La adultez intermedia se caracteriza por cambios físicos como la disminución de la fuerza y la capacidad de reacción, así como el aumento de enfermedades crónicas. También hay cambios cognitivos como la ganancia en inteligencia cristalizada. En términos de desarrollo social y personalidad, esta etapa implica una redefinición de la identidad a través de la introspección sobre los cambios presentes.