3. No preocuparse por la enfermedad, significa que debemos permanecer ecuánimes ante cualquier
situación imprevista que se nos presente, para lograr pensar y actuar en forma más satisfactoria.
Poner la atención en la salud, concentrarnos en el trabajo de recuperación de la salud, sin ansiedad por
los resultados, sabiendo que si hacemos lo correcto los resultados serán positivos. No luchar
directamente contra los síntomas, sino acrecentar la vitalidad de nuestro cuerpo-mente en general,
siguiendo un programa de salud integral, adaptado a nuestras necesidades personales.
No tener miedo, el temor debilita y perturba los procesos curativos naturales del organismo; tener
confianza en los mecanismos de recuperación que la naturaleza sabiamente activa si cooperamos con
ella.
No resistirnos, soltarnos, aflojar las tensiones innecesarias que más nos dañan que benefician;
aprender a abandonarnos en la protección y en las bendiciones de las fuerzas curativas que estamos
invocando con nuestro trabajo sincero.
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Reconocer la realidad, aceptar lo inevitable; entender que a través del dolor nos purificamos y soltamos
pesadas cadenas que nos impiden nuestra liberación espiritual, la enfermedad puede ser un medio de
crecimiento y desarrollo personal, cuando mantenemos una actitud positiva ante ella.
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4. Levantarse temprano, dormir lo necesario, de 6 a 8 horas diarias es suficiente.
Al despertarnos estirarnos libremente cuando todavía estamos en la cama.
Sentados en la cama o de pie exhalar por la boca fuertemente, quedándonos sin aire de 5 a 10
segundos, inhalar por la nariz y volver a exhalar por la boca. Repetir el ejercicio tres veces. Es una
respiración purificadora. A continuación inhalar profundamente por la nariz y sostener de 5 a 10
segundos, exhalar fuerte por la nariz y volver a inhalar. Repetir el ejercicio tres veces. Es una
respiración vitalizadora.
Actividades de la mañana.
Comida balanceada al mediodía.
Pequeña siesta o relajamiento consciente según preferencias y horarios.
Actividades de la tarde.
5. La salud integral establece sus bases y se
desarrolla en la familia
El desarrollo integral de cualquier persona necesita de diversos estímulos y factores que
le permitan crecer y desarrollarse, ser productivos y establecer lazos de convivencia
social adecuados, en pocas palabras lograr un máximo deseado de bienestar y salud
integral a pesar de las adversidades y problemas cotidianos.
Esa capacidad de salir adelante, de desarrollar estilos de vida y hábitos saludables se
establece principalmente en la familia a través del desarrollo de hábitos, actitudes,
habilidades y capacidades para enfrentar la vida.
6. Familia
Alimentación, higiene, seguridad,
comportamientos responsables,
valores de convivencia social,
atención y cuidado de la salud,
productividad y prevención de
enfermedades, son algunas de las
enseñanzas que permiten lograr
una adecuada salud física, mental,
social y espiritual.
Salud integral
• La familia es la primera escuela
animada por el amor y los lazos
consanguíneos, donde los
miembros experimentan la
aceptación incondicional:
aceptación mutua exclusivamente
por lo que se es.
• La familia es la fuente principal
de amor y formación de
valores.br> • La familia es el
espacio para encontrar el sentido
de la vida y la forja de la felicidad.
Es entendimiento y reciprocidad.