La alimentación balanceada, el ejercicio y la hidratación adecuada son importantes para el bienestar físico, mental y emocional. La dieta y el ejercicio ayudan a mantener un peso saludable y mejorar el funcionamiento del corazón, pulmones y músculos. Beber agua durante y después del ejercicio permite la contracción muscular y lubrica las articulaciones. Las personas sedentarias queman menos de 2000 calorías a la semana o realizan actividad física de forma no repetitiva.