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REVISTA DICIEMBRE 2014
AKD
AÑO 18 N°57
ÓRGANO DE DIFUSIÓN DE LA ASOCIACIÓN
DE KINESIOLOGÍA DEL DEPORTE
Aspectos emocionales a considerar durante
la prevención y rehabilitación de lesiones en
los procesos formativos de un club profesional
de fútbol
La marcha, la carrera, la pisada y lesiones
músculo tendinosas más coumes en los
miembros inferiores, durante las fases de
trote y carrera, en running
Lesiones del hombro en deportistas
lanzadores
MUCHAS FELICIDADESMUCHAS FELICIDADES
LES DESEA LA ASOCIACIÓN
DE KINESIOLOGÍA DEL DEPORTE
info@akd.org.arwww.akd.org.ar Tel. 54 11 3221-0798
Después de muchos años de trabajo y esfuerzo en el deporte de alto rendimiento y en la
Asociación, me siento orgulloso por tal reconocimiento como es ser Presidente de la AKD.
Como también agradecido, por el apoyo que recibí de tantas personas, principalmente el
de mi familia, que me acompaña desde siempre. Quiero agradecer especialmente al Dr.
Omar Lencina y al Lic. Antonio Kokalj que fueron mis maestros y me marcaron el camino
de esta profesión.
Por otra parte, tuve la satisfacción de que este nombramiento coincida con nuestro 9°
Congreso de Kinesiología del Deporte. Un evento importantísimo que culminó con mucho
éxito, donde concurrieron más de 400 personas y se contó con una completa propuesta de
talleres, conferencias, mesas redondas e invitados destacados.
Ya listo para asumir este lugar, quiero contarles todos nuestros planes para el 2015.
Para comenzar, implementaremos un nuevo sistema de gestión que permitirá lograr una
mayor organización en nuestra Asociación, tomando como objetivo agilizar todas las acti-
vidades administrativas y de comunicación,
También sumaremos una alternativa de pago con el Banco que opera la Asociación que
permitirá a nuestros socios realizar la cuota en 6 pagos.
Consideramos que la comunicación no sólo es un herramienta fundamental para la difu-
sión de nuestras actividades, sino que también nos ayudará a mantenernos mejor infor-
mados. Por eso, incorporamos una profesional que aportará un gran valor a la comunica-
ción de nuestra Asociación.
Asimismo, comenzamos a renovar nuestra imagen donde ya tenemos un nuevo logo y
seguiremos por actualizar el diseño de la web.
En cuanto a lo académico, ya estamos organizando el curso de especialización online
2015. Participarán especialistas del deporte a nivel nacional y también contamos con in-
vitados extranjeros confirmados.
Además, por primera vez dictaremos los siguientes cursos de formación básica: Manejo
de Vendaje, Trabajo de Campo y Manejo de Emergencia en el campo de juego.
Siendo parte del espíritu de nuestra Asociación, el de mantener una actividad científica
constante, presentaremos para este año 2015 un calendario muy completo en todo el país.
Vamos a acercarnos a las universidades y comenzaremos a establecer nuevos vínculos.
Para empezar firmamos un acuerdo con la Universidad Maimónides, con Isalud y seguire-
mos construyendo relaciones con otras instituciones a lo largo del año.
Por otra parte, la Sonafe nos ha invitado a participar de los Juegos Olímpicos Río 2016.
Un evento importantísimo á nivel deportivo y mundial donde los socios de la AKD tendrán
prioridad en la selección de voluntarios extranjeros.
Nos entusiasma mucho comenzar el año con tantos proyectos y deseamos que nuestra
especialidad crezca aún más. Sabemos que cuantos más seamos, más vamos a crecer.
Por eso los invitamos a acercarse, involucrarse y compartir sus ideas con nosotros, todos
son bienvenidos.
Lic. Diego Rivas
Presidente
COMISIÓN DIRECTIVA AKD
Presidente: Rivas, Diego
Vicepresidente: Brunetti, Gustavo
Secretario: Passalenti, Andrea
Pro-secretario: Krasnov, Fernando
Tesorero: Viñas, Gabriel
Pro-tesorero: Conrado, Adrián
Sec. Prensa y difusión: Pardo, Gonzalo
Pro-Secretaria Prensa y difusión
Franco, Javier
Vocales Titulares
Carelli, Daniel	
Panza, Julio
Gays, Cristian
Sampietro, Matías
Schettini, Javier
Rijavec, Fabián
Vocales Suplentes
Kokalj, Antonio
Betti, Matias
Romañuk, Andrés
Com. Rev. Cuentas Titular
Quintana, Verónica
Thomas, Andrés
Saravia, Ariel
Comisión honoraria
Fernandez, Jorge
Mastrangelo, Jorge
González, Alejandro
Clavel, Daniel H.
Rojas, Oscar
Villafañe, Juan José
Crupnik, Javier
Secretaria
Hidalgo, María
Socios Representantes
Río Negro: Auada, Ricardo
San Juan: Arévalo, Oscar Alberto
México: Cóccaro, Carlos
Neuquén: Fernández, Mario
Tucumán: Hamada, Rodrigo
La Pampa: Kiriachek, Andrés
Santiago del Estero: Neme, Cecillia
Santa Cruz: Poggiese, Ernesto
Mendoza: Sarfati, Gabriel
Editorial
ASOCIACIÓN DE KINESIOLOGÍA DEL DEPORTE
E-mail: info@akd.org.ar | Web: www.akd.org.ar - Tel: 54 11 3221-0798
SEDE LEGAL DE LA AKD
Av. del Libertador 16.664 (1642) San Isidro, Buenos Aires
DOMICILIO POSTAL
Manuela Pedraza 2529 4to C - C.A.BA, Buenos Aires
SECRETARÍA DE LA AKD
Sra. María Hidalgo: Tel: (0054-11) 3221-0798 | Cel. 15 6484-9603
1
2
Aspectos emocionales a considerar durante la
prevención y rehabilitación de lesiones en los
procesos formativos de un club profesional de fútbol
RESUMEN
El propósito del presente estudio fue analizar aspectos
emocionales con orientación a los programas de pre-
vención y rehabilitación de lesiones deportiva en el área
fútbol joven de un club profesional. Metodología: Se les
aplicó una encuesta de 5 preguntas a 94 jugadores del
área formativa de un club profesional de fútbol chileno
con edades entre los 15 y 19 años. Resultados: La tris-
teza, rabia, temor, frustración y desmotivación fueron
los sentimientos y emociones más relacionados con la
posibilidad de cursar con lesiones deportivas; se deter-
minó que en ocasiones los jugadores mientras entrenan
o juegan un partido piensan en la posibilidad de sufrir
una lesión y durante los procesos de rehabilitación las
personas relevantes para los jugadores en su recupera-
ción estarían centrados en los familiares e integrantes
del cuerpo técnico respectivo. Conclusiones: Se deben
considerar en los programas preventivos y de rehabili-
tación de lesiones deportivas los factores emocionales.
Por ser las lesiones multifactoriales es necesario que los
procesos sean desarrollados de manera interdisciplina-
ria, idealmente contando con un psicólogo especialista
Trabajo 1
Autores
Cristian Díaz Escobar
Licenciado en Kinesiología UMCE - Chile
Licenciado en Educación Física, Deporte y Recreación UMCE - Chile
Kinesiólogo UMCE - Chile
Profesor de Educación Física UMCE - Chile
Instructor Internacional Kung Fu Sistema Shi Wu Tou – Chile - Alemania
Kinesiólogo del área formativa Club Prof. de Fútbol Audax Italiano (2002 – 2013) - Chile
Docente de la carrera Kinesiología Universidad Bernardo OHiggins - Chile.
Contacto: lao_cristian@yahoo.es
Jaime Ocaranza-Ozimica
Magister en Educación e Investigación Educativa Universidad Central de Chile.
Licenciado en Kinesiología y Kinesiólogo de la Universidad Católica del Maule.
Docente de la Academia Internacional de Kinematic Taping (IKTA®) para Sud-América.
Director de Kinesiología y docente Universidad Bernardo O”Higgins – Santiago - Chile
Contacto: jaime.ocaranza@gmail.com | jocaranza@ubo.cl
Palabras claves
Fútbol joven - lesión deportiva - psicología deportiva - rehabilitación deportiva
3
en el área y los kinesiólogos no sólo debiesen enfocarse
en los aspectos específicos de la lesión también en los
estados de ánimo del deportista, por la influencia que
esto tiene en la adherencia a los procesos de prevención
y rehabilitación de las personas, debiendo trabajarlo en
conjunto con el psicólogo deportivo.
Summary
The propose of this study was analyze emotional facts,
oriented to prevention and rehab sports injuries pro-
grams in the soccer young area of the professional club.
Metodology: A survey was applied (5 questions) to 94
players to the formative area in a profesional chilean
soccer club with ages amoung 15 to 19 years. Results:
Feelings and emotions like sadness, ungly, fear, frustra-
tion y desmotivation were more related to the possibili-
ty of studying with sports injuries. The study found that
sometimes the players while training or playing a game
think about the possibility of suffer an injury and during
rehabilitation processes relevant for soccer player in
their recovery were focused on the families of members
of the respective technical team. Conclusions: Should
be considered in prevention and rehabilitation of sports
injuries programs emotional factors. Because injury is
multifactorial processes need to be developed in an in-
terdisciplinary way, ideally having a specialist psycholo-
gist in the area and the physical therapies not only slated
to focus on specific aspects of the injury but also on the
mood of the soccer player, for the influence this has on
adherence to the processes of prevention and rehabilita-
tion of individuals, must work it together with the sports
psychologist.
Introducción
A nivel mundial, de acuerdo a Hossein (2012), el fútbol
es uno de los deportes más populares, presentando un
incremento constante de sus participantes (1). Para Hos-
sein (2012) y Olmedilla (2007), también se le asocia como
una actividad con una alta incidencia de lesiones que
en ocasiones pueden generar un impacto significativo
para el afectado y equipo que representa (1,2). Olmedilla
(2007, 2009), también plantea al igual que Podlog (2011)
y Kebede (2013) que las lesiones deportivas, en este
caso en el fútbol, están circunscritas a múltiples facto-
res siendo el aspecto físico el predominante, destacán-
dose variables como mala preparación física, contacto
con el oponente o el terreno de juego (3-5). Sin embargo,
Schwab (2012) establece que las lesiones deportivas, en
ocasiones, generarían consecuencias negativas en el as-
pecto físico y a su vez, alteraciones en el aspecto psicoló-
gico de los afectados, manifestándose en situaciones de
ira, depresión, ansiedad, tensión, miedo y disminución
de la autoestima. Repercutiendo inmediatamente en una
disrupción de las actividades cotidianas de la persona,
involucrando en este contexto a su entorno más cerca-
no (6). Abenza (2010) como Podlog (2011) fundamentan
lo anterior explicando que si bien la lesión puede con-
siderarse un evento mayoritariamente físico, el impac-
to psicosocial que produce en la persona es importan-
te, afectando su nivel de competitividad, motivación, un
aumento del estrés emocional que puede derivar en la
merma del soporte social que tiene y en consecuencia
influir en el proceso de rehabilitación hacia el retorno
a las prácticas normales, incluso con el riesgo de inte-
rrupción de la carrera deportiva (4,7). Por lo tanto, una
lesión física que afecta el rendimiento de un deportista
genera consecuencias personales alterando la cotidia-
neidad del mismo (trabajo, estudio, hogar, entre otras),
en casos graves provocando la pérdida de independencia
como bañarse o vestirse por sí solo; alterando su entor-
no familiar y del propio club al requerirse por ejemplo
modificaciones en el equipo. Provocando, por parte del
afectado, reacciones emocionales como: negación de la
lesión, ambivalencia emocional; incluso depresión por la
sensación de pérdida a nivel funcional, deportivo y socio-
económico (8-11).
En las lesiones deportivas, según Ortín (2010), las varia-
bles más estudiadas en el aspecto psicológico han sido:
la ansiedad competitiva, el estrés psicosocial, la motiva-
ción y la autoconfianza (8). Destacándose el estrés como
uno de los factores principales en el riesgo de lesión, al
aumentar la distracción en el deportista frente a infor-
mación relevante del medio o por el estrés se generaría
aumento de la tensión muscular provocando una so-
breactivación muscular y con ello movimientos o gestos
técnicos inadecuados que pueden derivar en una lesión;
factores que influirían más en las competencias que en
los entrenamientos (8,12).
Por su parte, Olmedilla (2005) relaciona también el ex-
ceso de autoconfianza, autoestima y seguridad por parte
de los deportistas, presentando conductas más riesgo-
sas frente a la actividad, destacando que niños y ado-
4
lescentes al adquirir mayor habilidad aumentan expo-
nencialmente el riesgo de lesión. Además, los jóvenes a
medida que aumentan el nivel competitivo, en este caso
en el fútbol, incrementarían sus horas de entrenamien-
tos y competencias, por lo que en el aspecto psicológico
también se acrecentaría la ansiedad y sentido de la com-
petencia, provocando modificaciones en la autoconfianza
como percepción de éxito, aumentando el estrés y con
ello el riesgo de lesión (13).
Respecto a la rehabilitación deportiva, Podlog (2011) in-
dica que tanto el estrés psicológico, como la ansiedad
competitiva están implícitos en esta fase, relacionándo-
se principalmente con la reincidencia de lesión después
del alta. Esto se explicaría por la diferencia en el rendi-
miento físico-deportivo respecto al plantel al que per-
tenece, también porque al reiniciar la actividad regular,
se generaría un sentimiento de aislamiento al tener que
adaptarse nuevamente a la dinámica de grupo; a lo que
se suma la presión por parte del cuerpo técnico, sus pa-
res y familia (4).
En definitiva, como lo plantea Olmedilla (2011), las le-
siones deportivas tienen como causa fundamental los
factores físicos, pero cada vez se le atribuye mayor im-
portancia a los factores psicológicos en la incidencia de
lesiones, rehabilitación y prevención de estas (14). En
base a lo planteado el presente estudio aplicó una breve
pauta de preguntas a jóvenes deportistas de un club pro-
fesional de fútbol chileno para complementar el aspecto
emocional en las rehabilitaciones y programas preventi-
vos desarrollados en la institución.
METODOLOGÍA
Estudio de tipo descriptivo-transversal, en el cual se
aplicó una encuesta de 5 preguntas a 94 jugadores per-
tenecientes al área fútbol joven del Club Profesional Chi-
leno, con edades entre los 15 y 19 años. Correspondien-
tes a las 4 categorías formativas superiores (Sub 15, Sub
16, Sub 17 y Sub 19). La encuesta se aplicó a jugadores
inscritos oficialmente en el club durante el primer cam-
peonato de la temporada 2013, en el salón de conferen-
cia del estadio, antes del entrenamiento regular respec-
tivo y posterior al consentimiento informado por parte de
los tutores de cada deportista.
Procedimiento: En la encuesta se les consultó por emo-
ciones o sentimientos a indicar frente a las siguientes
situaciones: Pregunta 1: Indicar su principal sentir al
presentar una lesión, durante un entrenamiento o par-
tido, de carácter leve, moderado y grave. En cada situa-
ción debía indicar lo solicitado. Pregunta 2: Qué sentir
específico le surgiría si se le indica que su periodo de re-
cuperación post lesión será de: menos de 1 mes, más de
1 mes o más de 3 meses, en cada situación debía indicar
su parecer. Pregunta 3: Seleccionar una de las siguientes
alternativas: nunca, a veces, frecuentemente o siempre;
al consultarle ¿Cuando usted entrena o juega un partido
está preocupado de sufrir alguna lesión?. Pregunta 4:
¿Qué persona o personas serían relevantes para usted
durante el periodo de recuperación post lesión deporti-
va?, considerando todo su entorno: club, familia, amigos,
entre otros.; debían responder indicando sólo la persona
o personas más relevantes. Pregunta 5: Enfocándose es-
pecíficamente en las personas que trabajaban en el club,
¿Quién o quiénes serían las personas que consideraba
más importantes para volver a jugar nuevamente, des-
pués de haber sufrido una lesión moderada o grave?, se
les solicitó indicar una opción.
RESULTADOS
Al relacionar los estados emocionales y lesiones de-
portivas entre jugadores del área formativa de un club
profesional de fútbol chileno se indicaron un total de 17
emociones o sentimientos por parte de los encuestados
para las preguntas 1 y 2, destacándose que para la ca-
tegoría “Otros” de los anexos 1 y 2 se concentraron los
resultados de: optimismo, paciencia, pesimismo, preo-
cupación, impotencia, alegría, angustia, motivación y su-
peración. Agrupándose en esta categoría por presentar,
en la mayoría de los casos, porcentajes menores a los
expuestos en las tablas.
Al consultar por el sentir frente a una lesión deportiva de
diferente severidad, se destaca: la rabia, el temor y la tris-
teza; no importando el grado de la lesión, ver Anexo 1.
5
Al consultar por el sentir respecto al periodo de recupe-
ración post lesión, las respuestas dependían del tiempo
a considerar. En lesiones de menos de 1 mes se destaca
la tranquilidad, más de 1 mes la tristeza e impaciencia y
en periodos de más de 3 meses la tristeza y la rabia, ver
Anexo 2.
En cuanto a pensar en la posibilidad de cursar con una
lesión mientras entrena o participa en un partido, el 70
% de los jugadores indicó que nunca, ver Gráfico 1.
En base a la relevancia de las personas en el periodo de
rehabilitación, considerando todo su entorno, los juga-
dores destacaron la familia (71%) y el kinesiólogo (23%),
ver Gráfico 2.
Al centrarse sólo en el entorno referente al club depor-
tivo en los procesos de rehabilitación, se destacan como
personas relevantes para los jugadores el kinesiólogo
(47%) y el entrenador (35%), ver Gráfico 3.
Implicancias clínicas
Las lesiones deportivas, según Berengui (2011), se
pueden considerar como acontecimientos inevitables y
negativos (10), los cuales traen consigo consecuencias
para el deportista y su entorno. Chan (2012) planteó que
los avances tecnológicos en el área deportiva han permi-
tido reducir la probabilidad y severidad de las lesiones.
Sin embargo, continúan influyendo factores netamente
personales tanto en la incidencia como rehabilitación de
las lesiones (15). Es así como al consultarle a jóvenes
deportistas, pertenecientes a un club profesional de fút-
bol, sobre sus sentimientos o emociones frente a las le-
siones en su actividad se destaca que la tristeza, la rabia,
el temor, la frustración y la desmotivación, entre otros.
Para Olmedilla (2007) y Hossein (2012), los factores psi-
cológicos debiesen ser considerados como factores de
riesgo en las lesiones deportivas e incluidos en los pro-
gramas preventivos (1,2). Destacándose, en el presente
estudio, que un porcentaje de jugadores piensan en la
probabilidad de lesionarse, por lo que las factores emo-
cionales de connotación negativa estarían presentes
durante la actividad deportiva. Lo que fundamenta que
las instituciones deben contar con psicólogos especia-
listas; para trabajar en los aspectos emocionales de los
deportistas durante sus procesos formativos o de reha-
bilitación y también, en la orientación del cuerpo técnico
hacia el buen manejo de las lesiones desde cada una de
las áreas involucradas como la técnica, física, adminis-
trativa y clínica.
6
En base a lo anterior, Kebede (2013) sugiere que pro-
ducto de la diversidad de respuestas emocionales que
presentan los deportistas, en relación a las lesiones,
como acontece en los resultados obtenidos en la cate-
goría “Otros” de los anexos 1 y 2, donde se manifiesta
la variedad de emociones de jóvenes futbolistas frente
a una posible rehabilitación deportiva. Debiese estar es-
tablecido un monitoreo constante del estado emocional
de la persona, por parte del cuerpo técnico (5). Más aun
cuando Podlog (2007) indica que de acuerdo a lo referido
por entrenadores y kinesiólogos, un factor psicológico
repetitivo que dificulta la rehabilitación de un jugador, es
la ansiedad por retornar lo antes posible a las prácticas,
generando reiteradas respuestas emocionales negativas
durante los procesos (16). Emociones que según Tracey
(2003) se van transformando en positivas a medida que
la lesión va evolucionando satisfactoriamente (17). Situa-
ciones en las cuales debiera ser constante la interacción
entre el psicólogo y el kinesiólogo, si se considera que
este último es el profesional que pasa más tiempo con el
deportista durante los procesos terapéuticos. No exclu-
yéndose además que la presión psicológica del jugador
también se relaciona con la influencia y presión del me-
dio en que se desenvuelve (18); lo que requiere también,
de un buen manejo por parte de todo el cuerpo técnico,
para lo cual las herramientas que propicie el psicólogo
hacia los profesionales encargados del proceso formati-
vo de los deportistas sea más eficiente y efectivo, hacia
el propio jugador como su entorno.
En el caso de las lesiones deportivas graves, el manejo
emocional no sólo se remite al jugador, involucra tam-
bién a la familia, el cuerpo técnico, el equipo y el club
en general. Lo que fundamenta aun más la dirección y
supervisión del psicólogo hacia todo el entorno. Espe-
cialmente si se considera, que según lo manifestado por
los deportistas encuestados, frente a una rehabilitación
deportiva sus principales apoyos estarían por parte de
la familia y cuerpo técnico (ver gráficos 2 y 3). Condición
fundamentada por Gearity (2011), al indicar que en la
interacción entre deportista y cuerpo técnico, los juga-
dores que consideraban tener un buen entrenador pre-
sentaban niveles menores de ansiedad y aumento de la
autoestima, generado por un clima motivacional y mayor
empatía entre los aludidos. Por el contrario, cuando la
relación era opuesta se presentaba una comunicación e
información pobre, falta de apoyo y estímulos, disminu-
ción del esfuerzo y entusiasmo personal, derivando en
tratos injustos y actitudes negativas por ambas partes
(20). Lo que en definitiva, expresaría la importancia del
profesionalismo y personalidad, por parte de todos los
que asumen la responsabilidad de guiar a los deportis-
tas, con especial reparo en quienes se comprometen con
la formación de niños y jóvenes.
En el caso de los kinesiólogos, además de su proceder en
la rehabilitación, según lo manifestado por Ortín (2008),
también tienen un papel prioritario en la labor preventiva
de las lesiones deportivas, procurando involucrar al res-
to del cuerpo técnico y los factores emocionales también
deben ser considerados (21), por lo tanto, el psicólogo
resulta esencial en el trabajo de equipo para realizar un
buen proyecto de prevención.
Además, Kebede (2013) planteó la necesidad de que los
kinesiólogos constantemente estén mejorando sus ha-
bilidades comunicacionales hacia los deportistas, a fin
de potenciar la rehabilitación mediante la explicación
detallada de la lesión, el programa a ejecutarse, los po-
sibles contratiempos o situaciones físicas y psicológicas
a presentarse. Con el propósito de influir positivamente
en la adherencia al proceso por parte del lesionado (5).
Esto se complementa con lo expuesto por Moran (2009)
al especificar que los procesos cognitivos en el depor-
te implican una mejora en los niveles de atención, me-
moria, adquisición de conocimiento, que en definitiva
influiría en los niveles de respuestas de los deportistas
(22). Lo que en el ambiente clínico podría beneficiar la
adquisición de hábitos preventivos y mayor adherencia
a los procesos terapéuticos por parte de los deportistas
lesionados. Pero estas habilidades comunicacionales y
manejo de factores psicológicos, requiere de la partici-
pación constante del psicólogo en el apoyo hacia el que-
hacer clínico, capacitando a los profesionales del área y
en la atención directa del deportista lesionado.
Por lo tanto, frente a la prevención y/o rehabilitación de
lesiones deportivas los factores psicológicos deben ser
considerados como factores prioritarios, requiriéndose
un trabajo multidisciplinario en el cual el psicólogo de-
portivo debe estar presente y en el caso de los kinesió-
logos, al ser los profesionales que pasan mayor tiempo
con los deportistas afectados necesita de una constante
interacción con el psicólogo para tener un adecuado ma-
7
nejo en el aspecto emocional hacia el jugador, también
cuerpo técnico y entorno que se circunscribe al proceso
de rehabilitación o programa de prevención que se de-
see implementar. Para ello y como parte concluyente
del presente estudio, se requiere por parte de las au-
toridades de los clubes comprender la importancia que
tienen el contar con cuerpos técnicos completos y espe-
cializados en cada área, si lo que realmente se desea es
preparar integralmente a los futuros jugadores de fútbol
profesional de cada país.
CONCLUSIONES
Los factores psicológicos debiesen ser considerandos
constantemente en la elaboración de programas preven-
tivos y procesos de rehabilitación en lesiones deportivas.
Debido a que las lesiones deportivas son multifactoria-
les se requiere de un trabajo en conjunto por parte de los
cuerpos técnicos, en el cual los psicólogos especialistas
en el área debiesen estar integrados, especialmente en
el ámbito formativo de los clubes.
Los kinesiólogos no sólo deben enfocarse en los aspectos
específicos de la terapia deportiva, también se tiene que
considerar la parte anímica del jugador y para ello contar
con habilidad y herramientas básicas frente al compor-
tamiento de las personas e idealmente tener una buena
comunicación con el psicólogo y resto del cuerpo técnico
del deportista para lograr adecuadas adherencias a los
programas preventivos y de rehabilitación deportiva.
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2, 101-112; 2008.
• Moran A.; Cognitive psychology in sport: Progress and pros-
pects; Psychology of Sport and Exercise 10, 420-426; 2009.
9
La marcha, la carrera, la pisada y lesiones músculo
tendinosas más coumes en los miembros inferiores,
durante las fases de trote y carrera, en running
Trabajo 2
RESUMEN
Un gran número de personas se ha inclinado a practicar
como una muy buena opción la carrera de calle o run-
ning, actividad barata y sencilla que el individuo puede
realizarla planteándose varios objetivos, desde practicar
algún deporte hasta mejorar las condiciones de salud y
prevenir enfermedades.
En la actualidad el estudio por diferentes medios de las
fases de la marcha y la carrera, el reconocimiento de los
defectos producidos en una determinada fase, el tipo de
Autores
José Hector Ramiro Camacho
Lic. en Kinesiologia y Fisioterapia
Especialista en Klgia Deportiva – UBA
Kinesiólogo de la Unión Cordobesa de Rugby, 1995 – 1999.
Kinesiólogo del Plantel de Liga Nacional de Basket de Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia, Liga 2005/2006.
Kinesiólogo del Plantel Superior de Comodoro Rugby Club desde 2006 - 2014.
Kinesiólogo de la Unión de Rugby Austral desde 2006 - 2014.
Director del Centro de Evaluación y Recuperación El Gym, 2011 - 2014
Kinesiólogo del Gabinete de Alto Rendimiento, Municipalidad de Comodoro Rivadavia, Dirección General de Deportes,
2013- 2014.
Actualmente reside en la ciudad de San Martín de los Andes Pvcia. Del Neuquén
Contacto: ramirocamacho@yahoo.com
Sebastián Cozzarin
Lic. en Kinesiologia y Fisiatria
Especialista en Klgia Deportiva – UBA
Director de Centro Kinesia Castelar
Kinesiólogo del plantel superior de Rugby Club Los Matreros.
Contacto: centrokinesiacastelar@gmail.com
Walter Alejandro Rios
Lic. en Kinesiologia y Fisioterapia
Especialista en Klgia Deportiva – UBA
Integrante del cuerpo medico de la CAI (Comisión de Actividades Infantiles) Comodoro Rivadavia, Chubut - 2012-2014
Kinesiólogo de la C.A.F.S,(Confederación argentina de futsal)
Director del Centro de Evaluación y Recuperación “El Gym”.
Contacto: kinedcdr@hotmail.com
Palabras claves
Marcha – Carrera – Pisada – Calzado – Lesiones
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pisada, el calzado deportivo y sus particularidades, entre
otros, son diversos factores que debemos tener en cuenta,
ya que pueden ser uno de los causales y en muchos casos
el factor determinante de la aparición de una lesión mus-
cular o tendinosa determinada del deportista.
En el año 2012, en el consenso de expertos en Múnich,
se presentó una nueva clasificación y definición de termi-
nología en lesiones musculares. Esta nueva clasificación
surge desde los contextos deportivos y como consecuen-
cia de la problemática real en deportistas a la hora de
diagnosticar, planificar tratamientos y controlar la evolu-
ción luego de una lesión.
Abstract
A large number of people have been inclined to practice
street race or running as a very good option, inexpensive
and simple activity that the person can do it with lots of
objetives, from practicing it like a sports to improve health
conditions.
Actually the study by diferent ways of the stages of wal-
king and running, the recognition of defects produced at a
certain stage, the type of tread, the athletic footwear and
its peculiarities, among others, are several factors to con-
sider , as they could be one of the causes and often the
determining factor a particular muscle or tendon injury.
In 2012 , the consensus of experts in Munich , a new clas-
sification and definition of terminology in muscle injury
was presented . This new classification comes from sports
contexts and as a result of the real problems in athletes at
diagnose moment , treatment planning and progress mo-
nitoring after injury .
INTRODUCCIÓN
En la actualidad y producto de los malos hábitos alimen-
ticios, el aumento del sedentarismo y los altos costos de
las cuotas en los gimnasios, un gran número de personas
se ha inclinado a practicar como una muy buena opción
el running. Esta es una actividad barata y sencilla que el
individuo puede realizarla planteándose varios objetivos,
entre los que podemos mencionar el solo hecho de hacer
deporte, mejorar la salud previniendo enfermedades car-
díacas, mejorar el tono muscular, prevenir la osteoporosis
en las mujeres, perder kilos y por qué no la motivación de
tener el reto personal de competir contra uno mismo.
Correr es una actividad sencilla que practicamos desde
pequeños y en demasía en esos tiempos pero que a me-
dida que vamos creciendo y desarrollándonos en la so-
ciedad la vamos dejando de lado por una u otra razón.
Además, esta actividad, corre con la ventaja de que para
practicarlo no hacen falta instalaciones ni tampoco dispo-
ner de mucho tiempo, ya que es muy fácil salir sin tener
una planificación previa en cuanto a agenda de trabajo,
amigos o disponibilidad de pistas ya que cualquier calle,
sendero, ruta, camino o playa que lo permita puede ser el
escenario perfecto para practicar running.
Los aficionados a esta actividad son cada día más hacien-
do que este sea un deporte en constante auge teniendo
un gran potencial por delante, por ende ha aumentado el
número de grupos, instructores y entrenadores que desa-
rrollan su actividad monitoreando a estas personas.
Como consecuencia ha aumentado la cantidad de indivi-
duos con lesiones musculo tendinosas en los miembros
inferiores, asociadas a la práctica de esta actividad, ya sea
por desequilibrios musculares, por defectos en la pisa-
da que conlleva a defectos técnicos en la marcha lo que
acrecienta su causalidad durante el trote y la carrera, por
defectos y /o mala elección del calzado, por sobre uso y
estrés, y por muchas otras causas que durante el desarro-
llo del presente trabajo trataremos de dejar en claro para
generar un aporte significativo más a este deporte.
La marcha
Si bien este trabajo se refiere al running debemos dejar en
claro que el punto de partida de este deporte es la mar-
cha. La marcha o deambulación es la actividad primera
y principal gracias a la cual podemos trasladarnos, por
nuestros propios medios, desde un lugar a otro.
Técnicamente y a los efectos de este trabajo podemos de-
cir que la marcha en el humano normalmente es un pro-
ceso de locomoción en el cual el cuerpo, en posición er-
guida se mueve hacia adelante, producto de la pérdida de
equilibrio, y debido a ello, el cuerpo se desplaza sobre un
miembro, el miembro de apoyo, mientras que el miembro
contrario se balancea, de atrás hacia adelante, preparán-
dose para el siguiente apoyo, generándose así una alter-
nancia entre ambas piernas y por consiguiente la marcha.
Fases de la marcha
Con la sucesión de apoyos y balanceos, se genera un ciclo
o cadencia, y por ende una secuencia de acontecimientos
que tiene lugar entre dos repeticiones consecutivas. Esta
sucesión de ciclos está compuesta por ≠dos fases: la fase
de apoyo en donde un miembro cargando el peso del cuer-
po está en contacto con el suelo, y la fase de balanceo u
11
oscilación en donde el miembro contrario no carga peso
alguno haciendo el retome, preparándose para el apoyo.
Estas fases de apoyo y balanceo, a la vez, están divididas
en distintas partes o sub fases, ellas son:
La fase de apoyo está compuesta por:
1. Fase de contacto inicial
2. Fase de apoyo o de respuesta de carga
3. Fase de apoyo intermedio
4. Fase de apoyo final
5. Fase de pre balanceo
La fase de balanceo está compuesta por:
1. Fase de balanceo inicial
2. Fase de balanceo intermedio
3. Fase de balanceo final
El esqueleto del individuo se adapta al nivel de intensi-
dad requerido y no por encima (1) dependiendo del estrés
mecánico que soporta el hueso. Siguiendo con esta línea
de pensamiento decimos entonces que en cada una de
las fases de apoyo de la marcha el pie soportará el peso
del individuo en diferentes partes y puntos de apoyo. Cada
una de las articulaciones más importantes de los miem-
bros inferiores, ya sea la cadera, la rodilla, el tobillo y pie,
también se posicionará de distinta forma según la fase
que esté sucediéndose, producto de la actividad y el tipo
de contracción muscular, y de los desequilibrios morfo-
lógicos, articulares, posturales, musculares y patologías
de índole doloroso o neurológico que puedan acarrear el
individuo.
Recuadros
El recuadro 1 y 2 explican con detalle la fase de apoyo y de
balanceo de la marcha. El 3 y 4 explican el efecto de los
trastornos funcionales durante la fase de apoyo y balan-
ceo de la marcha.
La carrera
Tanto en la marcha como en la carrera la parte inferior
del cuerpo es la que ejecuta el movimiento y la parte su-
perior es la que compensa equilibrando el cuerpo. Por lo
tanto cuanto menos eficientes sean los movimientos de
los miembros inferiores el individuo requerirá de una ma-
yor participación, y de forma más exagerada, de los mo-
vimientos de la región superior del cuerpo para afrontar
y absorber el impacto, describiendo a la carrera como un
proceso complejo y una sucesión de saltos en donde se
involucra a todo el cuerpo.
Fases de la carrera
Se pueden diferenciar 3 fases de movimiento durante la
carrera: la fase de apoyo, la fase de impulso y la fase de
recuperación o balanceo.
Las fases de apoyo e impulso se realizan con el pie en
contacto con la superficie y la de balanceo con el pie en
el aire, quedando siempre un miembro en fase de recu-
peración y el otro pasando por las otras dos fases. Tam-
bién se describe un periodo o fase denominada de vuelo
o aérea, que es cuando los dos miembros están en fase
de recuperación o sea que, en la transición entre la fase
de impulso de un miembro y la de apoyo del miembro
contrario, el corredor salta y no se encuentra en contac-
to con el suelo.
FASE DE BALANCEO
Grafico N° 1: Fases de apoyo y balanceo de la marcha. Tomado y modificado de la Web,
CONTACTO
INICIAL
RESPUESTA
DE CARGA
APOYO INTER-
MEDIO
APOYO
FINAL
PRE BALANCEO BALANCEO
INICIAL
BALANCEO
INTEMEDIO
BALANCEO
FINAL
FASE DE APOYO
12
Un aspecto importante a tener en cuenta es que en el
trote se genera un apoyo de talón, planta y punta de pie,
en cambio en la carrera es solo de punta de pie; esto se
da debido a los tiempos de apoyo y balanceo (vuelo) que
presenta cada extremidad inferior, siendo para el trote
un 40% de apoyo y un 60% de balanceo aprox., en cam-
bio la carrera un 20% de apoyo y un 80% de balanceo.
Por lo tanto en la carrera cuanto más velocidad se desa-
rrolla, menor es el tiempo en la fase de apoyo, teniendo
menor participación el talón y mayor protagonismo el
antepie, o sea que la fase de balanceo aumenta.
Otros aspectos relevantes en el trote son el uso de las
extremidades superiores y el tronco como ente co-ayu-
dante de un trote eficiente, esto debido a la importancia
del braceo y la rotación del tronco en cada zancada que
se ejecuta; el braceo contralateral al pie que va delan-
te, cumple una función de ayudar a rotar el tronco al
mismo lado, con el objeto de aumentar la distancia de
la zancada. El Recuadro N° 5 demuestra las fases de la
carrera y la actividad muscular.
La pisada
Hay 3 tipos de pisada en los corredores: la pronadora, la
neutra o normal y la supinadora.
Pisada pronadora
La característica del pie pronador consiste en un de-
rrumbamiento del pie hacia la zona interna del mismo.
Cuando el individuo corre los tobillos tienden a girar ha-
cia dentro, es común, de hecho es una amortiguación
natural con la que se defiende el cuerpo.
La Pronación es un efecto fisiológico y necesario con el
que el pie disipa parte de la carga que recibe en cada
paso para adaptarse a las irregularidades del terreno,
si no fuera por ese movimiento pronatorio nuestros pies
sufrirían lesiones.
Cuando esa pronación está aumentada por encima de
los parámetros fisiológicos, en ese caso hablamos de
corredor pronador, habiendo un 50 a 60 % de los corre-
dores, padece sobre pronación.
Pisada Neutra o normal
Significa que los tobillos no tienden a girar ni hacia el
interior del pie, ni hacia el exterior cuando uno corre.
El pie normal, es aquel cuyo apoyo comienza por la parte
externa del tobillo ejerciendo a continuación una discre-
ta pronación por parte del mediopié y despegando el an-
tepié entre el 1º y 2º metatarsiano.
Grafico N° 2: Fases de la carrera. Tomado y modificado de la Web; Isidoro Hornillos Baz. Inef Galicia
13
Aproximadamente un 40% de los corredores, tiene pie
Neutro.
Pisada supinadora
Entendemos por supinación el efecto contrario a la pro-
nación, es decir cuando hay una ausencia o disminución
del efecto pronatorio fisiológico, ofreciendo un apoyo por
la parte externa del pie.
Se trata de un pie muy estructurado y con poca movilidad
con una bóveda plantar aumentada y el tobillo hacia fue-
ra. Esta alteración es poco frecuente, aproximadamente
el 10% del total de corredores son supinadores, y a me-
nudo se confunde con el desgaste excesivo de la zona
externa del talón.
Los supinadores comprimen y desgastan sus zapatillas
a todo lo largo de los bordes externos y no sólo en la zona
del talón.
El calzado deportivo
En lo que a deportes respecta y en la actualidad el cal-
zado es probablemente, dentro del equipamiento, el
aspecto más relevante que tiene que cumplir con dos
requisitos principales, que son la Protección del pié y
Complementar al deportista en el desempeño de sus
funciones.
El resto es mantener los esfuerzos dentro de rangos se-
guros para la salud, al mismo tiempo que se permite un
rendimiento adecuado manteniendo sus efectos benefi-
ciosos para el individuo.
En la década del ´50 grandes compañías comenzaron a
aplicar ciertos criterios biomecánicos y médicos al di-
seño y construcción de sus calzados, mientras que fue
la década del ´80 la que representó el asentamiento de
la biomecánica aplicada al diseño del calzado deportivo
con el objetivo de mejorar el rendimiento. Puede seña-
larse como el despegue y la popularización de la biome-
cánica al calzado deportivo al concepto de amortiguación
con sistema de aire.
EL running o carrera urbana, entre otros deportes, y la
permanente incorporación de deportistas de todas las
edades y condiciones a su práctica, ha venido acompa-
ñado por un preocupante incremento en el número de
lesiones. Consecuentemente cada vez más se tiende a la
especialización del calzado, ya no solo para adaptarlo a
necesidades de cada disciplina deportiva, sino para ade-
cuarlo al tipo de superficie, las condiciones ambientales,
el género y la edad del deportista, la intensidad de uso
profesional, entrenamiento e incluso el peso o la forma
de correr.
En este contexto, la importancia del calzado en el de-
porte se entiende desde la consideración de su decisiva
influencia en la interacción del deportista con el suelo,
con el entorno y con la actividad.
El diseño y los materiales con que se confecciona el cal-
zado determinan, en gran medida, diferentes aspectos
como fuerzas, presiones o temperaturas resultantes de
dicha interacción que en definitiva son los que más afec-
tan con el rendimiento, la salud y el comportamiento del
deportista.
Los principales aspectos del calzado son los Biomecáni-
cos y Fisiológicos.
Aspectos biomecánicos del calzado deportivo
Desde el punto de vista de la biomecánica, el rendimien-
to, la protección, el comportamiento y la adaptación del
calzado a la actividad deportiva dependen de una serie
de aspectos que han de satisfacer los diferentes elemen-
tos y sistemas incluidos en el calzado deportivo. Ellos
son:
• Amortiguación de impactos,
• Agarre al suelo: Fuerzas de frenado e impulso,
• Control y adaptación a los movimientos del pie,
• Distribución de presiones,
• Adaptación a la forma del pie
Aspectos Fisiológicos del calzado deportivo
Los aspectos fisiológicos son cada vez más tenidos en
cuenta al diseñar el calzado. Hay dos que son fundamen-
tales y que pueden influir de forma significativa en la in-
teracción biomecánica. Ellos son:
• El Consumo energético. El andar con calzado lleva aso-
ciado un mayor gasto de energía debido a dos razones
fundamentales como el peso extra y la rigidez del cal-
zado.
• El Confort térmico.
LESIONES MUSCULARES
En el año 2012, en Munich se consensuó la terminología
y la clasificación de las lesiones musculares en depor-
tes (Terminology and classification of muscle injuries in
sport: The Munich consensus statement, 2012) lo que
genera no solo una determinación específica de la le-
14
sión, sino que al ser ubicada dentro del grupo corres-
pondiente, sea pasibles de ser tratadas más adecuada-
mente tanto desde el punto médico, fisiokinésico y del
entrenamiento específico para retorno a la actividad del
deportista.
Clasificación y terminología de las lesiones musculares
El consenso de Munich estableció denominar y clasifi-
car a la injuria muscular como una lesión o un desor-
den muscular. A la lesión muscular estructural la clasi-
ficaron en desgarro muscular parcial leve o moderado,
y total, total propiamente dicho o si cursa con avulsión
tendinosa. Mientras que a los desórdenes muscula-
res fueron sub divididos en dos grupos, los que están
relacionados al sobreesfuerzo ya sean por fatiga o por
DOMS, y los neuromusculares según estén en relación
con la columna vertebral o por circunstancias muscula-
res propiamente dichas.
Aclaramos que como DOMS entendemos a las demomi-
nadas agujetas o mialgia diferida es el nombre colo-
quial de un dolor muscular llamado dolor muscular de
aparición tardía (DMAT) o dolor muscular post-esfuerzo
de aparición tardía (DOMPAT), en inglés DOMS (delayed
onset muscular soreness) que está acompañado de una
inflamación muscular. Su etiopatogenia no ha sido acla-
rada, se estima que prácticamente cada persona adulta
ha experimentada alguna vez dolor muscular de apari-
ción tardía. El cuadro consisten en la aparición de dolor
muscular horas o días después de un ejercicios exte-
nuante o no acostumbrado que dura 5-7 días aproxima-
damente.
• Calambre muscular
Es el nombre común del espasmo muscular y se refiera
a la contracción sin control y de manera involuntaria sin
relajación, de un músculo o grupo muscular. Se pueden
presentar en cualquier grupo muscular del cuerpo pero
especialmente se dan en la pierna.
En cuanto a los espasmos musculares asociados al ejer-
cicio, popularmente se cree que son el resultado de la
producción y acumulación de ácido láctico en el múscu-
lo producto de la fuerte actividad física y/o sobrecarga,
Cuadro N° 1: Tomado y modificado de Terminology and classification of muscle injuries in sport: The munich consensus statement.
Br J Sport Med; 0:1 9 doi: 10, 1136 /bj sports-2012-091448
15
hacer ejercicio cuando usted no ha tomado suficientes
líquidos (estando deshidratado) o tener bajos niveles de
minerales, como potasio o calcio.
Los espasmos de la parte superior de la pierna son más
comunes en actividades como correr o saltar, mientras
que los espasmos en la pantorrilla ocurren comúnmente
al patear durante la natación y también se pueden pre-
sentar en la noche en las horas de sueño. El espasmo
en el cuello (columna cervical) puede ser un signo de
estrés.
Algunos espasmos ocurren debido a que el nervio que se
conecta a un músculo está irritado. Un ejemplo es una
hernia discal que irrita los nervios raquídeos y causa do-
lor y espasmo en los músculos de la espalda.
La sintomatología es característica ya que cuando se
presenta un calambre muscular el dolor puede ser muy
intenso, el músculo se siente muy tenso y algunas veces
se describe como un nudo.
• Contractura muscular
Es una contracción muscular continuada e involuntaria
del músculo o algunas de sus fibras que suele aparecer
cuando dicho músculo realiza una actividad inapropiada
en intensidad o en función.
Los síntomas son dolor, impotencia funcional, rigidez
muscular sostenida y rango de movilidad articular dis-
minuida
En el corredor las causas pueden ser varias, las más co-
munes son el cansancio de la fibra muscular afectada
como consecuencia de mal entrenamiento, alimentación
defectuosa en los deportistas (falta de glucógeno en el
músculo), en defensa por estiramiento brusco de un
grupo muscular o por sobrecarga muscular continuada.
	
• Desgarro muscular
El desgarro muscular es la lesión del tejido muscular
que va acompañada de una hemorragia provocada por la
rotura de los vasos sanguíneos que recorren el músculo
afectado.
Según el grado de lesión puede existir o no un hemato-
ma y cuanto más rápido éste se absorba en mejores con-
diciones será la cicatrización. El grado de hemorragia es
directamente proporcional al flujo sanguíneo del múscu-
lo e inversamente proporcional a la tensión muscular en
el momento de la lesión. Si el hematoma es intramuscu-
lar, habrá tumefacción persistente y el paciente no po-
drá recuperar la función rápidamente, mientras que si el
hematoma es intermuscular el sangrado se disemina y
el individuo tendrá la posibilidad de recuperar la función
más rápidamente.
Sucede por una súper elongación al exceder al músculo
más allá de su capacidad de estiramiento o por un es-
fuerzo excéntrico lo que se denomina rotura por distrac-
ción, por una contracción brusca (veloz), o por realizar
un esfuerzo superior a la capacidad biológica de resis-
tencia a la tensión.
Los síntomas son característicos: dolor repentino, agudo
e intenso, impotencia muscular acompañado general-
mente de un hematoma.
En los casos más graves, cuando el desgarro es total del
músculo, se produce un hematoma muy extenso e infla-
mación más pronunciada que inmoviliza la región afec-
tada y que se experimenta como una parálisis temporal,
esta es una contractura muscular refleja y vecina a la
lesión en señal de defensa.
Además de la clasificación descripta del desgarro mus-
cular, también se lo clasifica según el grado de lesión o
clasificación anglosajona en grado I o distensión mus-
cular, II o desgarro muscular parcial y III o desgarro
muscular total, morfológicamente según esté ubicada
en el vientre muscular, en la unión musculo tendinosa,
en el tendón o en la entesis y ecográficamente en seis
tipos diferentes de desgarros considerando sus caracte-
rísticas: desgarro miofascial, desgarro fibrilar, desgarro
multifibrilar, desgarro fascicular, desgarro masivo o to-
tal con o sin avulsión ósea, Adherenciolisis que se refiere
a la apertura de la cicatriz, o re-desgarro, generalmente
parcial y que ocurre siempre en la zona periférica del
desgarro.
• Micro-roturas muscular
La teoría de la micro-rotura de fibras musculares se re-
fiere a la mialgia aparece tras la práctica deportiva y se
explica mediante alguna literatura científica como una
rotura de fibras musculares en su mínima expresión,
técnicamente es la rotura de los sarcómeros muscula-
res, lo que acaba produciendo un efecto de inflamación
del músculo afectado. Este dolor se debe a que la fibra
muscular es débil, y no es capaz de sostener el nivel de
ejercicio, probablemente porque se está desentrenado y
la fibra no es capaz de aguantarlo. Los patrones de rup-
tura dentro del músculo son completamente aleatorios.
16
Parece haber datos empíricos que muestran más micro-
rupturas en los músculos de contracción rápida. Esta teo-
ría parece ser la más aceptada por la comunidad científi-
ca, y se han realizado numerosos estudios en deportistas.
Las zonas más afectadas por este dolor son las uniones
muscularesylostendonescercadelasarticulaciones;esto
se debe a que la zona musculo tendinosa es donde existen
más fibras musculares débiles y más tensión. Existe un
segundo supuesto: los receptores del dolor (nociceptores)
se encuentran en mayor cantidad en estas regiones. El
dolor muscular suele tener un período que oscila entre
los 5 y 7 días, con un pico de dolor que se muestra en los
3 primeros días tras el ejercicio. Por ejemplo, el dolor y la
relajación de los músculos no contribuye a la pérdida de
fuerza que aparece en los días de recuperación, no existen
pruebas de una inhibición neuronal sobre los músculos ni
una desactivación en las unidades motoras. El dolor y la
debilidad muscular se deben, principalmente, a los pro-
cesos inflamatorios más que al daño muscular producido.
Las investigaciones realizadas se han fundamentado en el
desbalance sobre la homeostasis del calcio en los tejidos
musculares debida a las micro-roturas musculares.
Aumento de la temperatura corporal: Durante un ejerci-
cio intenso las células musculares pueden alcanzar tem-
peraturas entre los 38 °C y los 54 °C, lo que supone una
muerte celular o necrosis. Este proceso genera una des-
organización estructural en los músculos que acaba ge-
nerando un dolor generalizado en ciertos músculos. Esta
teoría se ha convertido en una derivación de la micro-ro-
tura de las fibras musculares, ya que puede considerarse
como una causa más de esta lesión.
Acumulación de ácido láctico: Si bien ya mencionamos a
la acumulación de ácido láctico en el punto 5.1 hay auto-
res que toman a esta como una entidad aparte. La teoría
fue enunciada por primera vez por Assmussen en el año
1956.
Según Assmussen, en condiciones de anoxia (falta de oxí-
geno), como la que ocurre en las células musculares du-
rante un ejercicio intenso, el metabolismo cambia y las
células fermentan los nutrientes para conseguir energía.
La fermentación produce mucha menos energía que el
metabolismo normal, que degrada la glucosa a dos ácidos
pirúvicos, y este se degrada completamente por otras ru-
tas metabólicas. Sin embargo, en la fermentación, el ácido
pirúvico se transforma en ácido láctico que cristaliza en el
músculo. El dolor producido, por lo tanto, sería el resul-
tado de la acidez incrementada captada por los nervios y
por las microrroturas del músculo debido a los cristales.
• Sindrome compartimental
Es una afección caracterizada por aumento de presión en
un espacio confinado anatómicamente que daña en forma
irreversible su contenido, es decir músculos y estructuras
neurovasculares. Sus causas son múltiples, ya que cual-
quier situación que aumente o disminuya el volumen del
compartimiento puede ocasionar un síndrome comparti-
mental (traumatismos con hemorragia, fracturas, quema-
duras etc). El aumento de presión ocasiona obstrucción
venosa e isquemia muscular y nerviosa que llevan a ne-
crosis. En la ecografía se observa un importante aumento
de volumen del músculo con fascia abombada y pérdida
del patrón fibrilar normal. Los hallazgos en RM incluyen
tumefacción de la extremidad afectada y alteración de la
señal en los músculos del compartimiento y en etapas
más tardías se observan áreas de mionecrosis.
Complicaciones de las lesiones musculares
• Cicatriz fibrosa: Es el resultado de la evolución natural
de un desgarro ya que la curación está mediada en gran
parte por cicatrización fibrosa. Tanto en la ecografia como
en RM puede observarse una imagen estrellada, retrác-
til, asociada a disminución de volumen y signos de atrofia
muscular en las zonas vecinas a la cicatriz.
• Miositis osificante: Las contusiones musculares con he-
matoma intramuscular pueden calcificar y osificar. “Mio-
sitis” es un mal nombre para este proceso ya que no existe
inflamación y se trata más bien de una osificación post-
traumática.
Figura N° 2: a. b. a. RM: Síndrome compartamental. Secuencia po-
tenciada en T1. Corte axial. b. RM: Secuencia potenciada en T2.5
17
Es frecuente en atletas que practican deportes de contac-
to, sin embargo, en aproximadamente un 40% de los casos
no hay un evento traumático evidente. Las localizaciones
más frecuentes son el muslo y pelvis. Su aspecto varía
dependiendo del momento evolutivo en que se examine.
Durante las primeras tres semanas se comporta como
una masa que desestructura el patrón fibrilar muscular.
Luego comienzan a aparecer las calcificaciones desde la
periferia hacia el centro, llegando a “madurar” a los 5-6
meses, en que la masa se retrae. El diagnóstico es difícil
y muchas veces se requiere más de un método por imá-
genes para aclarar.
• Hernia muscular: Consiste en la herniación focal de un
músculo a través de un defecto ubicado en la fascia que
lo envuelve. Ocurre con mayor frecuencia en las extre-
midades inferiores, especialmente en el compartimiento
tibial anterior. El diagnóstico se hace más fácilmente con
ultrasonografía ya que al solicitar al paciente la contrac-
ción del músculo afectado, permite demostrar la hernia
en forma dinámica. También puede estudiarse con RM.
• Lesiones tendinosas. Tendinopatias
Este importantísimo grupo de lesiones que se dan en el
runner corresponde a lesiones tendinosas en donde son
comunes la tendinopatía de rodilla, síndrome de la banda
iliotibial, tendinopatía Aquilea y la del tibial posterior.
La patología del tendón es frecuentemente causante de
dolor y de la disminución del rendimiento en el deportista
de elite, pudiendo incluso generar una inactividad prolon-
gada. Estas patologías alcanzan una importancia desta-
cada debido a la persistencia de los síntomas a pesar de
los múltiples tratamientos utilizados.
Las tendinopatias son producidas como consecuencia de
alteraciones biomecánicas, lesiones por sobreuso y so-
brecarga, sobreentrenamiento, metabolopatias, fárma-
cos, secuela de procesos inflamatorios y predisposición
genética de acuerdo al grupo sanguíneo (grupo 0), pu-
diendo pasar de estadios agudos y subagudos hasta pro-
ducir patología crónica.
Las mal llamadas tendinitis, ya que no se producen nin-
gún proceso inflamatorio puro debido a la ausencia de
leucocitos polimorfunucleares y macrófagos en la fisio-
patología de la lesión, presentan como hallazgo más fre-
cuente, tejido de granulación, lo que sugiere una condi-
ción degenerativa, por lo que en realidad se denominan
Tendinosis.
Es de importancia destacar que a nivel estructural estos
tejidos enfermos presentan cambios en su composición de
marcada importancia, tales como: aumento en el número
de fibroblastos, hiperplasia vascular y desorganización de
colágeno. También puede observarse reblandecimiento
del tejido, cambios de coloración (amarillo-marrón), de-
generación mucoide y fibrosis variable. Es sabido que las
fibras colágenas en el tendón están dispuestas en forma
ordenada con una orientación en paralelo y que cuando se
lesionan producen una desorganización en dicha orienta-
ción en las zonas afectadas. También puede encontrarse
edema regional con el consecuente aumento del volumen
de la matriz extracelular que genera un incremento en el
tamaño del tendón.
Conjuntamente todo el proceso lleva a la liberación de
citokinas y factores de crecimiento que cumplen un rol
preponderante en la cronicidad de la lesión, generando
un estímulo anómalo mediante la liberación de factores
angiogénicos para la formación de hiperplasia vascular
en las zonas afectadas. El patrón degenerativo de esta
lesión puede generar depósitos grasos, mucoides y hiali-
nos, con la ya mencionada hiperplasia angiofibroblástica
y necrosis fibrinoide. Otro problema de la prolongación de
Figuras N° 3: a. Rx simple: Extensa calcificación de partes blan-
das en la pierna. b. RM: Secuencia potenciada en T1 que muestra
secuelas de fractura de tibia Corte sagital. c. RM: Extensa Miositis
Osificante.
Figuras N° 4: a-d. a. US: Foco herniación (flechas). Músculo tibial
anterior. Corte transversal. B. US: Corte longitudinal. C. US: Hernia
muscular Peronea. Corte transversal. D. US: Corte longitudinal.
18
la patología es la formación de inclusiones predominan-
temente de calcio formando las clásicas calcificaciones
intratisulares.
A modo informativo hay otro grupo de lesiones pasibles
del runner a tener en cuenta que son: los esguinces de
tobillo como la principal, periostitis tibial, fascitis plantar
y capsulitis de dedos del pie pero que no son tema de este
trabajo.
LESIONES EN LOS MIEMBROS INFERIORES
DURANTE LA PRACTICA DEL RUNNING
M. Meana Riera en Biomecánica y bases neuromusculares
de la actividad física y el deporte define a la lesión deporti-
va como un daño de los tejidos por las cargas y los esfuer-
zos provocados por la participación en actividades físicas
y deportivas.
Durante la actividad deportiva los tejidos biológicos están
sometidos a estrés y cada componente de nuestro orga-
nismo tiene un comportamiento mecánico diferente ante
las cargas que lo deforman en función de su estructura y
de sus propiedades mecánicas. Los tejidos como el hueso,
los tendones y ligamentos no se deforman de igual mane-
ra ante un mismo tipo de esfuerzo mecánico.
A groso modo se pueden diferenciar dos tipos de lesiones:
agudas y por sobre uso.
Lesiones agudas
Son repentinas y con un mecanismo lesional que puede
ser definido de manera clara en función de la acción me-
cánica de las cargas sobre el tejido dañado.
Lesiones por sobre uso
Pueden ocurrir de forma gradual por sobre licitación y uso
repetitivo del tejido.
Distinguir una de otra no siempre es fácil ya que en mu-
chas oportunidades la lesión aguda es el final del proceso
de sobrecarga crónica. Durante la práctica de running y
en las distintas fases del mismo el individuo es pasible de
sufrir lesiones en:
a) Cadera y muslo: por sobre estiramiento o contracción
brusca durante una salida explosiva o cambios de direc-
ción repentino producto del terreno puede sufrir disten-
siones en los músculos flexores y/o aductores. Producto
de impactos repetitivos contra el suelo o carrera en pi-
sos inclinados, como por ejemplo correr siempre por el
mismo lado de la acera o calle puede sufrir bursitis tro-
cantérea, bursitis del psoasilíaco por roce con el trocán-
ter, síndrome del piramidal por compresión del nervio
ciático a nivel. Por sobreuso de la pierna de apoyo, por
ejemplo, el runner que padece de falta de fuerza en un
miembro y solo tracciona con el miembro contrario pue-
de padecer de bursitis en el isquion, como así también
producto de una caída con golpe directo sobre el muslo
puede producirse la miositis osificante.
b) Rodilla y pierna: por cambios bruscos de dirección,
aceleración y desaceleración brusca puede padecer de
distensión del cuádriceps y/ o bíceps femoral. Debi-
do a traumas y/o fricciones repetidas como lo son los
microimpactos durante la carrera puede padecerse de
bursitis, quiste poplíteo por acumulación de líquido,
tendinitis rotuliana o síndrome de fricción de la banda o
cintilla iliotibial por fricción a nivel del cóndilo femoral
externo. Por ejercicios bruscos durante la entrada en
calor puede sufrir de distensiones musculares a nivel
de los gemelos lo que posteriormente se puede traducir
en un desgarro muscular en el caso de competir o con-
tinuar con la actividad. Por agotamiento, deficiente con-
dición física, deshidratación o acúmulo de ácido láctico,
durante la competencia o entrenamiento puede padecer
de calambres musculares. Producto de la hiperflexión o
hiperextensión repetitiva como por ejemplo durante los
descensos o ascensos puede sufrir de tendinitis distal
de los tendones de los isquiotibiales, síndrome de dolor
patelofemoral o tendinitis del tendón rotuliano a nivel de
la inserción inferior, en la tuberosidad anterior de la ti-
bia. En el caso de padecer síndromes compartimentales
crónicos y debilidad de la fascia por la entrada de vasos
penetrantes pueden producirse hernias musculares a
este nivel, la mayoría son asintomáticas, aunque pueden
cursar con dolor, calambres o edema localizado.
c) Tobillo y pie: debido a la actividad o al descanso defici-
tario puede suceder que la sobrecarga repetida generar
bursitis retrocalcanea; fascitis plantar por desalinea-
ción y rigidez; tendinitis, tendinosis o tenosinovitis de
los músculos peroneos, tibial anterior, tendón de Aqui-
les y/o de los extensores de los dedos inflamación de
los músculos flexores y pronadores como síndrome de
estrés tibial.
No está demás en aclarar que existen y se suceden, ade-
más de las lesiones musculares y tendinosas descriptas,
otro tanto más pero de índole osteo-mio-articular de la
misma y de diferente etiología susceptibles de ser padeci-
19
das por el individuo que practica running pero que no es
tema del presente trabajo
CONCLUSIONES
Las lesiones tendinosas y musculares en individuos que
practican running pueden ser multifactoriales entre ellos
la fatiga, los desequilibrios o trastornos músculo esque-
léticos, el mal estado o la mala elección del calzado, el
terreno, la debilidad muscular, la falta, escasa o mala hi-
dratación, alimentación y descanso, los escasos rangos
de elongación muscular y flexibilidad son los de mayor
importancia y causalidad, ya que alteran la biomecánica
y por consiguiente la movilidad durante la actividad del
running.
En cuanto a prevención, además de la disminución de to-
dos los factores antes mencionados, las correctas cargas
de entrenamiento y la especificidad de este conjuntamen-
te con el estiramiento o elongación muscular ayudaran al
individuo a alejarse del momento de la lesión.
El nuevo consenso sobre la clasificación y terminología de
las lesiones musculares nos ayuda al tratamiento especí-
fico y a elaborar planes de prevención para el deportista
sea cual fuere la lesión que padezca.
En cuanto al calzado, el óptimo para realizar estas activi-
dades de running y todas las que se puedan incluir dentro
de ésta, es aquel que proporciona un buen aislamiento
térmico, protege el pie frente a lesiones articulares y
musculares, se adapta a las dimensiones funcionales del
pie evitando roces y le proporciona estabilidad y agarre
al suelo contribuyendo a la amortiguación de las cargas
dando al pie una alta comodidad. El desplazamiento con-
tinuo del pie dentro del calzado durante largas sesiones
de entrenamiento y competencias puede producir lesio-
nes por rozamiento, bursitis y tendinitis del tendón de
Aquiles.
Por otra parte, una distribución inadecuada de las pre-
siones actuantes sobre la planta y el dorso del pie, y los
choques repetidos de la punta del pie con la puntera del
calzado provocan frecuentes problemas en los dedos y
uñas, especialmente durante los descensos, como así
también fascitis plantares, metatarsalgias y dolor en el
arco plantar, que no son objeto del presente trabajo pero
que creemos necesario, al menos, mencionarlas.
En líneas generales, en el individuo que hace running
es muy frecuente que los fallos musculares, tendinosos
como así también de otras estructuras articulares se de-
ban al sobreuso y no a lesiones agudas.
Bibliografía
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aquileano. Clasificación orientada en la Fisiopatología y Tra-
tamiento. Revista de la Asociacion Argentina de Traumatolo-
gia del Deporte - 2011, Vol 18. N° 1 Pag. 13 – 16.
VER RECUADROS EN PÁGINA SIGUIENTE
20
REcuadros
9.1 Recuadro N° 1: Fase de apoyo de la marcha
21
9.2 Recuadro N° 2: Efectos de los trastornos funcionales durante la fase de apoyo de la marcha
22
9.3 Recuadro N° 3: Fase de balanceo de la marcha
23
9.4 Recuadro N° 4: Efectos de los trastornos durante la fase de balanceo de la marcha
9.5 Recuadro N° 5: La carrera
24
25
Lesiones del hombro en deportistas lanzadores
Trabajo 3
ARTICULO TRADUCIDO DE JOSPT
Autores
Palabras claves
Aductor mayor, biomecánica, glúteo mayor, glúteo medio, cadera
Nivel de evidencia
Aductor mayor, biomecánica, glúteo mayor, glúteo medio, cadera
KEVIN E. WILK, PT, DPT
Vice Presidente de Education, Physiotherapy Associates, Exton, PA; Director Clínico Asociado de Champion Sports Medicine, una Clínica de Fisio-
terapistas Asociados, Birmingham, AL; Director de Investigación de Rehabilitación, Instituto Americano de Medicina del Deporte, Birmingham, AL;
Consultor de Rehabilitación, Tampa Bay Rays Baseball Organization, Tampa Bay, FL.
PADRAIC OBMA, MD
Fellow de Medicina Deportiva Ortopédica, Andrews Sports Medicine, Birmingham, AL.
CHARLES D. SIMPSON II DPT
Fellow de Fisioterapia, Champion Sports Medicine, Birmingham, AL
E. LYLE CAIN, MD
Cirujano ortopédico, Andrews Sports Medicine Center, Birmingham, AL
JEFFREY DUGAS, MD
Director Médico, Tampa Bay Rays Baseball Organization, Tampa Bay, FL.
JAMES R. ANDREWS, MD
Cirujano ortopédico, Andrews Sports Medicine Center, Birmingham, AL; Director Médico, Tampa Bay Rays Baseball Organization, Tampa Bay, FL.
E-mail de contacto: kwilkpt@hotmail.com
Lanzar por encima de la cabeza consiste en un movi-
miento altamente cualificado que se realiza a muy alta
velocidad, y requiere flexibilidad, fuerza muscular, coor-
dinación, sincronicidad y control neuromuscular. El lan-
zamiento genera una extraordinaria demanda sobre la
articulación del hombro. Debido a estas fuerzas eleva-
das, que se aplican de forma repetitiva, el hombro es la
articulación que más frecuentemente se lesiona en los
pitchers del béisbol profesional (27).
Durante el movimiento de lanzamiento, en la articulación
del hombro se ubica una fuerza tremenda a una veloci-
dad angular extremadamente alta. La fase de aceleración
del lanzamiento es el movimiento más rápido registra-
do y alcanza un pico de velocidad angular de 7250°/S (41,
43). Se ha estimado que las fuerzas de traslación anterior
generadas durante el lanzamiento son iguales a la mitad
del peso corporal (PC) durante la fase de elevación tardía,
y que hay una fuerza de tracción igual al peso corporal
durante la fase de desaceleración (43). En consecuencia,
el lanzamiento requiere un alto nivel de activación mus-
cular, como indica la señal electromiográfica de la mus-
culatura del hombro, lo que puede exceder el 80 a 100%
de la señal medida durante una contracción isométrica
voluntaria máxima (CIVM) (34). Por último, el hombro del
lanzador overhead presenta a menudo movilidad y laxitud
excesiva. Wilk et al (112) establecieron que el hombro del
lanzador deber ser “lo suficientemente móvil como para
tirar, pero lo suficientemente estable para prevenir sínto-
mas”. Ya sea que la típica lesión prolongada del hombro
del lanzador se deba a la hiperlaxitud o a la tensión cap-
sular es actualmente un tema de discusión controvertido.
La patología del hombro puede manifestarse con dolor,
26
disminución del rendimiento (velocidad y precisión), o con
una disminución de la fuerza o del rango de movimiento.
El reto para los profesionales de la medicina es determi-
nar el diagnóstico diferencial exacto, la causa de la lesión,
y el tratamiento más efectivo basado en la patología iden-
tificada.
En este trabajo vamos a discutir acerca de la característi-
ca física del deportista lanzador overhead, las patologías
más comunes que presentan y los tratamientos no quirúr-
gicos, quirúrgicos y post- operatorios.
Sinopsis
El lanzamiento es un movimiento extremadamente com-
plejo y que requiere mucha habilidad. Cuando lanza, el
deportista produce una demanda extraordinaria en todo
el hombro con posterioridad a las tremendas fuerzas que
se generan. El hombro del lanzador debe ser lo suficien-
temente laxo para permitir una rotación externa excesiva,
pero lo suficientemente estable como para prevenir las
subluxaciones sintomáticas de la cabeza humeral, por lo
que requiere un equilibrio delicado entre movilidad y es-
tabilidad funcional. Nos referimos a esto como la “para-
doja del lanzador.” Este equilibrio se ve frecuentemente
comprometido y se cree que puede llevar a varios tipos de
lesiones de los tejidos circundantes. Con frecuencia, las
lesiones pueden ser tratadas con éxito mediante progra-
mas no quirúrgicos de rehabilitación bien estructurados y
cuidadosamente implementados. La clave del éxito para
los tratamientos no quirúrgicos es un minucioso examen
clínico y un diagnóstico certero. Una rehabilitación que
tenga un enfoque estructurado y multifacético, con énfasis
en el control de la inflamación, la recuperación del equi-
librio muscular, el mejoramiento de la flexibilidad delos
tejidos blandos, la mejora de la propiocepción y el con-
trol neuromuscular y el regreso efectivo del deportista al
lanzamiento competitivo. Los atletas presentan a menudo
numerosos cambios adaptativos que se desarrollan a par-
tir de las tensiones microtraumáticas repetitivas que ocu-
rren durante el lanzamiento. El tratamiento debe incluir la
restauración de esas adaptaciones.
CARACTERÍSTICAS FÍSICAS
Es importante para el médico darse cuenta y apreciar las
características físicas “típicas” del lanzador.
Rango de movimiento
La mayoría de los lanzadores overhead presentan una dis-
paridad de movimiento obvia, por lo cual la rotación exter-
na del hombro (RE) es excesiva y la rotación interna (RI) es
limitada cuando se mide a 90° de abducción (11, 18, 20, 54,
112). Esta pérdida de rotación interna del hombro del lan-
zador se denomina déficit de rotación interna glenohume-
ral (GIRD por sus siglas en inglés). Varios investigadores
han documentado que los lanzadores presentan una ma-
yor rotación externa del hombro que el resto de los juga-
dores de béisbol (11, 54, 111). Brown et al (18) informaron
que los lanzadores profesionales presentan un promedio
de ±SD de 141° ± 15° de rotación externa del hombro a 90°
de abducción. Esto fue de aproximadamente 9° más que
para el hombro no-lanzador y aproximadamente 9° más
que el del hombro de los jugadores de otras posiciones.
Recientemente, Bigliani et al (11) detectaron que la rota-
ción externa del hombro dominante medido a 90° de ab-
ducción promedió 118° (rango, 95°-145°) en lanzadores,
mientras que el promedio fue 108° (rango, 80°-105°) para
el hombro dominante de los jugadores de campo.
Wilk et al (105) informaron sobre el rango de movimien-
to (ROM) de la articulación glenohumeral medido en 879
pitchers profesionales del béisbol entre 2003 y 2008. Los
pitchers exhibieron un promedio ± SD de 136.9° ± 14.7° de
rotación externa y 40.1° ± 9.6° de rotación interna cuando
fueron evaluados de forma pasiva a 90° de abducción. En
los pitchers, la rotación externa es de aproximadamente 9°
mayor en el hombro lanzador en comparación con el hom-
bro no lanzador, mientras que la rotación interna fue 8.5°
mayor en el hombro no lanzador. Además, el movimiento
total (rotación externa y rotación interna sumadas) en el
hombro lanzador fue similar (dentro de los 7°) cuando se
compara con el movimiento total del hombro no lanzador,
con un arco de rotación total de movimiento de 176.3° ±
16,0° en el hombro lanzador y en el no lanzador (114). Nos
referimos a esto como el “concepto de movimiento total”
(FIGURA 1). Varios autores han informado anteriormente
que el movimiento total es igual comparando ambos hom-
bros (el lanzador y el no lanzador) (4, 6, 40, 77, 114).
Laxitud
La mayoría de los lanzadores overhead presentan una
significativa laxitud en la articulación glenohumeral, que
permite un ROM excesivo. La hipermovilidad del hombro
del lanzador se ha denominado “laxitud del lanzador”
(112). La laxitud de la articulación glenohumeral anterior
e inferior puede ser apreciada por el médico durante la
evaluación de la estabilidad de la articulación. Andrews et
al (7) han informado que la laxitud excesiva que presentan
27
los lanzadores es el resultado de lanzamientos repetiti-
vos, refiriéndose a esto como “laxitud adquirida”; pero
otros han demostrado que los lanzadores presentan una
laxitud congénita (11).
Borsa et al (14, 15) no detectaron diferencias entre el
hombro lanzador y el no lanzador cuando realizaron
pruebas objetivas de laxitud de la articulación glenohu-
meral en el dispositivo Telos (FIGURA 2). Además, obser-
varon una mayor laxitud posterior en comparación con la
laxitud anterior, y ninguna relación entre las medidas de
laxitud articular y el ROM. En algunos casos, los pitchers
presentaron una disminución extrema del movimiento
de rotación interna de la articulación glenohumeral, y
al mismo tiempo una significativa laxitud de la cápsula
posterior en las pruebas Telos. Por lo tanto, los cambios
en el movimiento de la articulación glenohumeral que se
ven en lanzadores pueden tener origen en otros factores
distintos a la laxitud capsular de la articulación glenohu-
meral.
Adaptaciones óseas
Varios investigadores (23, 29, 85, 88, 89) han informado
una adaptación ósea de la cabeza del húmero en el hom-
bro del lanzador. Crockett et al (29) presentaron a 25 pit-
chers del béisbol profesional que se sometieron a una
tomografía computada para determinar la retroversión de
la cabeza del húmero y la cavidad glenoidea. Los investi-
gadores notaron que la cabeza del húmero en el lado lan-
zador mostró un incremento en la retroversión de 17º en
comparación con el hombro no lanzador. Por otra parte,
cuando se comparó a los pitchers con un grupo de no lan-
zadores, éstos últimos no presentaron ninguna diferencia
en los valores de su retroversión bilateral. Esto podría ex-
plicar de forma parcial las diferencias que presentan los
lanzadores de un lado a otro, en el ROM de rotación de
la articulación glenohumeral. Un aumento en la retrover-
sión de la cabeza humeral pude dar como resultado un
incremento en el ROM de rotación externa y la disminu-
ción de la rotación interna. Por último, Meister et al (77)
descubrieron que los mayores cambios en el ROM de la
articulación glenohumeral de jugadores adolescentes de
béisbol ocurrían entre los 12 y 13 años, cuando las placas
de crecimiento están abiertas.
Fuerza muscular
Varios investigadores han examinado parámetros de
fuerza muscular en atletas lanzadores con diferentes re-
sultados y conclusiones (1, 9, 18, 28, 30, 48, 107, 108). Wilk
et al (107, 108) realizaron una evaluación isocinética en
83 jugadores profesionales de béisbol como parte de sus
exámenes físicos durante el entrenamiento de primavera.
Los investigadores demostraron que la fuerza de rotación
externa del hombro lanzador del pitcher fue significativa-
mente más débil (P‹ 0,05) que el hombro no lanzador en
un 6%. A la inversa, la rotación interna del hombro lanza-
dor fue significativamente mayor (P‹ 0,05) que en el hom-
bro no lanzador en un 3%. Además, la fuerza de aducción
FIGURA 1. El concepto de “movimiento de rotación total”. Rotación
externa (RE) + rotación interna (RI) = movimiento total. El movi-
miento de rotación total es igual bilateralmente.
FIGURA 2. Pruebas de laxitud glenohumeral realizadas con el dis-
positivo Telos para evaluar de manera objetiva la laxitud articular.
28
del hombro lanzador fue significativamente mayor (P‹
0,05) que en el hombro no lanzador por aproximadamen-
te 9 a 10%. Creemos que un importante valor isocinético
es la relación muscular unilateral, el cual describe la re-
lación de la fuerza muscular agonista-antagonista de un
hombro. Se cree que un equilibrio adecuado entre grupos
musculares agonistas y antagonistas proporciona la es-
tabilización dinámica de la articulación del hombro. Para
proveer un adecuado equilibrio muscular, los músculos
rotadores externos de la articulación glenohumeral
deberían ser al menos el 65% de la fuerza de los múscu-
los rotadores internos (113). De manera ideal, la relación
de fuerza de los músculos rotadores internos y externos
debe ser entre 66 y 75% (108, 112, 113). La TABLA 1 ilustra
los valores óptimos de fuerza muscular de los jugadores
profesionales de béisbol. Magnusson et al (72) determina-
ron, utilizando un dinamómetro de mano, que los pitchers
profesionales presentan una debilidad significativa del
músculo supraespinoso del lado lanzador, en compara-
ción con el no lanzador.
La musculatura escapulotorácica desempeña un rol vital
durante el movimiento de lanzamiento (34). Un movimien-
to escapular adecuado y la estabilidad son imprescindibles
para el funcionamiento asintomático del hombro (56, 57).
Estos músculos trabajan de manera sincronizada y actúan
como una cupla de fuerza sobre la escápula, proporcio-
nando tanto movimiento y como estabi-
lización. Wilk y al (117) documentaron
los valores de resistencia isométrica del
músculo escapular de 112 jugadores
profesionales de béisbol. Los resulta-
dos indican que los pitchers y catchers
presentan una resistencia significativa
mayor de los músculos transportador y
elevador de la escápula cuando se los
compara con jugadores de campo. To-
dos los jugadores (excepto los infilders,
jugadores de cuadro) mostraron múscu-
los depresores de la escápula significa-
tivamente más fuertes del lado lanzador
en comparación con el no lanzador. Ade-
más, las proporciones musculares entre
agonista y antagonista son valores im-
portantes a la hora de considerar cómo
la escápula ofrece estabilidad, movilidad
y funcionamiento libre de síntomas. Las
TABLA 1
Fuerza muscular glenohumeral
Valores en jugadores profesionales del béisbol
(N = 83) (103, 104)
Comparaciones bilaterales (%)*
Rotación externa 		
Rotación interna 		
Abducción			
Aducción 			
Relaciones de torques máximos unilaterales (%) †
Rotación externa/interna	
Abducción/aducción 		
Rotación externa/abducción	
Torque máximo-relaciones de peso corporal ‡
Rotación externa 		
Rotación interna 		
Abducción			
Aducción
180°/s
95-109 		
105-120 	
100-110 	 	
120-135 	
63-70 		
82-87 		
64-69 	
	
18-23 		
27-33 	
26-32 		
32-36 		
* Proporción de la fuerza del lado dominante al no dominante para cada grupo muscular.
† Datos sólo del brazo dominante (lanzador)
‡ Torque máximo medido ft-lb y peso corporal en lb
300°/s	
	
85-95 	
100-115 	
100-110
115-130
	
65-72
92-97
66-71
	
15-20
25-30
20-26
28-33
450°/s
80-90
100-110
62-70	
TABLAS 2 y 3 ilustran los valores de resistencia muscular
escapular en atletas lanzadores.
Postura y posición escapular
Como se mencionó anteriormente, la capacidad de la es-
cápula para funcionar como una unidad cohesiva con la
parte superior del cuerpo es esencial para el deportista
lanzador overhead. Para ser capaz de funcionar adecua-
damente, la escápula debe estar en la posición adecua-
da para ayudar en el movimiento del húmero. Kibler et al
(57) definieron las alteraciones en el funcionamiento de
la escápula durante los movimientos escapulohumerales
acoplados como “diskinesia escapular”. Numerosos au-
tores han señalado el papel de discinesia escapular y su
correlación con las patologías de hombro (56, 57).
A menudo, el deportista lanzador tiene cambios de pos-
tura que resultan en un cambio de posición de reposo de
la escápula. Burkhart et al (19) describieron estos cam-
bios posturales como la escápula “enferma”, que significa
malas posiciones escapulares que incluyen la prominen-
cia del borde medial inferior, el dolor coracoides, la mala
posición, y la diskinesia del movimiento escapular. Este
síndrome, a menudo, se presenta clínicamente como una
escápula asimétrica “caída”. Bastan et al (10) informaron
sobre la posición de la escápula en el atleta lanzador en
3 planos (rotación, inclinación y elevación) para 4 posicio-
29
TABLA 2 Fuerza de la musculatura escapulotorácica *
Pitchers
Protracción 			
Retracción 		
Elevación 			
Depresión 			
Catchers
Protracción 			
Retracción 			
Elevación 			
Depresión 			
Jugadores de campo
Protracción 			
Retracción			
Elevación 			
Depresión
Brazo dominante
32.2 ± 4.5 		
28.1 ± 3.6 		
37.6 ± 6.4 		
10.0 ± 2.7 	
	
30.8 ± 4.5 		
28.6 ± 2.3 		
39.9 ± 6.8 		
9.5 ± 1.8 		
		
26.3 ± 4.5 		
25.9 ± 2.7 		
29.5 ± 5.4 		
8.6 ± 2.3
* Los valores son la media ± SD kg.
Brazo no dominante	
33.6 ± 5.9 			
27.2 ± 3.2 			
38.1 ± 6.8 			
8.2 ± 2.3
		
33.1 ± 4.5 		
26.8 ± 3.2 		
38.6 ± 3.6 			
7.3 ± 2.3
			
26.3 ± 5.0
25.4 ± 2.7 			
29.9 ± 5.0
8.2 ± 2.3
TABLA 3 Porcentaje de resistencia de la musculatura
escapulotorácica
Pitchers
Protracción/retracción		
Elevación/depresión 		
Catchers
Protracción/retracción		
Elevación/depresión 		
Jugadores de campo
Protracción/retracción		
Elevación/depresión 	
Brazo dominante
87% 		
27% 		
		
93% 		
24%		
	 	
98% 		
29% 	
Brazo no dominante	
81%
21%
			
81% 		
19%
94% 			
27%
nes diferentes del hombro (descanso, abducción a 90°, abducción a 90° con
la máxima rotación externa y abducción a 90° con la máxima rotación in-
terna). Sus resultados indicaron que la escápula del lado dominante, con el
hombro en reposo, fue significativamente más prolongada (p = 0,006) e incli-
nada hacia delante (P = 0,007); con el hombro a 90° de abducción, estuvo más
rotada en dirección hacia arriba (P = 0,039); con máxima rotación interna y
externa a 90° de abducción, estaba más inclinada hacia adelante (P<0.001)
(10). Macrina et al (70) determinaron que una vez que la musculatura esca-
pular se fatiga, la posición escapular empeora, lo que da como resultado una
mayor prolongación e inclinación anterior de la escápula. Esta inclinación
anterior se correlaciona con una pérdida de rotación interna de la articula-
ción glenohumeral (13, 66). Como se mencionó anteriormente, se han reali-
zado numerosos estudios sobre la asociación entre los cambios posiciona-
les de la escápula, la discinesia escapular y el aumento de la patología del
hombro. Estos estudios promueven la
creencia de que hay un aumento de la
frecuencia de cambios de posición de
la escápula que pueden conducir a un
incremento de las patologías del hom-
bro en atletas lanzadores.
examen clínico
Historia
Aunque las lesiones agudas en el
hombro afectan a los deportistas lan-
zadores, son mucho más comunes las
lesiones secundarias por sobreuso
o fatiga. Para realizar un diagnósti-
co correcto es necesaria la informa-
ción general acerca del paciente, así
como los datos específicos sobre los
síntomas y la historia de lanzamiento
(ANEXO A) (45). Se necesita determi-
nar información importante, tal como
la aparición de los síntomas, cambios
en la mecánica, el desarrollo de un
nuevo terreno de juego, régimen de
entrenamiento, juego solo y la canti-
dad de lanzamientos de la temporada,
así como los tratamientos previos. Es
igualmente importante ver estudios de
imagen que el paciente tenga antes de
la evaluación. Los estudios de imagen
se deben correlacionar con el examen
físico para establecer un diagnóstico
preciso y diferenciado. Numerosos es-
tudios de imágenes pueden ser bene-
ficiosos para realizar un diagnóstico,
tales como radiografías, resonancia
magnética o tomografías computadas.
Examen físico
Luego de obtener una historia médica
completa, el examen físico se centra-
rá en el diagnóstico diferencial sobre
la base de una lista de posibilidades.
Cada médico debe tener una progre-
sión constante a seguir para todos los
exámenes físicos (ANEXO B). Hay múl-
tiples pruebas o técnicas de examen
para llegar a un diagnóstico, y es im-
portante que cada médico utilice una
30
técnica examinadora con la que se sienta familiarizado y
que se pueda replicar con cada paciente.
La observación visual del hombro se debe realizar en pri-
mer lugar, poniendo especial atención en lesiones de la
piel o atrofia muscular. Luego se debe palpar el hombro,
apreciando todas las prominencias óseas, con especial
atención en la corredera bicipital, tuberosidad mayor y
articulación acromioclavicular. El dolor en estas áreas
puede indicar la participación del tendón del bíceps, del
manguito rotador y artrosis de la articulación acromiocla-
vicular, respectivamente. Se observa ROM activo (AROM)
y pasivo (PROM), centrándose en el movimiento glenohu-
meral así como en el escapulotorácico. El PROM de la ar-
ticulación glenohumeral es evaluado por rotación externa
y rotación interna a 90° de abducción y por rotación exter-
na a 45° de abducción en el plano escapular. Al evaluar
rotación interna, se debe tener cuidado de palpar y esta-
bilizar la escápula. Cuando evalúa PROM, el médico debe
tener en cuenta tanto la cantidad de movimiento como la
sensación final. Es importante evaluar la flexión anterior,
la abducción, la rotación interna y la rotación externa, so-
bre todo por algún déficit que sea evidente. La palpación
del hombro durante ROM puede descubrir crepitación, lo
que puede indicar ciertas lesiones patológicas, tales como
el engrosamiento de la bursa, desgarros del manguito ro-
tador y artritis.
La fuerza muscular es el siguiente componente a exami-
nar. Para evaluar el supraespinoso, se le pide al paciente
que flexione el hombro a 90°, con el brazo en posición ho-
rizontal abducido a unos 45° y el pulgar apuntando hacia
arriba. Se aplica resistencia en esta posición (55, 91). De-
bilidad o dolor pueden indicar una lesión del músculo su-
praespinoso. Con el brazo al costado y el codo flexionado a
90°, se le pide al paciente que gire hacia el exterior contra
la resistencia (infraespinoso y redondo menor) y que rote
internamente contra la resistencia (subescapular). Una
vez más, la debilidad o el dolor pueden indicar una lesión.
Rotaciones externas o internas con resistencia son pos-
teriormente realizadas a 90° de abducción y con rotación
neutra, que es una posición más funcional para evaluar a
deportistas lanzadores. Para evaluar la fuerza de rotación
externa e interna a 90° de abducción, puede ser benefi-
cioso que los pacientes se muevan a través de un arco de
movimiento concéntrico y excéntrico contra resistencia.
En este punto, el examinador puede realizar ciertas ma-
niobras provocadoras para evaluar otras patologías po-
sibles (ANEXO B). A continuación se discutirán con más
detalle algunas pruebas comunes que se realizan en el
examen clínico.
Para evaluar el pinzamiento subacromial se utiliza a me-
nudo la prueba de Hawkins-Kennedy. Este test de pinza-
miento subacromial ha arrojado entre 66 y 100% de sensi-
bilidad y entre 25 y 66% de especificidad para el diagnóstico
de pinzamiento, desgarros del manguito rotador y bursitis
(21, 69, 87). La articulación del hombro del paciente se
flexiona hacia adelante a 90° y el hombro se fuerza a la ro-
tación interna. Esta maniobra impulsa la tuberosidad ma-
yor más abajo del ligamento coracoacromial, produciendo
el pinzamiento. El dolor con esta maniobra puede indicar
pinzamiento subacromial (98). La prueba se realiza a 90°
de abducción en el plano escapular, en el plano sagital y
con la aducción horizontal más allá del plano sagital, don-
de la posición de aducción más horizontal causa mayor
pinzamiento y, por lo tanto, provoca mayor dolor.
Hay una variedad de ensayos descritos para evaluar para
un posible desgarro superior del labrum antero-posterior
(SLAP) (33). La prueba de compresión activa de O’Brien
es utilizada con frecuencia (83). El examinador pide al
paciente que flexione hacia adelante el brazo afectado a
90°, con el codo en extensión completa. Luego el pacien-
te aduce el brazo entre 10 y 15° medialmente. Se gira el
brazo internamente de modo que el pulgar apunte hacia
abajo. El examinador a continuación aplica en el brazo
una fuerza uniforme hacia abajo. Se realiza nuevamente
la misma maniobra, esta vez con la palma de la mano del
paciente mirando hacia el techo. La prueba se considera
positiva si el dolor (que se encuentra dentro de la articu-
lación subacromial o glenohumeral superior) aparece con
la primera maniobra y se reduce o elimina con la segunda
(99). O’Brien et al (83) han informado 100% de sensibili-
dad y entre 97 y 99% de especificidad para la detección del
labrum glenoideo o anormalidad articular (AC), de esta
prueba. Las pruebas que realizamos para probar la inte-
gridad del labrum glenoideo son la prueba de carga del
bíceps, la prueba de carga del bíceps en pronación (116)
y la prueba de rotación externa resistida con supinación
(80). Estas pruebas, ilustradas en las FIGURAS 3 a 5 (VI-
DEO ON LINE), han demostrado ser altamente sensibles
para desgarros SLAP y lesiones en deportistas lanzadores
overhead (80).
Existen numerosas pruebas para la estabilidad de la ar-
ticulación. Para una descripción completa y exhaustiva
31
de estas pruebas se recomienda al lector revisar Wilk
et al (113, 116). Las que realizamos de forma rutinaria
son el cajón anterior, punto de apoyo, traslado y signos
y pruebas de pinzamiento interno. Los aspectos más im-
portantes a determinar a través de estas pruebas son el
grado de laxitud presente, el punto final y, en particular,
la elasticidad del tejido en el rango final. Para evaluar el
punto final de la elasticidad, se realiza la prueba de pun-
to de apoyo a 90° de abducción. El signo de pinzamiento
posterior se realiza en el plano de la escápula a 90° de
abducción, mientras el examinador rota de forma pasiva
el brazo al máximo de rotación externa (VIDEO ON LINE).
La prueba es positiva cuando aparece dolor en la región
posterior profunda del hombro. Meister et al (76) han re-
portado 76% de sensibilidad y 85% de especificidad cuan-
do realizaron esta prueba en manguito rotador posterior
y/o desgarros del labrum.
Imágenes
Las imágenes son el paso siguiente para determinar
un diagnóstico. Son fundamentales las radiografías con
vistas múltiples de la articulación glenohumeral involu-
crada. La rutina de evaluación radiográfica incluye vistas
antero-posterior (AP), la categoría Stryker, West Point,
axilar y salida acromial. Estas vistas permiten la visua-
lización de la articulación glenohumeral, así como de la
morfología acromial y la cavidad glenoidea inferior.
La modalidad de imagen que se elige para evaluar pato-
logías de los tejidos blandos del hombro es la resonan-
cia magnética (MRI) con contraste intra-articular (MRA).
Esto permite una mejor vista de los músculos y tendones
del manguito rotador, del labrum glenoideo, del tendón
del bíceps y otras patologías asociadas, tales como quis-
tes espinoglenoideos. El contraste intra articular es es-
pecialmente útil para determinar si hay un desgarro del
manguito rotador de espesor total o parcial. Además, la
técnica MRA permite al médico evaluar el labrum gle-
noideo para determinar si existe un labrum desprendido
o deshilachado. En los deportistas lanzadores las lesio-
nes más comunes son el desgarro de espesor parcial del
manguito rotador y la patología del labrum glenoideo.
Clasificación de las lesiones
Hay numerosas lesiones que puede ocurrir en el atleta
lanzador (ANEXO C).
Tendinitis del manguito rotador/
Tendinosis/Bursitis
La tendinitis, tendinosis, y bursitis son 3 entidades clíni-
cas separadas para las cuales se utilizan nombres indis-
tintamente, a menudo de forma incorrecta. La tendinitis
es la inflamación del tendón. En muchos casos, en reali-
dad se inflama la vaina del tendón y no el propio tendón.
La bursitis es la inflamación de la bursa subacromial. La
FIGURA 3. Prueba de carga de bíceps reali-
zada para evaluar una posible lesión SLAP.
El paciente abduce el hombro a 90°, con ro-
tación externa completa del hombro, codo
flexionado a 90° y antebrazo en posición to-
talmente supina. Se le pide al paciente que
flexione activamente el codo contra resis-
tencia. El dolor indica una lesión SLAP.
FIGURA 4. Prueba de carga de bíceps en
pronación para evaluar una posible lesión
SLAP. El paciente adopta la misma po-
sición de la prueba de carga del bíceps,
pero con pronación completa del antebra-
zo. Se le pide nuevamente que flexione de
forma activa el codo contra resistencia. El
dolor que se encuentra en la articulación
glenohumeral superior (profundo) indica
una lesión SLAP.
FIGURA 5. Rotación externa resistida con
supinación realizada para evaluar la inte-
gridad del labrum superior. Se pide al pa-
ciente que realice abducción del brazo a 90°
y que flexione el codo a 90°, manteniendo el
hombro en rotación neutra. El examinador
ejerce resistencia al paciente, mientras se
realiza la rotación activa externa del brazo
y la supinación del antebrazo. El dolor se
considera un signo positivo para la lesión
SLAP.
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La marcha, la carrera, la pisada y lesiones músculo tendinosas más coumes en los miembros inferiores, durante las fases de trote y carrera, en running

  • 1. REVISTA DICIEMBRE 2014 AKD AÑO 18 N°57 ÓRGANO DE DIFUSIÓN DE LA ASOCIACIÓN DE KINESIOLOGÍA DEL DEPORTE Aspectos emocionales a considerar durante la prevención y rehabilitación de lesiones en los procesos formativos de un club profesional de fútbol La marcha, la carrera, la pisada y lesiones músculo tendinosas más coumes en los miembros inferiores, durante las fases de trote y carrera, en running Lesiones del hombro en deportistas lanzadores
  • 2. MUCHAS FELICIDADESMUCHAS FELICIDADES LES DESEA LA ASOCIACIÓN DE KINESIOLOGÍA DEL DEPORTE info@akd.org.arwww.akd.org.ar Tel. 54 11 3221-0798
  • 3. Después de muchos años de trabajo y esfuerzo en el deporte de alto rendimiento y en la Asociación, me siento orgulloso por tal reconocimiento como es ser Presidente de la AKD. Como también agradecido, por el apoyo que recibí de tantas personas, principalmente el de mi familia, que me acompaña desde siempre. Quiero agradecer especialmente al Dr. Omar Lencina y al Lic. Antonio Kokalj que fueron mis maestros y me marcaron el camino de esta profesión. Por otra parte, tuve la satisfacción de que este nombramiento coincida con nuestro 9° Congreso de Kinesiología del Deporte. Un evento importantísimo que culminó con mucho éxito, donde concurrieron más de 400 personas y se contó con una completa propuesta de talleres, conferencias, mesas redondas e invitados destacados. Ya listo para asumir este lugar, quiero contarles todos nuestros planes para el 2015. Para comenzar, implementaremos un nuevo sistema de gestión que permitirá lograr una mayor organización en nuestra Asociación, tomando como objetivo agilizar todas las acti- vidades administrativas y de comunicación, También sumaremos una alternativa de pago con el Banco que opera la Asociación que permitirá a nuestros socios realizar la cuota en 6 pagos. Consideramos que la comunicación no sólo es un herramienta fundamental para la difu- sión de nuestras actividades, sino que también nos ayudará a mantenernos mejor infor- mados. Por eso, incorporamos una profesional que aportará un gran valor a la comunica- ción de nuestra Asociación. Asimismo, comenzamos a renovar nuestra imagen donde ya tenemos un nuevo logo y seguiremos por actualizar el diseño de la web. En cuanto a lo académico, ya estamos organizando el curso de especialización online 2015. Participarán especialistas del deporte a nivel nacional y también contamos con in- vitados extranjeros confirmados. Además, por primera vez dictaremos los siguientes cursos de formación básica: Manejo de Vendaje, Trabajo de Campo y Manejo de Emergencia en el campo de juego. Siendo parte del espíritu de nuestra Asociación, el de mantener una actividad científica constante, presentaremos para este año 2015 un calendario muy completo en todo el país. Vamos a acercarnos a las universidades y comenzaremos a establecer nuevos vínculos. Para empezar firmamos un acuerdo con la Universidad Maimónides, con Isalud y seguire- mos construyendo relaciones con otras instituciones a lo largo del año. Por otra parte, la Sonafe nos ha invitado a participar de los Juegos Olímpicos Río 2016. Un evento importantísimo á nivel deportivo y mundial donde los socios de la AKD tendrán prioridad en la selección de voluntarios extranjeros. Nos entusiasma mucho comenzar el año con tantos proyectos y deseamos que nuestra especialidad crezca aún más. Sabemos que cuantos más seamos, más vamos a crecer. Por eso los invitamos a acercarse, involucrarse y compartir sus ideas con nosotros, todos son bienvenidos. Lic. Diego Rivas Presidente COMISIÓN DIRECTIVA AKD Presidente: Rivas, Diego Vicepresidente: Brunetti, Gustavo Secretario: Passalenti, Andrea Pro-secretario: Krasnov, Fernando Tesorero: Viñas, Gabriel Pro-tesorero: Conrado, Adrián Sec. Prensa y difusión: Pardo, Gonzalo Pro-Secretaria Prensa y difusión Franco, Javier Vocales Titulares Carelli, Daniel Panza, Julio Gays, Cristian Sampietro, Matías Schettini, Javier Rijavec, Fabián Vocales Suplentes Kokalj, Antonio Betti, Matias Romañuk, Andrés Com. Rev. Cuentas Titular Quintana, Verónica Thomas, Andrés Saravia, Ariel Comisión honoraria Fernandez, Jorge Mastrangelo, Jorge González, Alejandro Clavel, Daniel H. Rojas, Oscar Villafañe, Juan José Crupnik, Javier Secretaria Hidalgo, María Socios Representantes Río Negro: Auada, Ricardo San Juan: Arévalo, Oscar Alberto México: Cóccaro, Carlos Neuquén: Fernández, Mario Tucumán: Hamada, Rodrigo La Pampa: Kiriachek, Andrés Santiago del Estero: Neme, Cecillia Santa Cruz: Poggiese, Ernesto Mendoza: Sarfati, Gabriel Editorial ASOCIACIÓN DE KINESIOLOGÍA DEL DEPORTE E-mail: info@akd.org.ar | Web: www.akd.org.ar - Tel: 54 11 3221-0798 SEDE LEGAL DE LA AKD Av. del Libertador 16.664 (1642) San Isidro, Buenos Aires DOMICILIO POSTAL Manuela Pedraza 2529 4to C - C.A.BA, Buenos Aires SECRETARÍA DE LA AKD Sra. María Hidalgo: Tel: (0054-11) 3221-0798 | Cel. 15 6484-9603 1
  • 4. 2 Aspectos emocionales a considerar durante la prevención y rehabilitación de lesiones en los procesos formativos de un club profesional de fútbol RESUMEN El propósito del presente estudio fue analizar aspectos emocionales con orientación a los programas de pre- vención y rehabilitación de lesiones deportiva en el área fútbol joven de un club profesional. Metodología: Se les aplicó una encuesta de 5 preguntas a 94 jugadores del área formativa de un club profesional de fútbol chileno con edades entre los 15 y 19 años. Resultados: La tris- teza, rabia, temor, frustración y desmotivación fueron los sentimientos y emociones más relacionados con la posibilidad de cursar con lesiones deportivas; se deter- minó que en ocasiones los jugadores mientras entrenan o juegan un partido piensan en la posibilidad de sufrir una lesión y durante los procesos de rehabilitación las personas relevantes para los jugadores en su recupera- ción estarían centrados en los familiares e integrantes del cuerpo técnico respectivo. Conclusiones: Se deben considerar en los programas preventivos y de rehabili- tación de lesiones deportivas los factores emocionales. Por ser las lesiones multifactoriales es necesario que los procesos sean desarrollados de manera interdisciplina- ria, idealmente contando con un psicólogo especialista Trabajo 1 Autores Cristian Díaz Escobar Licenciado en Kinesiología UMCE - Chile Licenciado en Educación Física, Deporte y Recreación UMCE - Chile Kinesiólogo UMCE - Chile Profesor de Educación Física UMCE - Chile Instructor Internacional Kung Fu Sistema Shi Wu Tou – Chile - Alemania Kinesiólogo del área formativa Club Prof. de Fútbol Audax Italiano (2002 – 2013) - Chile Docente de la carrera Kinesiología Universidad Bernardo OHiggins - Chile. Contacto: lao_cristian@yahoo.es Jaime Ocaranza-Ozimica Magister en Educación e Investigación Educativa Universidad Central de Chile. Licenciado en Kinesiología y Kinesiólogo de la Universidad Católica del Maule. Docente de la Academia Internacional de Kinematic Taping (IKTA®) para Sud-América. Director de Kinesiología y docente Universidad Bernardo O”Higgins – Santiago - Chile Contacto: jaime.ocaranza@gmail.com | jocaranza@ubo.cl Palabras claves Fútbol joven - lesión deportiva - psicología deportiva - rehabilitación deportiva
  • 5. 3 en el área y los kinesiólogos no sólo debiesen enfocarse en los aspectos específicos de la lesión también en los estados de ánimo del deportista, por la influencia que esto tiene en la adherencia a los procesos de prevención y rehabilitación de las personas, debiendo trabajarlo en conjunto con el psicólogo deportivo. Summary The propose of this study was analyze emotional facts, oriented to prevention and rehab sports injuries pro- grams in the soccer young area of the professional club. Metodology: A survey was applied (5 questions) to 94 players to the formative area in a profesional chilean soccer club with ages amoung 15 to 19 years. Results: Feelings and emotions like sadness, ungly, fear, frustra- tion y desmotivation were more related to the possibili- ty of studying with sports injuries. The study found that sometimes the players while training or playing a game think about the possibility of suffer an injury and during rehabilitation processes relevant for soccer player in their recovery were focused on the families of members of the respective technical team. Conclusions: Should be considered in prevention and rehabilitation of sports injuries programs emotional factors. Because injury is multifactorial processes need to be developed in an in- terdisciplinary way, ideally having a specialist psycholo- gist in the area and the physical therapies not only slated to focus on specific aspects of the injury but also on the mood of the soccer player, for the influence this has on adherence to the processes of prevention and rehabilita- tion of individuals, must work it together with the sports psychologist. Introducción A nivel mundial, de acuerdo a Hossein (2012), el fútbol es uno de los deportes más populares, presentando un incremento constante de sus participantes (1). Para Hos- sein (2012) y Olmedilla (2007), también se le asocia como una actividad con una alta incidencia de lesiones que en ocasiones pueden generar un impacto significativo para el afectado y equipo que representa (1,2). Olmedilla (2007, 2009), también plantea al igual que Podlog (2011) y Kebede (2013) que las lesiones deportivas, en este caso en el fútbol, están circunscritas a múltiples facto- res siendo el aspecto físico el predominante, destacán- dose variables como mala preparación física, contacto con el oponente o el terreno de juego (3-5). Sin embargo, Schwab (2012) establece que las lesiones deportivas, en ocasiones, generarían consecuencias negativas en el as- pecto físico y a su vez, alteraciones en el aspecto psicoló- gico de los afectados, manifestándose en situaciones de ira, depresión, ansiedad, tensión, miedo y disminución de la autoestima. Repercutiendo inmediatamente en una disrupción de las actividades cotidianas de la persona, involucrando en este contexto a su entorno más cerca- no (6). Abenza (2010) como Podlog (2011) fundamentan lo anterior explicando que si bien la lesión puede con- siderarse un evento mayoritariamente físico, el impac- to psicosocial que produce en la persona es importan- te, afectando su nivel de competitividad, motivación, un aumento del estrés emocional que puede derivar en la merma del soporte social que tiene y en consecuencia influir en el proceso de rehabilitación hacia el retorno a las prácticas normales, incluso con el riesgo de inte- rrupción de la carrera deportiva (4,7). Por lo tanto, una lesión física que afecta el rendimiento de un deportista genera consecuencias personales alterando la cotidia- neidad del mismo (trabajo, estudio, hogar, entre otras), en casos graves provocando la pérdida de independencia como bañarse o vestirse por sí solo; alterando su entor- no familiar y del propio club al requerirse por ejemplo modificaciones en el equipo. Provocando, por parte del afectado, reacciones emocionales como: negación de la lesión, ambivalencia emocional; incluso depresión por la sensación de pérdida a nivel funcional, deportivo y socio- económico (8-11). En las lesiones deportivas, según Ortín (2010), las varia- bles más estudiadas en el aspecto psicológico han sido: la ansiedad competitiva, el estrés psicosocial, la motiva- ción y la autoconfianza (8). Destacándose el estrés como uno de los factores principales en el riesgo de lesión, al aumentar la distracción en el deportista frente a infor- mación relevante del medio o por el estrés se generaría aumento de la tensión muscular provocando una so- breactivación muscular y con ello movimientos o gestos técnicos inadecuados que pueden derivar en una lesión; factores que influirían más en las competencias que en los entrenamientos (8,12). Por su parte, Olmedilla (2005) relaciona también el ex- ceso de autoconfianza, autoestima y seguridad por parte de los deportistas, presentando conductas más riesgo- sas frente a la actividad, destacando que niños y ado-
  • 6. 4 lescentes al adquirir mayor habilidad aumentan expo- nencialmente el riesgo de lesión. Además, los jóvenes a medida que aumentan el nivel competitivo, en este caso en el fútbol, incrementarían sus horas de entrenamien- tos y competencias, por lo que en el aspecto psicológico también se acrecentaría la ansiedad y sentido de la com- petencia, provocando modificaciones en la autoconfianza como percepción de éxito, aumentando el estrés y con ello el riesgo de lesión (13). Respecto a la rehabilitación deportiva, Podlog (2011) in- dica que tanto el estrés psicológico, como la ansiedad competitiva están implícitos en esta fase, relacionándo- se principalmente con la reincidencia de lesión después del alta. Esto se explicaría por la diferencia en el rendi- miento físico-deportivo respecto al plantel al que per- tenece, también porque al reiniciar la actividad regular, se generaría un sentimiento de aislamiento al tener que adaptarse nuevamente a la dinámica de grupo; a lo que se suma la presión por parte del cuerpo técnico, sus pa- res y familia (4). En definitiva, como lo plantea Olmedilla (2011), las le- siones deportivas tienen como causa fundamental los factores físicos, pero cada vez se le atribuye mayor im- portancia a los factores psicológicos en la incidencia de lesiones, rehabilitación y prevención de estas (14). En base a lo planteado el presente estudio aplicó una breve pauta de preguntas a jóvenes deportistas de un club pro- fesional de fútbol chileno para complementar el aspecto emocional en las rehabilitaciones y programas preventi- vos desarrollados en la institución. METODOLOGÍA Estudio de tipo descriptivo-transversal, en el cual se aplicó una encuesta de 5 preguntas a 94 jugadores per- tenecientes al área fútbol joven del Club Profesional Chi- leno, con edades entre los 15 y 19 años. Correspondien- tes a las 4 categorías formativas superiores (Sub 15, Sub 16, Sub 17 y Sub 19). La encuesta se aplicó a jugadores inscritos oficialmente en el club durante el primer cam- peonato de la temporada 2013, en el salón de conferen- cia del estadio, antes del entrenamiento regular respec- tivo y posterior al consentimiento informado por parte de los tutores de cada deportista. Procedimiento: En la encuesta se les consultó por emo- ciones o sentimientos a indicar frente a las siguientes situaciones: Pregunta 1: Indicar su principal sentir al presentar una lesión, durante un entrenamiento o par- tido, de carácter leve, moderado y grave. En cada situa- ción debía indicar lo solicitado. Pregunta 2: Qué sentir específico le surgiría si se le indica que su periodo de re- cuperación post lesión será de: menos de 1 mes, más de 1 mes o más de 3 meses, en cada situación debía indicar su parecer. Pregunta 3: Seleccionar una de las siguientes alternativas: nunca, a veces, frecuentemente o siempre; al consultarle ¿Cuando usted entrena o juega un partido está preocupado de sufrir alguna lesión?. Pregunta 4: ¿Qué persona o personas serían relevantes para usted durante el periodo de recuperación post lesión deporti- va?, considerando todo su entorno: club, familia, amigos, entre otros.; debían responder indicando sólo la persona o personas más relevantes. Pregunta 5: Enfocándose es- pecíficamente en las personas que trabajaban en el club, ¿Quién o quiénes serían las personas que consideraba más importantes para volver a jugar nuevamente, des- pués de haber sufrido una lesión moderada o grave?, se les solicitó indicar una opción. RESULTADOS Al relacionar los estados emocionales y lesiones de- portivas entre jugadores del área formativa de un club profesional de fútbol chileno se indicaron un total de 17 emociones o sentimientos por parte de los encuestados para las preguntas 1 y 2, destacándose que para la ca- tegoría “Otros” de los anexos 1 y 2 se concentraron los resultados de: optimismo, paciencia, pesimismo, preo- cupación, impotencia, alegría, angustia, motivación y su- peración. Agrupándose en esta categoría por presentar, en la mayoría de los casos, porcentajes menores a los expuestos en las tablas. Al consultar por el sentir frente a una lesión deportiva de diferente severidad, se destaca: la rabia, el temor y la tris- teza; no importando el grado de la lesión, ver Anexo 1.
  • 7. 5 Al consultar por el sentir respecto al periodo de recupe- ración post lesión, las respuestas dependían del tiempo a considerar. En lesiones de menos de 1 mes se destaca la tranquilidad, más de 1 mes la tristeza e impaciencia y en periodos de más de 3 meses la tristeza y la rabia, ver Anexo 2. En cuanto a pensar en la posibilidad de cursar con una lesión mientras entrena o participa en un partido, el 70 % de los jugadores indicó que nunca, ver Gráfico 1. En base a la relevancia de las personas en el periodo de rehabilitación, considerando todo su entorno, los juga- dores destacaron la familia (71%) y el kinesiólogo (23%), ver Gráfico 2. Al centrarse sólo en el entorno referente al club depor- tivo en los procesos de rehabilitación, se destacan como personas relevantes para los jugadores el kinesiólogo (47%) y el entrenador (35%), ver Gráfico 3. Implicancias clínicas Las lesiones deportivas, según Berengui (2011), se pueden considerar como acontecimientos inevitables y negativos (10), los cuales traen consigo consecuencias para el deportista y su entorno. Chan (2012) planteó que los avances tecnológicos en el área deportiva han permi- tido reducir la probabilidad y severidad de las lesiones. Sin embargo, continúan influyendo factores netamente personales tanto en la incidencia como rehabilitación de las lesiones (15). Es así como al consultarle a jóvenes deportistas, pertenecientes a un club profesional de fút- bol, sobre sus sentimientos o emociones frente a las le- siones en su actividad se destaca que la tristeza, la rabia, el temor, la frustración y la desmotivación, entre otros. Para Olmedilla (2007) y Hossein (2012), los factores psi- cológicos debiesen ser considerados como factores de riesgo en las lesiones deportivas e incluidos en los pro- gramas preventivos (1,2). Destacándose, en el presente estudio, que un porcentaje de jugadores piensan en la probabilidad de lesionarse, por lo que las factores emo- cionales de connotación negativa estarían presentes durante la actividad deportiva. Lo que fundamenta que las instituciones deben contar con psicólogos especia- listas; para trabajar en los aspectos emocionales de los deportistas durante sus procesos formativos o de reha- bilitación y también, en la orientación del cuerpo técnico hacia el buen manejo de las lesiones desde cada una de las áreas involucradas como la técnica, física, adminis- trativa y clínica.
  • 8. 6 En base a lo anterior, Kebede (2013) sugiere que pro- ducto de la diversidad de respuestas emocionales que presentan los deportistas, en relación a las lesiones, como acontece en los resultados obtenidos en la cate- goría “Otros” de los anexos 1 y 2, donde se manifiesta la variedad de emociones de jóvenes futbolistas frente a una posible rehabilitación deportiva. Debiese estar es- tablecido un monitoreo constante del estado emocional de la persona, por parte del cuerpo técnico (5). Más aun cuando Podlog (2007) indica que de acuerdo a lo referido por entrenadores y kinesiólogos, un factor psicológico repetitivo que dificulta la rehabilitación de un jugador, es la ansiedad por retornar lo antes posible a las prácticas, generando reiteradas respuestas emocionales negativas durante los procesos (16). Emociones que según Tracey (2003) se van transformando en positivas a medida que la lesión va evolucionando satisfactoriamente (17). Situa- ciones en las cuales debiera ser constante la interacción entre el psicólogo y el kinesiólogo, si se considera que este último es el profesional que pasa más tiempo con el deportista durante los procesos terapéuticos. No exclu- yéndose además que la presión psicológica del jugador también se relaciona con la influencia y presión del me- dio en que se desenvuelve (18); lo que requiere también, de un buen manejo por parte de todo el cuerpo técnico, para lo cual las herramientas que propicie el psicólogo hacia los profesionales encargados del proceso formati- vo de los deportistas sea más eficiente y efectivo, hacia el propio jugador como su entorno. En el caso de las lesiones deportivas graves, el manejo emocional no sólo se remite al jugador, involucra tam- bién a la familia, el cuerpo técnico, el equipo y el club en general. Lo que fundamenta aun más la dirección y supervisión del psicólogo hacia todo el entorno. Espe- cialmente si se considera, que según lo manifestado por los deportistas encuestados, frente a una rehabilitación deportiva sus principales apoyos estarían por parte de la familia y cuerpo técnico (ver gráficos 2 y 3). Condición fundamentada por Gearity (2011), al indicar que en la interacción entre deportista y cuerpo técnico, los juga- dores que consideraban tener un buen entrenador pre- sentaban niveles menores de ansiedad y aumento de la autoestima, generado por un clima motivacional y mayor empatía entre los aludidos. Por el contrario, cuando la relación era opuesta se presentaba una comunicación e información pobre, falta de apoyo y estímulos, disminu- ción del esfuerzo y entusiasmo personal, derivando en tratos injustos y actitudes negativas por ambas partes (20). Lo que en definitiva, expresaría la importancia del profesionalismo y personalidad, por parte de todos los que asumen la responsabilidad de guiar a los deportis- tas, con especial reparo en quienes se comprometen con la formación de niños y jóvenes. En el caso de los kinesiólogos, además de su proceder en la rehabilitación, según lo manifestado por Ortín (2008), también tienen un papel prioritario en la labor preventiva de las lesiones deportivas, procurando involucrar al res- to del cuerpo técnico y los factores emocionales también deben ser considerados (21), por lo tanto, el psicólogo resulta esencial en el trabajo de equipo para realizar un buen proyecto de prevención. Además, Kebede (2013) planteó la necesidad de que los kinesiólogos constantemente estén mejorando sus ha- bilidades comunicacionales hacia los deportistas, a fin de potenciar la rehabilitación mediante la explicación detallada de la lesión, el programa a ejecutarse, los po- sibles contratiempos o situaciones físicas y psicológicas a presentarse. Con el propósito de influir positivamente en la adherencia al proceso por parte del lesionado (5). Esto se complementa con lo expuesto por Moran (2009) al especificar que los procesos cognitivos en el depor- te implican una mejora en los niveles de atención, me- moria, adquisición de conocimiento, que en definitiva influiría en los niveles de respuestas de los deportistas (22). Lo que en el ambiente clínico podría beneficiar la adquisición de hábitos preventivos y mayor adherencia a los procesos terapéuticos por parte de los deportistas lesionados. Pero estas habilidades comunicacionales y manejo de factores psicológicos, requiere de la partici- pación constante del psicólogo en el apoyo hacia el que- hacer clínico, capacitando a los profesionales del área y en la atención directa del deportista lesionado. Por lo tanto, frente a la prevención y/o rehabilitación de lesiones deportivas los factores psicológicos deben ser considerados como factores prioritarios, requiriéndose un trabajo multidisciplinario en el cual el psicólogo de- portivo debe estar presente y en el caso de los kinesió- logos, al ser los profesionales que pasan mayor tiempo con los deportistas afectados necesita de una constante interacción con el psicólogo para tener un adecuado ma-
  • 9. 7 nejo en el aspecto emocional hacia el jugador, también cuerpo técnico y entorno que se circunscribe al proceso de rehabilitación o programa de prevención que se de- see implementar. Para ello y como parte concluyente del presente estudio, se requiere por parte de las au- toridades de los clubes comprender la importancia que tienen el contar con cuerpos técnicos completos y espe- cializados en cada área, si lo que realmente se desea es preparar integralmente a los futuros jugadores de fútbol profesional de cada país. CONCLUSIONES Los factores psicológicos debiesen ser considerandos constantemente en la elaboración de programas preven- tivos y procesos de rehabilitación en lesiones deportivas. Debido a que las lesiones deportivas son multifactoria- les se requiere de un trabajo en conjunto por parte de los cuerpos técnicos, en el cual los psicólogos especialistas en el área debiesen estar integrados, especialmente en el ámbito formativo de los clubes. Los kinesiólogos no sólo deben enfocarse en los aspectos específicos de la terapia deportiva, también se tiene que considerar la parte anímica del jugador y para ello contar con habilidad y herramientas básicas frente al compor- tamiento de las personas e idealmente tener una buena comunicación con el psicólogo y resto del cuerpo técnico del deportista para lograr adecuadas adherencias a los programas preventivos y de rehabilitación deportiva. Bibliografía • Hossein M., Pashabadi A., Mohammad S., Shahbazi M.; Injury occurrence and psychological risk factors in junior football players; World Journal of Sport Sciences 6 (4), 401-405, 2012. • Olmedilla A., Ortega E., Abenza L.; Percepción de los futbo- listas juveniles e influencia del trabajo psicológico en la re- lación entre variables psicológicas y lesiones; Cuadernos de Psicología del deporte, Vol.7, Nº 2, 2007. • Olmedilla A., Andreu M., Ortín F., Blas R.; Ansiedad compe- titiva, percepción de éxito y lesiones: un estudio en futbolis- tas; Rev. Int. Med. Cienc. act. Fis. Deporte, Vol 9, Nº 33; Marzo 2009. Agradecimientos Al Club profesional de fútbol chileno Audax Italiano, especial- mente al área fútbol joven de la institución. • Podlog L., Dimmock J., Miller J.; A review of return to sport concerns following injury rehabilitation: Practitioner stra- tegies for enhancing recovery outcomes; Physical Therapy in Sport 12, 36-42;2011. • Kebede A., Ratnakar R.; The psychological aspects of injury in sport; International Journal of Social Science & Interdis- ciplinary Research Vol. 2; February 2013. • Schwab L., Pittsinger R., Yang J.; Effectiveness of psycho- logical intervention following sport injury; Journal of Sport and Health Science 1, 71-79; 2012. • Abenza L., Olmedilla A., Ortega E.; Efectos de las lesiones sobre las variables psicológicas en futbolistas juveniles; Revista Latinoamericana de Psicología, Vol. 42, Nº 2, 265- 277; 2010. • Ortín F., Garcés E., Olmedilla A.; Influencia de los factores psicológicos en las lesiones deportivas; Papeles del Psicó- logo, Vol 31, 281-288; 2010. • Abenza L., Olmedilla A., Ortega E., Esparza F.; Estados de ánimo y adherencia a la rehabilitación de deportistas lesio- nados; Apunts Med Esport 6, 29-37; 2009. • Berengui R., López J., Gárces E., Almarcha J.; Factores psi- cológicos y lesiones deportivas en la lucha olímpica y tae- kwondo; Revista de Ciencias del deporte, Nº 7, 91-98; 2011. • Díaz P., Buceta J.; Bueno M.; Situaciones estresantes y vul- nerabilidad a las lesiones deportivas: un estudio con de- portistas de equipo; Revista de Psicología del Deporte Vol. 14, Nº 1, 7-24; 2004. • Palmeira A.; Antecedentes psicológicos de la lesión depor- tiva; Revista de Psicología del Deporte, Vol. 8, Nº 1, 117-132; 1998. • Olmedilla A., Andreu M., Blas A.; Variables psicológicas, categorías deportivas y lesiones en futbolistas jóvenes: Un estudio carrelacional; Analise Psicológico 4 (XXIII), 449-459; 2005. • Olmedilla A., Ortega E., Abenza L., Boladeras A.; Lesiones deportivas y psicología: una revisión (2000-2009); Cuader- nos de Psicología del Deporte, Vol. 11, Nº 1, 45-57; Marzo 2011. • Chan D., Hagger M.; Self-determined forms of motivation predict sport injury prevention and rehabilitation inten- tions; Journal of Science and Medicine in Sport 15, 398-406; 2012. • Podlog L., Eklund R.; The psychosocial aspects of a return to sport following serious injury: A review of the literature from a self-determination perspective; Psychology of Sport and Exercise 8, 535-566, 2007. • Tracey J.; The emocional response to the injury and reha- bilitation process; Journal of applied sport psychology 15, 279-293; 2003.
  • 10. 8 • Rutten E., Dekovic M., Jan G., Schuengel C., Hoeksma J., Biesta G.; On-and off-field antisocial and prosocial behavior in adolescente soccer players: A multilevel study; Journal of adolescente 31, 371-387; 2008. • Gearity B., Murray M.; Athlete’s experiences of the psycho- logical effects of poor coaching; Psychology of Sport and Exercices 12, 213-221, 2011. • Ortín F., Olmedilla A., Garcés E., Hidalgo M.; Locus de con- trol y vulnerabilidad a la lesión en fútbol semiprofesional y profesional; Cuaderno de Psicología del Deporte, Vol. 8, Nº 2, 101-112; 2008. • Moran A.; Cognitive psychology in sport: Progress and pros- pects; Psychology of Sport and Exercise 10, 420-426; 2009.
  • 11. 9 La marcha, la carrera, la pisada y lesiones músculo tendinosas más coumes en los miembros inferiores, durante las fases de trote y carrera, en running Trabajo 2 RESUMEN Un gran número de personas se ha inclinado a practicar como una muy buena opción la carrera de calle o run- ning, actividad barata y sencilla que el individuo puede realizarla planteándose varios objetivos, desde practicar algún deporte hasta mejorar las condiciones de salud y prevenir enfermedades. En la actualidad el estudio por diferentes medios de las fases de la marcha y la carrera, el reconocimiento de los defectos producidos en una determinada fase, el tipo de Autores José Hector Ramiro Camacho Lic. en Kinesiologia y Fisioterapia Especialista en Klgia Deportiva – UBA Kinesiólogo de la Unión Cordobesa de Rugby, 1995 – 1999. Kinesiólogo del Plantel de Liga Nacional de Basket de Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia, Liga 2005/2006. Kinesiólogo del Plantel Superior de Comodoro Rugby Club desde 2006 - 2014. Kinesiólogo de la Unión de Rugby Austral desde 2006 - 2014. Director del Centro de Evaluación y Recuperación El Gym, 2011 - 2014 Kinesiólogo del Gabinete de Alto Rendimiento, Municipalidad de Comodoro Rivadavia, Dirección General de Deportes, 2013- 2014. Actualmente reside en la ciudad de San Martín de los Andes Pvcia. Del Neuquén Contacto: ramirocamacho@yahoo.com Sebastián Cozzarin Lic. en Kinesiologia y Fisiatria Especialista en Klgia Deportiva – UBA Director de Centro Kinesia Castelar Kinesiólogo del plantel superior de Rugby Club Los Matreros. Contacto: centrokinesiacastelar@gmail.com Walter Alejandro Rios Lic. en Kinesiologia y Fisioterapia Especialista en Klgia Deportiva – UBA Integrante del cuerpo medico de la CAI (Comisión de Actividades Infantiles) Comodoro Rivadavia, Chubut - 2012-2014 Kinesiólogo de la C.A.F.S,(Confederación argentina de futsal) Director del Centro de Evaluación y Recuperación “El Gym”. Contacto: kinedcdr@hotmail.com Palabras claves Marcha – Carrera – Pisada – Calzado – Lesiones
  • 12. 10 pisada, el calzado deportivo y sus particularidades, entre otros, son diversos factores que debemos tener en cuenta, ya que pueden ser uno de los causales y en muchos casos el factor determinante de la aparición de una lesión mus- cular o tendinosa determinada del deportista. En el año 2012, en el consenso de expertos en Múnich, se presentó una nueva clasificación y definición de termi- nología en lesiones musculares. Esta nueva clasificación surge desde los contextos deportivos y como consecuen- cia de la problemática real en deportistas a la hora de diagnosticar, planificar tratamientos y controlar la evolu- ción luego de una lesión. Abstract A large number of people have been inclined to practice street race or running as a very good option, inexpensive and simple activity that the person can do it with lots of objetives, from practicing it like a sports to improve health conditions. Actually the study by diferent ways of the stages of wal- king and running, the recognition of defects produced at a certain stage, the type of tread, the athletic footwear and its peculiarities, among others, are several factors to con- sider , as they could be one of the causes and often the determining factor a particular muscle or tendon injury. In 2012 , the consensus of experts in Munich , a new clas- sification and definition of terminology in muscle injury was presented . This new classification comes from sports contexts and as a result of the real problems in athletes at diagnose moment , treatment planning and progress mo- nitoring after injury . INTRODUCCIÓN En la actualidad y producto de los malos hábitos alimen- ticios, el aumento del sedentarismo y los altos costos de las cuotas en los gimnasios, un gran número de personas se ha inclinado a practicar como una muy buena opción el running. Esta es una actividad barata y sencilla que el individuo puede realizarla planteándose varios objetivos, entre los que podemos mencionar el solo hecho de hacer deporte, mejorar la salud previniendo enfermedades car- díacas, mejorar el tono muscular, prevenir la osteoporosis en las mujeres, perder kilos y por qué no la motivación de tener el reto personal de competir contra uno mismo. Correr es una actividad sencilla que practicamos desde pequeños y en demasía en esos tiempos pero que a me- dida que vamos creciendo y desarrollándonos en la so- ciedad la vamos dejando de lado por una u otra razón. Además, esta actividad, corre con la ventaja de que para practicarlo no hacen falta instalaciones ni tampoco dispo- ner de mucho tiempo, ya que es muy fácil salir sin tener una planificación previa en cuanto a agenda de trabajo, amigos o disponibilidad de pistas ya que cualquier calle, sendero, ruta, camino o playa que lo permita puede ser el escenario perfecto para practicar running. Los aficionados a esta actividad son cada día más hacien- do que este sea un deporte en constante auge teniendo un gran potencial por delante, por ende ha aumentado el número de grupos, instructores y entrenadores que desa- rrollan su actividad monitoreando a estas personas. Como consecuencia ha aumentado la cantidad de indivi- duos con lesiones musculo tendinosas en los miembros inferiores, asociadas a la práctica de esta actividad, ya sea por desequilibrios musculares, por defectos en la pisa- da que conlleva a defectos técnicos en la marcha lo que acrecienta su causalidad durante el trote y la carrera, por defectos y /o mala elección del calzado, por sobre uso y estrés, y por muchas otras causas que durante el desarro- llo del presente trabajo trataremos de dejar en claro para generar un aporte significativo más a este deporte. La marcha Si bien este trabajo se refiere al running debemos dejar en claro que el punto de partida de este deporte es la mar- cha. La marcha o deambulación es la actividad primera y principal gracias a la cual podemos trasladarnos, por nuestros propios medios, desde un lugar a otro. Técnicamente y a los efectos de este trabajo podemos de- cir que la marcha en el humano normalmente es un pro- ceso de locomoción en el cual el cuerpo, en posición er- guida se mueve hacia adelante, producto de la pérdida de equilibrio, y debido a ello, el cuerpo se desplaza sobre un miembro, el miembro de apoyo, mientras que el miembro contrario se balancea, de atrás hacia adelante, preparán- dose para el siguiente apoyo, generándose así una alter- nancia entre ambas piernas y por consiguiente la marcha. Fases de la marcha Con la sucesión de apoyos y balanceos, se genera un ciclo o cadencia, y por ende una secuencia de acontecimientos que tiene lugar entre dos repeticiones consecutivas. Esta sucesión de ciclos está compuesta por ≠dos fases: la fase de apoyo en donde un miembro cargando el peso del cuer- po está en contacto con el suelo, y la fase de balanceo u
  • 13. 11 oscilación en donde el miembro contrario no carga peso alguno haciendo el retome, preparándose para el apoyo. Estas fases de apoyo y balanceo, a la vez, están divididas en distintas partes o sub fases, ellas son: La fase de apoyo está compuesta por: 1. Fase de contacto inicial 2. Fase de apoyo o de respuesta de carga 3. Fase de apoyo intermedio 4. Fase de apoyo final 5. Fase de pre balanceo La fase de balanceo está compuesta por: 1. Fase de balanceo inicial 2. Fase de balanceo intermedio 3. Fase de balanceo final El esqueleto del individuo se adapta al nivel de intensi- dad requerido y no por encima (1) dependiendo del estrés mecánico que soporta el hueso. Siguiendo con esta línea de pensamiento decimos entonces que en cada una de las fases de apoyo de la marcha el pie soportará el peso del individuo en diferentes partes y puntos de apoyo. Cada una de las articulaciones más importantes de los miem- bros inferiores, ya sea la cadera, la rodilla, el tobillo y pie, también se posicionará de distinta forma según la fase que esté sucediéndose, producto de la actividad y el tipo de contracción muscular, y de los desequilibrios morfo- lógicos, articulares, posturales, musculares y patologías de índole doloroso o neurológico que puedan acarrear el individuo. Recuadros El recuadro 1 y 2 explican con detalle la fase de apoyo y de balanceo de la marcha. El 3 y 4 explican el efecto de los trastornos funcionales durante la fase de apoyo y balan- ceo de la marcha. La carrera Tanto en la marcha como en la carrera la parte inferior del cuerpo es la que ejecuta el movimiento y la parte su- perior es la que compensa equilibrando el cuerpo. Por lo tanto cuanto menos eficientes sean los movimientos de los miembros inferiores el individuo requerirá de una ma- yor participación, y de forma más exagerada, de los mo- vimientos de la región superior del cuerpo para afrontar y absorber el impacto, describiendo a la carrera como un proceso complejo y una sucesión de saltos en donde se involucra a todo el cuerpo. Fases de la carrera Se pueden diferenciar 3 fases de movimiento durante la carrera: la fase de apoyo, la fase de impulso y la fase de recuperación o balanceo. Las fases de apoyo e impulso se realizan con el pie en contacto con la superficie y la de balanceo con el pie en el aire, quedando siempre un miembro en fase de recu- peración y el otro pasando por las otras dos fases. Tam- bién se describe un periodo o fase denominada de vuelo o aérea, que es cuando los dos miembros están en fase de recuperación o sea que, en la transición entre la fase de impulso de un miembro y la de apoyo del miembro contrario, el corredor salta y no se encuentra en contac- to con el suelo. FASE DE BALANCEO Grafico N° 1: Fases de apoyo y balanceo de la marcha. Tomado y modificado de la Web, CONTACTO INICIAL RESPUESTA DE CARGA APOYO INTER- MEDIO APOYO FINAL PRE BALANCEO BALANCEO INICIAL BALANCEO INTEMEDIO BALANCEO FINAL FASE DE APOYO
  • 14. 12 Un aspecto importante a tener en cuenta es que en el trote se genera un apoyo de talón, planta y punta de pie, en cambio en la carrera es solo de punta de pie; esto se da debido a los tiempos de apoyo y balanceo (vuelo) que presenta cada extremidad inferior, siendo para el trote un 40% de apoyo y un 60% de balanceo aprox., en cam- bio la carrera un 20% de apoyo y un 80% de balanceo. Por lo tanto en la carrera cuanto más velocidad se desa- rrolla, menor es el tiempo en la fase de apoyo, teniendo menor participación el talón y mayor protagonismo el antepie, o sea que la fase de balanceo aumenta. Otros aspectos relevantes en el trote son el uso de las extremidades superiores y el tronco como ente co-ayu- dante de un trote eficiente, esto debido a la importancia del braceo y la rotación del tronco en cada zancada que se ejecuta; el braceo contralateral al pie que va delan- te, cumple una función de ayudar a rotar el tronco al mismo lado, con el objeto de aumentar la distancia de la zancada. El Recuadro N° 5 demuestra las fases de la carrera y la actividad muscular. La pisada Hay 3 tipos de pisada en los corredores: la pronadora, la neutra o normal y la supinadora. Pisada pronadora La característica del pie pronador consiste en un de- rrumbamiento del pie hacia la zona interna del mismo. Cuando el individuo corre los tobillos tienden a girar ha- cia dentro, es común, de hecho es una amortiguación natural con la que se defiende el cuerpo. La Pronación es un efecto fisiológico y necesario con el que el pie disipa parte de la carga que recibe en cada paso para adaptarse a las irregularidades del terreno, si no fuera por ese movimiento pronatorio nuestros pies sufrirían lesiones. Cuando esa pronación está aumentada por encima de los parámetros fisiológicos, en ese caso hablamos de corredor pronador, habiendo un 50 a 60 % de los corre- dores, padece sobre pronación. Pisada Neutra o normal Significa que los tobillos no tienden a girar ni hacia el interior del pie, ni hacia el exterior cuando uno corre. El pie normal, es aquel cuyo apoyo comienza por la parte externa del tobillo ejerciendo a continuación una discre- ta pronación por parte del mediopié y despegando el an- tepié entre el 1º y 2º metatarsiano. Grafico N° 2: Fases de la carrera. Tomado y modificado de la Web; Isidoro Hornillos Baz. Inef Galicia
  • 15. 13 Aproximadamente un 40% de los corredores, tiene pie Neutro. Pisada supinadora Entendemos por supinación el efecto contrario a la pro- nación, es decir cuando hay una ausencia o disminución del efecto pronatorio fisiológico, ofreciendo un apoyo por la parte externa del pie. Se trata de un pie muy estructurado y con poca movilidad con una bóveda plantar aumentada y el tobillo hacia fue- ra. Esta alteración es poco frecuente, aproximadamente el 10% del total de corredores son supinadores, y a me- nudo se confunde con el desgaste excesivo de la zona externa del talón. Los supinadores comprimen y desgastan sus zapatillas a todo lo largo de los bordes externos y no sólo en la zona del talón. El calzado deportivo En lo que a deportes respecta y en la actualidad el cal- zado es probablemente, dentro del equipamiento, el aspecto más relevante que tiene que cumplir con dos requisitos principales, que son la Protección del pié y Complementar al deportista en el desempeño de sus funciones. El resto es mantener los esfuerzos dentro de rangos se- guros para la salud, al mismo tiempo que se permite un rendimiento adecuado manteniendo sus efectos benefi- ciosos para el individuo. En la década del ´50 grandes compañías comenzaron a aplicar ciertos criterios biomecánicos y médicos al di- seño y construcción de sus calzados, mientras que fue la década del ´80 la que representó el asentamiento de la biomecánica aplicada al diseño del calzado deportivo con el objetivo de mejorar el rendimiento. Puede seña- larse como el despegue y la popularización de la biome- cánica al calzado deportivo al concepto de amortiguación con sistema de aire. EL running o carrera urbana, entre otros deportes, y la permanente incorporación de deportistas de todas las edades y condiciones a su práctica, ha venido acompa- ñado por un preocupante incremento en el número de lesiones. Consecuentemente cada vez más se tiende a la especialización del calzado, ya no solo para adaptarlo a necesidades de cada disciplina deportiva, sino para ade- cuarlo al tipo de superficie, las condiciones ambientales, el género y la edad del deportista, la intensidad de uso profesional, entrenamiento e incluso el peso o la forma de correr. En este contexto, la importancia del calzado en el de- porte se entiende desde la consideración de su decisiva influencia en la interacción del deportista con el suelo, con el entorno y con la actividad. El diseño y los materiales con que se confecciona el cal- zado determinan, en gran medida, diferentes aspectos como fuerzas, presiones o temperaturas resultantes de dicha interacción que en definitiva son los que más afec- tan con el rendimiento, la salud y el comportamiento del deportista. Los principales aspectos del calzado son los Biomecáni- cos y Fisiológicos. Aspectos biomecánicos del calzado deportivo Desde el punto de vista de la biomecánica, el rendimien- to, la protección, el comportamiento y la adaptación del calzado a la actividad deportiva dependen de una serie de aspectos que han de satisfacer los diferentes elemen- tos y sistemas incluidos en el calzado deportivo. Ellos son: • Amortiguación de impactos, • Agarre al suelo: Fuerzas de frenado e impulso, • Control y adaptación a los movimientos del pie, • Distribución de presiones, • Adaptación a la forma del pie Aspectos Fisiológicos del calzado deportivo Los aspectos fisiológicos son cada vez más tenidos en cuenta al diseñar el calzado. Hay dos que son fundamen- tales y que pueden influir de forma significativa en la in- teracción biomecánica. Ellos son: • El Consumo energético. El andar con calzado lleva aso- ciado un mayor gasto de energía debido a dos razones fundamentales como el peso extra y la rigidez del cal- zado. • El Confort térmico. LESIONES MUSCULARES En el año 2012, en Munich se consensuó la terminología y la clasificación de las lesiones musculares en depor- tes (Terminology and classification of muscle injuries in sport: The Munich consensus statement, 2012) lo que genera no solo una determinación específica de la le-
  • 16. 14 sión, sino que al ser ubicada dentro del grupo corres- pondiente, sea pasibles de ser tratadas más adecuada- mente tanto desde el punto médico, fisiokinésico y del entrenamiento específico para retorno a la actividad del deportista. Clasificación y terminología de las lesiones musculares El consenso de Munich estableció denominar y clasifi- car a la injuria muscular como una lesión o un desor- den muscular. A la lesión muscular estructural la clasi- ficaron en desgarro muscular parcial leve o moderado, y total, total propiamente dicho o si cursa con avulsión tendinosa. Mientras que a los desórdenes muscula- res fueron sub divididos en dos grupos, los que están relacionados al sobreesfuerzo ya sean por fatiga o por DOMS, y los neuromusculares según estén en relación con la columna vertebral o por circunstancias muscula- res propiamente dichas. Aclaramos que como DOMS entendemos a las demomi- nadas agujetas o mialgia diferida es el nombre colo- quial de un dolor muscular llamado dolor muscular de aparición tardía (DMAT) o dolor muscular post-esfuerzo de aparición tardía (DOMPAT), en inglés DOMS (delayed onset muscular soreness) que está acompañado de una inflamación muscular. Su etiopatogenia no ha sido acla- rada, se estima que prácticamente cada persona adulta ha experimentada alguna vez dolor muscular de apari- ción tardía. El cuadro consisten en la aparición de dolor muscular horas o días después de un ejercicios exte- nuante o no acostumbrado que dura 5-7 días aproxima- damente. • Calambre muscular Es el nombre común del espasmo muscular y se refiera a la contracción sin control y de manera involuntaria sin relajación, de un músculo o grupo muscular. Se pueden presentar en cualquier grupo muscular del cuerpo pero especialmente se dan en la pierna. En cuanto a los espasmos musculares asociados al ejer- cicio, popularmente se cree que son el resultado de la producción y acumulación de ácido láctico en el múscu- lo producto de la fuerte actividad física y/o sobrecarga, Cuadro N° 1: Tomado y modificado de Terminology and classification of muscle injuries in sport: The munich consensus statement. Br J Sport Med; 0:1 9 doi: 10, 1136 /bj sports-2012-091448
  • 17. 15 hacer ejercicio cuando usted no ha tomado suficientes líquidos (estando deshidratado) o tener bajos niveles de minerales, como potasio o calcio. Los espasmos de la parte superior de la pierna son más comunes en actividades como correr o saltar, mientras que los espasmos en la pantorrilla ocurren comúnmente al patear durante la natación y también se pueden pre- sentar en la noche en las horas de sueño. El espasmo en el cuello (columna cervical) puede ser un signo de estrés. Algunos espasmos ocurren debido a que el nervio que se conecta a un músculo está irritado. Un ejemplo es una hernia discal que irrita los nervios raquídeos y causa do- lor y espasmo en los músculos de la espalda. La sintomatología es característica ya que cuando se presenta un calambre muscular el dolor puede ser muy intenso, el músculo se siente muy tenso y algunas veces se describe como un nudo. • Contractura muscular Es una contracción muscular continuada e involuntaria del músculo o algunas de sus fibras que suele aparecer cuando dicho músculo realiza una actividad inapropiada en intensidad o en función. Los síntomas son dolor, impotencia funcional, rigidez muscular sostenida y rango de movilidad articular dis- minuida En el corredor las causas pueden ser varias, las más co- munes son el cansancio de la fibra muscular afectada como consecuencia de mal entrenamiento, alimentación defectuosa en los deportistas (falta de glucógeno en el músculo), en defensa por estiramiento brusco de un grupo muscular o por sobrecarga muscular continuada. • Desgarro muscular El desgarro muscular es la lesión del tejido muscular que va acompañada de una hemorragia provocada por la rotura de los vasos sanguíneos que recorren el músculo afectado. Según el grado de lesión puede existir o no un hemato- ma y cuanto más rápido éste se absorba en mejores con- diciones será la cicatrización. El grado de hemorragia es directamente proporcional al flujo sanguíneo del múscu- lo e inversamente proporcional a la tensión muscular en el momento de la lesión. Si el hematoma es intramuscu- lar, habrá tumefacción persistente y el paciente no po- drá recuperar la función rápidamente, mientras que si el hematoma es intermuscular el sangrado se disemina y el individuo tendrá la posibilidad de recuperar la función más rápidamente. Sucede por una súper elongación al exceder al músculo más allá de su capacidad de estiramiento o por un es- fuerzo excéntrico lo que se denomina rotura por distrac- ción, por una contracción brusca (veloz), o por realizar un esfuerzo superior a la capacidad biológica de resis- tencia a la tensión. Los síntomas son característicos: dolor repentino, agudo e intenso, impotencia muscular acompañado general- mente de un hematoma. En los casos más graves, cuando el desgarro es total del músculo, se produce un hematoma muy extenso e infla- mación más pronunciada que inmoviliza la región afec- tada y que se experimenta como una parálisis temporal, esta es una contractura muscular refleja y vecina a la lesión en señal de defensa. Además de la clasificación descripta del desgarro mus- cular, también se lo clasifica según el grado de lesión o clasificación anglosajona en grado I o distensión mus- cular, II o desgarro muscular parcial y III o desgarro muscular total, morfológicamente según esté ubicada en el vientre muscular, en la unión musculo tendinosa, en el tendón o en la entesis y ecográficamente en seis tipos diferentes de desgarros considerando sus caracte- rísticas: desgarro miofascial, desgarro fibrilar, desgarro multifibrilar, desgarro fascicular, desgarro masivo o to- tal con o sin avulsión ósea, Adherenciolisis que se refiere a la apertura de la cicatriz, o re-desgarro, generalmente parcial y que ocurre siempre en la zona periférica del desgarro. • Micro-roturas muscular La teoría de la micro-rotura de fibras musculares se re- fiere a la mialgia aparece tras la práctica deportiva y se explica mediante alguna literatura científica como una rotura de fibras musculares en su mínima expresión, técnicamente es la rotura de los sarcómeros muscula- res, lo que acaba produciendo un efecto de inflamación del músculo afectado. Este dolor se debe a que la fibra muscular es débil, y no es capaz de sostener el nivel de ejercicio, probablemente porque se está desentrenado y la fibra no es capaz de aguantarlo. Los patrones de rup- tura dentro del músculo son completamente aleatorios.
  • 18. 16 Parece haber datos empíricos que muestran más micro- rupturas en los músculos de contracción rápida. Esta teo- ría parece ser la más aceptada por la comunidad científi- ca, y se han realizado numerosos estudios en deportistas. Las zonas más afectadas por este dolor son las uniones muscularesylostendonescercadelasarticulaciones;esto se debe a que la zona musculo tendinosa es donde existen más fibras musculares débiles y más tensión. Existe un segundo supuesto: los receptores del dolor (nociceptores) se encuentran en mayor cantidad en estas regiones. El dolor muscular suele tener un período que oscila entre los 5 y 7 días, con un pico de dolor que se muestra en los 3 primeros días tras el ejercicio. Por ejemplo, el dolor y la relajación de los músculos no contribuye a la pérdida de fuerza que aparece en los días de recuperación, no existen pruebas de una inhibición neuronal sobre los músculos ni una desactivación en las unidades motoras. El dolor y la debilidad muscular se deben, principalmente, a los pro- cesos inflamatorios más que al daño muscular producido. Las investigaciones realizadas se han fundamentado en el desbalance sobre la homeostasis del calcio en los tejidos musculares debida a las micro-roturas musculares. Aumento de la temperatura corporal: Durante un ejerci- cio intenso las células musculares pueden alcanzar tem- peraturas entre los 38 °C y los 54 °C, lo que supone una muerte celular o necrosis. Este proceso genera una des- organización estructural en los músculos que acaba ge- nerando un dolor generalizado en ciertos músculos. Esta teoría se ha convertido en una derivación de la micro-ro- tura de las fibras musculares, ya que puede considerarse como una causa más de esta lesión. Acumulación de ácido láctico: Si bien ya mencionamos a la acumulación de ácido láctico en el punto 5.1 hay auto- res que toman a esta como una entidad aparte. La teoría fue enunciada por primera vez por Assmussen en el año 1956. Según Assmussen, en condiciones de anoxia (falta de oxí- geno), como la que ocurre en las células musculares du- rante un ejercicio intenso, el metabolismo cambia y las células fermentan los nutrientes para conseguir energía. La fermentación produce mucha menos energía que el metabolismo normal, que degrada la glucosa a dos ácidos pirúvicos, y este se degrada completamente por otras ru- tas metabólicas. Sin embargo, en la fermentación, el ácido pirúvico se transforma en ácido láctico que cristaliza en el músculo. El dolor producido, por lo tanto, sería el resul- tado de la acidez incrementada captada por los nervios y por las microrroturas del músculo debido a los cristales. • Sindrome compartimental Es una afección caracterizada por aumento de presión en un espacio confinado anatómicamente que daña en forma irreversible su contenido, es decir músculos y estructuras neurovasculares. Sus causas son múltiples, ya que cual- quier situación que aumente o disminuya el volumen del compartimiento puede ocasionar un síndrome comparti- mental (traumatismos con hemorragia, fracturas, quema- duras etc). El aumento de presión ocasiona obstrucción venosa e isquemia muscular y nerviosa que llevan a ne- crosis. En la ecografía se observa un importante aumento de volumen del músculo con fascia abombada y pérdida del patrón fibrilar normal. Los hallazgos en RM incluyen tumefacción de la extremidad afectada y alteración de la señal en los músculos del compartimiento y en etapas más tardías se observan áreas de mionecrosis. Complicaciones de las lesiones musculares • Cicatriz fibrosa: Es el resultado de la evolución natural de un desgarro ya que la curación está mediada en gran parte por cicatrización fibrosa. Tanto en la ecografia como en RM puede observarse una imagen estrellada, retrác- til, asociada a disminución de volumen y signos de atrofia muscular en las zonas vecinas a la cicatriz. • Miositis osificante: Las contusiones musculares con he- matoma intramuscular pueden calcificar y osificar. “Mio- sitis” es un mal nombre para este proceso ya que no existe inflamación y se trata más bien de una osificación post- traumática. Figura N° 2: a. b. a. RM: Síndrome compartamental. Secuencia po- tenciada en T1. Corte axial. b. RM: Secuencia potenciada en T2.5
  • 19. 17 Es frecuente en atletas que practican deportes de contac- to, sin embargo, en aproximadamente un 40% de los casos no hay un evento traumático evidente. Las localizaciones más frecuentes son el muslo y pelvis. Su aspecto varía dependiendo del momento evolutivo en que se examine. Durante las primeras tres semanas se comporta como una masa que desestructura el patrón fibrilar muscular. Luego comienzan a aparecer las calcificaciones desde la periferia hacia el centro, llegando a “madurar” a los 5-6 meses, en que la masa se retrae. El diagnóstico es difícil y muchas veces se requiere más de un método por imá- genes para aclarar. • Hernia muscular: Consiste en la herniación focal de un músculo a través de un defecto ubicado en la fascia que lo envuelve. Ocurre con mayor frecuencia en las extre- midades inferiores, especialmente en el compartimiento tibial anterior. El diagnóstico se hace más fácilmente con ultrasonografía ya que al solicitar al paciente la contrac- ción del músculo afectado, permite demostrar la hernia en forma dinámica. También puede estudiarse con RM. • Lesiones tendinosas. Tendinopatias Este importantísimo grupo de lesiones que se dan en el runner corresponde a lesiones tendinosas en donde son comunes la tendinopatía de rodilla, síndrome de la banda iliotibial, tendinopatía Aquilea y la del tibial posterior. La patología del tendón es frecuentemente causante de dolor y de la disminución del rendimiento en el deportista de elite, pudiendo incluso generar una inactividad prolon- gada. Estas patologías alcanzan una importancia desta- cada debido a la persistencia de los síntomas a pesar de los múltiples tratamientos utilizados. Las tendinopatias son producidas como consecuencia de alteraciones biomecánicas, lesiones por sobreuso y so- brecarga, sobreentrenamiento, metabolopatias, fárma- cos, secuela de procesos inflamatorios y predisposición genética de acuerdo al grupo sanguíneo (grupo 0), pu- diendo pasar de estadios agudos y subagudos hasta pro- ducir patología crónica. Las mal llamadas tendinitis, ya que no se producen nin- gún proceso inflamatorio puro debido a la ausencia de leucocitos polimorfunucleares y macrófagos en la fisio- patología de la lesión, presentan como hallazgo más fre- cuente, tejido de granulación, lo que sugiere una condi- ción degenerativa, por lo que en realidad se denominan Tendinosis. Es de importancia destacar que a nivel estructural estos tejidos enfermos presentan cambios en su composición de marcada importancia, tales como: aumento en el número de fibroblastos, hiperplasia vascular y desorganización de colágeno. También puede observarse reblandecimiento del tejido, cambios de coloración (amarillo-marrón), de- generación mucoide y fibrosis variable. Es sabido que las fibras colágenas en el tendón están dispuestas en forma ordenada con una orientación en paralelo y que cuando se lesionan producen una desorganización en dicha orienta- ción en las zonas afectadas. También puede encontrarse edema regional con el consecuente aumento del volumen de la matriz extracelular que genera un incremento en el tamaño del tendón. Conjuntamente todo el proceso lleva a la liberación de citokinas y factores de crecimiento que cumplen un rol preponderante en la cronicidad de la lesión, generando un estímulo anómalo mediante la liberación de factores angiogénicos para la formación de hiperplasia vascular en las zonas afectadas. El patrón degenerativo de esta lesión puede generar depósitos grasos, mucoides y hiali- nos, con la ya mencionada hiperplasia angiofibroblástica y necrosis fibrinoide. Otro problema de la prolongación de Figuras N° 3: a. Rx simple: Extensa calcificación de partes blan- das en la pierna. b. RM: Secuencia potenciada en T1 que muestra secuelas de fractura de tibia Corte sagital. c. RM: Extensa Miositis Osificante. Figuras N° 4: a-d. a. US: Foco herniación (flechas). Músculo tibial anterior. Corte transversal. B. US: Corte longitudinal. C. US: Hernia muscular Peronea. Corte transversal. D. US: Corte longitudinal.
  • 20. 18 la patología es la formación de inclusiones predominan- temente de calcio formando las clásicas calcificaciones intratisulares. A modo informativo hay otro grupo de lesiones pasibles del runner a tener en cuenta que son: los esguinces de tobillo como la principal, periostitis tibial, fascitis plantar y capsulitis de dedos del pie pero que no son tema de este trabajo. LESIONES EN LOS MIEMBROS INFERIORES DURANTE LA PRACTICA DEL RUNNING M. Meana Riera en Biomecánica y bases neuromusculares de la actividad física y el deporte define a la lesión deporti- va como un daño de los tejidos por las cargas y los esfuer- zos provocados por la participación en actividades físicas y deportivas. Durante la actividad deportiva los tejidos biológicos están sometidos a estrés y cada componente de nuestro orga- nismo tiene un comportamiento mecánico diferente ante las cargas que lo deforman en función de su estructura y de sus propiedades mecánicas. Los tejidos como el hueso, los tendones y ligamentos no se deforman de igual mane- ra ante un mismo tipo de esfuerzo mecánico. A groso modo se pueden diferenciar dos tipos de lesiones: agudas y por sobre uso. Lesiones agudas Son repentinas y con un mecanismo lesional que puede ser definido de manera clara en función de la acción me- cánica de las cargas sobre el tejido dañado. Lesiones por sobre uso Pueden ocurrir de forma gradual por sobre licitación y uso repetitivo del tejido. Distinguir una de otra no siempre es fácil ya que en mu- chas oportunidades la lesión aguda es el final del proceso de sobrecarga crónica. Durante la práctica de running y en las distintas fases del mismo el individuo es pasible de sufrir lesiones en: a) Cadera y muslo: por sobre estiramiento o contracción brusca durante una salida explosiva o cambios de direc- ción repentino producto del terreno puede sufrir disten- siones en los músculos flexores y/o aductores. Producto de impactos repetitivos contra el suelo o carrera en pi- sos inclinados, como por ejemplo correr siempre por el mismo lado de la acera o calle puede sufrir bursitis tro- cantérea, bursitis del psoasilíaco por roce con el trocán- ter, síndrome del piramidal por compresión del nervio ciático a nivel. Por sobreuso de la pierna de apoyo, por ejemplo, el runner que padece de falta de fuerza en un miembro y solo tracciona con el miembro contrario pue- de padecer de bursitis en el isquion, como así también producto de una caída con golpe directo sobre el muslo puede producirse la miositis osificante. b) Rodilla y pierna: por cambios bruscos de dirección, aceleración y desaceleración brusca puede padecer de distensión del cuádriceps y/ o bíceps femoral. Debi- do a traumas y/o fricciones repetidas como lo son los microimpactos durante la carrera puede padecerse de bursitis, quiste poplíteo por acumulación de líquido, tendinitis rotuliana o síndrome de fricción de la banda o cintilla iliotibial por fricción a nivel del cóndilo femoral externo. Por ejercicios bruscos durante la entrada en calor puede sufrir de distensiones musculares a nivel de los gemelos lo que posteriormente se puede traducir en un desgarro muscular en el caso de competir o con- tinuar con la actividad. Por agotamiento, deficiente con- dición física, deshidratación o acúmulo de ácido láctico, durante la competencia o entrenamiento puede padecer de calambres musculares. Producto de la hiperflexión o hiperextensión repetitiva como por ejemplo durante los descensos o ascensos puede sufrir de tendinitis distal de los tendones de los isquiotibiales, síndrome de dolor patelofemoral o tendinitis del tendón rotuliano a nivel de la inserción inferior, en la tuberosidad anterior de la ti- bia. En el caso de padecer síndromes compartimentales crónicos y debilidad de la fascia por la entrada de vasos penetrantes pueden producirse hernias musculares a este nivel, la mayoría son asintomáticas, aunque pueden cursar con dolor, calambres o edema localizado. c) Tobillo y pie: debido a la actividad o al descanso defici- tario puede suceder que la sobrecarga repetida generar bursitis retrocalcanea; fascitis plantar por desalinea- ción y rigidez; tendinitis, tendinosis o tenosinovitis de los músculos peroneos, tibial anterior, tendón de Aqui- les y/o de los extensores de los dedos inflamación de los músculos flexores y pronadores como síndrome de estrés tibial. No está demás en aclarar que existen y se suceden, ade- más de las lesiones musculares y tendinosas descriptas, otro tanto más pero de índole osteo-mio-articular de la misma y de diferente etiología susceptibles de ser padeci-
  • 21. 19 das por el individuo que practica running pero que no es tema del presente trabajo CONCLUSIONES Las lesiones tendinosas y musculares en individuos que practican running pueden ser multifactoriales entre ellos la fatiga, los desequilibrios o trastornos músculo esque- léticos, el mal estado o la mala elección del calzado, el terreno, la debilidad muscular, la falta, escasa o mala hi- dratación, alimentación y descanso, los escasos rangos de elongación muscular y flexibilidad son los de mayor importancia y causalidad, ya que alteran la biomecánica y por consiguiente la movilidad durante la actividad del running. En cuanto a prevención, además de la disminución de to- dos los factores antes mencionados, las correctas cargas de entrenamiento y la especificidad de este conjuntamen- te con el estiramiento o elongación muscular ayudaran al individuo a alejarse del momento de la lesión. El nuevo consenso sobre la clasificación y terminología de las lesiones musculares nos ayuda al tratamiento especí- fico y a elaborar planes de prevención para el deportista sea cual fuere la lesión que padezca. En cuanto al calzado, el óptimo para realizar estas activi- dades de running y todas las que se puedan incluir dentro de ésta, es aquel que proporciona un buen aislamiento térmico, protege el pie frente a lesiones articulares y musculares, se adapta a las dimensiones funcionales del pie evitando roces y le proporciona estabilidad y agarre al suelo contribuyendo a la amortiguación de las cargas dando al pie una alta comodidad. El desplazamiento con- tinuo del pie dentro del calzado durante largas sesiones de entrenamiento y competencias puede producir lesio- nes por rozamiento, bursitis y tendinitis del tendón de Aquiles. Por otra parte, una distribución inadecuada de las pre- siones actuantes sobre la planta y el dorso del pie, y los choques repetidos de la punta del pie con la puntera del calzado provocan frecuentes problemas en los dedos y uñas, especialmente durante los descensos, como así también fascitis plantares, metatarsalgias y dolor en el arco plantar, que no son objeto del presente trabajo pero que creemos necesario, al menos, mencionarlas. En líneas generales, en el individuo que hace running es muy frecuente que los fallos musculares, tendinosos como así también de otras estructuras articulares se de- ban al sobreuso y no a lesiones agudas. Bibliografía 1. Karlsson MK, Magnusson H, Karlsson C , Seeman E,The du- ration of excercise as a regulatorof bone mass. Bone, 2001; 28: 128-132 2. Mourad Leona A, Ortopedia, serie Mosby de enfermería clí- nica, Mosby, Doyma libros Edición 1994, 33-34. 3. Izquierdo Redín, Mikel. Biomecánica y bases neuromuscula- res de la actividad física y el deporte, Buenos Aires; Madrid: Medica Panamericana, 2008. 4. Consejero V, Madrigal JM, Traumatología de la rodilla, Médi- ca panamericana, 1ra edición, Madrid, La rótula 281. 5. Dra. Sara Muñoz Ch. - Lesiones Musculares Deportivas: Diagnostico por Imágenes. Revista chilena de radiología ver- sión On-line ISSN 0717-9308. Rev. chil. radiol. v.8 n.3 Santiago 2002. 6. Med line pluss. Información de salud para usted. Biblioteca Nacional de Medicina de EE.UU. Institutos Nacionales de la Salud. 7. Dr. A. Albero, Dr. F. Locaso, Dr. A. Rolón, Dr. G. Aguilar, Dr. G. Azulay, Lic. M. Betti. Tendinopatia rotuliana y de tendón aquileano. Clasificación orientada en la Fisiopatología y Tra- tamiento. Revista de la Asociacion Argentina de Traumatolo- gia del Deporte - 2011, Vol 18. N° 1 Pag. 13 – 16. VER RECUADROS EN PÁGINA SIGUIENTE
  • 22. 20 REcuadros 9.1 Recuadro N° 1: Fase de apoyo de la marcha
  • 23. 21 9.2 Recuadro N° 2: Efectos de los trastornos funcionales durante la fase de apoyo de la marcha
  • 24. 22 9.3 Recuadro N° 3: Fase de balanceo de la marcha
  • 25. 23 9.4 Recuadro N° 4: Efectos de los trastornos durante la fase de balanceo de la marcha 9.5 Recuadro N° 5: La carrera
  • 26. 24
  • 27. 25 Lesiones del hombro en deportistas lanzadores Trabajo 3 ARTICULO TRADUCIDO DE JOSPT Autores Palabras claves Aductor mayor, biomecánica, glúteo mayor, glúteo medio, cadera Nivel de evidencia Aductor mayor, biomecánica, glúteo mayor, glúteo medio, cadera KEVIN E. WILK, PT, DPT Vice Presidente de Education, Physiotherapy Associates, Exton, PA; Director Clínico Asociado de Champion Sports Medicine, una Clínica de Fisio- terapistas Asociados, Birmingham, AL; Director de Investigación de Rehabilitación, Instituto Americano de Medicina del Deporte, Birmingham, AL; Consultor de Rehabilitación, Tampa Bay Rays Baseball Organization, Tampa Bay, FL. PADRAIC OBMA, MD Fellow de Medicina Deportiva Ortopédica, Andrews Sports Medicine, Birmingham, AL. CHARLES D. SIMPSON II DPT Fellow de Fisioterapia, Champion Sports Medicine, Birmingham, AL E. LYLE CAIN, MD Cirujano ortopédico, Andrews Sports Medicine Center, Birmingham, AL JEFFREY DUGAS, MD Director Médico, Tampa Bay Rays Baseball Organization, Tampa Bay, FL. JAMES R. ANDREWS, MD Cirujano ortopédico, Andrews Sports Medicine Center, Birmingham, AL; Director Médico, Tampa Bay Rays Baseball Organization, Tampa Bay, FL. E-mail de contacto: kwilkpt@hotmail.com Lanzar por encima de la cabeza consiste en un movi- miento altamente cualificado que se realiza a muy alta velocidad, y requiere flexibilidad, fuerza muscular, coor- dinación, sincronicidad y control neuromuscular. El lan- zamiento genera una extraordinaria demanda sobre la articulación del hombro. Debido a estas fuerzas eleva- das, que se aplican de forma repetitiva, el hombro es la articulación que más frecuentemente se lesiona en los pitchers del béisbol profesional (27). Durante el movimiento de lanzamiento, en la articulación del hombro se ubica una fuerza tremenda a una veloci- dad angular extremadamente alta. La fase de aceleración del lanzamiento es el movimiento más rápido registra- do y alcanza un pico de velocidad angular de 7250°/S (41, 43). Se ha estimado que las fuerzas de traslación anterior generadas durante el lanzamiento son iguales a la mitad del peso corporal (PC) durante la fase de elevación tardía, y que hay una fuerza de tracción igual al peso corporal durante la fase de desaceleración (43). En consecuencia, el lanzamiento requiere un alto nivel de activación mus- cular, como indica la señal electromiográfica de la mus- culatura del hombro, lo que puede exceder el 80 a 100% de la señal medida durante una contracción isométrica voluntaria máxima (CIVM) (34). Por último, el hombro del lanzador overhead presenta a menudo movilidad y laxitud excesiva. Wilk et al (112) establecieron que el hombro del lanzador deber ser “lo suficientemente móvil como para tirar, pero lo suficientemente estable para prevenir sínto- mas”. Ya sea que la típica lesión prolongada del hombro del lanzador se deba a la hiperlaxitud o a la tensión cap- sular es actualmente un tema de discusión controvertido. La patología del hombro puede manifestarse con dolor,
  • 28. 26 disminución del rendimiento (velocidad y precisión), o con una disminución de la fuerza o del rango de movimiento. El reto para los profesionales de la medicina es determi- nar el diagnóstico diferencial exacto, la causa de la lesión, y el tratamiento más efectivo basado en la patología iden- tificada. En este trabajo vamos a discutir acerca de la característi- ca física del deportista lanzador overhead, las patologías más comunes que presentan y los tratamientos no quirúr- gicos, quirúrgicos y post- operatorios. Sinopsis El lanzamiento es un movimiento extremadamente com- plejo y que requiere mucha habilidad. Cuando lanza, el deportista produce una demanda extraordinaria en todo el hombro con posterioridad a las tremendas fuerzas que se generan. El hombro del lanzador debe ser lo suficien- temente laxo para permitir una rotación externa excesiva, pero lo suficientemente estable como para prevenir las subluxaciones sintomáticas de la cabeza humeral, por lo que requiere un equilibrio delicado entre movilidad y es- tabilidad funcional. Nos referimos a esto como la “para- doja del lanzador.” Este equilibrio se ve frecuentemente comprometido y se cree que puede llevar a varios tipos de lesiones de los tejidos circundantes. Con frecuencia, las lesiones pueden ser tratadas con éxito mediante progra- mas no quirúrgicos de rehabilitación bien estructurados y cuidadosamente implementados. La clave del éxito para los tratamientos no quirúrgicos es un minucioso examen clínico y un diagnóstico certero. Una rehabilitación que tenga un enfoque estructurado y multifacético, con énfasis en el control de la inflamación, la recuperación del equi- librio muscular, el mejoramiento de la flexibilidad delos tejidos blandos, la mejora de la propiocepción y el con- trol neuromuscular y el regreso efectivo del deportista al lanzamiento competitivo. Los atletas presentan a menudo numerosos cambios adaptativos que se desarrollan a par- tir de las tensiones microtraumáticas repetitivas que ocu- rren durante el lanzamiento. El tratamiento debe incluir la restauración de esas adaptaciones. CARACTERÍSTICAS FÍSICAS Es importante para el médico darse cuenta y apreciar las características físicas “típicas” del lanzador. Rango de movimiento La mayoría de los lanzadores overhead presentan una dis- paridad de movimiento obvia, por lo cual la rotación exter- na del hombro (RE) es excesiva y la rotación interna (RI) es limitada cuando se mide a 90° de abducción (11, 18, 20, 54, 112). Esta pérdida de rotación interna del hombro del lan- zador se denomina déficit de rotación interna glenohume- ral (GIRD por sus siglas en inglés). Varios investigadores han documentado que los lanzadores presentan una ma- yor rotación externa del hombro que el resto de los juga- dores de béisbol (11, 54, 111). Brown et al (18) informaron que los lanzadores profesionales presentan un promedio de ±SD de 141° ± 15° de rotación externa del hombro a 90° de abducción. Esto fue de aproximadamente 9° más que para el hombro no-lanzador y aproximadamente 9° más que el del hombro de los jugadores de otras posiciones. Recientemente, Bigliani et al (11) detectaron que la rota- ción externa del hombro dominante medido a 90° de ab- ducción promedió 118° (rango, 95°-145°) en lanzadores, mientras que el promedio fue 108° (rango, 80°-105°) para el hombro dominante de los jugadores de campo. Wilk et al (105) informaron sobre el rango de movimien- to (ROM) de la articulación glenohumeral medido en 879 pitchers profesionales del béisbol entre 2003 y 2008. Los pitchers exhibieron un promedio ± SD de 136.9° ± 14.7° de rotación externa y 40.1° ± 9.6° de rotación interna cuando fueron evaluados de forma pasiva a 90° de abducción. En los pitchers, la rotación externa es de aproximadamente 9° mayor en el hombro lanzador en comparación con el hom- bro no lanzador, mientras que la rotación interna fue 8.5° mayor en el hombro no lanzador. Además, el movimiento total (rotación externa y rotación interna sumadas) en el hombro lanzador fue similar (dentro de los 7°) cuando se compara con el movimiento total del hombro no lanzador, con un arco de rotación total de movimiento de 176.3° ± 16,0° en el hombro lanzador y en el no lanzador (114). Nos referimos a esto como el “concepto de movimiento total” (FIGURA 1). Varios autores han informado anteriormente que el movimiento total es igual comparando ambos hom- bros (el lanzador y el no lanzador) (4, 6, 40, 77, 114). Laxitud La mayoría de los lanzadores overhead presentan una significativa laxitud en la articulación glenohumeral, que permite un ROM excesivo. La hipermovilidad del hombro del lanzador se ha denominado “laxitud del lanzador” (112). La laxitud de la articulación glenohumeral anterior e inferior puede ser apreciada por el médico durante la evaluación de la estabilidad de la articulación. Andrews et al (7) han informado que la laxitud excesiva que presentan
  • 29. 27 los lanzadores es el resultado de lanzamientos repetiti- vos, refiriéndose a esto como “laxitud adquirida”; pero otros han demostrado que los lanzadores presentan una laxitud congénita (11). Borsa et al (14, 15) no detectaron diferencias entre el hombro lanzador y el no lanzador cuando realizaron pruebas objetivas de laxitud de la articulación glenohu- meral en el dispositivo Telos (FIGURA 2). Además, obser- varon una mayor laxitud posterior en comparación con la laxitud anterior, y ninguna relación entre las medidas de laxitud articular y el ROM. En algunos casos, los pitchers presentaron una disminución extrema del movimiento de rotación interna de la articulación glenohumeral, y al mismo tiempo una significativa laxitud de la cápsula posterior en las pruebas Telos. Por lo tanto, los cambios en el movimiento de la articulación glenohumeral que se ven en lanzadores pueden tener origen en otros factores distintos a la laxitud capsular de la articulación glenohu- meral. Adaptaciones óseas Varios investigadores (23, 29, 85, 88, 89) han informado una adaptación ósea de la cabeza del húmero en el hom- bro del lanzador. Crockett et al (29) presentaron a 25 pit- chers del béisbol profesional que se sometieron a una tomografía computada para determinar la retroversión de la cabeza del húmero y la cavidad glenoidea. Los investi- gadores notaron que la cabeza del húmero en el lado lan- zador mostró un incremento en la retroversión de 17º en comparación con el hombro no lanzador. Por otra parte, cuando se comparó a los pitchers con un grupo de no lan- zadores, éstos últimos no presentaron ninguna diferencia en los valores de su retroversión bilateral. Esto podría ex- plicar de forma parcial las diferencias que presentan los lanzadores de un lado a otro, en el ROM de rotación de la articulación glenohumeral. Un aumento en la retrover- sión de la cabeza humeral pude dar como resultado un incremento en el ROM de rotación externa y la disminu- ción de la rotación interna. Por último, Meister et al (77) descubrieron que los mayores cambios en el ROM de la articulación glenohumeral de jugadores adolescentes de béisbol ocurrían entre los 12 y 13 años, cuando las placas de crecimiento están abiertas. Fuerza muscular Varios investigadores han examinado parámetros de fuerza muscular en atletas lanzadores con diferentes re- sultados y conclusiones (1, 9, 18, 28, 30, 48, 107, 108). Wilk et al (107, 108) realizaron una evaluación isocinética en 83 jugadores profesionales de béisbol como parte de sus exámenes físicos durante el entrenamiento de primavera. Los investigadores demostraron que la fuerza de rotación externa del hombro lanzador del pitcher fue significativa- mente más débil (P‹ 0,05) que el hombro no lanzador en un 6%. A la inversa, la rotación interna del hombro lanza- dor fue significativamente mayor (P‹ 0,05) que en el hom- bro no lanzador en un 3%. Además, la fuerza de aducción FIGURA 1. El concepto de “movimiento de rotación total”. Rotación externa (RE) + rotación interna (RI) = movimiento total. El movi- miento de rotación total es igual bilateralmente. FIGURA 2. Pruebas de laxitud glenohumeral realizadas con el dis- positivo Telos para evaluar de manera objetiva la laxitud articular.
  • 30. 28 del hombro lanzador fue significativamente mayor (P‹ 0,05) que en el hombro no lanzador por aproximadamen- te 9 a 10%. Creemos que un importante valor isocinético es la relación muscular unilateral, el cual describe la re- lación de la fuerza muscular agonista-antagonista de un hombro. Se cree que un equilibrio adecuado entre grupos musculares agonistas y antagonistas proporciona la es- tabilización dinámica de la articulación del hombro. Para proveer un adecuado equilibrio muscular, los músculos rotadores externos de la articulación glenohumeral deberían ser al menos el 65% de la fuerza de los múscu- los rotadores internos (113). De manera ideal, la relación de fuerza de los músculos rotadores internos y externos debe ser entre 66 y 75% (108, 112, 113). La TABLA 1 ilustra los valores óptimos de fuerza muscular de los jugadores profesionales de béisbol. Magnusson et al (72) determina- ron, utilizando un dinamómetro de mano, que los pitchers profesionales presentan una debilidad significativa del músculo supraespinoso del lado lanzador, en compara- ción con el no lanzador. La musculatura escapulotorácica desempeña un rol vital durante el movimiento de lanzamiento (34). Un movimien- to escapular adecuado y la estabilidad son imprescindibles para el funcionamiento asintomático del hombro (56, 57). Estos músculos trabajan de manera sincronizada y actúan como una cupla de fuerza sobre la escápula, proporcio- nando tanto movimiento y como estabi- lización. Wilk y al (117) documentaron los valores de resistencia isométrica del músculo escapular de 112 jugadores profesionales de béisbol. Los resulta- dos indican que los pitchers y catchers presentan una resistencia significativa mayor de los músculos transportador y elevador de la escápula cuando se los compara con jugadores de campo. To- dos los jugadores (excepto los infilders, jugadores de cuadro) mostraron múscu- los depresores de la escápula significa- tivamente más fuertes del lado lanzador en comparación con el no lanzador. Ade- más, las proporciones musculares entre agonista y antagonista son valores im- portantes a la hora de considerar cómo la escápula ofrece estabilidad, movilidad y funcionamiento libre de síntomas. Las TABLA 1 Fuerza muscular glenohumeral Valores en jugadores profesionales del béisbol (N = 83) (103, 104) Comparaciones bilaterales (%)* Rotación externa Rotación interna Abducción Aducción Relaciones de torques máximos unilaterales (%) † Rotación externa/interna Abducción/aducción Rotación externa/abducción Torque máximo-relaciones de peso corporal ‡ Rotación externa Rotación interna Abducción Aducción 180°/s 95-109 105-120 100-110 120-135 63-70 82-87 64-69 18-23 27-33 26-32 32-36 * Proporción de la fuerza del lado dominante al no dominante para cada grupo muscular. † Datos sólo del brazo dominante (lanzador) ‡ Torque máximo medido ft-lb y peso corporal en lb 300°/s 85-95 100-115 100-110 115-130 65-72 92-97 66-71 15-20 25-30 20-26 28-33 450°/s 80-90 100-110 62-70 TABLAS 2 y 3 ilustran los valores de resistencia muscular escapular en atletas lanzadores. Postura y posición escapular Como se mencionó anteriormente, la capacidad de la es- cápula para funcionar como una unidad cohesiva con la parte superior del cuerpo es esencial para el deportista lanzador overhead. Para ser capaz de funcionar adecua- damente, la escápula debe estar en la posición adecua- da para ayudar en el movimiento del húmero. Kibler et al (57) definieron las alteraciones en el funcionamiento de la escápula durante los movimientos escapulohumerales acoplados como “diskinesia escapular”. Numerosos au- tores han señalado el papel de discinesia escapular y su correlación con las patologías de hombro (56, 57). A menudo, el deportista lanzador tiene cambios de pos- tura que resultan en un cambio de posición de reposo de la escápula. Burkhart et al (19) describieron estos cam- bios posturales como la escápula “enferma”, que significa malas posiciones escapulares que incluyen la prominen- cia del borde medial inferior, el dolor coracoides, la mala posición, y la diskinesia del movimiento escapular. Este síndrome, a menudo, se presenta clínicamente como una escápula asimétrica “caída”. Bastan et al (10) informaron sobre la posición de la escápula en el atleta lanzador en 3 planos (rotación, inclinación y elevación) para 4 posicio-
  • 31. 29 TABLA 2 Fuerza de la musculatura escapulotorácica * Pitchers Protracción Retracción Elevación Depresión Catchers Protracción Retracción Elevación Depresión Jugadores de campo Protracción Retracción Elevación Depresión Brazo dominante 32.2 ± 4.5 28.1 ± 3.6 37.6 ± 6.4 10.0 ± 2.7 30.8 ± 4.5 28.6 ± 2.3 39.9 ± 6.8 9.5 ± 1.8 26.3 ± 4.5 25.9 ± 2.7 29.5 ± 5.4 8.6 ± 2.3 * Los valores son la media ± SD kg. Brazo no dominante 33.6 ± 5.9 27.2 ± 3.2 38.1 ± 6.8 8.2 ± 2.3 33.1 ± 4.5 26.8 ± 3.2 38.6 ± 3.6 7.3 ± 2.3 26.3 ± 5.0 25.4 ± 2.7 29.9 ± 5.0 8.2 ± 2.3 TABLA 3 Porcentaje de resistencia de la musculatura escapulotorácica Pitchers Protracción/retracción Elevación/depresión Catchers Protracción/retracción Elevación/depresión Jugadores de campo Protracción/retracción Elevación/depresión Brazo dominante 87% 27% 93% 24% 98% 29% Brazo no dominante 81% 21% 81% 19% 94% 27% nes diferentes del hombro (descanso, abducción a 90°, abducción a 90° con la máxima rotación externa y abducción a 90° con la máxima rotación in- terna). Sus resultados indicaron que la escápula del lado dominante, con el hombro en reposo, fue significativamente más prolongada (p = 0,006) e incli- nada hacia delante (P = 0,007); con el hombro a 90° de abducción, estuvo más rotada en dirección hacia arriba (P = 0,039); con máxima rotación interna y externa a 90° de abducción, estaba más inclinada hacia adelante (P<0.001) (10). Macrina et al (70) determinaron que una vez que la musculatura esca- pular se fatiga, la posición escapular empeora, lo que da como resultado una mayor prolongación e inclinación anterior de la escápula. Esta inclinación anterior se correlaciona con una pérdida de rotación interna de la articula- ción glenohumeral (13, 66). Como se mencionó anteriormente, se han reali- zado numerosos estudios sobre la asociación entre los cambios posiciona- les de la escápula, la discinesia escapular y el aumento de la patología del hombro. Estos estudios promueven la creencia de que hay un aumento de la frecuencia de cambios de posición de la escápula que pueden conducir a un incremento de las patologías del hom- bro en atletas lanzadores. examen clínico Historia Aunque las lesiones agudas en el hombro afectan a los deportistas lan- zadores, son mucho más comunes las lesiones secundarias por sobreuso o fatiga. Para realizar un diagnósti- co correcto es necesaria la informa- ción general acerca del paciente, así como los datos específicos sobre los síntomas y la historia de lanzamiento (ANEXO A) (45). Se necesita determi- nar información importante, tal como la aparición de los síntomas, cambios en la mecánica, el desarrollo de un nuevo terreno de juego, régimen de entrenamiento, juego solo y la canti- dad de lanzamientos de la temporada, así como los tratamientos previos. Es igualmente importante ver estudios de imagen que el paciente tenga antes de la evaluación. Los estudios de imagen se deben correlacionar con el examen físico para establecer un diagnóstico preciso y diferenciado. Numerosos es- tudios de imágenes pueden ser bene- ficiosos para realizar un diagnóstico, tales como radiografías, resonancia magnética o tomografías computadas. Examen físico Luego de obtener una historia médica completa, el examen físico se centra- rá en el diagnóstico diferencial sobre la base de una lista de posibilidades. Cada médico debe tener una progre- sión constante a seguir para todos los exámenes físicos (ANEXO B). Hay múl- tiples pruebas o técnicas de examen para llegar a un diagnóstico, y es im- portante que cada médico utilice una
  • 32. 30 técnica examinadora con la que se sienta familiarizado y que se pueda replicar con cada paciente. La observación visual del hombro se debe realizar en pri- mer lugar, poniendo especial atención en lesiones de la piel o atrofia muscular. Luego se debe palpar el hombro, apreciando todas las prominencias óseas, con especial atención en la corredera bicipital, tuberosidad mayor y articulación acromioclavicular. El dolor en estas áreas puede indicar la participación del tendón del bíceps, del manguito rotador y artrosis de la articulación acromiocla- vicular, respectivamente. Se observa ROM activo (AROM) y pasivo (PROM), centrándose en el movimiento glenohu- meral así como en el escapulotorácico. El PROM de la ar- ticulación glenohumeral es evaluado por rotación externa y rotación interna a 90° de abducción y por rotación exter- na a 45° de abducción en el plano escapular. Al evaluar rotación interna, se debe tener cuidado de palpar y esta- bilizar la escápula. Cuando evalúa PROM, el médico debe tener en cuenta tanto la cantidad de movimiento como la sensación final. Es importante evaluar la flexión anterior, la abducción, la rotación interna y la rotación externa, so- bre todo por algún déficit que sea evidente. La palpación del hombro durante ROM puede descubrir crepitación, lo que puede indicar ciertas lesiones patológicas, tales como el engrosamiento de la bursa, desgarros del manguito ro- tador y artritis. La fuerza muscular es el siguiente componente a exami- nar. Para evaluar el supraespinoso, se le pide al paciente que flexione el hombro a 90°, con el brazo en posición ho- rizontal abducido a unos 45° y el pulgar apuntando hacia arriba. Se aplica resistencia en esta posición (55, 91). De- bilidad o dolor pueden indicar una lesión del músculo su- praespinoso. Con el brazo al costado y el codo flexionado a 90°, se le pide al paciente que gire hacia el exterior contra la resistencia (infraespinoso y redondo menor) y que rote internamente contra la resistencia (subescapular). Una vez más, la debilidad o el dolor pueden indicar una lesión. Rotaciones externas o internas con resistencia son pos- teriormente realizadas a 90° de abducción y con rotación neutra, que es una posición más funcional para evaluar a deportistas lanzadores. Para evaluar la fuerza de rotación externa e interna a 90° de abducción, puede ser benefi- cioso que los pacientes se muevan a través de un arco de movimiento concéntrico y excéntrico contra resistencia. En este punto, el examinador puede realizar ciertas ma- niobras provocadoras para evaluar otras patologías po- sibles (ANEXO B). A continuación se discutirán con más detalle algunas pruebas comunes que se realizan en el examen clínico. Para evaluar el pinzamiento subacromial se utiliza a me- nudo la prueba de Hawkins-Kennedy. Este test de pinza- miento subacromial ha arrojado entre 66 y 100% de sensi- bilidad y entre 25 y 66% de especificidad para el diagnóstico de pinzamiento, desgarros del manguito rotador y bursitis (21, 69, 87). La articulación del hombro del paciente se flexiona hacia adelante a 90° y el hombro se fuerza a la ro- tación interna. Esta maniobra impulsa la tuberosidad ma- yor más abajo del ligamento coracoacromial, produciendo el pinzamiento. El dolor con esta maniobra puede indicar pinzamiento subacromial (98). La prueba se realiza a 90° de abducción en el plano escapular, en el plano sagital y con la aducción horizontal más allá del plano sagital, don- de la posición de aducción más horizontal causa mayor pinzamiento y, por lo tanto, provoca mayor dolor. Hay una variedad de ensayos descritos para evaluar para un posible desgarro superior del labrum antero-posterior (SLAP) (33). La prueba de compresión activa de O’Brien es utilizada con frecuencia (83). El examinador pide al paciente que flexione hacia adelante el brazo afectado a 90°, con el codo en extensión completa. Luego el pacien- te aduce el brazo entre 10 y 15° medialmente. Se gira el brazo internamente de modo que el pulgar apunte hacia abajo. El examinador a continuación aplica en el brazo una fuerza uniforme hacia abajo. Se realiza nuevamente la misma maniobra, esta vez con la palma de la mano del paciente mirando hacia el techo. La prueba se considera positiva si el dolor (que se encuentra dentro de la articu- lación subacromial o glenohumeral superior) aparece con la primera maniobra y se reduce o elimina con la segunda (99). O’Brien et al (83) han informado 100% de sensibili- dad y entre 97 y 99% de especificidad para la detección del labrum glenoideo o anormalidad articular (AC), de esta prueba. Las pruebas que realizamos para probar la inte- gridad del labrum glenoideo son la prueba de carga del bíceps, la prueba de carga del bíceps en pronación (116) y la prueba de rotación externa resistida con supinación (80). Estas pruebas, ilustradas en las FIGURAS 3 a 5 (VI- DEO ON LINE), han demostrado ser altamente sensibles para desgarros SLAP y lesiones en deportistas lanzadores overhead (80). Existen numerosas pruebas para la estabilidad de la ar- ticulación. Para una descripción completa y exhaustiva
  • 33. 31 de estas pruebas se recomienda al lector revisar Wilk et al (113, 116). Las que realizamos de forma rutinaria son el cajón anterior, punto de apoyo, traslado y signos y pruebas de pinzamiento interno. Los aspectos más im- portantes a determinar a través de estas pruebas son el grado de laxitud presente, el punto final y, en particular, la elasticidad del tejido en el rango final. Para evaluar el punto final de la elasticidad, se realiza la prueba de pun- to de apoyo a 90° de abducción. El signo de pinzamiento posterior se realiza en el plano de la escápula a 90° de abducción, mientras el examinador rota de forma pasiva el brazo al máximo de rotación externa (VIDEO ON LINE). La prueba es positiva cuando aparece dolor en la región posterior profunda del hombro. Meister et al (76) han re- portado 76% de sensibilidad y 85% de especificidad cuan- do realizaron esta prueba en manguito rotador posterior y/o desgarros del labrum. Imágenes Las imágenes son el paso siguiente para determinar un diagnóstico. Son fundamentales las radiografías con vistas múltiples de la articulación glenohumeral involu- crada. La rutina de evaluación radiográfica incluye vistas antero-posterior (AP), la categoría Stryker, West Point, axilar y salida acromial. Estas vistas permiten la visua- lización de la articulación glenohumeral, así como de la morfología acromial y la cavidad glenoidea inferior. La modalidad de imagen que se elige para evaluar pato- logías de los tejidos blandos del hombro es la resonan- cia magnética (MRI) con contraste intra-articular (MRA). Esto permite una mejor vista de los músculos y tendones del manguito rotador, del labrum glenoideo, del tendón del bíceps y otras patologías asociadas, tales como quis- tes espinoglenoideos. El contraste intra articular es es- pecialmente útil para determinar si hay un desgarro del manguito rotador de espesor total o parcial. Además, la técnica MRA permite al médico evaluar el labrum gle- noideo para determinar si existe un labrum desprendido o deshilachado. En los deportistas lanzadores las lesio- nes más comunes son el desgarro de espesor parcial del manguito rotador y la patología del labrum glenoideo. Clasificación de las lesiones Hay numerosas lesiones que puede ocurrir en el atleta lanzador (ANEXO C). Tendinitis del manguito rotador/ Tendinosis/Bursitis La tendinitis, tendinosis, y bursitis son 3 entidades clíni- cas separadas para las cuales se utilizan nombres indis- tintamente, a menudo de forma incorrecta. La tendinitis es la inflamación del tendón. En muchos casos, en reali- dad se inflama la vaina del tendón y no el propio tendón. La bursitis es la inflamación de la bursa subacromial. La FIGURA 3. Prueba de carga de bíceps reali- zada para evaluar una posible lesión SLAP. El paciente abduce el hombro a 90°, con ro- tación externa completa del hombro, codo flexionado a 90° y antebrazo en posición to- talmente supina. Se le pide al paciente que flexione activamente el codo contra resis- tencia. El dolor indica una lesión SLAP. FIGURA 4. Prueba de carga de bíceps en pronación para evaluar una posible lesión SLAP. El paciente adopta la misma po- sición de la prueba de carga del bíceps, pero con pronación completa del antebra- zo. Se le pide nuevamente que flexione de forma activa el codo contra resistencia. El dolor que se encuentra en la articulación glenohumeral superior (profundo) indica una lesión SLAP. FIGURA 5. Rotación externa resistida con supinación realizada para evaluar la inte- gridad del labrum superior. Se pide al pa- ciente que realice abducción del brazo a 90° y que flexione el codo a 90°, manteniendo el hombro en rotación neutra. El examinador ejerce resistencia al paciente, mientras se realiza la rotación activa externa del brazo y la supinación del antebrazo. El dolor se considera un signo positivo para la lesión SLAP.