El autor asistió a una lección de inteligencia emocional y asertividad impartida por una empleada de una compañía telefónica. La empleada manejó con habilidad una situación difícil con un cliente insatisfecho utilizando su sonrisa, empatía, complicidad y habilidades socioemocionales para calmar al cliente sin perder la compostura o eficiencia. El cliente terminó satisfecho a pesar de haber ido con una actitud negativa.