El cuadro presenta un autorretrato de Dalí en el plano izquierdo, representando el desierto. En el plano derecho emergen símbolos de la vida y la sexualidad, incluyendo una pareja en abrazo y un anturio que simboliza lo masculino y femenino. El cuadro explora los temas de la vida frente a la muerte, y el placer del encuentro sexual como principio vital que permite la perpetuación de la vida.