2. CARDIOMEGALIA
La cardiomegalia o hipertrofia cardiaca es una afección
del corazón en la cual este ha aumentado su tamaño, en
relación a lo que debería ser sus dimensiones normales.
No existe una medida fija – puesto que el tamaño de cada
corazón varía proporcionalmente al tamaño de la persona
–, pero si se considera que se está ante una cardiomegalia
cuando este presenta un tamaño mayor a la mitad del
diámetro de la caja torácica del individuo.
3. DIAGNÓSTICO DEL AGRANDAMIENTO
DEL CORAZÓN
Para confirmar el diagnóstico del agrandamiento del corazón se utilizan
pruebas cardíacas, el electrocardiograma que de manera indirecta avisa de
que hay alteraciones, la radiografía de tórax confirma las sospechas pero no
es la prueba definitiva porque sobre todo en personas mayores puede dar
falsos positivos, es decir aparecer grande y no serlo.
Es el ecocardiograma la prueba que ayuda a confirmar el diagnóstico de
cardiomegalia, porque permite identificar el aumento de la cavidad.
Además ayuda a medir el tamaño del corazón y en especial nos permite
conocer su funcionamiento y muchas veces da la clave para saber la
enfermedad que está en el origen del agrandamiento.
4. SÍNTOMAS DE LA CARDIOMEGALIA
Dificultad para respirar.
Poca resistencia al momento de levantar objetos pesados y realizar esfuerzos.
Mareos recurrentes ante la falta de oxigeno y dificultad para resistir cambios
de altura.
Palpitaciones y arritmias.
Apnea del sueño.
Otros síntomas que pueden surgir, especialmente si la cardiomegalia se agrava o
mantiene por mucho tiempo son:
Opresión torácica y dolor en el pecho.
Hinchazón en las extremidades inferiores y abdomen (hidropesía y retención
de líquidos).
Edema pulmonar y sus síntomas.
Aumento de peso por baja inactividad física.
5. TRATAMIENTO DE LA CARDIOMEGALIA
Este problema se aborda enfrentando su causa en primer lugar, ya que la
cardiomegalia es solamente un signo. Los recursos más utilizados en estos casos
son los siguientes:
Inhibidores de ECA (control de insuficiencia cardiaca y presión sanguínea).
Alimentación diurética para contrarrestar la retención de líquidos: reduciendo
el consumo de sal y aumentando consumo de frutas como piña y cítricos.
Dieta baja en grasas trans y grasas saturadas.
Reducción del consumo de alcohol.
Actividad física constante.