La administración de la calidad total (ACT) es un método de administración que busca mejorar la calidad y satisfacción del cliente mediante la reestructuración de prácticas. Se basa en la premisa de que el cliente define la calidad y que la participación de todos los empleados y la mejora continua son fundamentales para lograr altos estándares de calidad. La ACT surgió en Japón luego de la Segunda Guerra Mundial y se ha adoptado ampliamente para elevar la competitividad de las empresas.