Una correcta alimentación permite al deportista retrasar la fatiga y optimizar el rendimiento físico. La dieta debe ser equilibrada, energética y acorde a las necesidades individuales, cubriendo hidratos de carbono, proteínas, grasas, vitaminas y minerales. Además, la hidratación es fundamental, bebiendo líquidos antes, durante y después del ejercicio para mantener un buen rendimiento.