El absolutismo surge en Europa Occidental como evolución del poder de las monarquías a partir de la Edad Media, alcanzando su máximo en la modernidad. Introdujo ejércitos y burocracias permanentes pero las relaciones feudales continuaron en el campo. Fue justificado teóricamente por pensadores como Maquiavelo, Hobbes y Bossuet, quienes defendieron el poder absoluto del monarca como garantía del orden y la seguridad del Estado.