El trastorno obsesivo-compulsivo afecta al 2-3% de la población general. Se caracteriza por obsesiones y compulsiones irracionales que causan malestar. Los factores etiológicos incluyen neurotransmisores y genética. El diagnóstico se basa en criterios del DSM-IV como la presencia de obsesiones y compulsiones, el reconocimiento de su irracionalidad y el malestar que producen. Los patrones sintomáticos más comunes son la contaminación, la duda patológica