La Revolución Francesa comenzó en 1789 debido a la crisis financiera del Estado francés y la negativa de la nobleza a pagar más impuestos. Los Estados Generales se convocaron y el Tercer Estado se rebeló y formó la Asamblea Nacional para elaborar una constitución. El levantamiento del pueblo de París en julio condujo a la toma de la Bastilla y la revolución se extendió por toda Francia.