Este caso describe a una adolescente que acudió en dos ocasiones al servicio de urgencias solicitando la píldora postcoital tras tener relaciones sexuales sin protección. A pesar de recibir la píldora y ser citada a consulta, la paciente no asistió. Veintiocho días después de la segunda visita, acudió embarazada. El documento plantea si la píldora postcoital evita embarazos no deseados o solo los retrasa, y sugiere ofrecer métodos anticonceptivos más efectivos a los adolescentes.