1. PROGRAMACIÓN DE ARTICULADORES
El proceso de individualización o programación del articulador, está basado en la necesidad de conseguir
del instrumento una reproducción lo más fidedigna posible de los movimientos mandibulares y los
elementos determinantes de la anatomía oclusal, es decir, la guía anterior de desoclusión y las
articulaciones temporomandibulares con sus guías condílea sagital y condílea lateral. En relación a los
elementos constituyentes de la anatomía oclusal, es posible afirmar que son capaces de variar o
modificarse sensiblemente a través de la vida de un sujeto, frente a lo cual la obligación del odontólogo
es mantener niveles funcionales de desoclusión compatibles con la salud del sistema estomatognático.
Existen distintas técnicas para conseguir una correcta programación de las guías condíleas, guía anterior
de desoclusión, distancia intercondílea, y ubicación espacial del plano oclusal en el instrumento que
contiene los modelos articulados:
a. Por medio de registros con cera de la cantidad de desoclusión al límite de los movimientos
mandibulares funcionales excéntricos en vis a vis dentario.
b. Analítica.
c. Dispositivos preprogramados e intercambiables en el articulador.
d. Dispositivos electrónicos para análisis de los movimientos mandibulares.
Según el fabricante de los distintos modelos de articuladores, para programar el articulador es necesario
confeccionar registros o galletas en cera. Uno para programar la caja articular derecha y otro registro
para programar la caja articular izquierda.
Para la confección del registro o galleta en cera esta debe ser dimensionalmente estable, tanto de una
forma como de tamaño tal, que permita reproducir las puntas de cúspides de soporte mandibulares
indentadas en la cara inferior de la galleta posicionada sobre el maxilar superior por medio de las
indentaciones de sus cúspides de soporte.
Estas galletas o registros de cera tienen una forma de media elipse y presentan una mitad más gruesa en
su espesor fijada de modo arbitrario, dada por una lámina de cera agregada a uno de sus lados; esta
zona más gruesa se hace para compensar la separación de las piezas dentarias en el lado de balance
(cantidad de desoclusión), ya que los registros se hacen en lateroprotrusión mandibular.
El articulador con los modelos correctamente articulados en céntrica, debe estar con sus elementos
condilares en su posición de relación céntrica instrumental. Si la caja glenoidea tiene una pared superior
plana, sólo se reproduce el inicio y el fin de la guía condílea sagital, así como una trayectoria
posteroanterior recta que es cercana a la curva que describe realmente la articulación del paciente.
Además el registro de programación nos permite reconocer el ángulo de la eminencia articular en la
trayectoria sagital del movimiento articular (guía condílea sagital), y el ángulo de Bennet (guía condílea
lateral). Existe consenso en relación a que la programación con este método es poco precisa y está
afectada por múltiples variables. Es así, como el clínico obtendrá el mejor resultado del uso del
articulador en la medida que reconozca sus ventajas y limitaciones al momento de utilizarlo
Una vez conseguidos ambos registros de lateroprotrusión, derecha e izquierda, se procede a programar
el articulador:
1. Se debe estar seguro que la distancia intercondílea es la adecuada que se midió en el momento
de la toma de registro con arco facial.
2. Se prepara el articulador para recibir los registros. La guía condílea sagital se deja en 0; la guía
condílea lateral se deja lo más abierta posible.
3. Se suelta la púa incisal.
2. 4. Se coloca el registro en cera sobre el modelo superior.
5. Se coloca el modelo inferior que está montado en la rama inferior, sobre el modelo superior
con dicho registro interpuesto. El registro en lateroprotrusión derecha programará la caja
articular izquierda y el registro izquierdo la caja derecha.
6. La caja a programar debe tener sus tornillos levemente sueltos.
7. Seguros de que todos los elementos están bien asentados,
se rota la caja articular hasta conseguir el primer contacto
suave entre el cóndilo mandibular y la pared superior de la
caja articular; se realiza la lectura de la guía condílea sagital
y se registra en la ficha clínica del paciente
8. Luego se hace girar la pared interna de la caja glenoidea,
que representa la trayectoria condílea lateral, hasta que
ésta tome contacto con el cóndilo mandibular; en este momento se hace la lectura de la guía
condílea lateral y se toma nota en la ficha clínica.
9. Este ejercicio se realiza con ambos registros para ambas cajas articulares.