Los signos vitales y la somatometría proporcionan información crítica sobre el estado de salud de un paciente. La somatometría incluye medidas como el peso, la talla y el índice de masa corporal, mientras que los signos vitales comunes son la presión arterial, la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria, la temperatura y la oximetría de pulso. Todos estos valores ayudan a los médicos a diagnosticar problemas y monitorear el crecimiento y desarrollo, especialmente en niños.