El documento habla sobre la necesidad de una competitividad inclusiva y sostenible para enfrentar los retos de las transiciones demográfico-sociales, energético-ambientales y tecnológico-digitales. Argumenta que la competitividad tradicional ya no es válida y que se debe trabajar en especialización económica, infraestructuras, capacidades de las personas y la innovación no tecnológica. También enfatiza la importancia de la formación a lo largo de la vida y la colaboración entre actores para hacer frente a los