén equilibradas, de pronto, el centramiento. Con ese equilibrio, de pronto serás arrojado al
centro del ombligo, y estarás centrado dentro. Te olvidarás de las nalgas, te olvidarás del cuerpo. Serás
arrojado al centro interno.
Por eso digo que los centros no son significativos, pero centrarse sí; suceda en el corazón o en la
cabeza o en las nalgas, o en cualquier parte. Has visto budas sentados. Puede que no hayas imaginado que
están equilibrando sus nalgas. Vas a un templo y ves a Mahavira sentado, a Buda sentado: puede que nunca
se te haya pasado por la imaginación que este estar sentados es sólo un equilibramiento de las nalgas.
Lo es; y cuando no hay desequilibrio, de pronto ese equilibrio te da el centramiento.