5. Uno de los temas que más controversia crea
hoy en día es el relacionado con el tema de
los deberes.
¿Se deben mandar deberes?.
¿Son necesarios?.
¿Por qué?.
¿Cuánta cantidad?.
6. Lo malo es el exceso de deberes, no que los
manden.
No es malo que a partir de los siete años
los niños dediquen algún tiempo, no
mucho, a ir creando en casa hábitos de
trabajo, de lectura, de creación artística...
pero sin agobios, entiende Tomás Andrés
Tripero, profesor de Psicología del
Desarrollo y de la Educación en la
Universidad Complutense…
7. «Los deberes también sirven para que los padres
se enteren de lo que hacen sus hijos,
estableciendo con ellos una relación de
colaboración. Los niños, a su vez, ven que a sus
padres les preocupa lo que hacen en la escuela y
se implican»
Concapa, advierte, sin embargo, que eliminar los
deberes «acarreará más fracaso escolar».
Conectan a los padres con la educación de sus
hijos.
Los deberes diarios ayudan a crear un hábito
de trabajo y estudio, de orden, superación y
fomentan el esfuerzo.
8. Enseñan a los niños a ser responsables
diariamente, con esfuerzo y disciplina.
Refuerzan y contextualizan el aprendizaje del
aula, estimulando la capacidad de razonamiento
y la memoria en los niños.
Las actividades extraescolares no cumplen la
misma finalidad, a juicio de CONCAPA, que
admite que «se puede cuestionar si la carga de
trabajo que conllevan los deberes es o no
excesiva, pero la supresión de los mismos es una
gran irresponsabilidad que perjudicaría
gravemente la formación de nuestros hijos».
9. El presidente François Hollande argumenta
que el trabajo debe hacerse en la escuela, no
en casa.
Son antipedagógicos y generan estrés a los
niños.
Se abusa de los deberes
Demuestran un fracaso del sistema educativo,
que tiene que sobrecargar a niños de tareas
que deberían haber realizado en la escuela.
10. Los deberes son una forma de «echar balones
fuera».
Provocan desigualdades sociales al poner en
evidencia el nivel socioeconómico y cultural de la
familia.
Crean tensiones entre padres e hijos, deterioran
el clima familiar y suponen un problema para
muchos padres que no disponen de tiempo o de
la formación necesaria para ayudar a sus hijos.
Restringen el tiempo para la familia, las tareas
domésticas y el ocio.