El documento discute la necesidad de un nuevo aeropuerto para la Ciudad de México debido a que el aeropuerto actual está saturado por el crecimiento del transporte de pasajeros y mercancías. Se seleccionaron los arquitectos Norman Foster y Fernando Romero para diseñar el nuevo aeropuerto. El nuevo aeropuerto será financiado por fondos públicos y privados, se construirá en fases de acuerdo con el aumento de la demanda, y tendrá una capacidad inicial de 50 millones de pasajeros por año.