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1. “LA LLEGADA DEL CABALLERO”
Había una vez una familia de tres integrantes; Elena la esposa, Javier el hijo y Peter el esposo. Eran
muy felices juntos, gozaban de muchas riquezas, oro, plata, caballos, entre otras cosas. Lo malo es
que el esposo era un caballero el cual en cada misión se ponía su armadura de acero y se iba
alejando poco a poco de su familia. En muchas ocasiones habían tantas misiones que ya ni a casa
iba por lo que mientras pasaba el tiempo nunca vio crecer a su hijo Javier, parecía que lo único que
le importaba eran: su armadura y sus misiones.
Entonces el caballero después de haber combatido tanto decidió regresar a casa pero cuando se iba
a quitar la armadura se dio cuenta que la armadura se oxido en él y no podía quitársela Peter se dijo:
¡yo no puedo regresar así a casa! entonces camino por el bosque muy triste porque no podía
regresar con su familia. Camino por un buen rato hasta que se encontró con un conejo al verlo este
le dijo: por qué tan triste mi caballero ¿acaso has perdido una batalla? El caballero sorprendido le
contesto: estuve en muchas batallas y gane todas pero nunca me quite mi armadura, quiero ir a casa
pero mi armadura se oxido en mí y ya no puedo quitármela no puedo regresar así a casa no sé qué
hacer…
El conejo muy conocedor del bosque le dijo: hay una solución para eso, mira, detrás de esas
montañas hallaras una casita muy pequeña en la cual encontraras a un mago el cual te ayudara con
tu problema.
El caballero muy ansioso, recorrió un gran camino por las montañas hasta llegar a donde el mago al
verlo este se puso muy feliz y le conto acerca del problema en que se encontraba. El mago
enseguida le ayudo y pronto pudo quitarle la armadura al caballero. Peter muy feliz porque ya vería a
su familia le dio las gracias al mago y enseguida encontró a una paloma mensajera que envió a
donde su familia para avisar que él pronto llegaría.
La familia muy feliz preparo un gran banquete, los mejores vinos y caballos para el regreso del
caballero.
Muy pronto el caballero llego a casa y se puso muy feliz por como lo recibieron en casa, pronto vio a
su familia y miro a su hijo Javier entonces se dio cuenta de muchas cosas y le dijo: he sido muy
egoísta lo único que me importaban eran: mis misiones mi armadura y mis victorias pero por seguir
así ya casi pierdo una, pues por poco me perdía la alegría de poder estar con ustedes. Perdónenme
por haberlos dejado tanto tiempo solos, de ahora en adelante les prometo que dejare todo lo que
tenga que ver con misiones, armaduras y victorias. Mi nueva misión será: “pasar el resto de mi vida
con ustedes”.
FIN.
Alumna: Perla Jennifer Mendoza Martínez 1 “A”