Proceso de realización de una obra plástica mediante recursos digitales (programa de tratamiento de la imagen), empleando varias fotografías. La construcción fotográfica resultante se denomina “Ecos del silencio” y pertenece al proyecto de exposición “Habitar espacios”.
Ver otros procesos de realización:
http://luisjferreira.es/1-obra-plastica-exposiciones/2-proceso-de-construcciones-fotograficas/
2. 1.1. Realizo la ambientación de esta construcción fotográfica,
que titularé “Ecos del silencio”, con esta toma de la
“Playa de Antequera (Tenerife).
1.2. Doy comienzo a su modificación recortando el cielo para
sustituirlo por otro, ya que el de la foto empleada está da-
ñado, corrijo la horizontalidad del horizonte y mejoro su
enfoque.
3. 1.3. A continuación, selecciono de mi archivo este otro cielo
con una luminosidad parecida a la de la instantánea a
modificar.
1.4. Finalmente, después de suavizar los bordes del mar y del
acantilado, posiciono el cielo en su lugar y lo sitúo en la
paleta de capas debajo de la imagen 1.2.), reduzco su
tamaño, aplico algo de contraste y de brillo, y lo aclaro.
4. 2.1. Con el propósito de instalar un confesionario en el mar,
utilizo esta foto tomada en una iglesia de la Isla de Chi-
loé (Chile).
2.2. Abordo su intervención recortando el confesionario, au-
mentando su enfoque, transformando su verticalidad, y
mediante clonación elimino el cartel del interior y recreo
la esquina delantera izquierda de la tarima.
5. 2.3. Seguidamente, sitúo el confesonario en el lugar deseado
de la playa, coloco su capa sobre las anteriores, ajusto su
tamaño a conveniencia y suavizo sus bordes.
2.4. Después, aplico diferentes ajustes en distintos grados al
elemento integrado: intensidad, saturación, contraste, y
luminosidad a los tonos claros y oscuridad a los oscuros.
Posteriormente, suministro selectivamente a la cruz y su
apoyo un cambio tonal amarillento y resto algo de luz.
6. 2.5. Concluyendo ya este apartado, cubro parte de la tarima con el agua marina de su lugar; para ello, hago una copia de la ima-
gen 1.4. y la ubico sobra la capa del confesionario, luego selecciono esa parte y elimino el resto; a continuación, borro con
total opacidad las partes convenientes que cubren el frente de la tarima siguiendo las suaves líneas del oleaje y de la espu-
ma, y en su superficie borro lo pertinente con distintos grados de opacidad.
7. 3.1. y 3.2. Con la intención de integrar en la composición otro elemento consistente en un cuadro-escultura conformado por un
marco y tres cuerpos de mujer en su interior, emprendo la confección de dicho marco; para este fin uso dos fotos de sendos
marcos.
8. 3.3., 3.4. y 3.5. Para construir una síntesis de ambos marcos, del 3.1. efectúo dos copias, de una recorto todo excepto el remate
superior (imagen 3.3.) y de la otra recorto las dos pequeñas volutas de los extremos de dicha parte superior; posteriormente
las adjunto acomodando su posición en la parte superior (imagen 3.4.). Por último, de la imagen 3.2. recorto únicamente la
parte superior (imagen 3.5.).
3.3. 3.4. 3.5.
9. 3.6. Acto seguido, coloco la imagen 3.5. sobre la 3.4., pero
situándola debajo en la paleta de capas para que quede
detrás, y luego elimino los sobrantes de las pequeñas
volutas (ver imagen 3.4.).
3.7. Para concluir la síntesis, aplico diferentes ajustes en dis-
tintos grados selectivamente a cada parte, a la inferior
intensidad, brillo, contraste, luminosidad y leve cambio
tonal, y a la superior brillo, luminosidad y tono amarillo.
10. 4.1.1. Para la creación de los tres cuerpos de mujer que em-
plazaré en el marco, me sirvo de esta fotografía de Ruth
Bernhard tomada de internet.
4.1.2. Inicio el largo proceso de intervención sencillamente
recortándola y dándole verismo a base de suministrar color
mediante el manejo de los colores rojo, magenta, amarillo
y algo de cian, con diferentes gradaciones en los medios
tonos, iluminaciones y sombras.
11. 4.2.1., 4.2.2., 4.2.3. y 4.2.4. Con la finalidad de superpo-
ner a cada cuerpo una peculiar pintura corporal, utilizo
una serie de fotos y de fusiones específicas. En este
caso las tomas son de un detalle de una escultura de
M. Chirino (4.2.1. con el fondo eliminado) y de una pa-
red (4.2.2. con el enfoque mejorado) y las fusiono con
la modalidad de “diferencia” (4.2.3.); seguidamente,
recorto esta última imagen con la forma del cuerpo y le
aplico el tipo de fusión “tono” (4.2.4.) estando situada
en la paleta de capas sobre la del cuerpo (imagen
4.1.2.).
4.2.1. 4.2.2. 4.2.3.
4.2.4.
12. 4.3.1. a 4.3.6. Ahora intervengo las cuatro fotos aplicando
incrementos de distintos valores en: enfoque, intensidad,
saturación, brillo, contraste y oscuridad, y a 4.3.3. le eli-
mino el fondo. A continuación, teniendo sus capas en ese
orden, destino el tipo de fusión “exclusión” en 4.3.1. y
“diferencia” en 4.3.2.; luego, fusiono las capas y añado brillo, contraste, luminosidad e intensidad (imagen 4.3.5.). Finalmente, la
recorto conforme a la figura de la mujer, le aplico la fusión “oscurecer” teniendo debajo en la paletas de capas una copia de la
imagen 4.1.2., y agrego más brillo, contraste e intensidad cromática (imagen 4.3.6.).
4.3.1. 4.3.2. 4.3.3.
4.3.6.
4.3.4.
4.3.5.
13. 4.4.1., 4.4.2., 4.4.3. y 4.4.4. Mejorado el enfoque y la in-
tensidad cromática de la foto de la roca (4.4.1.) y del
detalle del Museo Guggenheim de Bilbao (4.4.2.), hago
una copia de las imágenes 4.2.1. y 4.2.2. y las coloco
en la paleta de capas sobre estas; a continuación, a la
4.2.1. le aplico la fusión “aclarar”, a la 4.2.2. el tipo “luz
suave” y a la 4.4.1. le destino la fusión “color” (imagen
4.4.3.). Como en las ocasiones anteriores combino las
cuatro capas y le doy la forma del cuerpo de mujer, pa-
ra luego aplicar la fusión “color” permaneciendo sobre
una copia de la capa (imagen) 4.1.2.
4.4.1. 4.4.2. 4.4.3.
4.4.4.
14. 4.5.1. El largo proceso de crear tres réplicas del mismo amplio
detalle de un cuerpo de mujer coloreándolas de modos di-
versos, va llegando a su fin disponiéndolas equidistante-
mente en vertical en el interior del marco (imagen 3.7.).
15. 4.5.2. Es el momento de integrar el conjunto creado con los cuerpos en el marco (imagen 4.5.1.), como si fuera un peculiarísimo
cuadro-escultura, en la imagen previa 2.5. Lo acomodo, como hice con el confesionario, en el lugar que considero oportuno
conforme a mis criterios estéticos e intención narrativa.
16. 5.1. y 5.2. Dado que pretendo mostrar el cuadro-escultura sujeto en vertical como aparece en la imagen anterior (la 4.5.2), recurri-
ré a su apoyo en un par de rocas; para ello utilizo estas dos instantáneas de la Playa de Antequera igualmente. En ambos ca-
sos aprovecho las rocas señalas.
17. 5.3.1. Procedo recortando la roca de la imagen 5.1. por la par-
te superior, y por la inferior mantengo un poco de la arena;
posteriormente, teniendo activada la capa (imagen) 4.5.2.
para visualizar el fondo, borro parcialmente dicha arena
con distintos grados de opacidad. La arena de la izquierda
está lograda tomando un detalle de arena húmeda de una
copia de la imagen 4.5.2. y manipulándola a conveniencia.
18. 5.3.2. Con la roca de la imagen 5.2. actúo recortándola, au-
mentado su enfoque y modificando mediante clonación
algunas partes; luego, aplico ajustes de brillo, intensidad
cromática y derivación de su tono hacia el rojo saturándo-
lo. Con la arena de su izquierda procedo de igual modo
que en el momento 5.3.1.
19. 6. De esta manera queda concluida la construcción fotográfica “Ecos del silencio” teniendo activadas todas las capas y subcapas
que he venido creando.
20. TÍTULO: “Ecos del silencio”.
MEDIDAS: Variables.
FECHA DE CONCLUSIÓN: Marzo de 2021.
FOTOGRAFÍAS EMPLEADAS: Quince capturas propias per-
tenecientes a: tres de la Playa de Antequera (Tenerife), tres
de esculturas (una de M. Chirino y otras dos de autores que
desconozco), dos de marcos, y una de un cielo, un confesio-
nario, una pared, una roca, el Museo Guggenheim, una plan-
cha oxidada y otra de una puerta de Praga. He hecho uso,
además, de otra toma de un detalle de mujer de R. Bernhard.
TÉCNICA: Construcción fotográfica con recursos digitales.
COMENTARIO:
Evidentemente la expresión “ecos del silencio” es una fi-
gura literaria o retórica que muestra un uso no convencional
de las palabras con el propósito de dotarlas de mayor expre-
sividad y así intentar sorprender al tiempo que sugerir lo inha-
bitual. Se trata de una paradoja puesto que pone en relación
los conceptos contradictorios eco y silencio con la intención
de enfatizar y darle un nuevo sentido a ambos términos, pero
también es un oxímoron dado que origina contradicción o in-
coherencia al interrelacionar esas dos palabras contrarias. Y,
naturalmente, lo que es propio del discurso literario, recogido
por la denominación de la obra, se hace realmente eco de
ella, de manera que es un reflejo -como el eco- o extensión
de la propia construcción fotográfica, manifestación a su vez -
eco igualmente- de mi interior como autor de la misma.
Este eco de mi interioridad, de cuya materialización su
título es un eco, presenta en un ambiente natural paisajístico
dos elementos: un confesionario silenciado por la ausencia
de confesor y confesado/a, que es el eco de un ejercicio sa-
cramental católico, ortodoxo y copto; y un cuadro-escultura
conformado por los mismos tres detalles amplios de un cuer-
po femenino con diferentes pinturas corporales, dispuestos
equidistantemente en un labrado enmarque dorado, que per-
manece erguido y enmudecido en una desértica playa. Los
dos son totalmente extraños al espacio donde se integran,
pero el conjunto compositivo escultural es, además, extraño
en sí mismo; como el fenómeno acústico del eco que aunque
sepamos que se produce, cuando lo percibimos no deja de
parecernos siempre extraño y volvemos a suscitarlo para ha-
cer comprobaciones y reafirmarnos en la percepción.
“Ecos del silencio” hace discretamente alusión al mito
griego de Eco, aquella hermosa joven oréade (ninfa solitaria
de los montes y bosques descendida aquí a la playa) que
amaba su propia voz y que fue castigada a perderla por la
diosa Hera, como consecuencia de engañarla, limitándola a
repetir la última palabra de su interlocutor/a. Su condena a
repetir sin sentido palabras ajenas le impidió manifestarle a
Narciso el amor que sentía por él y éste la rechazó, lo que
acabó apartándola definitivamente del trato humano, quedan-
do Eco de este modo silenciada para la comunicación.
Las tres mujeres en posición yacente, postradas y aleja-
das del contacto humano, representan el eco de esa ninfa de
la mitología griega puesto que realmente son una repetida
cual insistente eco, y su destacado entorno dorado las conec-
ta con su particular mundo mitológico. Por su parte el confe-
sonario, que procede de un lugar de recogimiento donde ha-
bitualmente se está en silencio, pero que por su utilidad es un
espacio de intimidad donde el silencio se rompe aunque sea
suavemente, es testigo y contenedor de privadas conversa-
ciones que alberga sus ecos, de modo que se puede intentar
evocarlos a pesar de que sean secretos ecos silenciados y,
por ende, del silencio. De igual modo, ante el arrullante soni-
do del oleaje y las gaviotas -ecos aquí también acallados-,
pueden revivirse los ecos de conversaciones propias mante-
nidas en ese lugar, o incluso imaginarse los ajenos, como si
fueran voces -ecos del silencio- que brotaran bajo el cielo y
sobre la arena de las rocas y el agua.