Un ratoncito curioso vivía en una cocina grande y colorida donde había un recipiente mágico que hacía desaparecer las cosas. El ratoncito quería saber qué magia era esa y un día decidió meterse en el recipiente con su mochila para descubrir a dónde le llevaría, ya fuera la playa, la nieve, el desierto o la selva.