El documento habla sobre la disciplina y cómo los padres deben enseñarla a los hijos. Explica que la disciplina pone límites que hacen sentir a los niños valorados y protegidos, no es equivalente al castigo. Aconseja elegir castigos que reduzcan el mal comportamiento, explicar siempre las consecuencias, ser firme y no amenazar en vano. También recomienda usar técnicas positivas como recompensas y elogios concretos para mejorar el comportamiento.