Los Trastornos del Espectro Autista (TEA) constituyen un conjunto alteraciones graves del desarrollo neurológico cuyas primeras manifestaciones aparecen antes de los tres años. Se sabe poco sobre cómo es el desarrollo temprano en el autismo, lo que junto a la amplia variabilidad en las primeras manifestaciones constituyen retos importantes para desarrollar sistemas eficaces de detección e intervención precoz. Los estudios sugieren que muy pronto se produce una disrupción en el desarrollo normal de la orientación social, manifestado por deficiencias en el desarrollo de medios comunicativos y sociales de carácter prelingüístico. Se ha sugerido que las dificultades comunicativas y sociales de los niños pequeños con autismo podrían tener su origen en el desarrollo de la corteza prefrontal, lo que podría constatarse estudiando la relación entre el rendimiento en tareas cerebrales con implicación en estas áreas y el funcionamiento comunicativo-social. Se presentan resultados sobre el estudio de una muestra de 51 niños con edades comprendidas entre los 18 y 39 meses, aportándose evidencia que permite vincular la alteración temprana de los TEA con un posible déficit prefrontal-ventromedial, sugiriéndose un déficit neuro-afectivo primario en el autismo. En la comunicación se exponen las implicaciones para la intervención educativa de este tipo de alteración.