Ensayo basado en el Libro de Paulo Freire

1. Perspectiva de la educación y la política
Una vez más nos encontramos con el Señor Freire y su
visión de la educación y política, en este nuevo libro titulado
“Política y educación” nos brinda diferentes puntos que
merecen ser tomados en cuenta con el fin de despertar a la
ciudadanía dormida y hacernos notar el rol importante que
tomamos en nuestra propia educación y de nuestra
ciudadanía.
Beatriz L. Arano Farell
betty.arano.farell@gmail.com
Freire nos habla de las comunidades populares que crean
sus escuelas haciendo el trabajo que debería hacer el estado y
alivianándole su labor con estas comunidades. Freire hace un llamado a estas
comunidades para que despierten su espíritu revolucionario y de justicia, que
exijan a sus gobernantes cumplir con su labor y crearles conciencia de su
compromiso con ellos y su educación. La educación y formación deben ser
permanente, y hago énfasis en estas dos palabras ya que estamos educando pero
no en sí transfiriendo conocimientos, no tiene sentido que una persona sea
programada para aprender, sino que tiene que educarse para poder cuestionar su
aprendizaje y de esta manera formarse como persona, como ciudadano, como
educando. Las personas jamás dejan de educarse, no porque alguna ideología lo
diga, sino que es su naturaleza humana el de adquirir nuevos conocimientos y la
necesidad que lo lleva a buscarla.
Las comunidades o ciudades educativas tienen una labor y compromiso muy
importante y ésta se trata, más allá de desarrollar respeto mutuo y disciplina, en
transmitir su cultura, dar un tratamiento a nuestra memoria y reproducir su historia
mediante museos, centros culturales y el arte. Esta labor tiene un fin muy
interesante y no es sólo el que las personas conozcan y valoren su realidad e
historia, sino que se quiere despertar la ansiedad de soñar, desarrollar un deseo
de democracia, pero una democracia verdadera y sin discriminaciones.

2. Dentro de esta labor educativa también se encuentra la educación de adultos. En
este sentido los educadores deben preocuparse no sólo el de seguir los
procedimientos didácticos sino de dar un educación más extensa y capacitarlos
para que sean capaces de hacer un análisis crítico de nuestra realidad y,
ayudados con su experiencia, superar su sentido común y tanto niños como
adultos participar en los procesos educativos de alfabetización y concientización.
Es necesario que los ciudadanos sean partícipes activos de su educación y hacer
uso efectivo de su libertad como seres humanos para optar hacia sus opciones
educativas y abolir la neutralidad académica defendiendo de esta manera la visión
de crear ciudadanos democráticos y seguir con la búsqueda anhelada del
mejoramiento cualitativo de la educación. Los educadores deben de ser
coherentes con su discurso para poder intervenir y decidir cuando sea necesario y
a su vez los educandos se encuentren en una relación directa con la práctica
educativa progresista a pesar de encontrarse dentro de un modelo rígido pero que
la cual poco a poco irá cambiando acorde a las necesidades surgentes en la
sociedad.
Para lograr algún sueño es preciso actuar, nadie nace sabiendo cómo
hacer las cosas, eso es algo que poco a poco vamos aprendiendo con el pasar del
tiempo y la práctica. Lo que tenemos desde pequeños es un gusto a ciertas
actividades y éste mismo va creciendo y fortaleciéndose con el transcurso de
nuestra formación y le va dando forma y sentido a nuestro deseo. Algo muy
importante para los educadores es tomar en cuenta que éste gusto debe
desarrollarse de la manera adecuada para así poder transmitirlo a los educandos,
de esta manera ellos también podrán adquirir y ser partícipes de este desarrollo
educativo donde desarrollaran sus habilidades y sus capacidades intelectuales
mediante la superación de miedos y/o barreras que le impiden estar de manera
abiertos a la práctica, a su derecho de preguntar, de cuestionar, estar en
desacuerdo y opinar o criticar. El educador debe ser capaz de despertar esa
necesidad adormilada de los educando e incentivarlos a percibir su carencia de
análisis crítico y plantear que no hay progreso en el estancamiento, por lo tanto no

3. debemos amoldarnos a las estructuras injustas y mediocres sino ser parte de la
práctica socio formativa.
Algo que no debe pasar desapercibido en la labor educativa es la verdad, la
verdad ética y moral. Los educadores deben de formar a los educandos para ser
libres y para ellos debemos percibir que la liberación no es algo que vendrá sino
que se obtiene mediante un proceso de lucha. La responsabilidad que tienen los
educadores bajo una práctica educativa domesticada les exige preparación y
actitud ya que no se puede ser un educador progresista siguiendo una ideología
dominante, eso sería trabajar en contra de su vocación y traicionar los ideales de
la liberación. El educador progresista debe tener vocación y entrega para estar
siempre abierto a la crítica y defender la invención de la unidad en la diversidad.
La educación popular es la que es considerada la “rebelde” o por así decir la que
va en contra de las ideologías políticas y que jamás separa la enseñanza con la
realidad nacional. Es la que estimula a la lucha por la transformación democrática
de la sociedad, respeta a los educandos y por ello trabaja para brindar una buena
calidad de enseñanza e incluye a los padres y a la comunidad en los movimientos
populares para lograr su fin la cual se denomina como la práctica democrática de
la escuela pública progresista.
Por último Freire indica que las universidades católicas deben ser tolerantes lo
cual permite la convivencia y mejoramiento del ambiente académico, ya que no
discrimina y se abre al mundo hacia las diferentes religiones y posiciones
ideológicas, de esta manera la universidad católica crece en cuanto al respeto e
incentiva la democracia.