El documento describe las doctrinas éticas fundamentales de los sofistas y de Sócrates y Aristóteles. Los sofistas defendían el relativismo moral y que la ley solo protege a los débiles, mientras que Sócrates creía en un conocimiento universalmente válido y que la virtud es conocimiento. Aristóteles veía la felicidad como el bien más preciado y creía que la virtud, como un punto medio entre dos vicios, es necesaria para alcanzarla.