La neumonía puede ser causada por bacterias, virus o hongos y sus factores de riesgo incluyen la edad, enfermedades preexistentes y estancias hospitalarias prolongadas. Las manifestaciones clínicas más comunes son fiebre, tos, dolor torácico y disnea. El diagnóstico se realiza mediante examen físico, radiografía de tórax y pruebas como cultivos y PCR para identificar el agente causal.