el CTE 6 DOCENTES 2 2023-2024abcdefghijoklmnñopqrstuvwxyz
Alternativa
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La deserción, como alternativa
De paso, efectúo una reflexión ¿en qué anda la unidad de mando en
las FARC?. Una respuesta: debe continuar embolatada. Como en
ese recuerdo que, con razón, podemos retrotraer. Desde tiempos en
los cuales se percibía la ausencia absoluta de nervio vàlido, único en
la conducción. El Secretariado siempre no fuera otra cosa que una
sumatoria de individuos con un acumulado. Construido al puro pulso
del ejercicio básico militar. Cada quien en lo suyo. Solo el prestigio
de los combates asistidos. Galos presuntos u/o reales que
denotaban el respaldo y punto de comienzo de la trayectoria. Cada
quien como inmerso en la obsesión de hacer valer su meritocracia.
Habida cuenta que, esta, hacía nexo fundamental co9n el horizontes
programático de cada uno o cada una ((¿?)
Si cada quien acumulaba, Cada quien podría fungir como
poderdante de sus cercanos. Compañeros y compañeras de
combate. Y, a lo sumo, de uno que otro concepto que se le
enredadarìa por ahí. En el paso a paso. En la enhebraciòn de
algunas ideas sueltas; heredadas o aprendidas en el otrora
catecismo politico fundamental. Tal vez ese que se pudo haber
filtrado, vìa dogmatismo ilustrado del estalinismo. Tal vez matizado
con la vehemencia de “La Pasionaria “Dolores Ibárruri en el curso
del proselitismo acuñado en los procesos que le eran propios. N
otros que valores políticos asociados a la sucesión de traiciones al
movimiento obrero internacional; con el prurito de la degradación
de los soviets.
Lo cierto es un universo de palabras por ahí volando. Tratando de
encontrar sujetos que le dieran algún significado. Así fuera mínimo.
Pero, de una u otra manera, asociado a la experimentación política
desvaída, Casi fugaz. Entre tronantes fusiles. Disparados cualquier
sitio. Dependiendo de cada frente. Y de cada estrategia de ese
frente. En pura pulsión de saberes aprendidos en el día a día.
Incluidos los discursos pronunciados como meras arengas. En veces
insólitas. Casi siempre como simples fluidos inventados “al calor del
combate”
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Eso de la unidad de mando siempre fuera un decir. Cada quien
posicionado en su propia garrotera, Hilo conductor politico nunca
existió. Lo que daríamos en llamar, en otros escenarios, “Líneas de
Masas” eran cartillitas copiadas, heredadas. Guardadas las
proporciones, por el hecho mismo del profundo distanciamiento
entre un modelo y otro, lo fuera “el libro rojo” del Ejército Maoísta.
Por lo mismo, entonces, Iván Marulanda, O Javier. O Jacobo Arenas.
O Mono Jojoy. O Raúl Reyes. O Iván Márquez. O Jesús Santrich. O
Guillermo Cano. O Timochenco. O Saúl Franco Sánchez (Osvaldo). O
Arturo Alape. O Pablo Catatumbo…Cada quien en lo suyo con su
perímetro envolvente. Acuciosos soldados, Muchas veces en pura
ramplonería propia de cada quien y de cada perfil en ese cada
quien.
Contradicciones nunca resueltas. Lo màs cercano en el tiempo:
¿…quién otorgó las coordenadas para la emboscada a Guillermo
Cano?. Tan adportas del inicio de las negociaciones con el gobierno
de Juan Manuel Santos, O, un tanto màs atrás ¿qué sucedió
realmente en todo ese proceso confuso denominado “Operación
Jaque?. ¿Quién infiltró al Mono Jojoy y le pondría el cascabel en sus
botas?
Casi siempre cla coherencia entre los discursos, aun sean disímiles,
en lo de mediano o largo plazo, daría la impresión de constituir una
figura de hilatura asociada al concepto de Ideologìa básica. Algo asì
como partitura hecha a trozos. Con la asociación de palabras que,
cada quien, solicita sea incorporadas. Esto, de por sí, daría lugar a
porciones de discurso que pudiera ser considerado, todos, como
insumo vàlido para la convocación a acciones màs o menos de
notoriedad política. Una especie de estrategia no decantada. Màs si
colocada como en perspectiva que daría cuenta de un entorno
programático.
Ahora bien, lo que pasa es que esto, en sí, no resiste ningún
embate. Tratàndose de conjunto de ideas sustentaorios de
proclamas de liberación. Fundamentalmente, porque esos trozos
(que sumados) pudieran originar acuerdos programáticos; no
tuvieran ni tienen la solides, la pulsión y el nervio que permitieran
ser caracterizados como soporte ideològico y político, no tanto para
ser difundido, como para ejercer como horizonte incólume.
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Con mayor razón, aún, habida cuenta de lo que ha sido la historia
de las negociaciones políticas en nuestro país. Desde los tiempos de
las guerrillas liberales de las organizaciones autónomas para la
autodefensa campesina. No màs, en esa cercanía infame del
exterminio de los y las militantes de la UP. A quienes, de paso es
necesario decirlo, dejaron solos y solas el grueso de la dirigencia y
de las tropas farianas.
Lo de ahora, en el denominado posconflicto, es distinto. Siendo lo
mismo. Es decir, distinto en cuanto cronológicamente es otro
tiempo. Y ya, de por sì, los tiempos en las luchas sociales y políticas,
puedan ser tan cortos y/o tan largos. Comoquiera que dependen de
variables, en veces, no previsibles. Pero es lo mismo, en cuanto la
burguesìa, sus aparatos ideológicos y políticos, sus aparatos de
terror y guerra (con el apoyo sistemático, cada vez màs profundo,
por parte de Estados Unidos y la Unión Europea); han cogido el
pulso. No solo conocieron lo que fueran las Farc antes de los
acuerdos. Ante todo ahora. Conocen de las profundas
contradicciones en el cuerpo de dirección. Inclusive, lo asevero de
paso, entienden que controlan lo fundamental Como control politico
y militar tiene. Tanto para la variable Timochenco; como para la
variable (en general) de lo que queda del Secretariado. Incluida la
subvariable liderada por Jesús Santrich, Iván Márquez y Hernán
Darío Velásquez (“El Paisa”).
No en vano han pasado hechos y acciones en Centroamérica, con
los procesos y los acuerdos que, paso a paso, originados en
Esquipulas I y II. No en vano pasó la insania de “guerra de baja
intensidad”, soportada en las doctrinas de seguridad nacional en
Amèrica del Sur.
El asedio, se ha convertido en absoluta asfixia. El conjunto de
fuerzas políticas y militares en el poder han ido cerrando los pasos.
Saben de la minusvalía para la capacidad de respuesta por parte de
los poderdantes del acuerdo a nombre de lo que se ha dado en
llamar “La Guerrillerada”. La dejación absoluta de las armas
constituyó un error (¿…si sería un error del Secretariado?...¿o màs
bien ignorancia supina?. De todas maneras, esto último, sería raro
en ellos y ellas (¿?). Conociendo su historia y capacidad de
percepción de lo oculto en la táctica y estrategia del enemigo).
Personalmente, considero que hubo y hay algo màs, que no alcanzo
a desentrañar. Tal vez por obvia falta de información).
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Lo que existe, hoy por hoy, es pura soledad en los respaldos
políticos. Si acaso los hubo, se fueron diluyendo. Ahora, en plena
campaña presidencial. Cada quien es cada quien, aparentemente.
Es decir: Vargas Lleras, Iván Duque, Vivian Morales, Humberto de la
Calle Lombana; Sergio Fajardo y Gustavo Petro están metidos de
lleno en tratar de diferenciarse y de, por esa vìa, acceder al
embeleso del “Palacio de Nariño”. Con todo lo que esto supone en
términos de poder en el manejo de hilos políticos, ideológicos,
sociales y económicos. Pero, a decir verdad y en sí, todos y todas
(candidatos y fórmulas presidenciales) son constitutivos de “las
fuerzas políticas” que galopan en contra de los acuerdos. El
posconflicto es, para ellos y para ellas, algo con lo que habrá que
lidiar; màs nunca objeto base para la promoción de acciones
estratégicas, de la mano del Secretariado (¿?). La Guerrillerada està
a merced del poder arrasador y terrorista de todos los aparatos
ideológicos y militares y jurídicos del Estado, Del actual gobierno y
del que se posesione el 7 de agosto de 2018.
La deserción de “La Guerrillerada” debería ser ahora. Tal vez,
tratando de aprovechar algunos fueros todavía existentes. Y algunas
brecha con algún poder politico y de respaldo latente en algunos
sectores de la población. Si no es ahora, en inmediato tiempo
después será otro exterminio (…que, a decir verdad, ya ha
empezado).
Nota necesaria: Reitero que, tanto en mi escrito anterior “El caso
Santrich” como en éste “La deserción como alternativa”, los lectores
y lectoras, deben consultar mis dos textos “Acerca de la Negociaciòn
Con Las Farc” (2013-2015). Y “Monografía no Aprobada, Análisis
interdisciplinario de la Negociaciòn con las Farc (2016)