Makarenko propuso una pedagogía basada en tres principios: la colectividad, el trabajo socialmente productivo y la autoridad carismática del educador. Aplicó esta pedagogía en colonias donde los educandos trabajaban y aprendían de forma colectiva, forjando así sus personalidades comunistas. Makarenko enfatizó la importancia de la organización de la escuela como colectividad por encima de la didáctica.