2. Cuando un niño crece en una cultura o casa que le da cierta cantidad de libertad,
cree que es lo que se acostumbra en la sociedad. Debido a ello, los padres con
frecuencia notan las diferencias de las culturas en que los niños de algunas son
claramente independientes mientras que otros se apoyan más en la familia. Un
ejemplo claro de esto son las culturas occidentales que le dan más independencia a
sus adolescentes, permitiéndoles manejar un auto y tener trabajos de medio tiempo,
actividades que los de culturas orientales desempeñarán mucho más tarde. La cultura
en la que crece un niño puede influenciar la rapidez con que obtenga su
independencia.
3. Los padres de los adolescentes tienen como principal responsabilidad enseñarles a sus
hijos ética.
Los eruditos en la conducta adolescente y los autores de “Familia and Peer Influencies en
Adolescente Beaver and Risk-Taking”, Nancy Gonzales y Kenneth Dodge, señalan que
mientras mucho del desarrollo adolescente ocurre fuera de la casa, la cultura que les
inculca la familia forma las raíces de ese desarrollo. Los padres que vienen de diferentes
culturas enfatizan valores diferentes y por lo tanto les enseñan a los niños estándares
morales diferentes. Por ejemplo, debido a que la honestidad es un concepto importante
en occidente, los padres estadounidenses animan a sus hijos a no mentir, aún en
situaciones en que la mentira pudiera ser beneficiosa. Por el contrario, los padres del este
asiático tienden a enfocarse en crear un sentido de armonía social y familiar. Estos
padres tienden a pasar por alto las mentiras, siempre que las mismas contribuyan a la
armonía, como las mentiras blancas que se dicen para no lastimar los sentimientos de
otras personas. Los adolescentes crecen en culturas diferentes y sus estándares de
moral se solidifican también de maneras diferentes.
4. Sin cultura, no hay bien ni mal por lo que un niño se pueda sentir orgulloso o
humillado. La cultura es parte de la razón por la cual algunos adolescentes son vistos
por sus pares como arrogantes o tímidos. Esta diferencia no surge de la idea del
respeto, sino por donde debe ser reemplazado el respeto. Por ejemplo, las familias
hispanas tienden a criar a sus adolescentes como personas de carácter fuerte, que
sepan defenderse, si se presenta la oportunidad. Les inculcan un sentido de orgullo.
Sin embargo, otras culturas, como la japonesa, no enfatizan el orgullo del individuo,
pero sí el del grupo. Así, para los niños hispanos, los niños japoneses son tímidos;
por otro lado, los niños japoneses consideran a los hispanos como arrogantes.
5. Considerando que los años adolescentes son un período en el que se busca la propia
identidad, los adolescentes de una cultura que no sea masiva pueden encontrar más
difícil identificarse. Por otro lado, los adolescentes se identifican con sus familias, que
pueden no pertenecer a la cultura mayoritaria; pero también se identifican con sus
pares, que son parte de ella. En esta etapa de la vida, las diferencias individuales son
aparentes, especialmente en lo que respecta a las diferencias culturales, haciendo
que el período de la auto-identificación sea aún más difícil para los estudiantes
extranjeros creciendo en el exterior.
6. Conjunto de manifestaciones en las que se expresa la vida de un pueblo, comunidad,
etcétera. Acciones y construcciones materiales, simbólicas, mediante las cuales
grupos e individuos expresan formas de pensar, sentir y hacer. Es todo lo que se
hace, lo que se dice y también lo que no se dice. Las distintas expresiones culturales
actúan como medio de preservación de las tradiciones (culturales, lingüísticas,
étnicas, religiosas) y como forma de transformar las tradiciones. Se transmiten a
través de los años o se rompe con ellas y se generan nuevas. Cambio y permanencia
son dos caras de un mismo fenómeno. Ambas están presentes en nuestras
sociedades sin que sean contradictorias. En este marco y desde esta concepción, las
culturas adolescentes adquieren una dimensión social y política en cuanto acentúan o
atenúan encuentros, desencuentros, afinidades y conflictos que conviven en el medio
en que están inmersas. A través de este tipo de manifestaciones es que acompañan
las tradiciones y/o rompen con ellas.
7. En todas las épocas existieron personas cuya inmadurez no condice con su edad cronológica.
No es una condición privativa de los tiempos modernos sino que es uno de los modos de ver el
mundo que puede tener el hombre de cualquier época, que le permite adaptarse según su
conveniencia.
Si quisiéramos clasificar a las personas por su forma de pensar no sería posible porque las maneras
de ver la realidad son individuales. Cada uno de nosotros tiene una identidad, y también una
cosmovisión.
Sin embargo, a grandes rasgos se podría dividir a la humanidad en dos grandes grupos, las
personas que creen en la existencia de valores absolutos y los que creen solamente en los valores
relativos, que son los que dependen de las circunstancias.
Este grave problema de la pérdida de valores absolutos ha llevado al hombre a perder el sentido de
la vida y a no saber quién es. Existe por lo tanto un concepto devaluado de la vida que ha dejado de
ser considerada sagrada para convertirse en algo intrascendente.
Se juega con la vida, deportes suicidas, necesidad de experiencias límites para sentirse vivos,
drogas, violencia, sexo sin amor, aislamiento y soledad.
Es una actitud adolescente de rebeldía a lo establecido pero a favor de ningún propósito.
Las grandes ciudades son el ambiente ideal para el desarrollo del materialismo sin alma, el
endiosamiento del dinero, la competencia, el placer, y la corrupción, con tal de poder acceder a un
status y pretender ser uno de los elegidos, favorecidos por el anonimato.
Como en la adolescencia, cuando no hay una identidad firme se hace necesaria la imitación, por lo
tanto nadie vive una vida auténtica sino que se amolda a patrones ya establecidos por esos sectores
para ser aceptados.
8. Pero especialmente en esta época que nos toca vivir parece generalizarse peligrosamente esta
tendencia.
Existen razones históricas que desencadenan estos comportamientos. Después de la segunda
guerra mundial se comienza a desconfiar de las recetas que llevó al mundo a la destrucción y a la
muerte y un movimiento ávido de libertad absoluta sin responsabilidad ni compromiso comienza a
surgir, deseando cambiarlo todo.
Esta pérdida de valores lleva al mundo a establecer un eje que a partir de esa época comenzará a
moverlo todo. El dinero.
El poder del dinero hace que el hombre como ser humano pierda su verdadera identidad de ser
social para convertirse en un individuo que busca el ser en el tener e intenta lograrlo manipulando y
corrompiéndose.
El relativismo total se ha declarado y todo es igual. Los jóvenes no piensan, actúan y se equivocan y
así siguen haciéndolo siendo grandes.
Apenas se justifican diciendo que son humanos, que pueden equivocarse, piden perdón y como
hacen los adolescentes, vuelven a hacer otra vez lo mismo.
Los valores esenciales no se aprenden, ya venimos con los valores incorporados, sólo hay que
recordarlos, pero estos adolescentes eternos no lo intentan.
Existen otros valores que sí son relativos y que tienen que cambiar según la circunstancia, esto hace
posible que nos podamos adaptar en cada etapa de la vida, pero los valores básicos para no
matarnos entre nosotros tendrán que existir siempre.
Afortunadamente la mayoría de la gente en el mundo tiene sentido común y sensatez y se siguen
orientando con los valores que muchos pretenden dejar de lado; sólo que ellos no se promocionan a
través de los medios como el resto.
9. El hombre adolescente quiere una vida automática, electrónica, sin tropiezos, con libreto
hecho de antemano para estar tranquilo y que no lo molesten.
Son muy convencionales entre ellos, se oponen a lo establecido pero necesitan ser
reconocidos por los demás, porque en el fondo no están seguros de su propia visión del
mundo.
El hombre adolescente no es feliz porque es indiferente, no se compromete con la vida,
sus marcos de referencia son inestables y su tolerancia absoluta gracias a un blando
código ético que le permite cambiar de valores sobre la marcha según sus propias
necesidades.
La vida en grupo es tan antigua como el ser humano mismo. Los grupos dieron lugar a
que los seres humanos puedan resolver sus necesidades psicológicas y sociales con
mayor eficacia.
Algunas de las particularidades que integran los grupos de adolescentes está dada por la
participación, pero, qué es lo buscan y encuentran en ellos; cómo pueden influir los
grupos en los distintos adolescentes.
Conocer sobre los grupos de jóvenes tanto en las organizaciones como en los espacios
informales, nos permitirá reflexionar sobre distintos modelos de intervención desde la
docencia, manteniendo la promoción de la autonomía y la singularidad de los
adolescentes.
Amor, amistad, afecto, el sentirse reconocido y valorado, son necesidades psicológicas
fundamentales para el ser humano. Lo hace sentir bien y le da sentido de pertenencia.
Por esto es tan importante el grupo en la vida de las personas.
10. Así como la familia es la primera organización a la que pertenecemos y en ella
realizamos nuestros primeros aprendizajes (valores, forma de ver las cosas,
actitudes, etc.), los distintos grupos a los que nos integramos pasan a ser el siguiente
ámbito para los nuevos aprendizajes.
El grupo de pertenencia proporciona al adolescente una plataforma distinta para ver
el mundo. Le ofrece un lugar relativamente estable que, por el mismo hecho de ser
adolescente, le es difícil encontrar en su familia.
En él encuentra una relación simétrica, una situación de igualdad, con pares que
tiene sus mismos problemas, preocupaciones, deseos y gustos.
Aprende a establecer relaciones sociales, puede encontrar apoyo para afrontar sus
conflictos y elementos para construir su identidad.
En el grupo el adolescente, a veces puede aprender a postergar intereses
particulares a favor de conductas que implican participación, solidaridad y
colaboración, conductas que responden a valores que son básicos para la
convivencia en comunidad.
11. El difícil pasaje de la niñez a la adolescencia, el sujeto sufre entre otros cambios, tres
duelos primordiales:
a) el duelo por el cuerpo de niño perdido (fácilmente observable en el adolescente, su
torpeza, su falta de dominio del cuerpo). Su cuerpo cambió pero no maduró su
esquema corporal.
b) el duelo por la pérdida del rol de niño. El adolescente se encuentra que ya no es
más niño pero tampoco es adulto .Se los puede ver jugar con “muñecos o leer
literatura infantil”. Al momento siguiente planificar una familia, trabajo, etc. “jugar a ser
adultos”.
c) el duelo por la pérdida de la idealización de los padres de la infancia. Durante la
infancia los padres son omnipotentes frente a los niños, fuertes, hermosos, pueden
conseguirles lo imposible. Al crecer y convertirse en adolescentes estos mismos
padres generalmente entran en la categoría de decepción y resultan subestimados.
12. Para el adolescente las cualidades, defectos, características y valores que cree poseer o
que parecen faltarle, van conformando el concepto que esa persona tiene de sí. A partir
de este concepto es que puede construir su autoestima.
Para establecer esta valoración, él busca referencia para comparar. El espejo donde se
mira habitualmente es el conformado por: la familia, los vecinos, los amigos, los
compañeros de la escuela. En esta comparación necesaria, se distinguen dos atributos
importantes la identidad y la pertenencia, además existen otros elementos
diferenciadores, que los adolescentes obtienen pautas para su propio desarrollo como lo
son la publicidad, las modas, la televisión, los modelos que los adultos transmiten.
Estos elementos diferenciadores los detectamos en el aula por las actividades que
realizan, el lenguaje que utilizan, sus lugares de encuentro, los símbolos que adoptan, lo
que consumen, y lo que no consumen, etc. Sirven tanto como marcas personales, como
para identificarse con otros que lo comparten.
Durante este proceso el joven puede conservar su capacidad crítica, su forma singular de
pensar y sentir, su pertenencia al grupo será una expresión de su propia libertad de
elección.
Si por el contrario, la presión del grupo no se lo permite, se producirán efectos negativos,
especialmente en aquellos adolescentes vulnerables y necesitados de un marco de
contención y de pertenencia, que por su propia historia personal hacen irrupciones
violentas, o de silencio , ya sea en el hogar, en la escuela, o la comunidad.
13. Entre los momentos finales de la infancia y la futura adultez se encuentra una época
ambigua en el ser humano, la que denominamos adolescencia y cuya característica
específica se encuentra definida por su condición biológica ya que ha adquirido
madurez genital y la capacidad de reproducirse, generando cambios en el orden
físico, psíquico y social en el joven. Al necesitar agruparse con sus pares la vida toma
otra dimensión.
Entre las formas que los grupos imponen para que las personas se sientan dentro o
fuera de ellos, se encuentran los ritos, que son acciones que se tienen que llevar a
cabo para poder pertenecer como miembro de pleno derecho a un grupo. Estas
acciones son a veces lógicas, a veces simbólicas. Es importante recordar que los
ritos de iniciación se encuentran presente en todas las culturas de todos los tiempos
de la humanidad.
En esta nueva etapa, este acceso supone también un abandono. Abandono de
actividades, cosas o relaciones importantes hasta el momento, que es necesario para
acceder a nuevas situaciones.
14. Respecto a los líderes ya sea de grupos formales dentro de la escuela o dentro de los
grupos informales; vecinos, amigos de la cuadra, de la villa o el country, etc. Son
formadores de la modalidad constructiva o destructiva, que adoptan los miembros del
grupo.
Surgen los líderes juveniles espontáneos que en realidad son un modelo para la
identificación e introducen al adolescente en distintos ámbitos. El adolescente confía en
ellos ya que, con la experiencia que tiene, lo ayuden a salir de su inexperiencia. Podrían
recibir el nombre de iniciador. Este rol es sumamente importante pues es el depositario de
la esperanza para superar las falencias que el adolescente tiene.
Hay iniciadores que facilitan la primera exploración de la sexualidad, otros los inician en
conocimientos, otros en su primera experiencia laboral.
Las cualidades y características de esa iniciación dependerán de las cualidades y
características del líder, y que su experiencia le da cierto saber que pone en juego, siendo
una autoridad ante los otros jóvenes.
En el adolescente la búsqueda de modelos es permanente y según sean las
características personales y sociales, encontrará quien lo ayude a fortalecerse o
debilitarse en su proceso de crecimiento.
15. La intrincada trama que se entreteje en los grupos cuenta con los ingredientes básicos de
la personalidad de un adolescente conformado por los valores familiares y de sus
primeros maestros, la manifestación de todo lo aprendido, más la expresión de su
conducta. A su vez la personalidad de los otros pares con sus propios códigos su propia
impronta del mundo y una sociedad donde se encuentran insertos, con los desatinos de la
inmediatez donde les toca vivir, con una adolescencia sobre valorada y eterna.
Esta tríada esta interrelacionada de tal modo que nos cuesta entender que les pasa, que
necesitan. Muchas veces el propio adolescente no sabe qué le pasa, ni lo que quiere,
pero lo quiere ya.
Para la sociedad, la juventud es una etapa de transición entre la edad de la infancia y la
adultez, pero para los jóvenes el mundo está anclado en su presente y lo más importante
es vivir lo mejor posible el momento actual.
La juventud no está agrupada solo por la edad sino por formas de pensar y sentir
parecidas, donde se encuentra una gran diversidad de culturas, consumos y formas de
vida adolescente a las que llamamos “tribus urbanas” o “mundos sociales”.
Los jóvenes que habitan el mundo complejo y cambiante de hoy, se organizan en
espacios propios donde se acepte la diversidad de formas de expresarse y comunicarse.
Una buena parte de ellos se incorporan a las exigencias de hoy y se integran en ámbitos
sociales y públicos.
Con respecto a otros grupos de adolescentes, se los ve como más rebeldes y revoltosos,
estos son los llamados grupos alternativos o disidentes que suelen sentir placer en
transgredir las normas sociales y son propensos a crean sus propias formas de cultura.
16. La psicología de estos tiempos, nos invita a pensar a los jóvenes, como sujetos con múltiples competencias y con un
discurso propio. La forma de comunicación que tienen entre ellos es variada y distinta a lo que estamos acostumbrados los
adultos.
Los nuevos estilos o formas de comunicación son una fuente inagotable que va produciendo y construyendo la
subjetividad del joven.
La comunicación entre las personas hasta no hace mucho tiempo atrás era codificada y con un sentido real, esto quiere
decir, en espacio y tiempo real. Existían códigos compartidos entre los jóvenes y entre ellos y los adultos. Una
característica de este tipo de comunicación era la necesidad de estar atento y concentrado. Para comunicar “algo” había
que pensar y memorizar.
Hoy en día la comunicación no necesariamente es codificada, hay una comunidad virtual además de la real, se comparte
infinidad de información en la red, se habla de una subjetividad mediática sin códigos compartidos, hay una falta de
diálogo cara a cara. Recibimos infinidad de información a través de las nuevas tecnologías y no toda la llegamos a
procesar internamente.
Hacemos zapping, consumiendo una gran diversidad de estímulos visuales y auditivos. Esta saturación de información
puede producir en el adolescente, una sensación de vacío que termina en estados de aburrimiento y desconcentración.
Los adultos, y mucho escuchamos esto en las escuelas, reniegan acerca de la escasa lectura y escritura que realizan los
adolescentes. Sería importante que los padres y docentes expresen su gusto por leer y escribir y se lo puedan transmitir a
los jóvenes. Si en el hogar el joven observa la presencia de libros y diarios puede ser que en algún momento se interese
por esto.
Por otra parte, no es cierto que los adolescentes lean o escriban poco, sino que algunos se refugian en libros y otros lo
hacen en forma más placentera fuera de la escuela y con medios diferentes a las que estamos acostumbrados los adultos.
Una de las formas más comunes y tradicionales de escribir en estos momentos de la vida, es a través del diario íntimo. Lo
que hace atractivo al diario íntimo es que el dueño del mismo es autor y en secreto va plasmando los cambios y
experiencias de vida que va experimentando y vivenciando.
Al escribir poemas de amor, canciones, cartas, la escritura adquiere un sentido de propiedad privada y se convierte en una
actividad más entretenida.
17. Otra forma de escribir es en la pantalla de la computadora estando conectado a la red. A
veces se completa la escritura con la utilización de “emoticones” que son una especie de
dibujitos animados que expresan distintos estados de ánimo.
Muchas veces cuando los adolescentes no desean quedar expuestos a la comunidad
cibernética, sus escritos son ocultos detrás de un seudónimo.
En estos momentos los jóvenes están creando sitios en Internet como el Blog, el Fotolog
y el Facebook. Estos son sitios en Internet que se actualizan periódicamente, donde se
escriben artículos, hay comentarios, se elevan fotos y se conversa sincrónicamente a
través del chat o asincrónicamente a través de correo electrónico o comentarios que
acompañan siempre a la imagen.
El chatear es una comunicación escrita entre dos o más personas en la web.
Los SMS son mensajes cortos donde los adolescentes crean su propio lenguaje, los e-
mails, los foros o lugares de discusión en internet, juegos en línea o multiplayer, y el You
Tube donde los jóvenes suben, ven y comparten filmaciones, música y videos. Estas son
las formas más frecuentes de comunicación que tienen hoy los adolescentes.
Algunos grupos de adolescentes inventan lugares y estilos nuevos de escritura, como lo
son los Pichacoes, que son escrituras con manchas de alquitrán que combinan formas de
pictograma, ideograma y escritura alfabética. Se exhiben en lugares públicos pero se trata
de mantener escondido lo que se quiere expresar porque es un mensaje que tiene que
ser descifrado por los distintos grupos que forman un mismo tipo de tribu urbana.