La intoxicación etílica y el síndrome de abstinencia alcohólica se clasifican en leve, moderada, grave y muy grave dependiendo de los síntomas. El tratamiento de la intoxicación incluye dieta absoluta, control de constantes vitales y glucemia, así como medidas para prevenir complicaciones. El síndrome de abstinencia puede causar ansiedad, temblor o delirium tremens y se trata generalmente con benzodiacepinas, tiamina y control de electrolitos.