El documento presenta la clasificación de diferentes fracturas óseas, incluyendo fracturas de la escápula (Tipos I-III), la clavícula (tercios medio, interno y externo), y la articulación acromioclavicular (Tipos I-III). También describe las fracturas del cuello de la escápula y la glenoides, así como las luxaciones de hombro anterior y posterior. El pronóstico y tratamiento depende del tipo de lesión.
4. Tipo I: fracturas del cuerpo de la escapula.
Tipo II: fracturas de las apófisis.
Tipo III: fracturas del ángulo superoexterno.
Fracturas del cuello de la escapula.
Fracturas de la glenoides.
Tipo I
Tipo II
Tipo III
Tipo IV
Tipo V
5.
6. Fracturas del cuerpo de la escápula
Fracturas de la reunión
Fracturas de la coracoides
Fracturas del cuello de la escápula
Fracturas de la glenoides
7. Las fracturas de la clavícula se clasifican según su localización:
- fracturas de tercio medio: 80% de las fracturas
- Fracturas de tercio interno: 5 – 6% de las fracturas
- Fractura del tercio externo: 12 – 15% de las fracturas
8.
9.
10. Según la localización anatómica su clasificación es:
Luxación anterior
Luxación posterior o intratorácica
11.
12.
13.
14. Alman clasifica las lesiones de la articulación
acromioclavicular en tres tipos:
Tipo I o Esguince, con integridad ligamentosa.
Tipo II o subluxación, con ruptura de los ligamentos
acromioclaviculares e integridad de los coracoclaviculares.
Tipo III, con ruptura de los ligamentos acromion y
coracoclaviculares.
15.
16. El tratamiento y el pronóstico depende del tipo de lesión.
Tipo I
Tipo II
Tipo III
Tipo IV
Tipo V
Tipo VI
Notas del editor
-La cintura escapular constituyen la unión del miembro superior con el tórax. Los elementos esqueléticos que forman parte de la cintura escapular son la clavícula y la escápula, con sus articulaciones esternoclavicular, acromioclavicular y escapulotorácica y la extremidad proximal del húmero que se articula con el omoplato.
-En la movilidad de la cintura escapular, participan, de forma sincronizada y coordinada, tres articulaciones y otras dos articulaciones no anatómicas en sentido estricto. El movimiento conjunto de estos elementos es lo que se denomina ritmo escapulohumeral.
-La articulación escapulotoracica permite movimientos de elevación y descenso de la escápula, en los que también participan las articulaciones acromio y esternoclavicular.
-Las articulaciones acromio y esternoclavicular fijan la escápula al tronco y permiten pequeños movimientos de desplazamiento y rotación de 30°.
-La articulación escapulohumeral es la verdadera articulación del hombro en la que la cabeza del húmero se articula con la cavidad glenoidea de la escápula.
Las fracturas de la escápula son raras, y constituyen el 0.4-1% de todas las fracturas y el tres-5% de las facturas de la cintura escapular. La relativa frecuencia con que se asocian a otras fracturas de la cintura escapular, fracturas costales, o elecciones de partes blandas así que muchas veces pasan desapercibidas en un primer momento, llegando es el diagnóstico de forma tardía.
La causa más frecuente de las fracturas escapulares es el traumatismo directo, generalmente de gran energía. La escápula está también sujeta a traumatismos indirectos mediante fuerzas de compresión axial a través de brazo; también, como mecanismo indirecto, se puede producir a pulsiones de las inserciones musculares o ligamentosas.
Tipo I: Suelen producirse por un traumatismo directo de gran energía.
Tipo II: Las fracturas de apófisis coracoides son causadas generalmente por un impacto directo o, con menos frecuencia, de mayor indirecta por aboliciones de la inserción de bíceps o coracobraquial o de los ligamentos coracoclaviculares.
El tipo III se divide en dos que son fracturas de cuello de la escápula y fracturas de la glenoides. Las fracturas del cuello de la escápula suelen producirse por impacto directo y, por definición, son extraarticulares. Mientras que las fracturas de la glenoides son fracturas intra articulares, que se producen por un traumatismo directo sobre la cara lateral del hombro, o bien por por compresión axial indirecta. Esta ultima se subdivide en 5 tipos.
Los pacientes presentan dolor con la inspiración profunda de las fracturas del cuerpo o del acromion. En los casos de lesiones asociadas del manguito de los rotadores existe una imposibilidad para elevar el brazo, lo que también puede observarse en las fracturas del cuerpo de la escápula, debido al hematoma muscular.
La exploración radiológica inicial debe consistir en: proyección anteroposterior del hombro, proyección axilar, Y proyección axial o lateral de la escápula. Cuando se sospecha lesiones de algún segmento anatómico concreto, se solicitarán proyecciones oblicuas especiales. En las fracturas de la cavidad glenoidea puede ser necesario el uso de la TC para el diagnóstico diferencial de simples pulsiones capsulares de fracturas que ocupen más del 25% de la superficie articular
El tratamiento es conservador, mediante inmovilización del miembro con una charpa durante 15 días, ayudando con el local, medicación analgésica y antiinflamatoria.
Se trata mediante inmovilización durante 15 días, seguido de un programa de rehabilitación asistida, que evite la función contra resistencia del deltoides, hasta la curación de la fractura.
Son manejadas con tratamientos quirúrgicos.
Son tratadas con inmovilización en una charpa durante 15 días, seguido de ejercicios progresivos de movilización.
Deben tratarse quirúrgicamente, para evitar una inestabilidad glenohumeral como secuela.
Las fracturas de la clavícula son las más frecuentes del organismo, y suelen producirse por un mecanismo indirecto, como una caída sobre el hombro o sobre la mano, lo que produce generalmente una fractura del tercio medio o lateral.
La inspección clínica nos muestra un paciente con el brazo en aducción pegado al cuerpo y sujeto con el miembro contrario, y con la cabeza inclinada hacia el lado de la lesión. Las fracturas de clavícula generalmente son benignas, pero a veces pueden ocasionar lesiones asociadas y complicaciones precoces. La exploración radiográfica debe incluir siempre una proyección anteroposterior y una cefálica oblicua de 45°.
En fracturas del tercio externo es útil realizar una proyección de los dos hombros en la misma placa, con el enfermo sujeto a 5 kg de peso con el miembro afectado, para valorar si hay rotura de los ligamentos coracoclaviculares.
En los niños entre 2 a 12 años de edad no es necesaria la manipulación, ya que la fractura remodelará entre 6 a 9 meses. El tratamiento consiste en un vendaje en ocho Durante tres semanas. En niños de 12 a 16 años la posibilidad de remodelación es menor, con lo que se procederá a la reducción de las fracturas desplazadas bajo anestesia local intrafocal.
En adultos es más difícil mantener una reducción, Ya que la capacidad de remodelación el potencial del callo de fracturas son menores. Las fracturas del tercio medio se trata mediante reducción, bajo anestesia local intrafocal e inmovilización. Las fracturas de tercio externo que no comprometen los ligamentos coracoclaviculares se tratan mediante inmovilización con un vendaje tipo Velpeau con un vendaje en ocho durante 6 a 8 semanas. Las fracturas de tercio interno sólo necesita tratamiento sintomático, con una inmovilización en cabestrillo, y ejercicio progresivo de movilización.
La articulación esternoclavicular es muy estable gracias a los potentes ligamentos que la rodean. Es una articulación muy móvil, aunque con poca amplitud en sus movimientos, actúa de forma sincrónica con el hombro.
Luxación anterior: La más frecuente: la clavícula se desplaza hacia arriba y delante.
Luxación posterior o intratorácica: La clavícula sufre un desplazamiento postero superior, siendo posible la compresión de los pasos subclavios o carotídeos.
Un leve esguince, que se manifiesta con dolor local; subluxación, en la que los ligamentos están parcialmente rotos y que se manifiesta con dolor y deformidad; luxación, con los ligamentos completamente rotos y desplazamiento anterior o posterior según el tipo. El dolor es la luxación posterior. El paciente aparece con el miembro pegado el cuerpo en actitud antiálgica.
La exploración radiológica requiere una proyección anteroposterior, proyecciones oblicuas especiales y a veces tomografías o TAC para llegar al diagnóstico.
Los esguinces se tratan con hielo local, las primeras 12 horas, e inmovilización durante una semana con una charpa, seguido de movilización progresiva.
La luxación anterior debe reducirse aplicando presión sobre el extremo medial de la clavícula mientras un ayudante presiona sobre la parte anterior de los hombros hacia atrás.
La luxación posterior debe reducirse generalmente con anestesia general o sedación, mediante tracción/contratraccion del miembro superior en el eje de la clavícula. Se mantiene la inmovilización con un vendaje en ocho bien almohadillado durante tres o cuatro semanas
En la estabilidad de la articulación acromioclavicular participan además de los ligamentos acromioclaviculares, que controlan principalmente el desplazamiento y la rotación posterior, el ligamento trapezoide, que controla la compresión axial, y el ligamento coloide, que es el estabilizador principal y controla el desplazamiento anterior y posterior, así como las rotación superior y anterior. La ruptura aislada de los ligamentos acromioclaviculares sólo produce un pequeño desplazamiento en el plano horizontal, pero es necesaria la ruptura de los ligamentos coracoclaviculares para que se produzca luxación.
Debe realizarse un interrogatorio preciso del mecanismo por el que se ha producido la lesión, lo que nos orientará hacia una lesión Ligamentosa concreta. La clínica varía según el tipo: el dolor y la impotencia funcional con el brazo pegado al cuerpo en adopción es común.
El estudio radiológico debe incluir una proyección anteroposterior de la articulación acromioclavicular, Con el paciente sentado o de pie, y una proyección axial. Cuando se sospecha una lesión de tipo III, debe solicitarse esa radiografías en estrés, colgando cinco-7 kg de peso en la muñeca del paciente, con el objeto de diferenciar esta lesión de la tipo II, con vista hasta el tratamiento; si están rotos los ligamentos coracoclaviculares aumentará el espacio coracoclaviculares.
Tipo I: se aplicará hielo local durante las primeras 12 horas; se administraron analgésicos y se colocará el brazo en cabestrillo durante 7 o 10 días.
Tipo II: Se aplicará hielo local durante las primeras 12 horas; se inmovilizará en cabestrillo con vendajes adhesivos ortesis durante una o dos semanas, y se seguirá con una movilización progresiva, sin ejercicios ni trabajos violentos durante seis semanas
Tipo III: El tratamiento conservador se emplea en pacientes sedentarios y con ocupaciones con poca exigencia física, sobre todo en el miembro no dominante. Consiste en tratamiento sintomático e inmovilización mediante cabestrillo, tiras adhesivas u ortesis como durante dos días, con un incorporación gradual a las actividades diarias, lo que es bien tolerado por la mayoría de los pacientes, dependiendo el grado de actividad y su ocupación diaria. El quirúrgico está indicado de interesada en los pacientes con trabajo físico exigente y sobre todo si es el miembro dominante.
Tipo IV: si es de forma aguda que el tratamiento será quirúrgico, mediante reducción abierta, reparación de las lesiones ligamentosas, y fijación acromioclavicular o coracoclaviculares
Tipo V: El tratamiento será quirúrgico, con reparación de las lesiones de partes blandas y fijación interna similar al tipo IV.
Tipo VI: se llevar a cabo un tratamiento quirúrgico, mediante reducción abierta, reparación de las partes blandas y fijación coracoclaviculares interna.