1. FICHA DE HISTORIA, 5to HUMANÍSTICO Prof. Fernando de los Ángeles
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EL URUGUAY COMERCIAL, PASTORIL Y CAUDILLESCO
(1830 – 1875)
Introducción: A partir de 1830 Uruguay inicia su vida institucional; para ello deberá enfrentar ciertas
características propias de su realidad que constituirán un obstáculo al momento de fundar el modelo de Estado
propuesto entonces.
En términos generales, esas características que hacen a la sociedad, la economía y la política
permanecerán a lo largo de los primeros 40 o 50 años del nuevo país. Son estas permanencias las que
posibilitan el corte cronológico propuesto (1830 –
1875) y son ellas también las que justifican su denominación.
Se han seleccionado una serie de textos, imágenes, cuadros que permiten sintetizar los rasgos salientes
de dicho período.
Aspectos económicos – sociales en las primeras décadas del Uruguay independiente.
Texto1: El historiador José Pedro Barrán realiza la siguiente descripción sobre el paisaje:
“El Uruguay de1800 a 1860 no tenía casi puentes, ni un solo
kilómetro de vías férreas, los ríos separaban las regiones en el invierno
durante meses, las diligencias demoraban cuatro o cinco días en
unir Montevideo con la no muy lejana Tacuarembó.
La noche era invencible. Las velas alumbraban poco (…). El calor y el frío eran
ingobernables; el carbón vegetal y la leña, únicas fuentes de calefacción,
aliados con los ladrillos calientes en las camas, resultaban insuficientes en
invierno. El frío era el estado natural de todos los habitantes entre mayo y
setiembre y por eso deseaban tanto el veranillo de San Juan. El ojo
contemplaba muy pocas cosas que se debiera al hombre. Los sembrados
eran pequeñas islas verdes en torno a no más de diez villas y ciudades. Lo
edificado en éstas era escaso y la naturaleza se colaba, penetraba por
doquier, y la continuidad de la edificación no era frecuente sino en torno a
las plazas principales.
Pero no eran solo las cosas del hombre las escasas, lo era también el hombre, como que el país en 1800 tenía
unos20.000 o 30.000 habitantes (…)
La naturaleza era agresiva con el hombre. Los ríos no se podían vadear sino en puntos determinados y sus
saltos y corrientes no habían sido disciplinados. Las ciénagas, los esteros y los bosques abundaban (…)
El aspecto de Montevideo merece una consideración especial. Era la capital, el primer puerto natural
del Río de la Plata. Uno esperaría allí un paisaje más humanizado. Lo estaba sin dudas, en relación a lo rural,
pero ¡cuán poco en relación al de hoy! (…)
Hasta 1868 en que tal vez un edicto logró prohibirlos definitivamente, los cerdos merodeaban en las calles y
en ciertos huecos que se hicieron por eso famosos. Tal hecho hizo que la Junta de Higiene propusiera en 1855:
Para que en las calles no haya charcos de orines y de inmundicias se prohibirá hacer las necesidades en ellas,
y para conseguirlo se fijarán avisos en aquellos parajes donde se halla hecho costumbre orinar y se
encargaran celadores para la vigilancia.
Las fuentes de olores eran variadas.
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Montevideo, depósito de los productos de un país ganadero- cueros, abundante carne, tasajo- ya desde
el período colonial gozaba de mala fama por el olor de los cueros apilados en los huecos, por la carne
putrefacta tirada en las calles por haber caído de carros que la conducían a los expendios y que nadie recogía
por su escaso valor, por los mataderos demasiados cercanos al casco urbano, al grado que el cabildo en 1800
compartió la opinión de los “facultativos” y atribuyó al abundancia de las “exhalaciones (…) la principal causa
de las epidemias temporales que se padecen, de que la tierna juventud se crie enteca y débil” .
La matanza de los enormes perros abandonados o salvajes (o rabiosos) por los celadores de la policía,
provocaba también exhalaciones. Los cuerpos de los perros eran abandonados por las calles días enteros y en
el verano al prensa comenzaba su retahíla de quejas.
La fiesta de los sentidos no solo se nutría de olores.
Las fuentes de sonidos eran escasas y casi todas naturales: el hombre, los animales, el agua, el viento y las
tormentas, sólo los carros y carretas con sus golpes sobre alguna calle empedrada escapaban a esta regla. Pero
en realidad lo que volvía fino y alerta al oído era su experiencia del silencio.
En otras palabras el hombre no había logrado desplazar al paisaje natural (…)”
Tomado de Barran, Pedro, Historia de la Sensibilidad, Tomo I., Montevideo, Banda Oriental, 2002.
Texto 2: La vida en el campo:
a) Relato de la estancia la virgen de los desamparados.
“Cerca de la casa no había plantación alguna, ni siquiera un árbol de sombra, ninguna planta cultivada;
solamente había algunos grandes corrales para el ganado en los que se hallaban de seis a siete mil cabezas (…)
La cocina era enorme y parecía un granero (….) No había sillas, ni mesas, ni cuchillos y a la hora de comer se
volcaba el puchero en una gran fuente chata, mientras el asado se lo servía cada uno directamente del asador,
tomando la carne con los dedos y cortando su tajada. Los asientos eran troncos de árboles y algunas cabezas
de caballo. Habitaban la casa una anciana negra y canosa de unos setenta años de edad, y dieciocho o
diecinueve hombres de todas las edades y tamaños y variedad de colores (…) Había un capataz y siete u ocho
peones, los demás eran agregados (…) atraídos por la abundancia de carne (…)
Al despuntar el día todos estaban sentados alrededor del fogón tomando mate y fumando un cigarrillo; antes
de salir el sol to dos estaban montados a caballo repuntando al ganado; a mediodía todos regresaban para el
almuerzo (…) Al cabo de pocos días me sentí muy cansado de comer y se me ocurrió que habiendo tantas vacas
podría ser posible conseguir alguna leche (…) pero la anciana negra se lanzó apasionadamente en la oposición.
Afirmaba que ninguna vaca había sido ordeñada en el establecimiento desde hacía doce años cuando el dueño
hiciera una visita al mismo en compañía de su joven esposa (…)”
Tomado de G. Hudson, “La tierra púrpura”, Ed. Marcha, 1968
b) Informe del cónsul francés:
“El ganado constituye la única y verdadera riqueza del país (…) Es la prodigiosa abundancia de ganado que
atrae el comercio de todas las naciones y suministra por si sola todos los medios de intercambio. Este género
de explotación exige menos trabajo y cuidados, lo cual hace que los naturales lo prefieran a cualquier otro.
Cabe señalar que constituye por sí sola toda la industria de los habitantes (…)
No es raro ver propietarios de muchos millares de vacunos, son contar los caballos y los lanares y no temo de
ser tachado de exagerado al advertir que hay los que poseen 30, 40 y aún 50.000 cabezas. Esto sería apenas
creíble en Europa (…)
Citado por Williman “Historia económica de Uruguay”, Montevideo, Fin de Siglo, 1992
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Texto 3: El comercio.
“Los comerciantes montevideanos y los dueños de las famosas pulperías volantes adquirirán los cueros que
le proporcionaban las partidas de faeneros clandestinos, o las decenas de miles de ocupantes de tierras que
se asentaban en nuestra campaña con un pequeño rebaño, sin que ello impidiera la faena de ganado
ajeno.
Las estancias no estaban bien organizadas: la marca no era de rigor y los comerciantes no se preocupaban por
el origen de los cueros que compraban. Las partidas de faeneros
clandestinos brasileños penetraban permanentemente en nuestro
territorio a través de una frontera indeterminada donde el contrabando
era tan natural como la respiración”.
Tomado de Alonso, Salas, “Partidas políticas”, Montevideo, Ed. Banda Oriental,
1986.
En una época donde eran intransitables los caminos terrestres, los ríos se
convirtieron en los principales ámbitos de transporte mercantil. Además,
las aduanas de los países vecinos no estaban todavía conformadas de manera que pudieran impedir la
entrada y salida de mercaderías a través del cabotaje uruguayo. Es así que casi la mitad de los 300.000
cueros exportados por Montevideo entre 1856 y 1858 eran de origen argentino y riograndense y lo mismo
sucedió con la cuarta parte del tasajo po r allí exportado. Este “comercio de tránsito” permitió la acumulación
de grandes ganancias que fueron dar a manos de algunos pocos grandes establecimientos comerciales, en su
mayoría de europeos residentes en Montevideo. Estos nuevos ricos se transformaron en prestamistas del
propio Estado acrecentando aún más su fortuna (…) Tal acumulación de riquezas hicieron posible el
surgimiento de los primeros bancos en Uruguay.
Tomado de Nahum, B.; “Historia del Uruguay”. Tomo I” Montevideo, Ed. Banda Oriental, 2002
Actividad: 1.- A partir de la lectura de los textos y las imágenes identifica las características
económico – sociales del Uruguay en las primeras décadas de vida independiente.
Texto 4: La Revolución del Lanar: 1º elemento de modernización en la estructura económica rural:
Las escasas ovejas que existían en el país al comenzar el siglo XIX, fueron de origen español, cuya calidad era
deficiente al grado de utilizarse solo para colchones y almohadas. La cruza con animales europeos era pues
fundamental.
Aunque hubo importantes introducciones de la raza merina antes de 1839, antes de la Guerra Grande, fue
reanudado recién luego de 1852.
La década del ´60 presenció un nuevo empuje de introducciones de ovinos finos para la mestización como el
merino. Los estancieros importadores de buenos ovinos pertenecían en la mayoría a determinados
departamentos del país:
1860 1873
San José y Flores………………………………..12% 18%
Colonia………………………………………………12% 16%
Soriano……………………………………………..17% 17%
4. 4
Durazno…………………………………………….6% 7%
Paysandú y Río Negro………………………..9% 11%
Florida……………………………………………….5% 11% Porcentaje referido al total de la
Total………………………………………………….61% 80% existencia ovina en el país
De estos datos se pueden extraer las siguientes conclusiones: la explotación ovina abundó en el litoral y centro
-sur donde predominaban los extranjeros y se equilibraban la pequeña, la mediana y la gran propiedad.
Con referencia al stock ovino total, frecemos los siguientes datos:
En 1852 había 795.000 ovinos
En 1860 había 2.594.000.
La introducción de ganado y la relativa paz política que sobrevino a la Guerra Grande explican este notable
paso adelante.
Tomado de Barran, Nahum, Historia Rural del Uruguay moderno.
“La difusión del ovino significó la primera modificación de
la estructura económica rural desde la Colonia. La lana
quebró la “edad del cuero” y fue un vehículo de
modernización, pues permitió al país ingresar a mejores
niveles de explotación económica. El ovino impulsó la
tecnificación del agro (baños, bretes alambrados) y
demando mano de obra especializada, que asentó la
tierra y ascendió socialmente gracias a él. Elemento
de pacificación en el permitió el surgimiento de un nuevo sector social con espíritu de empresa y mentalidad
capitalista.
La buena calidad de la lana amplió los mercados exteriores del país. Acentúo su dependencia pero diversificó
nuestros rubros exportables y nuestros mercados de consumo, distribuyendo esa dependencia entre varios
centros económicos mundiales. EL ingreso que captó del exterior representó un fuerte enriquecimiento para
el agro, lo que le permitió después invertir en otros rubros de la modernización:
alambrado, mestizaje del vacuno.
En primer lugar una fuerte demanda europea. A medida que avanzaba el siglo XIX
la producción de las naciones europeas que se dedicaban a la Industria textil se
hizo cada vez más insuficiente. Inglaterra, Francia, Bélgica, apenas podían
alcanzar a cubrir el 44% de lo que la Industria Británica necesitaba, o el
27% de lo que necesitaba la francesa, Recurrir a los lugares donde podía
producirse lana de buena calidad y barata fue imperativo para los industriales
europeos.
En la década del 60 también ocurrió un hecho que lo favoreció. La Guerra de Secesión de Estados Unidos (1861
– 1865) anuló el envío de algodón americano a Europa. Desprovista de una de las dos fibras textiles que
alimentaban su industria, Europa tuvo que volcarse necesariamente a la compra de lana en mayor cantidad
que hasta ese momento.
En tercer lugar debe mencionarse la causa interna uruguaya. Tímidamente los estancieros criollos se fueron
acercando al lanar cuando observaron que ares extranjeros radiados en el país, acometían su explotación con
Stock de ganado
ovino 1852-1868
AÑOS
Nº DE
CABEZAS
1852
1860
1862
1868
795.000
2.594.000
3.618.000
16.521.000
Milita ALFARO; Gerardo CAETANO:
Cuaderno de Ciencia Política. FCS-
UDELAR
5. 5
buenos resultados económicos. Lo que primero fue visto por los criollos como un trabajo de “gringos” (la cría
del ovino), pronto se les presentó como un buen negocio. La crisis vacuna por un lado y el hecho de que el
ovino la complementara, sin sustituirlo al vacuno, tanto en el consumo de los pastos como en las
eventualidades comerciales, hizo que su explotación se generalizara en la República. El ovino fue visto como
una especie de seguro climático y económico. Cuando había sequía y el ganado vacuno podía morir, el ovino
resistía mejor. Cuando había exceso de lluvia y el ovino podía sufrir notablemente, el vacuno resistía mejor.
Años en que bajaba el precio del cuero, subía el de la lana; y a la inversa, años en que podía decrecer el precio
de la lana, mostraban cotizaciones favorables para el cuero vacuno. Ello explica la generalización de la cría de
la especie en todo el territorio nacional.
Consecuencias:
El ovino contribuyó a repoblar el campo y la estancia porque necesitaba mucho más personal para su cuidado.
Además sedentarizó a la población rural, puesto que ese pastor debía permanecer en un puesto fijo, desde
donde realizar el cuidado de las ovejas a su cargo. Además fortaleció una clase media rural a la que ele era más
fácil llegar a la explotación del ganado menor que al del ganado vacuno, no disponiendo ni de la tierra ni del
capital necesarios como para desenvolverse con comodidad en la explotación del bovino. Si en cambio para
llevar adelante a explotación del ovino, que necesitaba menso precio y cuyo precio por cabeza era más bajo.
Finalmente se facilitó el ascenso social, y quienes comenzaron como pastores de una majada o puesteros,
fueron retribuidos con un tercio del proceso anual de ella o su mitad, o con una parte de la lana que produjera,
lo que habilitó a muchos hombres sin capital a iniciarse por su cuenta.
Desde el punto de vista económico, las consecuencias fueron también de gran importancia. En primer lugar
hay que señalar que el ovino significó la primera quiebra a la edad del cuero en a que el país había permanecido
desde su época colonial.
Esto significó diversificar los rubros exportables uruguayos. Al tasajo y los cueros había que sumar ahora la
lana. Y a su vez ello trajo como consecuencia la diversificación de los países compradores. Mientras se vendían
los cueros a Inglaterra y Estados Unidos, mientras el tasajo iba, como siempre a Brasil y a Cuba, la lana empezó
a ir a Francia y Bélgica.
Tomado de B. Nahum, Manual de Historia del Uruguay, Tomo I, Montevideo, Ed. Banda Oriental, 2002
Aspectos políticos: El Uruguay Caudillesco: casi un siglo de conflictos y
guerras civiles.
Cronología Política del Uruguay en el Siglo XIX.
1830 – 1834: Fructuoso Rivera.
1868 – 1872: Lorenzo Batlle
1835 – 1838: Manuel Oribe
1872 – 1873: Tomás Gomensoro
1839 – 1843: Fructuoso Rivera
1873 – 1875: Pedro Varela
1843 – 1853: Joaquín Suárez
1876 – 1880: Lorenzo Latorre
1853 – 1854: Triunvirato
1880 – 1882: Francisco Antonio Vidal
1854 – 1855: Venancio Flores
1882 – 1886: Máximo Santos
1855 – 1856: Manuel Basilio Bustamante
1886 – 1890: Máximo Tajes
1856 – 1860: Gabriel Antonio Pereira
1890 – 1894: Julio Herrera y Obes
1860 – 1864: Bernardo Berro
1897 – 1899 Juan Lindolfo Cuestas
1864 – 1865: Aguirre
1865 – 1868: Venancio Flores
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1.- ¿Quiénes eran los caudillos y los doctores?
Introducción:
“Desde el punto de vista social el nuevo país tenía un dualismo marcado: Montevideo – Campaña.
La ciudad europeizada frente a la campaña semi bárbara, la ciudad comerciante frente al campo productor,
eran rasgos generadores de un antiguo antagonismo que se tradujo en las largas luchas entre “caudillos” y
“doctores”
La campaña estaba habitada por el gaucho, habituado a la libertad y con pocas necesidades para satisfacer
(con más frecuencia mediante el contrabando o robo de animales que por el trabajo, no abundante en un
medio donde primaba la ganadería extensiva).La carencia de una clase media de agricultores y estancieros
pequeños que diera estabilidad al medio, la soledad de los campos creada por los numerosos latifundios, la
facilidad de la obtención de alimento (ganado al alcance de la mano, sin marca y sin cerco), el desorden
provocado por dos décadas de guerra, el odio a la autoridad (española, porteña, portuguesa, brasileña),
siempre represiva; todo ello contribuyó a crear un clima de hostilidad a la ciudad, de donde venían las ordenes,
los reglamentos. Las trabas a una libertad personal que se consideraba como el máximo bien, en una escala
de valores reducida.
El gaucho se expresó por el caudillo suma de pericia y coraje, al que se adhería por admiración varonil y
espontánea. Él fue el centro de la autoridad aceptada en el campo, tanto más cuanto se oponía o tamizaba a
ala que provenía de la capital. Si caudillo y gobernante eran la misma persona (Fructuoso Rivera), el Estado se
hacía obedecer; si no lo era, la vida política de la ciudad y la campaña corrían por carriles separados y con
frecuencia se enfrentaban.
En la ciudad (...) las influencias ideológicas y de la moda europea calaron hondo en una burguesía
que se iba enriqueciendo y aprendiendo a manejar el Estado a través de sus hijos doctores, como había
manejado sus negocios familiares (estancia, comercio de importación, saladeros, barraca, barcos). Miró a la
campaña como sede de “barbarie”, y al gaucho como residuo el indígena salvaje que debía desaparecer
para que la “civilización”, que entendía representar, se asentara definitivamente en el país. Ello implicaba
orden, autoridad, sujeción a la voluntad de los hombres cultos (“Los Doctores”) de la ciudad.
Tomado de Nahum, Manual de Historia del Uruguay. Tomo I Banda Oriental, Montevideo, 2002
Los doctores: Eran los principales dirigentes políticos en la ciudad de Montevideo. Tenían una formación
universitaria, la mayoría de ellos abogados, provenían de las familias más ricas en la sociedad y tenían una
fuerte vinculación cultural con Europa, principalmente con Francia e Inglaterra. Los sectores doctorales,
formados en las ideas liberales europeas, fueron quienes difundieron y quisieron imponer un programa de
gobierno que respetara la Constitución, la organización de la administración de Gobierno y la modernización
de la economía. Muy relevantes entre ellos fue José pedro Varela.
Pero no contaban con el apoyo de la mayoría de población a la que no incluían en sus programas
El caudillismo: “En 1830 la realidad del país era netamente caudillesca. En este un país semidesértico, sin
alambrados y sin caminos, sin agricultura que cree hábitos sedentarios y pacíficos, al mismo tiempo que
intereses conservadores; sin más vías ni medios de comunicación que el caballo y la carreta, con costumbres
musculares y púgiles generadas por las faenas pecuarias; sin más centro de asociación que al pulpería, ni
más autoridad reconocida que la del caudillo. La acción de la autoridad legal casi no puede ejercerse en ese
desierto con tan largas distancias cortadas de montes y serranías. La comisaría y la escuela, los dos órganos de
la civilización de la ciudad, son escasos, están disperso, perdidos en vastas zonas, no alcanzan a ejercer
influencia sensible. Los mismos exiguos núcleos poblados están bloqueados por el desierto pastoril; y por la
ley de la proporción de las masas; es más la influencia que el campo ejerce sobre ellos, que las que ejercen
ellos sobre el campo ¿Qué entiende el gaucho de la política de la ciudad? Lo que entienden la mayoría de los
campesinos de todos los países del mundo, muy poco o nada.... Aquí en Uruguay, el Gaucho ecuestre y bravo
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acostumbrado a pelear, que ha hecho el país con su brazo y con su sangre, que no tiene apego al terrón, que
no cultiva, romántico del valor y duro para la muerte no puede ser ni encajado en la legalidad convencional,
por las condiciones en que vive, ni puede ser desechado, por su carácter y por su traición.
Alejado de la ciudad cuyos hábitos y política le son ajeno, huraño con el “doctor” que le desprecia, receloso de
las autoridades, cuya arbitrariedad siempre teme ¿cuál será la intervención en la vida política? Necesariamente
seguirá a los caudillos. El caudillo es un gaucho como los demás, por sus sentimientos y hábitos, pero más
inteligente, más enterado, más enérgico, más emprendedor, su prestigio le viene en la superioridad de sus
condiciones respecto a la masa. El gauchaje deposita enél su confianza política, es una delegación de soberanía
hecha de modo tácito, sabe que donde está el caudillo esta su causa. Si él se levanta le siguen; muchos no
saben bien por qué pelean, pero están con su caudillo....”
Alberto Zum Felde
“La posesión de la tierra se convertía en un premio si era partidario el caudillo vencedor o en castigo sui era el
perdedor. Rivera confiscó las propiedades de los lavallejistas y Oribe la de los riveristas........ Esta problemática
de la propiedad de la tierra habría de durar varios años y constituyó la base el poder para los caudillos, al crear
situaciones e dependencia personal ubicadas más allá de las disposiciones de la Constitución”
Tomado de Nahum, Manual de Historia del Uruguay. Tomo I Banda Oriental, Montevideo, 2002
2.- El Surgimiento de las divisas:
“Rivera una vez finalizado su mandato (octubre de 1834) fue nombrado comandante general de la campaña,
que debía custodiar su orden, repoblarla y vigilar la frontera. El cargo fue hecho a la medida del caudillo libre
de repartir tierras y ganado.
No obstante Oribe deseoso de unificar el País y concentrar el poder en sus manos no podía aceptar la existencia
de un gobierno paléelo representado por Rivera en su comandancia General, por lo que suprimió dicho cargo.
El conocido relato que expresa la convicción de los paisanos de que era el Gobierno quien “se había
“sublevado” contra don Frutos....”, es una clara muestra de las diferencias entre el país legal y el país real,
entre la autoridad del presidente (prevista en la Constitución) y la del Caudillo (basada en la realidad social de
la época).
Pocos meses después, una comisión especial del Poder Legislativo presentó un informe sobre la gestión
financiera de Rivera, presentando 174 cargos en su contra. Las polémicas periodísticas que se suscitaron al
respecto contribuyeron a decidir la Revolución que Rivera lanzó en julio de 1836 donde surgieron las divisas
blancas y coloradas.
Tomado de Nahum, Manual de Historia del Uruguay. Tomo I Banda Oriental, Montevideo., 2002
Decreto de Manuel Oribe: el origen de la divisa blanca:
“Art. 1: Todos los jefes orientales y tropa del ejército en línea, las guardias nacionales de
caballería,las partidas afectas a la policía y todos los empleados públicos enlos departamentos
de campaña usaran el sombrero con una cinta blanca con el lema “Defensor de las Leyes.
Art. 2: El Estado Mayor General, la Guardia Nacional de Infantería de la Capital, los empleados
de toda la administración, la infantería de extramuros que usaran también el mismo lema, que
llevaran en una cinta en los ojales del vestido y en formación en el sobrero.
8. 8
Art. 3: Todos los ciudadanos no enrolados usaran del mismo distintivo en los ojales del vestido como señal de
su adhesión a las leyes e instituciones de la República”.
El origen de la divisa colorada:
“El partido contrario adoptó consiguientemente otra divisa para distinguirse de sus
enemigos, singularmente en las funciones de la guerra. Su primer color fue el celeste,
tomado de la escarapela nacional, pero este color debilísimo en los tejidos de que podían
hacerse las divisas, no resistía la acción atmosférica-. De ahí vino la necesidad de cambiarlo,
y se cambió naturalmente por el colorado, de mayor firmeza y que es el más común en las
letras que se emplean en la campaña para forrar los ponchos, para hacer los chiripas, etc.
De ahí pues, se llamó colorado al partido que combatía a Oribe” (Andrés Lamas).
Fructuoso Rivera.
3.- La Guerra Grande (1839 – 1851): El mayor conflicto político del Uruguay
Caudillesco.
El conflicto desarrollado durante la Guerra Grande fue de tal complejidad que es posible distinguir en él varios
niveles de enfrentamiento.
Un primer nivel se desenvolvió dentro del país con la lucha de Rivera y Oribe, y casi en seguida, entre colorados
y blancos, bandos políticos todavía y no partidos. Un segundo nivel fue protagonizado por la alianza de las
corrientes políticas argentinas de Unitarios y federales con colorados y blancos, salteándose así las fronteras
meramente jurídicas del Estado Oriental. Y todavía en un tercer nivel, que prolongó y amplificó la Guerra,
entraron las primeras potencias europeas de la época, Inglaterra y Francia, en defensa de sus propios intereses
comerciales y políticos. Todos estos niveles se desplegaron sucesiva o simultáneamente (...)
Fuente: Nahum, Benjamín, “Capítulo 6. La Guerra Grande 1839 –1852”, en Manual de Historia del Uruguay, Tomo I,
Montevideo, Ed. Banda Oriental, 2002.
Actividad:
Con la ayuda de algunos de los libros de Historia nacional con los que cuentas en biblioteca realiza los
siguientes ejercicios respecto a la Guerra Grande:
1.- Explica el proceso de formación de las alianzas que se enfrentaron, que convierten a la Guerra en un
conflicto local, regional e internacional (debes analizar los intereses que perseguían cada uno de los
protagonistas)
2.- Argumenta por qué Montevideo pudo sobrevivir al “Sitio grande” y cuál fue el costo de dicha política.
3.- ¿Qué problemas debió enfrentar el Gobierno del Cerrito? ¿Cómo intentó resolverlos?
4.- ¿Qué establecían los Tratados de 1851? ¿Fueron perjudiciales para Uruguay? ¿Por qué?
4.- La persistencia de los conflictos políticos luego de la Guerra Grande.
“En los 35 años que van desde 1851 a 1886, se registraron 43 movimientos subversivos, así desglosables: 18
revoluciones, 9 motines y 16 conmociones o levantamientos de alcance medio”.
Lockhart Washington
9. 9
“El período histórico que va desde la paz de octubre de 1851 a la paz de octubre de 1872, es el más convulso
y trágico de nuestra historia. A la matanza de quinteros se le contesta con los fusilamientos de Paysandú, a los
fusilamientos de Paysandú con el asesinato de Flores; y al asesinato de Flores con el asesinato de Berro.
Anacleto Medina, ejecutor de Quinteros, es cazado 10 años después en Manantiales, lanceado, desollado y
enterrado vivo… ¡Venganza!, es la palabra del orden, la amenaza está pendiente, se respira rencor……Las
familias, las madres, las hijas, los niños se sienten enemigos de uno u otro bando, los adjetivos: salvajes,
sarnosos, ladrones, desgolladores, chusmas se cruzan en las conversaciones, en las cartas, en las visitas.
Las muchachas ostentan cintas celestes y coloradas, las blanquillas del pueblo entonan:
La perdiz canta en el monte
Y el jilguero en la cañada
¡Viva la cinta celeste
Y muera la colorada!
La ciudad está agauchada, se tiene culto a los caudillos, se usa el reloj y prendedor de la efigie Rivera, de Oribe,
de Venancio Flores, de Leandro Gómez. Todas las familias criollas de Montevideo tienen al padre o a un
hermano, o a un hijo en los ejércitos. El dolor, la sangre y el odio se sienten en carne propia, de una vereda a
la otra, desde las puertas y balcones, las familias de bandos opuestos se miran con recelo y se desaíran (…)
Al estallar una revuelta, al llegar a la ciudad la noticia de un levantamiento (…) las familias del abandono
revolucionario no están seguras (…) Todos los hombres están al servicio de un bando o de otro. Muchas veces
las madres animosas tienen que defender ellas mismas su hogar, tabuco en mano, contra atropellos de
forajidos (…..) la tarde misma en que estalla la conspiración blanca y asesinan a flores, es paseado por la calle
18 de julio, en un carro, con la cabeza cana colgando hacia abajo, el cadáver del ex presidente Berro (…) Esa
noche, grupos emponchados recorren la ciudad y asaltan muchas casas de blancos. La sociedad uruguaya vive
trágicamente (…)”
Zum Felde, Alberto, “El proceso histórico de Uruguay”, Montevideo, 1963.