1. Los distintos tipos de cáncer cerebral y del sistema nervioso son la segunda clase más frecuente
de cáncer infantil después de la leucemia (cáncer de la sangre o la médula ósea).
En estas clases de cáncer, se desarrollan grupos de células cancerosas o tumores dentro del
cráneo (dentro o fuera del cerebro) que afectan el sistema nervioso, el sistema de transmisión
de mensajes que envía señales desde el cerebro hacia otras partes del cuerpo.
Si se lo detecta en forma precoz, el cáncer cerebral y del sistema nervioso en general es
tratable. Existen numerosas clases de cáncer. Los médicos los clasificaron según el lugar en el
que se encuentran los tumores, la clase de células afectadas y la rapidez de su crecimiento.
En este artículo se explican algunas de las clases más frecuentes de cáncer cerebral y del
sistema nervioso.
Glioma del tronco encefálico
El tronco encefálico, ubicado profundamente en la parte posterior del cerebro, está compuesto
por el mesencéfalo, la protuberancia y el bulbo raquídeo. Estas estructuras coordinan todos los
mensajes del cerebro. También controlan muchas de las funciones que el cuerpo realiza
automáticamente, como la respiración, la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la deglución, la
digestión y el parpadeo.
Los tumores que se desarrollan en cualquier área del tronco encefálico reciben el nombre de
gliomas del tronco encefálico. Los tumores que se presentan en la protuberancia (gliomas
protuberanciales) son los más frecuentes pero, a menudo, los más difíciles de tratar. Los
tumores que se desarrollan en el mesencéfalo y el bulbo raquídeo son menos frecuentes pero,
en general, más fáciles de tratar.
2. Los síntomas de glioma protuberancial pueden aparecer en forma repentina y empeorar muy
rápidamente. Entre ellos se pueden incluir:
visión doble
desviación de un globo ocular hacia adentro
caída del párpado o de un lado del rostro
dificultades para tragar
dificultades para hablar y caminar
Los tumores del mesencéfalo pueden provocar síntomas oculares similares, junto con dolor de
cabeza y vómitos. Esto se debe al aumento de la presión en la cabeza provocada por una
obstrucción del líquido cefalorraquídeo, que rodea y protege el cerebro y la médula espinal.
Los tumores del bulbo raquídeo se asocian a dificultades para tragar y debilidad en las
extremidades.
Dado que el tronco encefálico es un área del cerebro que en general no puede tolerar la cirugía,
los gliomas del tronco encefálico suelen tratarse con radioterapia (rayos X de alta potencia que
destruyen las células cancerosas).