1. CONSIGUE LA INVOLUCRACIÓN de tu equipo
promoviendo el sentimiento de pertenencia.
Así preservarás la identidad, valores y cultura
de la empresa en todo momento. “La cultura de
una empresa es lo que hace un empleado
cuando el jefe no mira”.
TRANSMITE ENTUSIASMO, fuerza, alegría y
seguridad. El miedo conduce a la parálisis y al
fracaso. Mantente en el realismo del hoy, pero
proyecta optimismo para el mañana.
Practica un LIDERAZGO INSPIRADOR. No se
trata de que seas Superman, sino que seas
capaz de despertar el Superman o la
Superwoman de tus empleados/as.
Conoce y RECONOCE TUS IMPERFECCIONES,
comprometiéndote a mejorar y siendo humilde
para pedir ayuda cuando la necesites. No te
preocupes por tener la mejor gente, sino porque
tu gente tenga el mejor líder.
Define VISIONES CLARAS E INSPIRADORAS, y
da tu propio salto de fe y coraje desde la
creencia firme y sostenida de que el sueño se
puede hacer realidad.
MARCA RETOS, no solo objetivos. Rétate a ti
mismo y a tus colaboradores permitiendo
espacios de crecimiento profesional,
fomentando el talento y gestionando por
confianza y no por control.
DETERMINA ‘el qué’ y ‘el cuándo’ de forma
FIRME, sin matices ni dudas, pero deja ‘el cómo’
a tus equipos. Si das el espacio para que elijan ‘el
cómo’, fomentarás la responsabilidad, la
participación y la autonomía y capacidad de
tomar decisiones.
Recuerda que en el mundo profesional tus
colaboradores buscan espacios de AUTONOMÍA
y desarrollo de su propia MAESTRÍA, a la vez
que necesitan un PROPÓSITO y sentido a
aquello que hacen. Tu labor como líder es
FACILITAR dichos espacios
LIDERA POR VALORES, desde tu propia
práctica de los mismos. Empatiza con tus
colaboradores y respétalos. Práctica el
autoconocimiento y autodescubrimiento y
fomenta espacios de transformación y de
cambio individual.
El ÉXITO COMPETITIVO de tu empresa
depende de que las personas aporten su pasión,
creatividad e iniciativa.
DECÁLOGO
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