La arquitectura colonial venezolana se caracterizó por edificios religiosos de planta rectangular con tres naves separadas por arcos sobre columnas toscanas. Las viviendas coloniales tenían planta rectangular alrededor de un patio central con jardines y fuentes, rodeado de corredores con columnas cilíndricas. Usaban materiales como madera, caña amarga, adobe y tapia, y técnicas como bahareque y tapia.