GRITO DE LA TIERRA. Fundamentación científica de la Laudato Si´Leandro Sequeiros
En 2015 el papa Francisco publicó su primera Encíclica: Laudato Si´ sobre el cuidado de la casa común. La enciclica se dirige a todos los humanos de buena voluntad. Por ello, debe tener un fundamento racional y científico. Esta presentación recorre los aspectos científicos de la encíclica.
Tres obstaculos que impiden que Dios complete su obra restauradora en nuestras vidas. Tres "fortalezas espirituales" que mas estorban a los creyentes para que experimentemos una restauracion total de nuestra vida.
Dios anhela sanarnos de una manera integral, ya que, es una necesidad de nosotros y es parte del propósito de Dios para nuestras vidas. Es por eso que te invitamos a descubrir su amor a través del siguiente estudio.
Pretende afrontar algunas cuestiones fundamentales de la enseñanza moral de la Iglesia, bajo la forma de un necesario discernimiento sobre problemas controvertidos entre los estudiosos de la ética y de la teología moral.
GRITO DE LA TIERRA. Fundamentación científica de la Laudato Si´Leandro Sequeiros
En 2015 el papa Francisco publicó su primera Encíclica: Laudato Si´ sobre el cuidado de la casa común. La enciclica se dirige a todos los humanos de buena voluntad. Por ello, debe tener un fundamento racional y científico. Esta presentación recorre los aspectos científicos de la encíclica.
Tres obstaculos que impiden que Dios complete su obra restauradora en nuestras vidas. Tres "fortalezas espirituales" que mas estorban a los creyentes para que experimentemos una restauracion total de nuestra vida.
Dios anhela sanarnos de una manera integral, ya que, es una necesidad de nosotros y es parte del propósito de Dios para nuestras vidas. Es por eso que te invitamos a descubrir su amor a través del siguiente estudio.
Pretende afrontar algunas cuestiones fundamentales de la enseñanza moral de la Iglesia, bajo la forma de un necesario discernimiento sobre problemas controvertidos entre los estudiosos de la ética y de la teología moral.
Dios a inscrito en el corazon de los hombres, un codigo moral , de hacer el bien y evitar el mal, que es bueno y malo, pero el pecado original afecto esta conciencia prenatural, hemos de educar la conciencia, . .? porque somos como somos !
De la misma forma que el corazón debe ser cultivado para desarrollar su capacidad de amar, nuestra conciencia debe ser educada para desarrollar su potencia innata de guiarnos en nuestras acciones.
La enseñanza formal debería dedicar más esfuerzo tanto a cultivar el corazón como a despertar la conciencia. Si así sucediera la sociedad del futuro podría tener la oportunidad de ser una sociedad mejor, más sincera y recta.
En esta obra se intenta encontrar respuestas, en un lenguaje claro y simple que concuerden con el sentido común de la mayoría de las personas, a cuestiones tales como: ¿Cuáles son las aspiraciones básicas del ser humano? ¿Qué son los bienes y valores? ¿Se puede aspirar a la verdad, belleza, bondad, amor y felicidad? ¿Existe un concepto comúnmente aceptado de bien y mal? ¿Es posible un desarrollo moral humano? ¿Cuáles son las motivaciones que estimulan a los seres humanos a hacer el bien? ¿Existen leyes morales universales? ¿Es el hombre bueno por naturaleza? ¿Tiene solución el problema del mal moral y los males sociales?
¿Qué es la conciencia? ¿Puede la ética ofrecer una solución a los problemas humanos actuales?
Instrucciones del procedimiento para la oferta y la gestión conjunta del proceso de admisión a los centros públicos de primer ciclo de educación infantil de Pamplona para el curso 2024-2025.
1. CONCIENCIA MORAL, 1
CCE 1796: “La conciencia moral es un juicio de la razón por el
que la persona humana reconoce la cualidad moral de un acto
concreto que piensa hacer, está haciendo o ha hecho”.
Resumen de Gaudium et spes 16: - la conciencia, sagrario del hom-
bre, es lo más íntimo de la persona; - en la conciencia, Dios habla
al hombre; - la conciencia descubre al creyente el precepto máximo
del amor; - por la conciencia los hombres se unen entre sí en la
búsqueda de la verdad; - la conciencia recta es la seguridad máxi-
ma para ser fieles a la vida moral; - no pierde su dignidad cuando
actúa con ignorancia invencible; - se degrada cuando, consciente-
mente, comete el pecado.
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2. CONCIENCIA MORAL, 2
Múltiples clases de conciencia:
a. por razón del momento en que se emite el juicio: antecedente,
concomitante, consecuente;
b. en relación a la norma o ley: verdadera, errónea (con igno-
rancia vencible o invencible);
c. por razón del asentimiento del juicio: cierta, dudosa (duda
positiva o negativa);
d. por el modo habitual de emitir el juicio: delicada, escrupu-
losa, laxa;
e. en razón de la responsabilidad con que se emite el juicio: recta
(se ajusta al dictamen de la razón), torcida (no se somete a la
propia razón: hombre imprudente y temerario).
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3. CONCIENCIA MORAL, 3
Principios morales, 1
1 Es preciso actuar siempre con conciencia verdadera.
2 Nunca es lícito actuar con conciencia dudosa acerca de
la licitud de una acción, si hay fundado temor de errar.
=> medidas oportunas para salir de la duda.
3 La duda negativa no debe tenerse en cuenta al momento
de actuar (razón de poco peso).
4 La conciencia invenciblemente errónea, cuando permite
algo que está prohibido y lo hace, no comete pecado.
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4. CONCIENCIA MORAL, 4
5 La conciencia que padece un error invencible debe ser
obedecida en lo que manda o prohibe, de lo contrario
obra contra su conciencia y peca.
6 Es pecado actuar con conciencia venciblemente errónea.
7 La conciencia es libre, por lo que no debe ser violentada
por nadie: Dios mismo respeta la libertad de la persona
humana. Pero el hombre no es libre para no formar su
conciencia: está obligado a asumir los medios necesarios
para formar una conciencia recta.
Principios morales, 2
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5. CONCIENCIA MORAL, 5
Crisis de la conciencia: Nietzsche = “la conciencia es una terrible
enfermedad”; actualmente no faltan quienes achacan el origen de
la conciencia a prejuicios religiosos, por lo que, en la teoría y en
la práctica, pretenden negarla. => La propia experiencia personal
testifica la existencia de la conciencia en cada persona.
Ya el AT se refiere varias veces a la conciencia del hombre. En
el NT se menciona 30 veces: se alaba la buena conciencia (1 Tim
1, 5); se recuerda el respeto a la conciencia propia y ajena (1 Cor
10, 25-29); se contrapone la conciencia de los paganos y de los
cristianos (Rom 2, 15; 13, 5); se recomienda respetar la conciencia
de los débiles (1 Cor 8, 7-13); etc..
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6. CONCIENCIA MORAL, 6
Libertad de conciencia: la que pretende
situarse al margen de toda norma, incluida
la ley de Dios, con el fin de hacer lo que
le venga en gana. La conciencia personal
sería absoluta.
Libertad de las conciencias: hace referen-
cia a la dignidad de la conciencia de cada
persona, por lo que debe ser respetada.
Debe ser garantizada jurídicamente para
estar protegida.
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7. CONCIENCIA MORAL, 7
Conciencia y verdad, 1
La función de la conciencia es emitir juicios prácticos acerca de
la bondad o malicia de un acto: por lo tanto hace relación a la
verdad práctica (conocimiento del bien y del mal moral objetivos).
Veritatis splendor 32: “Se han atribuido a la
conciencia individual las prerrogativas de
una instancia suprema del juicio moral, que
decide categórica e infaliblemente sobre el
bien y el mal. Al presupuesto de que se de-
be seguir la propia conciencia se ha añadido
indebidamente la afirmación de que el jui-
cio moral es verdadero por el hecho mismo
de que proviene de la conciencia”.
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8. CONCIENCIA MORAL, 8
Conciencia y verdad, 2
Error = falso concepto de verdad. Se niega que exista una verdad
universal acerca del bien y del mal y se afirma que los crea la
conciencia en relación con cada uno de sus actos.
La conciencia no crea la verdad, sino que tan sólo goza de una
capacidad innata para descubrirla. Por eso, mientras se tiene
uso de razón, todo hombre discierne, de modo más o menos
claro, el bien y el mal. La conciencia es una luz inextinguible
que nos viene dada por la misma naturaleza. De aquí la nece-
sidad de formar bien la propia conciencia ya que no es infa-
lible en sus juicios y necesita conocer la verdad.
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9. CONCIENCIA MORAL, 9
CCE 1783: “Hay que formar la conciencia, y esclarecer el
juicio moral. Una conciencia bien formada es recta y veraz.
Formula sus juicios según la razón, conforme al bien verda-
dero querido por la sabiduría del Creador. La educación de
la conciencia es indispensable a seres humanos sometidos a
influencias negativas y tentados por el pecado a preferir su
propio juicio y a rechazar las enseñanzas autorizadas”.
CCE 1784: “La educación de la conciencia es una tarea de
toda la vida (...). La educación de la conciencia garantiza
la libertad y engendra la paz del corazón”.
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10. CONCIENCIA MORAL, 10
Medios para formar una conciencia recta:
a. La aceptación de la enseñanza moral: estar atento a las ense-
ñanzas morales que ofrece el Magisterio de la Iglesia.
b. El conocimiento de la vida cristiana.
c. La reflexión: “es preciso que cada uno preste atención a sí
mismo para oír la voz de su conciencia. Esta exigencia de inte-
rioridad es tanto más necesaria que la vida impulsa con frecuen-
cia a prescindir de toda reflexión, examen o interiorización”
(CCE 1799).
d. El examen personal: ayuda a que se adquieran criterios firmes
y estables sobre la moralidad de la propia existencia.
e. El Sacramento de la Penitencia.
f. La dirección espiritual.
g. Ejercicio de las virtudes cardinales y teologales.
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11. CONCIENCIA MORAL, 11
La conciencia moral puede sufrir deformaciones y aun corrupciones.
“El desconocimiento de Cristo y de su Evangelio,
los malos ejemplos recibidos de otros, la servi-
dumbre de las pasiones, la pretensión de una mal
entendida autonomía de la conciencia, el rechazo
de la autoridad de la Iglesia y de su enseñanza,
la falta de conversión y de caridad pueden con-
ducir a desviaciones del juicio en la conducta
moral” (CCE 1792).
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12. CONCIENCIA MORAL, 12
Decidir en conciencia puede resultar a veces difícil.
CCE 1789: “En todos los casos son aplicables algunas reglas:
- Nunca está permitido hacer el mal para obtener un bien.
- La ‘regla de oro’: ‘Todo (...) cuanto queráis que os hagan
los hombres, hacédselo también vosotros’ (Mt 7, 12).
- La caridad debe actuar siempre con respeto hacia el prójimo
y hacia su conciencia: ‘Pecando así contra vuestros hermanos,
hiriendo su conciencia, pecáis contra Cristo’ (1 Co 8, 12). ‘Lo
bueno es (...) no hacer cosa que sea para tu hermano ocasión
de caída, tropiezo o debilidad’ (Rm 14, 21)”.
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