Este documento discute la importancia de la seguridad vial y la responsabilidad de los ingenieros para mejorarla. Explica que reducir los accidentes requiere el cumplimiento de las normas de tránsito, el uso de técnicas de ingeniería modernas, y un buen comportamiento de conductores y peatones. También enfatiza que los ingenieros deben esforzarse para proveer caminos, calles y vehículos seguros que permitan a los usuarios llegar a su destino de forma segura, a través de un diseño coordinado que
1. 1/3
_____________________________________________________________________________________________
ADMINISTRACIÓN DE LOS PROGRAMAS
DE SEGURIDAD VIAL
Por el Ing. ARMANDO GARCÍA BALDIZZONE
RESUMEN Ing. Francisco J. Sierra
En los caminos rurales y urbanos de nuestra red vial,
el más indiferente de los ciudadanos reconoce el
profundo impacto que la seguridad del tránsito tiene
sobre la economía y bienestar social de la Nación.
La tarea para reducir los siniestros viales resulta un
emprendimiento más complejo que el propio sistema
de transporte. A despecho de la expectativa más
generalizada sobre el tema, no existe ninguna
fórmula mágica ni ley de Tránsito, aun la más moderna y perfecta, que
permita controlar ese problema de la noche a la mañana.
Una sustancial disminución de los índices de siniestros provendrá de un
buen y fiel cumplimiento de las normas de circulación; de la aplicación de
modernas técnicas de ingeniería, tanto vial como del automotor; del buen
comportamiento del conductor y peatones; de los controles de emisión de
las licencias de conductor, etcétera.
Sin duda alguna, la responsabilidad básica para lograr un adecuado
programa de prevención de siniestros pertenece a la actividad oficial. Pero,
al mismo tiempo, resulta que en gran medida el éxito de los programas que
se realicen descansa sobre el respaldo del público.
El problema de la seguridad en el tránsito interesó a las autoridades viales
del país. Hasta no hace mucho tiempo, la inquietud fundamental de los
ingenieros viales consistía en construir, habilitar y conservar los caminos,
sin preocuparse demasiado por la economía y seguridad de los usuarios.
2. 2/3
_____________________________________________________________________________________________
Aplicado al diseño geométrico de los caminos, el concepto de velocidad
directriz preconizado por el Ing. Pascual Palazzo aportó a los nuevos
trazados un alto grado de seguridad, al cumplir ciertas premisas en relación
con:
velocidad de circulación NO superior a la velocidad directriz;
bajo volumen de tránsito; y
adecuadas condiciones climáticas.
Pero con solo aplicar este criterio de la velocidad directriz y obtener un tra-
zado armónico y coherente no basta para alcanzar una adecuada seguridad
vial, fundada en el triángulo conductor, vehículo, camino, o factores humano
+ estático + dinámico.
Para alcanzar una drástica reducción de siniestros viales deben atacarse en
forma simultánea los problemas que cada factor presenta.
El camino es el factor objeto de la ingeniería vial y de la ingeniería de tránsi-
to, ramas paralelas con el designio de lograr que los usuarios del camino
puedan realizar viajes rápidos, económicos y seguros; en un desarrollo ar-
mónico con los organismos responsables de construir la red vial del país.
Los ingenieros viales, de tránsito y mecánicos deben esforzarse permanen-
temente en proveer seguros caminos, calles y veredas; normas de circula-
ción y vehículos que posibiliten a los usuarios alcanzar sus destinos en for-
ma segura. Su trabajo coordinado y mancomunado obtendrá altos dividen-
dos por ahorros de vidas, prevención de lesiones y daños a la propiedad.
La misión de los ingenieros de tránsito y viales es dar a conductores pasaje-
ros y peatones adecuada protección contra posibles causas de siniestros
sobre los cuales no tienen control o responsabilidad, como pueden ser actos
de imprudencia de otros conductores, deficiencias en el diseño geométrico
del camino, mala conservación de los pavimentos, inadecuada señalización,
etcétera.
En muchos de los siniestros en nuestros caminos se involucran conductores
que normalmente conducen sus vehículos con razonable precaución, y para
los cuales los ingenieros viales y de tránsito deben emplear sus mayores
esfuerzos en darles cada vez mejores condiciones de seguridad.
Los ingenieros no pueden ni deben construir caminos a prueba de tontos, ni
para conductores riesgosos, ni para actitudes criminales.
3. 3/3
_____________________________________________________________________________________________
Pero un adecuado diseño y mejoramientos de las condiciones del camino
influirán en el comportamiento de los conductores y harán menos probables
y peligrosos los errores humanos.
Una adecuada propuesta de la Ingeniería Vial hacia la seguridad en el trán-
sito debe abarcar una planificación de largo plazo que prevea realizar pro-
gramas anuales de mejoramiento, conservación y operación de la red vial,
para obtener resultados correctos y perdurables; no paliativos en el menor
tiempo posible.
Sacrificar las normas de diseño por razones económicas o para construir
mayor cantidad de kilómetros produce una insatisfactoria y peligrosa mezcla
de caminos de altas y bajas normas de diseño, que no se soluciona implan-
tando señales que reduzcan la velocidad máxima o anuncien un peligro.
Solía decir el ing. Pascual Palazzo: “No hay ironía más siniestra que
sembrar de obstáculos un camino, para después tener el gusto de se-
ñalizarlos”
Hay muchas obras ya inauguradas y por inaugurar que son un vívido ejem-
plo de los problemas que los conductores deben afrontar por el solo hecho
de que la obra o el proyecto debía comprimirse para no hacer expropiacio-
nes.
(…)
Es de vital importancia que los ingenieros proyectistas, constructores, res-
ponsables de la conservación, antepongan la seguridad de los usuarios a
cualquier otra consideración técnica o económica, sin que ello implique la
construcción de obras faraónicas, dado que con los escasos recursos dis-
ponibles, empleando las herramientas dadas por la ingeniería pueden obte-
nerse soluciones adecuadas para reducir la probabilidad y peligro de los si-
niestros.
(…)