RETO MES DE ABRIL .............................docx
Filosofia grado 10
1. FILOSOFIAGRADO 10
RAMAS DE LA FILOSOFÍA
Las ramas y los problemas que componen la filosofía han variado mucho a través de los
siglos. Por ejemplo, en sus orígenes, la filosofía abarcaba el estudio de los cielos que hoy
llamamos astronomía, así como los problemas que ahora pertenecen a la física. Teniendo
esto en cuenta, a continuación se presentan algunas de las ramas centrales de la filosofía
en el presente.
1. METAFÍSICA
La metafísica se ocupa de investigar la naturaleza, estructura y principios fundamentales
de la realidad. Esto incluye la clarificación e investigación de algunas de las nociones
fundamentales con las que entendemos el mundo, incluyendo: ser, entidad, existencia,
objeto, propiedad, relación, causalidad, tiempo y espacio.
Antes del advenimiento de la ciencia moderna, muchos de los problemas que hoy
pertenecen a las ciencias naturales eran estudiados por la metafísica bajo el título de
filosofía natural. La ontología es la parte de la metafísica que se ocupa de investigar qué
entidades existen y cuáles no, más allá de las apariencias.
Aristóteles designó la metafísica como «primera filosofía». En la física se asume la
existencia de la materia y en la biología la existencia de la materia orgánica pero ninguna
de las dos ciencias define la materia o la vida; sólo la metafísica suministra estas
definiciones básicas. En el libro quinto de la Metafísica, Aristóteles presenta varias
definiciones de términos filosóficos. A lo largo de los siglos, muchos filósofos han
sostenido que de alguna manera u otra, la metafísica es imposible. Esta tesis tiene una
versión fuerte y una versión débil. La versión fuerte
es que todas las afirmaciones metafísicas carecen de sentido. Esto depende por supuesto
de una teoría del significado. Ludwig Wittgenstein y los positivistas lógicos fueron
defensores explícitos de esta posición. La versión débil, por otra parte, es que si bien las
afirmaciones metafísicas poseen significado, es imposible saber cuáles son verdaderas y
cuáles falsas, pues esto va más allá de las capacidades cognitivas del hombre. Esta
posición es la que sostuvieron, por ejemplo, David Hume e Immanuel Kant.
2. GNOSEOLOGÍA
La gnoseología es el estudio del origen, la naturaleza y los límites del conocimiento
humano. En inglés se utiliza la palabra epistemology, que no hay que confundir con la
palabra española epistemología que designa específicamente el estudio del conocimiento
científico, también denominado filosofía de la ciencia. Muchas ciencias particulares tienen
además su propia filosofía, como por ejemplo, la filosofía de la historia, la filosofía de la
matemática, la filosofía de la física, etcétera.
Dentro de la gnoseología, una parte importante, que algunos consideran incluso una rama
independiente de la filosofía, es la fenomenología. La fenomenología es el estudio de los
fenómenos, es decir de la experiencia de aquello que se nos aparece en la conciencia.
Más precisamente, la fenomenología estudia la estructura de los distintos tipos de
experiencia, tales como la percepción, el pensamiento, el recuerdo, la imaginación, el
deseo, etc. Algunos de los conceptos centrales de esta disciplina son la intencionalidad, la
conciencia y los qualia “COMO ES” que son conceptos de cómo la mente (el “y”o)
2. registra, las emociones, las sensaciones, la experiencia mental, las vivencias personales y
subjetiva de las cosas, las cuales también son estudiadas por la filosofía de la mente.
En la gnoseología se suele distinguir entre tres tipos de conocimiento: el conocimiento
proposicional, el conocimiento práctico, y el conocimiento directo. El primero se asocia a
la expresión «saber que», el segundo a la expresión «saber cómo», y el tercero, en el
español, se asocia a la expresión «conocer» (en vez de «saber»). Así decimos, por
ejemplo, que en la biología se sabe que los perros son mamíferos. Éste es un
conocimiento proposicional. Luego existe un saber cómo entrenar un perro, el cual es un
conocimiento práctico. Y por último, el conocimiento por familiaridad es aquel que posee
quien dice, por ejemplo, «yo conozco a su perro». La mayoría del trabajo en gnoseología
se centra en el primer tipo de conocimiento, aunque ha habido esfuerzos por cambiar
esto.
Un debate importante y recurrente en la gnoseología es aquel entre el racionalismo y el
empirismo. El racionalismo es la doctrina que sostiene que parte de nuestro conocimiento
proviene de una «intuición racional» de algún tipo, o de deducciones a partir de estas
intuiciones. El empirismo defiende, en cambio, que todo conocimiento proviene de la
experiencia sensorial. Este contraste está asociado a la distinción entre conocimiento a
priori y conocimiento a posteriori, cuya exposición más famosa se encuentra en la
introducción a la Crítica de la razón pura, de Immanuel Kant.
Aún otra distinción influyente fue la que promovió Bertrand Russell entre conocimiento por
familiaridad, y conocimiento por descripción. El primer tipo de conocimiento es el
conocimiento directo, como puede ser una percepción o un dolor. El segundo es en
cambio el conocimiento indirecto, al que llegamos sólo mediante una descripción definida
que refiere unívocamente al objeto siendo conocido.
3. Algunos de los problemas centrales a la gnoseología son: el problema de Gettier, el
trilema de Münchhausen y el problema de la inducción.
3.3. LÓGICA
La lógica es el estudio de los principios de
la inferencia válida. Una inferencia es un
proceso o acto en el que a partir de la
evidencia provista por un grupo de
premisas, se afirma una conclusión.
Tradicionalmente se distinguen tres clases
de inferencias: las deducciones, las
inducciones y las abducciones, aunque a
veces se cuenta a la abducción como un
caso especial de inducción. La validez o no
de las inducciones es asunto de la lógica
inductiva y del problema de la inducción.
Las deducciones, en cambio, son
estudiadas por la mayor parte de la lógica
contemporánea. Cuando un argumento es
deductivamente válido, se dice que la
conclusión es una consecuencia lógica de las premisas. El concepto de consecuencia
lógica es, por lo tanto, un concepto central a la lógica. Para estudiarlo, la lógica construye
sistemas formales que capturan los factores relevantes de las deducciones como
aparecen en el lenguaje natural. Para entender esto, considérese la siguiente deducción:
1. Está lloviendo y es de día.
2. Por lo tanto, está lloviendo.
La obvia validez de este argumento no se debe al significado de las expresiones «está
lloviendo» y «es de día», porque éstas podrían cambiarse por otras y el argumento
permanecer válido. Por ejemplo:
1. Está nevando y hace frío.
2. Por lo tanto, está nevando.
En cambio, la clave del argumento reside en la expresión «y». Si esta expresión se
cambia por otra, entonces el argumento deja de ser tan obviamente válido:
1. Ni está nevando ni hace frío.
2. Por lo tanto, no está nevando.
Las expresiones de las que depende la validez de los argumentos se llaman constantes
lógicas, y la lógica las estudia mediante sistemas formales. Dentro de cada sistema
formal, la relación de consecuencia lógica puede definirse de manera precisa,
generalmente por medio de teoría de modelos o por medio de
teoría de la demostración. Otros temas que caen bajo el
dominio de la lógica son las falacias y las paradojas.
4. ÉTICA
4. La ética abarca el estudio de la moral, la virtud, el deber, la felicidad y el buen vivir. Dentro
de la ética contemporánea se suelen distinguir tres áreas o niveles:
La metaética estudia el origen y el significado de los conceptos éticos, así como las
cuestiones metafísicas acerca de la moralidad, en particular si los valores morales existen
independientemente de los humanos, y si son relativos, convencionales o absolutos.
Algunos problemas de la metaética son el problema del ser y el deber ser, el problema de
la suerte moral, y la cuestión acerca de la existencia o no del libre albedrío.
La ética normativa estudia los posibles criterios morales para determinar cuándo una
acción es correcta y cuándo no. Un ejemplo clásico de un criterio semejante es la regla de
oro. Dentro de la ética normativa, existen tres posturas principales:
5. - El consecuencialismo sostiene que el valor moral de una acción debe juzgarse sólo
basándose en si sus consecuencias son favorables o desfavorables. Distintas versiones
del consecuencialismo difieren, sin embargo, acerca de cuáles consecuencias deben
considerarse relevantes para determinar la moralidad o no de una acción. Por ejemplo, el
egoísmo moral considera que una acción será moralmente correcta sólo cuando las
consecuencias de la misma sean favorables para el que la realiza. En cambio, el
utilitarismo sostiene que una acción será moralmente correcta sólo cuando sus
consecuencias sean favorables para una mayoría. También existe debate sobre qué debe
contarse como una consecuencia favorable.
- La deontología, en cambio, sostiene que existen deberes que deben ser cumplidos, más
allá de las consecuencias favorables o desfavorables que puedan traer, y que cumplir con
esos deberes es actuar moralmente. Por ejemplo, cuidar a nuestros hijos es un deber, y
es moralmente incorrecto no hacerlo, aún cuando esto pueda resultar en grandes
beneficios económicos. Distintas teorías deontológicas difieren en el método para
determinar los deberes, y consecuentemente en la lista de deberes a cumplir.
- La ética de las virtudes, por otra parte, se enfoca menos en el aprendizaje de reglas para
guiar la conducta, y más en la importancia de desarrollar buenos hábitos de conducta, o
virtudes, y de evitar los malos hábitos, es decir los vicios.
Finalmente, la ética aplicada estudia la aplicación de las teorías éticas a asuntos
morales concretos y controversiales. Algunas de estas cuestiones son estudiadas por
subdisciplinas. Por ejemplo, la bioética se ocupa de las cuestiones relacionadas con el
avance de la biología y la medicina, como el aborto inducido, la eutanasia y la donación
de órganos. La ética ambiental, por otra parte, estudia cuestiones como los derechos de
los animales,
la experimentación con animales y el control de la contaminación. Otras cuestiones
estudiadas por la ética aplicada son la pena de muerte, la guerra nuclear, la
homosexualidad, el racismo y el uso recreativo de drogas.
5. ESTÉTICA
La única definición que parece gozar de algún consenso entre los filósofos, es que la
estética es el estudio de la belleza. Sin embargo, algunos autores también generalizan
esta definición y afirman que la estética es el estudio de las experiencias estéticas y de
los juicios estéticos. Cuando juzgamos que algo es bello, feo, sublime o elegante (por dar
algunos ejemplos), estamos haciendo juicios estéticos, que a su vez expresan
experiencias estéticas. La estética es el estudio de estas experiencias y de estos juicios,
de su naturaleza y de los principios que tienen en común.
La estética es una disciplina más amplia que la filosofía del arte, en tanto que los juicios y
las experiencias estéticas pueden encontrarse fácilmente por fuera del arte. Por ejemplo,
cuando vemos pasar a un perro, podríamos juzgar que el perro es lindo, y realizar así un
juicio estético sobre algo que nada tiene que ver con el arte.
6. LA FILOSOFÍA Y SUS PARTES
1.1 Definición y Origen de la Filosofía
LA FILOSOFÍA (Del griego philo-sophia, amor al saber). El objeto de la filosofía consiste,
en pocas palabras, en saber determinar la realidad con respecto a la apariencia, que la
oculta o manifiesta sólo imperfectamente La filosofía nació en Grecia, hacia el siglo v
a.C., cuando os primeros filósofos rompieron con las tradiciones míticas y religiosas
imperantes en ese momento; mas es importante conocer el contexto histórico que privaba
por entonces, a fin de entender con mayor claridad los remotos orígenes de la actividad
filosófica,
La Hélade -cuna de la filosofía— es un país montañoso, circundado por el mar. Reducida
es a e tensión de las cuencas de sus ríos y relativamente infértil su suelo. Los
contrafuentes de la montaña como si fueran los muros de una plaza resistente, impidieron
con frecuencia las invasiones o conquistas en estas milenarias tierras. Esto, sin duda,
contribuyó a su independencia y autonomía.
La indigencia por la que atravesó esta región, lejos de ser un obstáculo, favoreció su
desarrollo múltiples aspectos; por ejemplo, fomentó el progreso cultural porque impulsó el
empleo de todas la tuerzas y talentos; sirvió de protección adicional contra las conquistas,
‗puesto que el país relativamente pobre debía parecer una presa poco codiciada‖; 2 y
estimuló de manera decisiva el comercio, el tráfico marítimo, la emigración y la fundación
de varias colonias.
Este último aspecto es de suma importancia, ya que permitió una apertura hacia toda
clase de ideas y costumbres que enriquecieron notablemente la cultura griega. Dicha
apertura, sin duda, favoreció la libre circulación de ideas y las continuas emigraciones.
‗Como mercenarios y negociantes, como marinos en busca de aventuras, como colonos
si listos para el combate, los helenos (o griegos) entablaron desde temprano relaciones
múltiples y estrechas con pueblos extranjeros.
El espíritu de los emigrantes —como bien observa Gomperz— se sobreponía fácilmente a
as barre ras de los estatutos locales, a la sorda superstición de la tribu ya la estrechez
nacionalista. El contacto con culturas foráneas, aunque no estuvieran altamente
desarrolladas, tenía que ampliar considerablemente el horizonte intelectual.
Por otro lado, las incursiones en lejanas tierras ampliaron enormemente los horizontes
geográficos y culturales de los griegos. ―Poco después del año 800 se va colonizando la
costa oriental del mar Negro desde Mileto (Sinope fue fundada en 785 y‘ una generación
después, Trebisonda); algo después de la mitad del siglo se establecen desde Eubea y
Corinto las primeras colonias griegas en Sicilia (Siracusa en 734); antes de que terminara
el siglo la progresista Mileto se apoya con pie firme en las desembocaduras del Nilo.
7. 1.2 Las Clases de Conocimiento
Existen diferentes clases de conocimiento y son:
-El conocimiento empírico o vulgar es el conocimiento popular, obtenido por azar, luego
de numerosas tentativas. Es ametódico y asistemático.
-El conocimiento científico va más allá del empírico, por medio de él trascendido el
fenómeno, de conocer las causas, las leyes y el origen, es metódico. Conocer
verdaderamente, es conocer por las causas. Conocemos una cosa de manera absoluta
cuando sabemos cual es la causa que la produce y el motivo por el cual no puede ser de
otro modo (Aristóteles), esto es saber por demostración, por eso la ciencia se reduce a la
demostración. Las características del conocimiento científico son: Es cierto, porque
explica los motivos de su certeza, lo que no ocurre con el empírico; es general, es decir
conoce en lo real lo que tiene de más universalmente válido para todos los casos de la
misma especie; es metódico y sistemático, su objetivo es encontrar y reproducir éste
encadenadamente lo alcanza por medio del conocimiento de las leyes y principios, por
eso la ciencia constituye un sistema; además posee objetividad, desinterés y el espíritu
crítico.
-El conocimiento filosófico se distingue del científico por el objeto de investigación y por
el método. El filosofar es un interrogar, un continuo cuestionar sobre sí y sobre la realidad,
la filosofía no es algo hecho, acabado, la filosofía es una búsqueda constante de sentido,
de justificación, de posibilidades, de interpretación al respecto de todo aquello que rodea
al hombre y sobre el hombre mismo, en su existencia concreta.
-En relación al conocimiento teológico, dos son las actitudes que pueden tomar frente al
misterio, la primera es intentar penetrar en él con el esfuerzo personal de la inteligencia.
Mediante la reflexión y el auxilio de instrumentos, se procura obtener el conocimiento que
será científico o filosófico, La segunda actitud consistirá en aceptar explicaciones de
alguien que ya tiene develado el misterio. Implicará siempre una actitud de fe frente al
conocimiento revelado.
1.3 Necesidad y Carácter Histórico de la Filosofía, Características de los Problemas
Filosóficos en Cuanto a su Resolución.
La filosofía, como otras actividades (por ejemplo la artística, la religiosa o la política), es
eminentemente humana. Esto significa que nada más el ser humano a ha practicado a lo
largo de su historia. En efecto sólo él ha filosofado y por lo tanto esta actividad es una
manifestación exclusiva del hombre según Aristóteles, hombre es el único ser que
necesita saber pues los dioses ya saben lodo no existe ningún misterio para ellos y son
omnisentes, mientras que el animal tampoco requiere la sabiduría porque carece de
racionalidad y sólo le interesa satisfacer sus necesidades e instintos (comer o
reproducirse, por ejemplo). En cambio, e hombre —como dice el filósofo español José
Ortega y Gasset— es el único ser al cual le duele la ignorancia. Todos nosotros hemos
filosofado en alguna o varias ocasiones, aunque no de una manera rigurosa y sistemática
como los filósofos profesionales, y hemos dado respuestas provisionales e ingenuas a
nuestras dudas, angustias y temores. Por ejemplo, ante la muerte de un amigo o de otro
ser querido, es posible que nos surjan inquietudes: ¿qué significa a muerte?, ¿qué sentido
tiene la vida?, ¿qué destino nos aguarda?, ¿qué es el amor?, ¿cuál es el valor de a
8. existencia?, etcétera. Parecer ser, entonces, que no nos conformábamos con
simplemente v vivir y dejar que el tiempo nos consuma como si fuéramos piedras o
vegetales, sino que nos rebelamos en contra a muerte, al reclamar a inmortalidad en su
obra De sentimiento trágico de vida. Es decir, nuestra naturaleza racional nos empuja a
cuestionar las cosas, a buscar explicaciones o justificaciones a nuestros valores y
creencias sobre el mundo y nuestra propia existencia. Precisamente, a la búsqueda de
razones se encamina la filosofía. Y a veces es tan fuerte y profunda la necesidad de
encontrar razones, que en buscarlas senos va la vida, como a quien esperó
pacientemente la muerte con tal de no renunciar a la necesidad de hacer filosofía; esta
necesidad surgía desde lo más profundo de su ser y se revelaba como el llamado de un
dios, la propia voz de su conciencia. De acuerdo con Pitágoras, a filosofía se entendía en
sus primeros tiempos como un afán de saber, como un amor a la sabiduría.
Aristóteles el más sistemático de los grandes filósofos griegos, veía en la filosofía un
quehacer necesario para a la naturaleza humana. Todos los hombres, decía, tienen
necesidad de conocer; sólo el sabio alcanza la verdadera felicidad o en la medida en que
desarrolla la racionalidad. Asimismo, Aristóteles explicaba los orígenes de la actividad
filosófica a partir de una actitud vital y tan humana como es la capacidad de asombrarse
ante los misterios del mundo; así, os hombres comenzaron a filosofar en a medida en que
se admiraron de as cosas que no alcanzaba a comprender; primero trataron de explicar
as cosas más cercanas y después avanzaron hacia las más lejanas y complejas, corno el
brillo de los astros o el movimiento de los planetas. La capacidad de asombro, la perpetua
búsqueda del saber y la necesidad de encontrar una base firme a nuestras creencias no
cesan sino con la muerte. En Grecia, cuna de la filosofía el saber filosófico alcanzó
cumbres insospechadas, creando un modelo de pensamiento que mamá os derroteros de
a cultura occidental. Sin embargo, otros pueblos con distintas necesidades también vieron
el mundo y resolvieron sus problemáticas a su manera, yen términos generales,
construyeron su propia versión del mundo y de la vida, esto es, su filosofía. No pocas
veces se piensa que la filosofía es inútil, sobre todo cuando se intenta equipararla con
otras actividades cotidianas cuya utilidad y eficacia inmediatas son obvias, contundentes y
visibles, con técnica, el comercio o la política, que nos proporcionan comodidades, bienes
materiales y poder social. Los mismos filósofos han contribuido a fomentar el carácter
supuestamente inútil de la filosofía al decir que en ello, paradójicamente, estriba su
grandeza. La filosofía, es una ciencia inútil; no sirve para nada extraño o extrínseco a la
búsqueda de la verdad misma y por sí misma. Quienes dicen en son de gracia que la
filosofía es ―inútil‖, no se percatan de que le están cantando el más bello elogio.
Este tipo de opiniones es en parte verdadero, si pretendemos valorar la filosofía a través
de criterios pragmáticos; esto es, si le buscamos una utilidad inmediata como si fuera un
artículo de con sumo. No, la filosofía reviste otra clase de utilidad y de necesidad, que han
sido evidenciadas por la historia. Así por inútil que nos parezca, la filosofía constituye una
poderosa -histórica, como dice Bochenski. En efecto, a través de su historia, la filosofía ha
sido un arma poderosa y terrible.
1.4 El problema del Ser y las Disciplinas que lo abordan
El gran descubrimiento de Heidegger- el planteamiento del problema del ser depende
precisamente del problema del Dasein, del problema del existir, porque justamente el
nivel, diríamos, en que se plantea el problema del ser es el problema del Dasein, el
9. problema -diríamos- de la persona. La persona que es cada una la suya, es cada uno de
nosotros, es ese ente que somos nosotros. No es el hombre, porque si hablamos de
hombre, hablamos de antropología, y aquí se habla precisamente de una estructura de la
realidad misma; justamente de lo que llamamos el ser, persona. Y esto que se plantea el
problema del ser en general; el problema del ser en general se plantea precisamente al
analizar el Dasein, al analizar ese gemeines, ese cada uno de nosotros, que somos
nosotros y que tiene un tipo de realidad nuevo, completamente distinto, que es lo que va a
llamar existencial.
La palabra "existencial" la introduce Heidegger, siguiendo en definitiva a Kierkgaard, pero
en definitiva es una expresión que no es enteramente clara tampoco, porque
precisamente cuando pasamos a lo óntico, a lo que no es ontológico, ya se pierde este
sentido: hay ciertos resquicios de inexactitud.
El existencialismo se ocupa de problemas del hombre, hoy llamados ―existenciales‖,
tales como el sentido de la vida, de la muerte, del dolor, etc., pero el existencialismo no
consiste precisamente en plantear estos problemas que se han discutido en todas las
épocas.
Otra equivocación consiste en llamar existencialistas a filósofos que se ocupan de la
existencia en su sentido clásico o de los entes existentes. No tiene gran sentido que
algunos tomistas pretendan hacer de Tomás de Aquino un existencialista..
Finalmente, tampoco hay que confundir la filosofía de la existencia con alguna de las
doctrinas existencialistas, por ejemplo, la de Sartre, ya que subsisten diferencias
esenciales entre las diversas direcciones.
Frente a todos estos equívocos hay que hacer notar que la filosofía de la existencia es
una dirección filosófica estricta, que se ha desarrollado por primera vez en nuestra época
y que, todo lo más, se podría retrotraer a la de Kierkegaard, que sus direcciones
particulares divergen entre sí y que su denominador común es lo que puede llamarse la
filosofía de la existencia.
Los cuatro grandes filósofos existencialistas son Gabriel Marcel, Karl Jaspers, Martin
Heidegger y Jean Paul Sartre. Todos ellos apelan a Kierkegaard, quien es considerado
como un existencialista influyente.
1.5 El Problema del Conocimiento y Epistemología
Para René Descartes la razón es la única fuente segura de conocimientos.
Se interesó por averiguar lo que podemos saber, es decir aclarar la cuestión de la
―certeza de nuestro conocimiento. Empezó por afirmar que, como punto de partida, se
debe dudar de todo, Descartes no quería construir su sistema filosófico sobre un terreno
poco firme. Pero a diferencia de los escépticos que se quedaban en la duda, Descartes
fue el primero que partió de ella para edificar su teoría, es decir: utilizó la duda como
método, como medio y no como fin. Llegó a las siguientes conclusiones provisionales:
* No podemos fiarnos de los sentidos * No podemos fiarnos de los sueños * No podemos
fiarnos en los conocimientos de otros
10. Como ves, a esta altura Descartes duda de todo... entonces se da cuenta que hay algo
que es claro y de lo que puede estar completamente seguro... y esto es: que duda, y si
está dudando es porque piensa, y si piensa puede reconocerse a sí mismo como un
sujeto que piensa. Aquí elabora su famosa frase: ―COGITO, ERGO SUM es decir:
pienso, luego existo. Que es la frase favorita de los racionalistas.
Se concibe a sí mismo como un ser pensante y por ahora esto es lo único que puede
afirmar con certeza. Ni siquiera puede estar seguro de que existe su cuerpo o un mundo
fisco, porque a ellos los percibe por medio de los sentidos y los sentidos son algo de lo
que no se puede fiar.
Una vez que hubo determinado que la única certeza es que ―es un ser o sustancia
pensante‖, se puso a pensar si existía algo más que pudiera considerar con la misma
certeza y seguridad. Y se da cuenta que tiene una idea clara y definida de un ―ser
perfecto‖. Esa idea no puede provenir de él porque es imperfecto y no podría concebir la
perfección desde su imperfección, por tanto ese ser perfecto (DIOS) debe existir también.
Para Descartes la idea de Dios es innata, está impresa en nosotros desde nuestro
nacimiento.
Hasta ahora la realidad exterior se nos presenta muy dudosa, las ideas que tenemos
acerca del sol, las flores, Luís Miguel podrían ser sólo imaginaciones o imágenes de
sueños. Sin embargo la realidad exterior tiene cualidades que podemos reconocer con la
razón. Esas cualidades pueden ser:
Cuantitativas: todo aquello que puede medirse (las relaciones matemáticas)
Cualitativas: como el color, el sabor, el olor (relacionado con los sentidos)
“Garantía de Dios”, invocando esta peculiar garantía Descartes avala todo lo que nuestra
razón reconoce como claro y nítido. Por tanto ahora puede afirmar que existe una realidad
exterior que denomina ―extensión o materia‖.
Los planteamientos epistemológicos están dados en función del análisis de la experiencia
en términos de sujeto y objeto (S/O). La fertilidad de este análisis, aparte de su
significación pragmática, es indiscutible, puesto que desde sus coordenadas se organizan
los métodos de la fisiología y de la psicología de la percepción. Sólo que tanto la
fisiología, como la psicología de la percepción, siendo ciencias cerradas, presuponen ya
dados (en la experiencia adulta definida en un determinado nivel cultural) los objetos que
ellas mismas tratan de reconstruir: ese árbol, o la Luna. Mientras que la problemática
filosófica, en cambio, se refiere al tipo de realidad que pueda corresponder a los objetos
dados mismos. Y estos objetos no se circunscriben, en modo alguno, a aquellos
contenidos que constituyen el campo de la Fisiología y de la Psicología, puesto que entre
los objetos hay que hacer figurar, cada vez en mayor número, a los «objetos» introducidos
por las ciencias modernas. Por consiguiente, la problemática «epistemológica» ha de
considerarse envolviendo a la teoría de la ciencia. Y esto se deduce simplemente del
hecho de que las ciencias mismas (sobre todo, la ciencia moderna, a través de los nuevos
aparatos, desde el microscopio electrónico hasta el radiotelescopio) contribuyen
masivamente a los procesos de constitución de los objetos del mundo y de su estructura.
Dicho de otro modo: el «mundo» no puede considerarse como una realidad «perfecta»
que estuviese dada previamente a la constitución de las ciencias, una realidad que
11. hubiera ya estado presente, en lo fundamental, al conocimiento de los hombres del
Paleolítico o de la Edad de Hierro. Por el contrario, el mundo heredado, en las diversas
culturas, visto desde la ciencia del presente, es un mundo «infecto», no terminado. Las
ciencias, aun partiendo necesariamente de los lineamientos «arcaicos» del mundo,
contribuirán decisivamente a desarrollarlo y, desde luego, a ampliarlo (el «enjambre» W
del Centauro, a 21.500 años luz; la «pequeña nube de Magallanes» y el «enjambre»
NGC362, a 50.000 años luz del Sol; las nebulosas de la constelación del Boyero, a más
de 200 millones años luz,...).
12. 1.6 La Lógica y la Axiología
La lógica es la disciplina filosófica que estudia las proposiciones apofánticas, esto es,
susceptibles de verdad o falsedad. Comenzó siendo el estudio de la estructura del juicio y
el análisis de la relación sujeto/predicado en la lógica aristotélica, para posteriormente ser
superada por la lógica matemática formulada por Gottlob Frege, Bertrando Russell, Jorge
Boole y otros, donde el análisis sujeto-predicado será sustituido por el de una función
matemática susceptible de alcanzar los valores 1 y 0, correlativos a la verdad y la
falsedad.
Axiología: Parte de la filosofía consagrada a la doctrina de los valores, de la dignidad. La
teoría marxista de los valores se halla radicalmente contrapuesta a la axiología burguesa,
formada en los comienzos del siglo XX (Rickert, Max Scheller y otros). En esta última, por
regla general, se ignora la naturaleza social de los valores. Ello explica que, en axiología,
los teóricos no marxistas lleguen a conclusiones subjetivistas o idealistas objetivas. Los
neopositivistas, por ejemplo, niegan en general la existencia real de propiedades de valor
en el objeto, afirmando que lo bueno y lo bello son simplemente expresión de nuestra
actitud subjetiva frente al objeto estimado. Los idealistas objetivos consideran el valor
como una esencia sobrenatural perteneciente al mundo fuera del espacio y de la
experimentación. El marxismo enfoca la teoría de los valores reconociendo, en primer
lugar, el carácter objetivo de los valores sociales, científicos, morales, estéticos, &c; en
segundo lugar, negando el carácter extrahistórico de los mismos, viéndolos en
dependencia de las condiciones históricas, de las relaciones de clase, &c.; en tercer lugar,
teniendo en cuenta la correlación dialéctica de los aspectos relativo y absoluto en el
desarrollo de los valores. Desde el punto de vista del marxismo, el valor supremo es el
hombre, la felicidad humana y la libertad alcanzables en la lucha contra todas las formas
de opresión y mediante la edificación de la sociedad comunista. Actualmente, en la serie
de importantes problemas de la filosofía materialista científica, figura el de investigar la
teoría de los valores y someter a crítica la axiología burguesa.
13. 2. LA REALIDAD ATRAVÉS DEL MITO, LARELIGIÓN Y LA CIENCIA
2.1 El Origen de la Filosofía: Abandono, Mito y Surgimiento del Ser Racional
El mito es una actitud intelectual en la que se produce una personificación de las fuerzas
de la naturaleza, es decir, se dota de voluntad y personalidad a los elementos naturales.
Así por ejemplo, en la mitología griega hay un Dios del mar, otro del Viento,... Estos
dioses actúan según su voluntad y capricho.
A finales del s. VI a.C. se produce el nacimiento del pensamiento racional. Hay quién lo
atribuye a la genialidad griega. Sin embargo, tuvieron lugar una serie de cambios sociales,
económicos e ideológicos que motivaron este nacimiento. Antes de Tales, las
explicaciones del universo eran mitológicas, no por ello menos válidas y capaces de
enfocar y consolidar problemas que serían después objeto de la investigación científica y
racional. El interés de Tales por la sustancia física básica del mundo es lo que marca el
nacimiento del pensamiento científico y filosófico materialista. Nunca buscó explicación
fuera del mundo. En este sentido es el padre de la creación filosófica y científica, ocupada
primordialmente de un pensamiento libre de trabas religiosas y políticas.
La explicación de J. P. Vernant, en su obra "Mito y pensamiento en la Grecia antigua",
(1965), añade importantes elementos derivados del contexto sociocultural, político y
económico de la época para explicar cómo este paso del mito a la racionalidad fue
posible, y por qué se produjo en Grecia en lugar de en otra civilización de la época. La
inexistencia de una casta sacerdotal, la figura del sabio, el predominio de la ciudad, la
transmisión pública del saber, la libertad individual y el desarrollo de la escritura, hacen
posible la puesta en entredicho de las explicaciones cosmológicas y su sustitución por
una forma de pensamiento que no entrañe la creencia y la superstición propias de los
pensamientos mítico y religioso. La estructura del mito hesiódico ("Teogonía") sirve de
modelo según Vernant a toda la física Jonia, siguiendo a Cornford. En este mito, en
efecto, la realidad se genera a partir de un estado inicial de indistinción, por segregación
de parejas de contrarios que interactúan hasta acabar configurando toda la realidad
conocida.
Ahora bien, esta misma estructura la encontramos en las explicaciones de los primeros
filósofos jonios, pero en ellos ha tomado ya la forma de un problema: en la filosofía el mito
esta racionalizado. El mito es animista, mágico, recurre a lo invisible como fundamento de
lo visible, acepta lo sobrenatural y lo extraordinario. La cosmología de los primeros
filósofos modifica su lenguaje y cambia de contenido: en lugar de narrar los
acontecimientos sucesivos, define los primeros principios constitutivos del ser; en lugar de
presentarnos una lucha de dioses nos ofrece un intercambio mecánico de procesos o
fenómenos naturales.
14. 3. Principales pensadores de Grecia Clásica desde el periodo presocrático.
3.1 La división de la filosofía antigua, Milesios, Tales de Mileto, Anaximandro y
Anaxímenes.
Durante miles de años los hombres explicaban la utilidad del mundo exclusivamente en
términos religiosos. La interpretación de la naturaleza desde el hombre, y no desde dioses
y sacerdotes nos dan uno de los problemas de la filosofía como lo es el mundo, siendo
este de tipo Cosmológico. En la etapa preatica, la cual es fundamentalmente filosofía de
la naturaleza o del mundo. Se postula para ella una ley interna que asegura la uniformidad
del acaecer de los fenómenos: la misma causa determina siempre, en todas partes y sin
excepción alguna, los mismos efectos. Sin este postulado no hay ciencia, ni racionalidad,
ni lógica. Los representantes de la filosofía preatica son: Tales de Mileto, Anaximandro,
Anaximenes, intentan fijar el ser último de la naturaleza: agua, aire caos; Heraclito señala
hacia un fuego cósmico inteligente y Parmenides y su discípulo Zenón enfatizan que lo
que es tiene que ser inmutable e inmóvil; en consecuencia las cosas perecederas no son
el ser como tal; son apariencias y apariciones inconsistentes. Los preaticos posteriores:
Demócrito, Anaxágoras y Empedocles continúan la línea de Tales de Mileto: su doctrina
de la naturaleza, es realista y materializante: son los cuatro elementos que constituyen el
mundo.
En la filosofía Griega, se inaugura la razón como un instrumento para la búsqueda de la
verdad, se siembran los principios de la ciencia moderna. Surge como una respuesta a los
mitos, para dar argumento acerca de su naturaleza (el porque de las cosas), ya que la
mitología no es un pensamiento filosófico, puesto que no da una afirmación racional y
deductiva de sus afirmaciones.
15. Tales de Mileto (c. 625-c. 546 a.C.).
Filósofo griego nacido en Mileto (Asia Menor). Fue el fundador de la filosofía griega, y está
considerado como uno de los Siete Sabios de Grecia. Tales llegó a ser famoso por sus
conocimientos de astronomía después de predecir el eclipse de sol que ocurrió el 28 de
mayo del 585 a.C. Se dice también que introdujo la geometría en Grecia. Según Tales, el
principio original de todas las cosas es el agua, de la que todo procede y a la que todo
vuelve otra vez. Antes de Tales, las explicaciones del universo eran mitológicas, y su
interés por la sustancia física básica del mundo marca el nacimiento del pensamiento
científico.
Anaximandro (c. 611-c. 547 a.C.).
Filósofo, matemático y astrónomo griego. Nació en Mileto (en la actual Turquía). Discípulo
y amigo del filósofo griego Tales de Mileto, Anaximandro está considerado el descubridor
de la oblicuidad de la eclíptica, que es el ángulo que forman el plano de la eclíptica y el
plano del ecuador celeste. También se le considera introductor del reloj de sol en Grecia y
fundador de la cartografía.
La contribución más relevante de Anaximandro fue elaborar la más temprana obra en
prosa en relación al cosmos y los orígenes de la vida, por lo que también es mencionado
como fundador de la cosmología. Concebía el Universo como un número de cilindros
concéntricos, de los cuales el más exterior es el Sol, el del medio la Luna y el más interno
contiene las estrellas. Dentro de estos cilindros está la Tierra, sin base firme y en forma
de bombo. Anaximandro postulaba una teoría del origen del Universo que defendía que
éste era el resultado de la separación de opuestos desde la materia primaria. Así, el calor
se movió hacia fuera, separándose de lo frío y, después, lo hizo lo seco de lo húmedo.
Además, Anaximandro sostenía que todas las cosas vuelven con el tiempo al elemento
que las originó.
Anaxímenes (c. 570-500 a.C.).
Filósofo griego de la naturaleza, el último miembro de la escuela jónica fundada por el
filósofo Tales de Mileto. Nació en Mileto (Jonia), en Asia Menor. Anaxímenes afirmaba
que el aire es el elemento primario al que todas las demás cosas pueden ser reducidas.
Para explicar cómo los objetos sólidos se forman a partir del aire, introdujo las nociones
de condensación y rarefacción. Estos procesos, afirmaba, transforman el aire, en sí
mismo invisible, en entidades visibles —como el agua, el fuego y las materias sólidas—.
Pensaba que el aire se calienta y se vuelve fuego cuando se rarifica y que se enfría y se
vuelve sólido al condensarse. La importancia de Anaxímenes no radica en su cosmología
sino en su intento de descubrir la naturaleza última de la realidad.
3.2 La filosofía de la naturaleza o periodo cosmológico; Empédocles, Demócrito,
Anaxágoras
Durante miles de años los hombres explicaban la utilidad del mundo exclusivamente en
términos religiosos. La interpretación de la naturaleza desde el hombre, y no desde dioses
y sacerdotes nos dan uno de los problemas de la filosofía como lo es el mundo, siendo
este de tipo Cosmológico. En la etapa preatica, la cual es fundamentalmente filosofía de
la naturaleza o del mundo. Se postula para ella una ley interna que asegura la uniformidad
del acaecer de los fenómenos: la misma causa determina siempre, en todas partes y sin
16. excepción alguna, los mismos efectos. Sin este postulado no hay ciencia, ni racionalidad,
ni lógica. Los representantes de la filosofía preatica son: Tales de Mileto, Anaximandro,
Anaximenes, intentan fijar el ser último de la naturaleza: agua, aire caos; Heraclito señala
hacia un fuego cósmico inteligente y Parmenides y su discípulo Zenón enfatizan que lo
que es tiene que ser inmutable e inmóvil; en consecuencia las cosas perecederas no son
el ser como tal; son apariencias y apariciones inconsistentes. Los preaticos posteriores:
Demócrito, Anaxágoras y Empedocles continúan la línea de Tales de Mileto: su doctrina
de la naturaleza, es realista y materializante: son los cuatro elementos que constituyen el
mundo.
En la filosofía Griega, se inaugura la razón como un instrumento para la búsqueda de la
verdad, se siembran los principios de la ciencia moderna. Surge como una respuesta a los
mitos, para dar argumento acerca de su naturaleza (el porque de las cosas), ya que la
mitología no es un pensamiento filosófico, puesto que no da una afirmación racional y
deductiva de sus afirmaciones.
Empédocles. En pleno siglo V a de n. e. Empédocles lanza la tesis de los cuatro
elementos o raíces de las cosas: tierra, agua. Aire, fuego. Por diversas combinaciones
de estos cuatro elementos se consigue la inmensa variedad de todas las cosas.
Anaxágoras de Clazomene (nacido hacia el año 500 de n. e.) lleva la filosofía a
Atenas. Sostiene que la materia está compuesta por una mente o nous . Distingue por
primera vez el dualismo de materia y espíritu.
Demócrito de Abdera. (460- 370) las cosas estan compuestas por partículas. Llamadas
átomos. Demócrito no admite un principio espiritual que rija el órden del mundo.
4. Periodo antropológico de la filosofía griega.
4.1 La filosofía del hombre o periodo antropológico.
Se caracterizó por la constante preocupación del mismo hombre.
Protágoras (481 - 411 a.C.)
subjetiv
Sobre los dioses.
Socrates (469 - 399 a.C.)
Considera que la fuente para llegar a una verdad universalmente válida es la razón y que
sólo el hombre posee la facultad de comprensión.
Es el fundador de una moralidad autónoma (ética) cimentada únicamente en la razón.
Además, "las malas acciones se deben sólo a la ignorancia de no saber hacer el bien y no
hay nadie que sea malo por su propia voluntad (ética racionalista)".
17. El hombre debe empezar a descubrir a partir de sí mismo: Conócete a ti mismo.
El conocimiento verdadero se podrá lograr cuando se parta de una modestia intelectual.
Reivindica el valor de la ignorancia consciente bajo la fórmula: Sólo sé que nada sé. Por
ello, también se afirma que estuvo en contra de los sofistas.
Estaba en constante búsqueda de la verdad y utilizó el METODO MAYEUTICO
(Obstetricia), inspirado en la labor a que se dedicaba su madre (comadrona).
La ciencia deriva del conocimiento objetivo y debe ser incuestionable y universal.
Asimismo, el camino más apropiado para encontrar la verdad es la inducción.
El fin último de la filosofía es la educación moral del hombre.
Fue descubridor de la doctrina del concepto, que él captaba mediante la definición: a)
Concepto. Es una forma permanente de representación. Refleja los elementos estables
del objeto.
b) Definición. Consiste en decir lo que una cosa es, su esencia
18. Platón
Desde los veinte años y hasta el último día de la vida de Sócrates, que murió ejecutado
en el año 399 a.C. por orden del gobierno democrático de Atenas, Platón fue discípulo y
amigo suyo, y la influencia de Sócrates sobre el pensamiento platónico fue muy
importante, hasta el punto de que en sus obras Platón siempre le rindió homenaje. Por
otra parte, a través de sus obras, se puede constatar que Platón tenía un amplio
conocimiento de los filósofos presocráticos (como se muestra en Fedón, 95e y s.) y que
recibió una gran influencia de Heráclito (como se observa en Banquete, 207d; Crátilo,
402a; Teeteto, 152e, 179e y s.; Sofista, 242d) y de Parménides (a quien dedica un diálogo
entero con su nombre, y cita en Teeteto, 183e; Sofista, 217c-237a; Banquete, 178b; etc.).
La influencia del pitagorismo es especialmente importante en el pensamiento platónico,
hasta el punto de que Aristóteles considera el platonismo como una variante de la filosofía
pitagórica.
De hecho, durante la dictadura de los treinta, sus parientes Critias y Cármides le instaron
a participar en tareas de gobierno, pero Platón declinó participar en ellas y hacerse
cómplice de una política que ya entonces calificó de injusta. Pero la posterior restauración
de la democracia tampoco satisfizo a Platón, ya que bajo ella, y mediante una acusación
falsa, se ejecutó a Sócrates, el maestro y amigo de Platón, al cual consideraba el hombre
más justo. Por ello, viendo los nefastos resultados de una dirección política que llevaba a
la sociedad a la ruina moral y engendraba la injusticia (la dictadura injusta, en un caso, y
la demagogia que condujo a la muerte de Sócrates, en otro caso), Platón orientó su
pensamiento en el sentido de encontrar un fundamento sólido para conseguir instaurar un
orden justo. Como su maestro Sócrates, consideraba que sólo el conocimiento de la
justicia puede hacernos más justos, y el fundamento de la justicia y la posibilidad de su
conocimiento deben encontrarse a partir de la filosofía. De todas maneras, aunque Platón
renunció a la política activa en su ciudad, no abandonó nunca el proyecto general de
instaurar un Estado ideal. Esta orientación, no sólo está presente en todo su pensamiento,
sino que le impulsó también a intentar, por tres veces, llevar a la práctica su proyecto en
Siracusa.
Atendiendo al orden en que fueron escritos, los diálogos platónicos se dividen en cuatro
períodos o etapas: etapa socrática (393 - 389 a.C.), en la que Platón reproduce las ideas
de su antiguo maestro; etapa de transición (388-385 a.C.), en la que ya van apareciendo
algunas de las tesis fundamentales del pensamiento propiamente platónico, como la
teoría de las ideas, por ejemplo, así como sus primeros análisis del lenguaje y una teoría
lógica de los conceptos; época de madurez (385-370 a.C.), en la que se perfila y
consolida la teoría de las ideas como núcleo fundamental de su filosofía, y desarrolla los
grandes «mitos» de los que hemos hablado; época de vejez(369-347 a.C.), en la que los
diálogos platónicos adoptan un tono a veces autocrítico, y en los que matiza su
pensamiento a la vez que el carácter ontológico de la teoría de las ideas pierde
importancia ante su aspecto meramente lógico.
19. La producción filosófica de Platón es muy amplia y abarca el primer gran sistema
filosófico, ya que elabora:- una ontología (la teoría de las ideas o de las formas
separadas), - una teoría del conocimiento (la anámnesis o reminiscencia, los grados del
conocimiento y la dialéctica ascendente y descendente), - una teoría del alma (entendida
como principio vital y condición del conocimiento, dividida en tres partes que se
corresponden con tres tendencias o facultades: razón, voluntad y pasiones); - una teoría
ética y una teoría política (el Estado ideal gobernado por los filósofos, y dividido en tres
grandes clases: los artesanos o trabajadores, los guardianes y los gobernantes filósofos,
que se corresponden con las tres partes del alma), y- una teoría estética y una
cosmología (en la que establece un isomorfismo entre el cosmos, el hombre y la polis).
La filosofía de Platón
Las motivaciones de la filosofía platónica: la ética, la política y la epistemología
Tal como ya se ha mostrado al hablar de la vida de Platón, la motivación inicial de su
filosofía fue fundamentalmente política y moral, motivación que se vio reforzada por la
influencia de su maestro Sócrates. La necesidad de pensar el fundamento de la justicia y
el orden social condujo a Platón a considerar que éstos no pueden basarse en un mero
relativismo, como decían los sofistas, ni puede ser sólo fruto de un simple pacto o contrato
social, que es una mera pugna entre contendientes que cesan sus hostilidades entre sí
por el mero egoísmo de conseguir seguridad. Sócrates había señalado la necesidad de
una justicia en sí, de una bondad en sí. Y pensaba que solamente por la existencia de lo
justo en sí son posibles actos justos, de la misma manera que solamente por la existencia
de la belleza en sí son posibles las cosas bellas. Esta distinción entre dos órdenes de
realidad distintos que Sócrates había vislumbrado en el ámbito de la ética- hace pensar a
Platón, siguiendo a su maestro, que la simple seguridad no puede ser fundamento de la
justicia ni del orden, como lo muestra la historia de las tiranías y otras formas de gobierno
injustas. Tampoco el mero consenso de la mayoría puede ser el fundamento de la justicia,
como lo prueba la misma condena de Sócrates en la democracia ateniense.Debe existir
un fundamento de la justicia, debe existir la justicia misma para que sean posibles las
acciones justas, que son sólo presentaciones concretas y parciales de la justicia. Hacia la
búsqueda de esta fundamentación se dirige el pensamiento de Platón. Más allá de los
ejemplos concretos de cosas bellas o relaciones amistosas, debe existir la belleza y la
amistad que hacen posibles aquellas; más allá de actos y relaciones justas debe existir la
justicia misma que las hace posibles. Debe existir una alteridad respecto de la experiencia
inmediata, que es la que la posibilita. El estudio de este fundamento, generalizado desde
la ética hasta toda realidad, conducirá a Platón a la formulación de la teoría de las ideas o
de las formas, que es el centro de toda la filosofía platónica. Así, Platón va mucho más
allá de su maestro Sócrates, y considera la necesidad de afirmar la existencia de estas
ideas como medio para comprender la totalidad de lo real, y no situarlas solamente en el
20. ámbito de la ética.Pero a la inicial orientación de tipo político y moral dirigida hacia la
búsqueda de un fundamento absoluto de la justicia, se añade en Platón una orientación
dirigida hacia la búsqueda de un fundamento del conocimiento. Con ello, la oposición a
los sofistas es total: en contra del relativismo moral y en contra del escepticismo
epistemológico. Si los sofistas estaban equivocados, según Platón, al considerar que no
hay propiamente ningún fundamento de la justicia (con lo cual situaban a ésta en el simple
terreno de lo opinable, y en el mundo en devenir), también erraban al pensar que no es
posible un conocimiento verdadero. En ambos casos el error, según Platón, se debía a
que se situaban en el terreno de lo meramente sensible. Pero, de la misma manera que
los actos (particulares y concretos) solamente los podemos calificar de justos o injustos
por referencia a la justicia (universal y abstracta), el conocimiento del mundo físico
(cambiante, temporal, efímero), solamente es posible por referencia a otra realidad
(inmutable, eterna, permanente). Así, a la inicial motivación político-moral, se añade una
motivación epistemológica que conducirá el pensamiento de Platón hacia la formulación
de la teoría de las ideas.
El conocimiento es siempre conocimiento de lo universal
Partiendo de una motivación epistemológica, el pensamiento de Platón se encaminará a
buscar el auténtico objeto del conocimiento y, bajo la influencia pitagórica, considerará las
matemáticas como modelo de conocimiento. Así, de la misma manera que el matemático
habla de triángulos, círculos, esferas o números, de los que sus dibujos son sólo meras y
toscas representaciones, y no confunde el dibujo de un triángulo con el triángulo como
figura geométrica ideal, el filósofo no ha de confundir la realidad física ni los
acontecimientos particulares con las ideas de las cuales estos actos o cosas son meras
representaciones. De la misma manera que el dibujo de un triángulo no es un triángulo -
es sólo una representación de esta figura ideal sin la cual no sería posible hablar de
triángulos, un acto justo no es «la justicia». Pero esto es extensible a toda ciencia, ya que
el auténtico conocimiento no es nunca conocimiento de lo particular concreto, sino de lo
universal abstracto (Teeteto,151e-183c.). Un botánico no se interesa en realidad por este
ciprés, aquel pino o este otro abeto, sino que toma estos casos particulares para llegar a
la noción de conífera y, más allá, a la noción de árbol en general y, más allá todavía, a las
nociones de vegetal y ser vivo. En el límite, y esto compete ya solamente a la filosofía,
deberíamos poder llegar a la noción general del ser. Y así como nos equivocaríamos
totalmente si para estudiar las propiedades de un árbol nos limitásemos a contemplar un
dibujo suyo, o confundiésemos la noción general de árbol con un ciprés, también nos
equivocaremos intentando saber qué es la justicia, o qué es la belleza, limitándonos a
observar actos justos o cosas bellas. Es preciso, pues, dirigir la atención hacia el
fundamento que hace posibles estos actos o estas cosas, es decir, hacia lo que Platón
llamará las ideas. La pregunta por el significado y por la clase de existencia de estos
términos o predicados generales es el núcleo de la teoría de las ideas de Platón que,
según él, es el centro de toda filosofía, razón por la cual, los que se dedican a ésta
aparecen, ante los ojos de los demás, como personajes alejados de lo que,
erróneamente, consideran la realidad. (Teeteto, 174a-177c.).
La influencia de Heráclito y de Parménides
21. Al mismo tiempo, esta reflexión iniciada a partir de una motivación político-social y
epistemológica, entroncaba con las grandes cuestiones que se había planteado la filosofía
presocrática. El giro antropológico que se produjo en la filosofía de los sofistas y que
prosigue Sócrates (las preguntas por el nomos, y por el fundamento de la vida en la polis)
está presente en el pensamiento de Platón, pero la preocupación del por qué podemos
conocer, y por saber qué es la realidad, en definitiva, las preguntas por la physis y por la
episteme, así como por el cosmos, también aparecen en su pensamiento. De esta forma,
Platón intentará una síntesis superadora de las diversas posiciones que se habían dado
en la filosofía anterior, apareciendo como el formulador de un vasto sistema capaz de
incluir los momentos fundamentales de la tradición del pensamiento racional de su época.
Partiendo de una inicial motivación político-social, su pensamiento se abre a todos los
ámbitos de la filosofía, elaborando una ontología, una epistemología, una ética, una teoría
política y una estética; es decir, elaborando el primer gran sistema filosófico de la historia.
Heráclito había destacado que todas las cosas están en continuo cambio. Todo fluye,
decía Heráclito (a quien Platón conocía bien, gracias a su maestro Crátilo), nada
permanece, sino que cuanto existe está sometido a un proceso ininterrumpido de
alteración y, por tanto, nada «es» propiamente. Parménides, por el contrario, había
destacado que lo que es no puede dejar de ser, ya que dejar de ser es convertirse en no-
ser, lo que es imposible ya que lo que no es, no es, razón por la cual es imposible el
cambio. Platón puede conciliar ambas posturas ya que, dando la razón a Heráclito, afirma
que el mundo sensible está continuamente sometido al cambio y al devenir, de forma que
nunca es propiamente, ya que siempre está siendo, con lo cual muestra que no tiene la
razón de ser en sí mismo y, por ende, es una realidad derivada.
Pero Parménides tiene razón -piensa Platón- si en lugar de pensar en el mundo que
captan nuestros sentidos pensamos en aquellas entidades que, como los números o las
figuras geométricas, no se alteran. Estas tres mesas concretas que están ahí, por
ejemplo, hace cien años no existían y dentro de cien años probablemente habrán dejado
de existir, pero las nociones de «tres» y de «mesa» no se alteran por ello. De la misma
manera debe entenderse lo real sensible: todo cuanto existe en el mundo físico es una
representación de otra realidad diferente, la del mundo de las ideas que sólo podemos
captar por la razón. Nada en el mundo sensible es permanente, sino que siempre está
sometido al cambio continuo, al devenir. En cambio, las ideas universales son inmutables,
eternas, imperecederas. Uno es el mundo que captan nuestros sentidos; el otro, el que
nos puede ofrecer nuestra razón.
El dualismo platónico
Con la separación entre el mundo sensorial y el mundo que nos ofrece la razón, Platón
divide la realidad en dos grandes ámbitos: el mundo visible o sensible, que es mutable,
cambiante, sometido al devenir y que, por tanto, nunca «es» propiamente(Crátilo, 439b-
440d.); y el mundo inteligible, el mundo de las ideas que sólo es accesible por la razón, y
que es intemporal, inespacial y, por tanto, inmutable.El mundo sensible, entonces, es sólo
la mera representación del mundo de las ideas. Representación en todos los sentidos de
la palabra, es decir, como en la representación teatral, en la que los personajes (las cosas
del mundo sensible), siguiendo el guión de una obra, la re-presentan (la vuelven a hacer
presente, la traen a la presencia). Así, de la misma manera que diversos actores
particulares y en distintas épocas pueden representar la misma obra, la realidad física es
22. como la representación continuamente cambiante de la realidad superior y eterna del
mundo de las ideas. El mundo intemporal (eterno) de las ideas se temporaliza (se hace
presente) en el mundo material. Esta representación, a su vez, está jerarquizada, de
modo que hay una gran cadena jerárquica entre el mundo sensible y el mundo de las
ideas. En el extremo de la cadena se hallan las ideas, la auténtica realidad, de la que el
mundo sensible es una representación. Ahora bien, esta concepción vaga y general debe
precisarse. ¿Qué son propiamente las ideas?, ¿cómo debe entenderse más precisamente
la relación entre ellas y el mundo sensible? y ¿cómo podemos conocer estas ideas ya que
no son sensoriales y, por tanto, no podemos tener experiencia de ellas, aunque, como
verdadero objeto del conocimiento, han de tener una realidad propia? Las respuestas a
estas cuestiones forman el cuerpo de la filosofía platónica que despliegan la teoría
general de las ideas, es decir, su ontología y su gnoseología, que desembocan en una
cosmología, una estética, una ética y una teoría política, cerrando así el círculo del
sistema platónico.
La teoría de las ideas
Según Platón, las ideas o formas son la verdadera realidad ya que, a diferencia del
mundo sensible que captan nuestros sentidos y que es continuamente cambiante, son
eternas e inmutables. El mundo sensible nos es accesible mediante los sentidos, pero
éstos sólo nos dan conocimiento de lo particular. La ciencia, entendida como
conocimiento verdadero o episteme, en cambio, no es ciencia de lo meramente particular,
sino que es siempre ciencia de lo universal. (Teeteto,151e-183c.,).Pero la universalidad
sólo es accesible a la razón. El mundo sensible es el terreno de la doxa, o conocimiento
parcial e imperfecto; la episteme, el verdadero conocimiento, es de lo universal, de las
ideas.
El mundo de las ideas, que es más real que el mundo sensible, es el modelo o paradigma
del mundo sensible, que es sólo una continua y cambiante representación suya, y es este
mundo el que permite la existencia de la ciencia. De la misma manera que la botánica no
estudia este pino o aquel ciprés, sino que estudia las coníferas y, más en general, todos
los vegetales; la filosofía como ciencia suprema ha de tener como objeto no las cosas
particulares del mundo sensible, sino las ideas, es decir, los fundamentos. Por ello, es
muy importante señalar que las ideas de las que habla Platón no deben confundirse
nunca con los contenidos de nuestra mente. La noción de idea como contenido mental
aparecerá más tarde, en la filosofía de Descartes. Para Platón las ideas existen
independientemente de si son o no pensadas, tienen realidad propia, independiente de las
cosas y separadas de ellas, e incluso son más reales que las cosas del mundo sensible.
(Hipias mayor, 287c-d; Fedón, 100a-c; República, 507a-c;508c-509b).La teoría de las
ideas se desarrolla a lo largo de la mayor parte de los diálogos que hemos clasificado
entre los de su período de transición. En especial, en el Menón, Crátilo, Fedón y la
República. Sigue presente en las obras posteriores, aunque en los diálogos del período
de madurez, además de afinar esta teoría, y oponerse a una simplista interpretación de
ésta, introduce nuevos elementos, tales como su método de las dicotomías, de las que
tratamos más adelante.Donde más radicalmente aparece expuesto el dualismo platónico
entre el mundo de las ideas o mundo inteligible y mundo material o mundo sensible, es en
el conocido mito de la caverna, (República, VII; 514a-517c, 518b-d), y en el texto que le
precede dentro de la República, conocido como metáfora de la línea (República, VI; 509d-
23. 511b), que se explican en este diccionario en artículos aparte. En estos textos aparecen
unidos los ámbitos ontológico y epistemológico. El conocimiento vulgar, adquirido por los
sentidos (vista, tacto, olfato, etc.) solamente nos proporciona sensaciones. El error de los
sofistas, que les conduce al relativismo y al escepticismo (ejemplificados por Protágoras,
a quien Platón critica, por ejemplo, en el texto Teeteto,151e-183c, que ya hemos
mencionado anteriormente), estriba en confundir saber y percepción. Pero esta confusión
todavía nos mantiene encadenados en el fondo de la caverna. Las cosas sensibles,
cambiantes y diversas (como las sombras imprecisas del fondo de la caverna que
destacan sobre un fondo débilmente iluminado por la vacilante luz del fuego que las
proyecta) son solamente sombras e imágenes imperfectas de unas realidades de orden
superior, inmutables y eternas. Ya en el Menón nos dice Platón que el mundo sensible es
una mera copia del mundo de las ideas que podemos conocer por el intelecto. Las abejas
de un enjambre, tomadas individualmente y desde la información que nos suministran los
sentidos, son todas diferentes pero, en cuanto que son «abejas», desde el punto de vista
de la esencia, son todas iguales: «no difieren las unas de las otras en tanto que son
abejas» (Menón, 73b).En el Banquete y en el Fedón Platón se extiende más en la
explicación de la naturaleza de las ideas: son -dice- realidades absolutas que existen por
sí y en sí mismas. En la República, especialmente en los cita.
Aristóteles (384/383- 322 a.C.)
Filósofo griego, el de mayor importancia junto con Platón, en toda la historia de la filosofía;
nacido en la ciudad jonia de Estagira, de donde le viene el apelativo de «Estagirita», fue
hijo de Nicómaco, médico de Amintas, rey de Macedonia.
Aristóteles regresa a Atenas el 335, a los 50 años de edad y a los 13 de haber salido de
ella, e inicia la tercera fase de su vida fundando su propia escuela, el Liceo, que no
destinará, como la Academia, a la investigación de la matemática y la dialéctica, sino a
unas investigaciones de carácter más amplio relacionadas con la ciencia de la naturaleza.
Las obras que se conocen de Aristóteles pertenecientes a estos años hacen suponer un
período de fidelidad inicial a las ideas platónicas con cierta actitud de revisión de la teoría
de las ideas, que debía ser la de la Academia: Grilo, Eudemo, Protréptico, Sobre las ideas
y Sobre el bien son obras de juventud, al estilo de los diálogos platónicos, y pueden
llamarse obras exotéricas, o de divulgación, a diferencia de las esotéricas, que configuran
el cuerpo de obras aristotélicas posteriores.
El conjunto de las obras auténticas de Aristóteles suele dividirse en grupos que recuerdan
su clasificación de las ciencias. El Organon, que aunque no es ciencia es un instrumento
para todas ellas -la lógica, nombre que Aristóteles no usó-, comprende las Categorías
(estudio de los términos fundamentales), la Interpretación (estudio del enunciado o
proposición), los Analíticos primeros y segundos (estudio del silogismo formal y de la
demostración científica, respectivamente), los Tópicos (estudio del silogismo probable
para salir al paso de cualquier problema) y las Refutaciones sofísticas (tratado de los
sofismas).
El segundo grupo lo constituyen los libros sobre la naturaleza: Física (sobre movimiento y
cambio en general), Sobre el cielo (cosmología y astronomía), Sobre la generación y la
corrupción (sobre las cuatro cualidades fundamentales de la materia) y Meteorológico
(estudio de los fenómenos del cielo). Se incluye en este grupo la psicología y la biología:
24. Sobre el alma (historia o investigación sobre el alma, principio vital), Parva naturalia
(pequeños tratados sobre psicología y biología), Historia de los animales (investigaciones
zoológicas, considerada una de sus obras maestras), Las partes de los animales, El
movimiento de los animales y La generación de los animales.
Tras los libros físicos, los metafísicos, esto es, los 14 libros de la Metafísica, nombre cuyo
origen se atribuye al hecho de haberlos situado Andrónico de Rodas detrás de los libros
de física: metá tà physikà (después de los libros de física). Parece que fue Simplicio,
neoplatónico del s. VI d.C., el primero en aplicar este nombre al contenido de estos libros.
La filosofía práctica se compone de libros que tratan de ética y política: Ética a Nicómaco
(la más importante, dedicada a su hijo Nicómaco), Ética mayor (breve y quizá espuria) y la
Ética a Eudemo. (platónica, y posiblemente espuria). Los 10 libros de la Ética nicomáquea
remiten a la Política, obra en que, desde una perspectiva más empírica que ideal,
Aristóteles estudia el régimen político, o el gobierno de la ciudad, ámbito donde se
desarrolla la ética.
El grupo de las ciencias poyéticas o productivas comprende libros de retórica y poesía: la
Retórica, (cómo convencer con el discurso), y la Poética (cómo hacer una obra de arte),
donde el arte es mímesis, imitación de la naturaleza. Añádanse a estas obras las escritas
en su juventud, en la Academia platónica, ya mencionadas: Grilos y Eudemos, y
Protréptico o exhortación a la filosofía. Aristóteles compiló, además, hasta 158
constituciones de ciudades-estado griegas; de las que se conserva la Constitución de
Atenas (fragmentos).Pese a la importancia e influencia de la interpretación que W. Jaeger
(1923) hace del corpus aristotelicum, se sostiene en la actualidad que, aun siendo verdad
que debe tenerse en cuenta una evolución a través de las épocas del pensamiento de
Aristóteles -vida en la Academia, años de viajes y fundación y permanencia en el Liceo-,
su obra posee suficiente unidad y homogeneidad como para poder hablar de un sistema y
una filosofía aristotélicos.
La filosofía de Aristóteles
La filosofía de Aristóteles se presenta, casi desde el primer momento, como una crítica
sistemática a la teoría de las ideas platónicas y un intento de sustituir la visión idealista
platónica por una especulación de signo realista basada en el sentido común y la
experiencia. Su división y estructuración del saber, que influirá durante siglos, es ya
sintomática: el saber es múltiple y no se funda en principios únicos; no existe una sola
ciencia dialéctica (como en Platón), sino que cada campo del saber tiene sus propios
principios. Todo conocimiento (episteme) es, según Aristóteles, «práctico, productivo o
teórico». El saber productivo es la técnica de saber hacer cosas, como el arte, la
agricultura, la retórica y la poética. El práctico es el saber que mejora la conducta
humana: la ética y la política. El teórico no tiene otro objeto que la búsqueda de la
verdad, en uno mismo y en las cosas. Esta triple división permite una muy razonable
clasificación de las distintas ciencias: lógica, física, psicología, biología, política, ética,
etc., y ante todo la filosofía primera, la posteriormente llamada metafísica, creada por
Aristóteles y que pretende ser un tipo especial de saber, cuyas vicisitudes llenarán de
forma intensa la historia cultural de occidente.
Al saber -del que dice Aristóteles que «todos los hombres por naturaleza desean saber»,
en su forma de conocimiento teórico, lo llama ciencia. Tres son las ciencias teóricas: la
25. matemática, la ciencia de la naturaleza y la filosofía primera o Teologia. A esta última
atribuye como objeto propio el estudio de las sustancias separadas e inmutables; a la
física incumbe el estudio de los objetos separados, pero sujetos a movimiento y cambio, y
a la matemática los objetos sólo separables de la materia por abstracción, pero no sujetos
a movimiento y cambio. Y este triple objeto de estudio indica que lo que se llama realidad
lo es en diversos sentidos. A la filosofía primera (Teología) la considera ciencia divina, y la
define como «ciencia del ser en cuanto ser», porque se interesa sólo por un único aspecto
de las cosas: en cuanto son o existen.
El punto de partida es, por un lado, la observación de que es innegable el cambio y la
alteración en las cosas (el problema de los presocráticos) y, por el otro, la convicción de
que sólo hay conocimiento verdadero de lo inmutable. ¿Cómo puede haber, pues, un
verdadero conocimiento de la naturaleza?
La visión que tiene Aristóteles de la naturaleza es la de un naturalista o biólogo que ve
en ella la manifestación multiforme de la vida en las cosas que nacen o perecen, cambian,
se alteran o se transforman. El movimiento, la vida, ha de venir de algún principio,
porque «todo lo que se mueve es movido por algo»; este principio, en las cosas naturales,
no puede ser, por definición, sino interno a las mismas. Para entender el cambio, debe
disponerse de una terminología adecuada, que permita hablar sin contradicción sobre las
cosas que cambian, de modo que sea posible decir y entender que lo que cambia no se
crea de la nada ni tampoco desaparece, sino que cambia en algún aspecto y en algún
aspecto no cambia, permaneciendo de algún modo también idéntico a sí mismo; de esta
terminología carecieron los presocráticos. Deben determinarse, por tanto, los factores o
principios (arkhai) del cambio, a saber: la materia, la forma y la privación, esto es, el
sustrato, que permanece, pero que adquiere aquella forma de que está privado y, en esto
mismo, cambia. El cambio, visto desde esta perspectiva, no es sino la adquisición de una
forma de la que la materia sustrato, o el sujeto, está privada.
El cambio puede ser visto desde otra perspectiva, la que ofrece la distinción de acto y
potencia. Todo, según Aristóteles, está en acto (enérgeia, entelékheia) o en potencia
(dýnamis); todo, en efecto, tiene una determinada realidad y una determinada capacidad o
posibilidad de ser alguna otra cosa o poder realizar algo: el hombre que no sabe música
puede aprenderla, un niño de pocos meses puede llegar a ser adulto y una semilla puede
convertirse en árbol; pero ningún humano puede esperar que le salgan alas ni la semilla
confiar en ser un ave. No todo puede ser cualquier cosa; se está en potencia sólo
respecto de aquello que se puede ser. Movimiento es, entonces, estar en tránsito desde
lo que se es a lo que se puede ser: «la actualidad de lo potencial en cuanto a tal». Ni el
sustrato puede adquirir una forma de la que está privado, ni lo que está en potencia pasa
a ser actualidad sin la presencia y actuación de una causa. Las causas (aitíai) explican el
cambio; materia, forma, iniciador del cambio y fin (causa material, formal, eficiente y
final) constituyen cuatro maneras distintas de contemplar el fenómeno del cambio.
La teoría aristotélica de las causas es una de las teorías paradigmáticas de Aristóteles.
Las causas fueron la explicación de los cambios del mundo físico durante siglos, las
rechazó la ciencia moderna y alguna de ellas persiste formando parte todavía de nuestro
modo de hablar. Las causas no son sólo explicaciones del cambio; pertenecen en cuanto
aspectos de las cosas a la estructura de la realidad: son las líneas maestras por las que
transcurre la comprensión del universo. En la psicología aristotélica, el hombre aparece
26. como ser capaz de comprender todo el universo y de tender a ello llevado por el ansia de
saber.
Esta comprensión del universo como un todo requiere la consideración de las cosas en
aquello que hay de más general: meramente en cuanto existentes; atenerse a esta
consideración es investigar la realidad sólo como tal realidad. A esta investigación llama
Aristóteles ciencia del ser, o «filosofía primera», y la tradición, metafísica o bien ontología,
y a ella incumbe la investigación de «las causas primeras de lo que es, en tanto que algo
es». Lo que aparece a la vista del entendimiento, cuando contempla la realidad sólo en
cuanto es, es la sustancia (ousía), o entidad.
El mundo es, metafísicamente hablando, un todo estructurado de sustancias o de modos
de la sustancia (accidentes), y sustancia o entidad es, primariamente, la esencia y el
individuo compuesto de materia y forma (hilemorfismo); hay muchas maneras de ser y de
decir «que algo es», pero todas se dicen con relación a una sola, que es la entidad o
sustancia. Bajo la constante inestabilidad de todo lo existente, puesta en claro por la
física, la metafísica halla puntos sólidos donde fundar el conocimiento: lo que Aristóteles
llama sustancia, entidad, esencia, ousía, con un doble sentido fundamental: como «qué
es» (aspecto lógico, reducible a lo inteligible: forma o esencia) y como «aquello que es»
(aspecto ontológico, reducible al ser individual: acto); lo uno es lo otro, porque la forma o
esencia no puede existir sino actualizada. La metafísica, la ontología, mira en perspectiva,
buscando el conocimiento más allá de los individuos y las cosas concretas: «Si nada hay
aparte de los individuos, nada habrá inteligible, sino que todas las cosas serán sensibles,
no habrá ciencia de nada, a no ser que se llame ciencia a la sensación».
Las sustancias, o entidades, son de tres clases: dos físicas (corruptible una, como las
plantas y los animales, e incorruptible y eterna la otra, pero móvil, como los astros del
cielo) y una inmóvil y eterna; sin ésta, aquéllas no existirían. Todo en el mundo es
actividad y movimiento, ya sea que mire el mundo como un conjunto de cambios de forma
en un sustrato material, ya sea que se mire como un conjunto de tránsitos de la potencia
al acto. La armonía del mundo es una sucesión de cambios de forma y sucesivas
actualizaciones de potencialidades, sólo explicable si hay una primera sustancia cuya
esencia es movimiento sin ninguna clase de potencialidad.
A este primer moviente llama Dios, porque es eterno, entidad y acto, que «mueve sin
moverse» como lo «deseable e inteligible», que «mueve en tanto que amado», es
necesario, perfecto y «absolutamente es como es»; de él penden el Universo y la
Naturaleza; su actividad es «placer», vida, pensamiento, «de modo que entendimiento e
inteligible se identifican». Así describe a Dios Aristóteles en el libro 7 (XII) de la Metafísica
y en el libro VIII de la Física: como principio, mejor como centro, del movimiento del
mundo, porque a él tiende todo como tienden las cosas hacia un fin, porque mueve como
hace lo deseable e inteligible. En el universo entero hay finalidad (teleología), no porque el
primer moviente tienda a algo o mueva con «vistas a algo», sino porque él es «para bien
de algo». De lo contrario, «todo procedería de la noche», esto es, del Caos. Esta finalidad
es lo que Aristóteles llama el Bien del universo, que se expresa en el orden del universo, y
27. se logra por el hecho de que todas las sustancias «tienden» a realizar, a actualizar, todas
las potencialidades de su propia forma.
El orden del mundo es el encadenamiento de la actividad de las sustancias, compuestas
de materia y forma, que despliegan sus posibilidades o capacidades de acuerdo con su
esencia. La entidad, la sustancia (la forma), es el origen del movimiento o actividad de
cada cosa, igual como la sustancia primera lo es de todo el universo. Por su forma tienden
el fuego y el aire a la periferia del universo y la tierra y el agua al centro; la planta y el
animal, por su forma, empiezan y terminan el movimiento en sí mismos (finalidad
inmanente) y, por su esencia, su sustancia o su forma, tiende el hombre a su actividad
racional (finalidad consciente). El hombre es el único ser del universo que desarrolla de un
modo racional la expresión del orden, o desarrollo de todas las capacidades que le brinda
su esencia: mediante el conocimiento, en el terreno de la racionalidad teórica, captando
de forma abstracta y conceptual la verdadera naturaleza de las cosas, y mediante la
conducta moral, en el terreno de la racionalidad práctica, con el desarrollo de todas las
potencialidades del alma con las que desea el bien. La vida propiamente humana es la
vida ética y ésta consiste en el cultivo de las virtudes éticas y las dianoéticas: en la
actividad (praxis) conforme a la virtud más excelente y según lo mejor que hay en el
hombre; y también en ello consiste la felicidad y, por esto, la ética y la política son la
realización del fin ( telos) de la naturaleza humana. A la fundación de la lógica debe
Aristóteles buena parte de su merecida fama de ser uno de los principales pensadores de
la humanidad. La lógica se convierte, con él, en ciencia formal e instrumento (Órganon)
del conocer. Tal como la concibe, es fundamentalmente una lógica de predicados, o
términos, que ha recibido el nombre de silogística, puesto que su objetivo es el estudio del
silogismo. El lugar e importancia que ocupa la inferencia deductiva en la lógica de
Aristóteles está plenamente de acuerdo con el carácter de plena inteligibilidad que otorga
al mundo: se manifiesta ésta no sólo en lo que el hombre puede conocer de forma
inmediata sino también en la posibilidad de fundar en un sistema deductivo, que descansa
en los primeros principios del pensamiento, todo el entramado de afirmaciones posibles
acerca del mundo.
La lógica aristotelica
La lógica aristotélica no es un método deductivo completo y se basa sólo en el análisis de
cuatro tipos de enunciados, los llamados enunciados categóricos, de modo que las
inferencias que permite son de un tipo determinado. Pero da en el núcleo del sentido de la
lógica al concebirla como un instrumento para conocer qué son las cosas y por qué son
las cosas, por lo menos en el mundo de las categorías en que se movía mentalmente
Aristóteles. La estructura del enunciado categórico («Sócrates es filósofo») manifiesta que
hay cosas que son sustancialmente («ser Sócrates») y otras que son accidentalmente
(«ser filósofo»), según el lugar que ocupan en el enunciado, como sujeto o como
predicado. El porqué de las cosas, su causa, se manifiesta en las inferencias. Los
«porqués» derivan de la propiedad que tienen las sustancias de determinarse por
múltiples accidentes; en este supuesto, indagar el porqué es preguntar la razón por la que
unos accidentes, y no otros, pertenecen a una determinada sustancia. Un razonamiento
deductivo, en forma silogística, pone de manifiesto las relaciones entre la sustancia y sus
modificaciones.Un buen ciudadano ha de obedecer las leyes de la ciudad. Sócrates es un
28. buen ciudadano. Sócrates ha de obedecer las leyes de la ciudad. Sócrates puede
obedecer o no las leyes de la ciudad, y para saberlo es útil un buen razonamiento. Pero
para saber algo inmediato, quién es Sócrates o qué significa ser un «buen ciudadano»,
habrá que recurrir no a la deducción, o a la relación accidental entre sustancias, sino a la
investigación empírica, esto es, a la inducción. Aristóteles estudió la demostración formal
en los Analíticos primeros, y la demostración científica, aquella que parte de premisas
consideradas verdaderas, en los Analíticos segundos. La lógica aristotélica, aunque
limitada en cuanto al tipo de inferencias que pueden hacerse, era no obstante rigurosa y
estaba en consonancia con los objetivos que perseguía su filosofía. Junto con la lógica de
enunciados de los estoicos, ha constituido la base de la lógica tradicional.
El Neoplatonismo o periodo religioso.
Sistema de filosofía idealista y espiritualista tendiente al misticismo. Floreció en el mundo
pagano de Grecia y Roma durante los primeros siglos de la era cristiana. Es de interés e
importancia, no sólo porque es el último intento del pensamiento griego por rehabilitarse a
sí mismo y restablecer su vitalidad exhausta mediante el recurso a las ideas religiosas
orientales, sino también porque definitivamente entró en servicio del politeísmo pagano y
fue usado como arma contra el cristianismo. Su nombre se deriva del hecho de que sus
principales representantes obtuvieron su inspiración de las doctrinas de Platón, a pesar de
que es bien conocido que varios de los tratados en que ellos se basaron no son obras
genuinas de Platón. El neoplatonismo se originó en Egipto, esta circunstancia, por sí
misma, indicaría que, no obstante el sistema haya sido un producto característico del
espíritu helenista, fue ampliamente influenciado por los ideales religiosos y las tendencias
místicas del pensamiento oriental.