El cuadro "La familia de Carlos IV" de Goya retrata a la familia real española de Carlos IV de una manera realista que algunos consideran como una sátira. Goya pinta a los miembros de la familia real de una manera que revela sus personalidades y posiciones dentro de la corte, aunque no se sabe si tenía la intención de criticarlos. La pintura marcó el inicio del alejamiento de Goya de los estilos artísticos tradicionales y su énfasis en la subjetividad y la expresión a través del color.