Los músculos son estructuras que convierten la energía química almacenada en trabajo mecánico y/o calor. Al contraerse cuando reciben la orden adecuada, los músculos se acortan y tiran de los huesos u otras estructuras, y luego recuperan su posición de reposo una vez terminado el trabajo. Además de producir movimiento, el trabajo muscular genera calor que ayuda a regular los centros nerviosos.