El documento describe un absceso cerebral, incluyendo su patogenia, cuadro clínico, exámenes complementarios y tratamiento. Generalmente es secundario a una infección en otro sitio que se disemina al cerebro. Los síntomas incluyen cefalea, náuseas y alteraciones de la conciencia. La resonancia magnética y la tomografía computarizada son útiles para el diagnóstico. El tratamiento consiste en antibióticos y cirugía para drenar el absceso.
Infección intraparenquimatosa focal
Inicio: cerebritis localizada
Evolución: colección de material purulento rodeado por una cápsula bien definida.
La siembra cerebral se produce por:
Contigüidad desde estructuras vecinas
Diseminación hematógena a partir de un foco extracraneal, siendo causas menos frecuentes el traumatismo craneal penetrante o la cirugía
Infección intraparenquimatosa focal
Inicio: cerebritis localizada
Evolución: colección de material purulento rodeado por una cápsula bien definida.
La siembra cerebral se produce por:
Contigüidad desde estructuras vecinas
Diseminación hematógena a partir de un foco extracraneal, siendo causas menos frecuentes el traumatismo craneal penetrante o la cirugía
DIFERENCIAS ENTRE POSESIÓN DEMONÍACA Y ENFERMEDAD PSIQUIÁTRICA.pdfsantoevangeliodehoyp
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A.k.a. AI, the key to genomics. Presented at 1er Congreso Español de Medicina Genómica. Spanish language.
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2. INTRODUCCIÓN.
El absceso cerebral o absceso encefálico corresponde a un proceso supurativo local dentro
del parénquima cerebral.
Tiene una patogenia y etiología diversa, siendo la cerebritis el estadio más precoz.
En algunos casos el diagnóstico puede ser difícil de establecer al comienzo de la
enfermedad.
Un tratamiento precoz agresivo puede afectar considerablemente la mortalidad y la
morbilidad asociadas.
Su incidencia ha permanecido relativamente estable. Si por un lado disminuye porque se
dispone de mejores tratamientos, por otro lado se incrementa, debido al mayor número de
pacientes inmunodeprimidos.
En la mayor parte de las series es más frecuente en hombres que en mujeres.
Edad media de presentación: 30 a 40 años.
El 35 % de los abscesos cerebrales ocurren en menores de 15 años.
Su incidencia se cifra en 3 a 5 casos por millón de habitantes/año.
3. PATOGENIA.
El absceso encefálico suele ser secundario a la
presencia de un foco purulento en el organismo.
70 al 80 % de los pacientes tiene un factor
predisponente identificable que con frecuencia
determina la localización del absceso cerebral.
La vía de llegada del agente infeccioso se puede dar
por tres mecanismos:
Por contigüidad.
Infección a distancia.
Infección desde el exterior.
4. Infección por contigüidad.
50 % de los abscesos cerebrales.
Sinusitis (20 %).
Otitis o mastoiditis (15 %).
Infección odontológica /10 %).
Suelen ser abscesos únicos y polimicrobianos.
La sinusitis frontal y esfenoidal puede provocar un absceso secundario en el lóbulo frontal.
Los procesos supurativos otogénicos pueden producir un absceso en el lóbulo temporal o
el cerebelo.
El 80 al 95 % de los abscesos cerebelosos se asocia a infecciones óticas o mastoídeas.
Por infección dental el absceso se puede localizar en el lóbulo frontal.
5. Los gérmenes pueden
acceder al encéfalo
mediante una extensión
directa o desde un seno
afectar al hueso
(produciendo una
osteomielitis ) y desde allí
acceder a las meninges y
al parénquima cerebral.
También pueden ingresar
vía drenaje venoso. La
tromboflebitis de las
venas piales y senos
venosos puede producir
isquemia y necrosis del
tejido encefálico.
6. Infección a distancia.
Se produce por émbolos sépticos con diseminación hematógena.
Dan abscesos cerebrales múltiples y monomicrobianos.
Los focos más frecuentes son infecciones pulmonares (neumonias,
abscesos, bronquiectasias).
Focos más infrecuentes son los secundarios a infecciones pélvicas,
dérmicas u óseas.
Los abscesos suele ubicarse en el territorio distal de la arteria cerebral
media, territorio profundo del lóbulo parietal o en límite entre sustancia
gris y sustancia blanca.
En los niños más del 60 % de los abscesos encefálicos se relacionan
con cardiopatía congénita, sobretodo la tetralogía de Fallot.
7. Las malformaciones que
producen shunt derecha-
izquierda (fístula o
malformaciones arterio-
venosas pulmonares)
favorecen la formación de un
absceso cerebral.
Las condiciones de hipoxemia
e hiperviscocidad favorecen la
supervivencia de los gérmenes
en los émbolos sépticos.
Condiciones que aumentan la
presión pulmonar provocando
la apertura de un foramen oval,
favorece la formación de un
absceso cerebral.
8. Infección desde el exterior.
Ocurre en el 10 al 25 % de todos los abscesos cerebrales.
El agente infeccioso llega desde el exterior (fracturas abiertas de cráneo,
intervenciones quirúrgicas, heridas por arma de fuego).
La infección del parénquima cerebral comienza como una
cerebritis local con inflamación y necrosis focal.
Si la cerebritis continúa los fibroblastos proliferan alrededor
de la zona necrótica formando una cápsula la que se rodea
de una cantidad variable de edema cerebral.
9. ETIOLOGÍA.
Los absceso cerebrales son en la mayoría infecciones mixtas (30 al 60 %).
Su localización puede sugerir el agente más probable. En el 60 % de los casos se aíslan bacterias
aerobias (estreptococos aerobios o microaerófilos).
El estreptococo es el germen más frecuentemente involucrado (70 %).
Los aislados con más frecuencia son los del grupo milleri, y pueden estar combinados con otros
gérmenes anaerobios.
En el 15 % de los casos se aísla St. aureus, sobre todo en aquellos abscesos producidos por TEC o
intervenciones quirúrgicas.
La microbiología de los abscesos puede estar influida por el estado inmunitario del huésped.
Los inmunodeprimidos pueden presentar abscesos múltiples por hongos (cándida, mucor o arpergillus), o
por micobacterium o listeria, o por parásitos (Strongiloides estercolaris).
En pacientes VIH la causa principal de absceso cerebral es el Toxoplasma gondii.
En el 15 al 30 % de los abscesos cerebrales no llega aislarse ningún agente causal.
10.
11. CUADRO CLÍNICO.
Los síntomas suelen ser de inicio insidioso.
Puede evolucionar de días a semanas.
En el 75 % de los pacientes el diagnóstico se establece a las 2 semanas de
iniciados los síntomas.
Los síntomas se reflejan más por el aumento de la presión intracraneal que por
síntomas asociados a una infección sistémica.
La cefalea es el síntoma más frecuente.
Pueden haber náuseas, vómitos y edema de papila.
Alteraciones de la conciencia desde la obnubilación al coma.
En el 50 % de los casos puede haber signos y síntomas focales.
12. La fiebre si está presente no es muy elevada.
Pueden presentarse signos meníngeos si el absceso es superficial o se vacía al espacio
sub-aracnoídeo.
En un 50% de los casos pueden existir crisis epilépticas focales o generalizadas.
La tríada clásica: fiebre, hipertensión intracraneal y focalidad neurológica está presente en
el 50 % de los casos.
Un deterioro neurológico rápido puede deberse a rotura del absceso al espacio sub-
aracnoídeo, ventricular o por herniación uncal.
13. EXÁMENES COMPLEMENTARIOS.
Las neuroimágenes son fundamentales. TAC cerebral y RNM cerebral.
El TAC cerebral puede mostrar la imagen típica de un absceso cerebral: lesión hipodensa que capta
contraste.
En lesiones muy precoces (en etapa de cerebritis) puede no haber captación de contraste.
En la fase de absceso maduro hay captación en anillo.
Información adicional del TAC cerebral: la cantidad de edema, presencia de hidrocefalia o
desplazamiento de la línea media.
En TAC cerebral solicitar secuencias con ventana ósea para visualizar las paredes de los senos
paranasales, oídos y celdillas mastoídeas.
14. La RNM cerebral es más sensible que el TAC cerebral en la fase de
cerebritis, así como en el edema asociado y la extensión
extraparenquimatosa del proceso.
La cerebritis en la RNM aparece como zonas puntiformes de
densidad disminuida que se intensifican con el gadolinio.
En T1 el absceso es hipointenso , la cápsula es iso o hiperintensa y
existe una captación periférica en anillo.
En T2 el área central se observa hiperintensa rodeada de una
cápsula hipointensa y periféricamente el edema se observa
hiperintenso. En ocasiones la cápsula se aprecia más delgada en su
superficie medial.
En la secuencia de difusión el absceso es hiperintenso.
15. La punción lumbar está contra-indicada.
El hemograma puede mostrar leucocitosis.
Se deben solicitar hemocultivos para bacterias y hongos. (rendimiento 15 %).
Rx. de tórax en caso de infección pulmonar.
Otoscopía y cultivo de secreciones óticas.
Radiología de arcada dentaria.
Ecocardiograma en los casos en que se sospecha endocarditis bacteriana o malformación
congénita.
Serología VIH. CD4 menor a 200 con imágenes múltiples nodulares que captan contraste:
sospechar toxoplasmosis, solicitar serología para toxoplasma.
16. EL SPECT puede mostrar incremento de captación de la lesión.
La angiografía puede estar indicada en caso de sospecha de
aneurismas micóticos. Muestra una imagen de vacío vascular o una
imagen vascular en el tiempo venoso que rodea una zona avascular.
En muestras biológicas: tinción de gram, cultivos aerobios y anaerobios,
Tinción de Ziehl-Nielsen.
Espectroscopía por RM y gammagrafía con anticuerpos anti-
granulocitos marcados.
17. DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL.
Gliomas quísticos.
Gliomas necróticos.
Metástasis. (captación menos homogénea).
Recidiva tumoral. (suele producirse después de los 3 meses).
Cordomas y tumores epidermoides.
Linfoma cerebral.
Granulomas.
Infartos cerebrales en etapa sub-aguda.
Encefalitis herpética (diagnóstico diferencial de una cerebritis inicial).
18. TRATAMIENTO.
Prevención de infecciones y factores predisponentes.
VIH con CD4 menos a 200 y serología (+) para toxoplasma
debe instaurarse tratamiento profiláctico con cotrimoxazol.
El tratamiento del absceso suele ser dual: antibióticos y
cirugía.
En atapa de cerebritis o formación temprana del
absceso, o absceso menor a 3 cm en el TAC cerebral
solo antibióticos.
En abscesos múltiples o de ubicación muy profunda
solo antibióticos.
19. Tratamiento farmacológico.
Se instaura apenas se establezca el diagnóstico.
La selección de la terapia antibiótica empírica se hace de acuerdo al origen del
absceso y los microrganismos que más probablemente puedan estar
involucrados.
Los antibióticos deben administrarse por vía parenteral y en dosis altas.
La asociación empírica más recomendad es: cefotaxima o ceftriazona más
metronidazol.
Si se sospecha estafilococos administrar vancomicina.
En caso de TEC administrar: vancomicina más impipenem o ceftazidima o
meropenem.
El tiempo medio apropiado puede ser de 4 a 6 semanas de tratamiento E.V.
20. TRATAMIENTO NEUROQUIRÚRGICO.
Debe ser individualizado.
Se indica la cirugía si:
El TAC cerebral muestra un absceso cerebral encapsulado
superficial y accesible.
Aumento del tamaño del absceso a pesar del tratamiento
antibiótico.
Si hay deterioro neurológico o hipertensión intracraneana.
Punción estereotáxica en caso de duda diagnóstica.
21. El riesgo quirúrgico incluye: propagación de la infección, hemorragia post-
punción.
Abscesos localizados: trépano y aspiración.
Abscesos profundos: drenaje mediante punción con guía o neuro-navegador.
Drenaje ventricular si se ha producido hidrocefalia obstructiva.
En abscesos multilobulados, cuando ha fallado el drenaje, ante la presencia de
cuerpos extraños o infecciones resistentes generalmente fúngicas debe
realizarse craniectomía abierta con aspiración y excisión.
Otros autores prefieren antes que la punción la exéresis del absceso con la
cápsula para evitar el riesgo de epilepsia posterior.
22. Otros tratamientos.
El uso de corticoides es controversial, reservado para
edema significativo e hipertensión intracraneal. Se usa
dexametasona 4 mg cada 6 horas.
Crisis comiciales deben tratarse en forma convencional.
Anfotericina B en casos de infección fúngica (0,7 a 1
mg/kg/día).
Tratamiento anti-TBC en caso de un tuberculoma.
23. EVOLUCIÓN Y PRONÓSTICO.
Los controles con neuro-imagen deben adaptarse a la condición de cada paciente.
Se recomienda a las 48 horas, a la semana, quincenales y luego mensual hasta 6 meses
después de finalizar el tratamiento o hasta que desaparezca la captación de contraste.
Tras 6 semanas de tratamiento puede persistir la captación.
En los que persiste la captación un 20 % puede recurrir.
El criterio radiológico más importante para determinar la resolución de un absceso es la
disminución del tamaño del anillo.
La mortalidad del absceso cerebral ha disminuido en forma significativa en los últimos años.
La mortalidad actual en inmunocompetentes es menor al 10 %.
El principal factor pronóstico es el nivel de conciencia en el momento del diagnóstico.
24. Factores de mal pronóstico:
Herniación cerebral.
Ruptura del absceso.
Inmunodepresión.
El 30 % de los que sobreviven quedan con secuelas
neurológicas (crisis focales, hemiparesia o disfasias).
En niños puede producir discapacidad cognitiva.
Corregir el factor predisponente una vez resuelto el absceso
mejora el pronóstico.
29. La principal puerta de entrada para el absceso cerebral fue por contigüidad (40
%).
La fiebre, la cefalea y el compromiso de conciencia fueron las manifestaciones
clínicas más frecuentes.
Las localizaciones fueron predominantemente temporal y frontal.
Predominio de infecciones polimicrobianas y por cocáceas gram positivas.
La mayoría de los pacientes fue sometido a un tratamiento quirúrgico (66,7 %).
Fracaso del tratamiento médico-quirúrgico en el 40 % de lo casos.
Letalidad del 10 %.
El 26,7 % presentó secuelas al alta.
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