El autor propone una filosofía axiológica de la ciencia que estudie este campo más allá de la epistemología y la metodología. Plantea que la ciencia debe estudiarse como una actividad humana orientada a mejorar el mundo, regida por valores como el bienestar y la verdad. También destaca la necesidad de considerar los contextos de educación, innovación, evaluación y aplicación de la ciencia.