El documento describe los principales estilos artísticos de la primera mitad del siglo XIX: el neoclásico, el romanticismo y el realismo. El neoclásico imitaba los modelos griegos y romanos y buscaba transmitir mensajes morales a través de temas mitológicos e históricos. El romanticismo surgió como reacción al clasicismo y enaltecía la libertad individual y las emociones. El realismo plasmaba de manera fiel la vida cotidiana y la miseria de la clase obrera en el contexto de la industrial