Durante el embarazo, la placenta genera grandes cantidades de hormonas como la gonadotropina coriónica humana, los estrógenos, la progesterona y la somatomamotropina coriónica humana. Estas hormonas ayudan a mantener el embarazo al preparar el útero y evitar contracciones, y también apoyan el desarrollo del feto al estimular la secreción de otras hormonas y nutrientes.