En el presente artículo se pretende abordar la gestión del conocimiento, en especial lo referente a la comunicación organizacional, como una de las formas de generar calidad educativa y de convertir a las instituciones educativas en organizaciones que aprenden.

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Postgrados en Educación – Universidad Católica de Manizales - 2017
La gestión del conocimiento y las organizaciones que aprenden
Páez Caro, Miguel Alberto1
La gestión del conocimiento y las organizaciones que aprenden
Universidad Católica de Manizales, febrero-julio, 2017
Especialización en Gerencia Educativa
Manizales, Colombia
Resumen
En el presente artículo se pretende abordar la gestión del conocimiento, en especial lo
referente a la comunicación organizacional, como una de las formas de generar calidad
educativa y de convertir a las instituciones educativas en organizaciones que aprenden.
Palabras clave: gestión del conocimiento, comunicación organizacional, organizaciones
que aprenden.
Abstract
This article aims to address knowledge management, especially concerning
organizational communication, as one of the ways to generate educational quality and to
turn educational institutions into learning organizations.
Keys words: knowledge management, organizational communication, learning
organizations.
Se puede definir la gestión del conocimiento como el proceso de generación de valor a partir de
los activos intangibles de una organización. De ahí que en el campo de la educación dicha
gestión haya cobrado tanta importancia en los años recientes, dado que son este tipo de
entidades, frente a las empresas tradicionales, organizaciones en las que los tangibles son
escasos, mientras que los intangibles representan la gran riqueza con las que se cuenta. No se
puede pasar por alto, sin embargo, que toda esta gran riqueza era subvalorada y, en ocasiones,
desperdiciada, generando con ello la pérdida de valor de las instituciones y, por ende, su colapso
organizacional.
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Estudiantes de Especialización en Gerencia Educativa de la Universidad Católica de Manizales.

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Y es que, como afirman Fontalvo, Quejada y Puello (2011), la principal ventaja de la gestión
del conocimiento es la capacidad innovadora como motor de mejoramiento, conllevando dicha
capacidad a la generación de organizaciones que aprenden. Pero lo de las organizaciones que
aprenden, que en últimas es una de las fuentes de la calidad educativa, no se puede convertir
para nosotros, gerentes educativos, en un simple discurso que genera novedad. No. Se debe
partir de aceptar que si nos comprometemos en la gestión del conocimiento, implementando
para ello los mejores recursos y la mejor cualificación, entonces veremos que nuestras
organizaciones serán inteligentes.
Es decir, veremos que se optimiza el potencial formativo de los procesos que desarrolla la
institución educativa, pero a la vez, veremos que la percepción de los que laboramos en una
institución donde se gestiona el conocimiento es que la organización es verdaderamente de
calidad. En otras palabras, una organización que sabe utilizar sus recursos para responder a las
necesidades externas, partiendo de una respuesta a las necesidades internas.
Es por ello que, después de subirse en ese tren de la calidad, resulta difícil bajarse, ya que
todo se mira desde esa perspectiva, logrando que la tarea de mejoramiento continuo se convierta
en un proceso siempre vigente y necesario para la toma de decisiones. De ahí que Dixon (1994)
afirme que las organizaciones que aprenden "hacen un uso intencional de los procesos de
aprendizaje a nivel individual, grupal y del sistema para transformar la organización en modos
que satisfacen progresivamente a todos los concernidos".
Si partimos del hecho de que, al gestionar el conocimiento, es decir, al adelantar un proceso
de generar valor a partir de los intangibles de una organización (Fontalvo, Quejada y Puello,
2011), entonces estamos hablando precisamente de que ya el aspecto material (tangible) no
ocupa el lugar de privilegio en la gestión institucional, sino que, unido a éste, debe estar la
gestión del conocimiento por constituir dicha gestión la plataforma de avance de la organización
en tanto un proceso de conocer el contexto en sus detalles más específicos y, a la vez, de
intervenir en sus problemáticas, partiendo del compendio de la propia experiencia institucional y
de los valores de cada uno de los sujetos que integran la organización (Nonaka y Takeuchi,
1995).
Es en este punto donde toman fuerza las palabras que emite el Syllabus de la asignatura
Gestión del conocimiento al proponer como punto de partida para la reflexión la necesidad de

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revisar cuáles son aquellos aspectos que impiden a las instituciones avanzar hacia la meta de ser
organizaciones que aprenden.
Si se trabaja en sintonía con la gestión del conocimiento, es decir partiendo de una correcta
comunicación organizacional y de un uso adecuado de los procesos de autoevaluación, entonces
se podrá avanzar en el difícil camino de convertir las instituciones educativas en organizaciones
inteligentes.
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Referencias
Alzate, F. y Jaramillo, A. (2015). La gestión del conocimiento un desafío para las instituciones
educativas en Colombia: emergencias y tensiones desde la teoría del capital intelectual.
Rev. Gestión de la Educación, Vol. 5, N° 2, [137-150].
Dixon, N. (1994). The organizational learning cycle. How we can learn collectively. Londres:
McGrawth-Hill.
Fontalvo, T.; Quejada, R. & Puello, J. (2011). La gestión del conocimiento y los procesos de
mejoramiento. Dimensión Empresarial. Vol. 9 No. 1, págs. 80-87.
Nonaka, I. (2000) La Empresa Creadora de Conocimiento en: HBR. Gestión del Conocimiento,
p.23-49. EN: http://marlinweb.galeon.com/conocimiento.pdf
Nonaka, I. y Takeuchi, H. (1995). The knowledge-creating company: how Japanese companies
create the dynamics of innovation. Oxford University Press, New York.