Este documento discute la comunicación en la educación. Argumenta que los educadores son seres de comunicación y que la comunicación es tanto un ejercicio de ser humano como una expresión de interacción y relación. También señala que la comunicación puede ser una fuente de sufrimiento cuando se define en términos de ataque y defensa o cuando se centra demasiado en el traspaso de contenidos. El documento concluye que la comunicabilidad, entendida como la máxima intensidad de relación lograda en el aprendizaje, debe ser el ideal de todo acto